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Este idiota





Jueves 17 de septiembre...

Siento como si no hubiera dormido en días. Después de que nos recogieran, Vanja me trajo a casa y se marchó rápido para llevar a un todavía dormido Daneb a la suya. Al entrar todo estaba oscuro, tenía la intención de revisar los documentos, pero una vez que toque la cama caí en los brazos de Morfeo. Observo los papeles a mi lado, los guardo en mi caja fuerte improvisada, una vez debajo de la cama comienzo a prepararme lo más rápido posible, mi madre no tiene el don de la paciencia.

-No te vi llegar-es lo primero que le escucho decir cuando me siento, su voz tan fría e indiferente como siempre.

-Estaba con unos amigos-respondo mientras pongo un poco de fruta en mi plato, sin darle una mirada.

-Eso es bueno, a tu edad yo era muy popular.

Casi pude escuchar un tono parecido al orgullo o alivio, pero no creo que eso sea posible, nunca le ha importado, solo le importa su imagen de madre perfecta.

-Ya que te estás comportando como una adolescente normal es hora de que conozcas a tu nuevo padre.

Eso llama mi atención de inmediato la miro a los ojos sorprendida, horrorizada.

-No quiero un nuevo padre, ya tengo uno, que tú te encargaste de quitarme- antes de darme cuenta las palabras se escapan de mi boca-Yo lo que quiero decir es...

Un plato pasa rozando mis mejillas y me encuentro cubierta de tocino y huevo, sus ojos se encuentran fijos en mí. Observo con desconfianza el cuchillo de mesa que sostiene, no se mueve, me observa temblando de ira. Le toma unos minutos calmarse. Da un fuerte resoplido y suelta el cuchillo, la tensión en mi cuerpo desaparece, aún estoy alerta.

Me regala una sonrisa que ocupa la mayor parte de su rostro, mi cuerpo comienza a temblar cuando se levanta. Odio sentirme tan impotente e indefensa a su alrededor, es como si mi cuerpo dejara de responder. Se coloca detrás de mi silla y comienza a acariciar mi cabello.

-Gala te presentaré a nuestra nueva familia la semana que viene y te comportara como la niña tonta y obediente que eres.

Ordena con un tono bajo sin dejar de acariciarme y asiento sin darme cuenta mi cerebro deja de funcionar coherente cuando me abraza.

-Bien le avisare a mi hermano para que venga-le informo y su mirada se ensombrece.

-Es bueno tenerte a mi lado, mi niña, eres tan obediente y buena con mamá por eso mamá te quiere.

-Mamá tienes que tener paciencia cuando Jaret regrese, le dire que se comporte,, no te preocupes.

Ella me mira fijamente perdiendo su sonrisa.

-Lo llamaré, pero no sé si venga.

-¡Deja a tu hermano en paz!...Lo siento mi niña, lo que intento decir es que tu hermano esta ocupado con su ultimo año no importa si no puede venir, dile que no me molestare con él-asiento con duda-Esa es mi niña.

Dice dándome un beso en la mejilla, el cual recibo sin protestar. Intento mantener mi rostro lo más neutro posible.

-Ahora cámbiate que llegaras tarde.

Busco en mi habitación algo nuevo que ponerme y me limpio los restos de comida, no hay tiempo para un baño lo cual me frustra un poco. Una vez dentro del instituto busco a Vanja y Daneb entre la multitudes de estudiantes que pasan sin ningún tipo de preocupación más que el partido de mañana o la fiestas de la noche.

No los encuentro, resignada escojo un asiento lo más alejado posible, espero paciente a que lleguen mis amigos, de vez en cuando mi vista se queda fija en la entrada imaginando la figura de mis dos amigos llegando.

Escucho un poco las conversaciones a mi alrededor. Sí, soy todo una chismosa, sino como es que acabo metida siempre en tantos problemas. También puede ser mala suerte. Las horas pasan y no hay rastros de Vanja ni de Daneb parece que no vendrán hoy. Ahora que recuerdo él castaño afirmo que no vendría.

Lo entiendo, si estuviera en su lugar me habría cambiado de instituto, pero de Vanja me sorprende, siempre es responsable no faltaría sin una buena razón. Lo que hace que me preocupe. ¡Mierda!, ni siquiera tengo un teléfono para poder llamarlo.No puedo concentrarme en las clases pensando en los chicos, ¿y si les paso algo?.

Miro a mi alrededor y me detengo en Andrus quien al percatarse me saca el dedo y sonríe, luego les susurra algo a sus amigos, rompen en carcajadas y comienzan a hacer gestos obscenos en mi dirección. ¿Porque tengo que compartir clases con este idiota?...peor...¿por qué tengo que compartir el mismo aire?

Lo observo con disgusto y le devuelvo el gesto sacándole el dedo, este se levanta furioso y estoy segura que me hubiera golpeado si el profesor no acabara de llegar. Una de las pocas asignaturas que disfruto es química, siempre me han gustado, me resultan interesantes pero creo que por primera vez desearía que esta materia no existiera.

Observo con atención al profesor que acaba de entrar. Mis ojos lo siguen vigilantes mi sentidos están al límites, mis piernas no paran de temblar como si estuvieran listas para escapar sin mí. Su vista pasado de un asiento a otro buscando parece decepcionado. Su mirada repara en mi unos segundos la línea junto a sus labios se estiran y continua hacia el próximo asiento.

Un lobo entre corderos. No puedo evitar pensar lo ridículo de esta situación. La clase transcurre normal. El profesor Jones es popular entre los alumnos, siempre suelta uno que otro comentario ingenioso el cual hace reír a la mayor parte de la clase.

Digo la mayor parte porque no creo que mi rostro sostenga una sonrisa precisamente y por otro lado esta Dona la amiga de Jessica quien no parece para nada contenta, cada vez que Jones pasa a su lado la puedo ver tensarse, es sutil casi imperceptible pero está sentada justo frente a mí, lo cual me hace mucho más fácil captar estos pequeños detalles.

-Antes de que se me olvide quisiera destacar que nuestra querida Donna será la representante de nuestro instituto en el concurso de química.

Dice alargando la palabra querida con voz jovial pasando una mano por el hombro de la chica, no creo que eso sea algo normal pero nadie más parece notarlo.

-¿Gala sabes por qué no asistió Daneb y Vanja hoy? tengo entendido que ustedes se han hecho amigos.

Pregunta y toda la atención recae en mí, grandioso me siento como el menú de hoy, sin recalcar lo incomodo que es que nos llame con tanta familiaridad. Observo de reojo a Andrus quien sonríe, Donna también me observa curiosa.

-No sé-respondo y recojo mis cosas-No traigo mi teléfono así que no pude comunicarme con ellos.

-Eso es algo que no se escucha mucho por aquí, muchos aquí les daría una convulsión si se alejaran de ellos, ¿no es cierto Alex?

Se burla llamándole la atención a un chico que estaba sentado junto con Andrus quien tenía el teléfono en sus manos sin intenciones de ocultarlo. Todos ríen y yo solo cuento los segundos para que esta conversación acabe.

-Si logras comunicarte con ellos recuérdela a Daneb que tenemos una cita pendiente-sonríe guiñándome un ojo, se aleja, recoger sus cosas y marcharse.

Siento que al fin puedo respirar con normalidad, este tipo da escalofríos y al parecer Daneb no se va a zafar de él tan fácil. Antes de poder salir mi camino es interrumpido por Dona.

-Así que tú y Van son amigos.

Dice la despampanante rubia con un tono amable, lo cual me preocupa teniendo en cuenta que no debo ser una de sus personas favoritas en este momento.

-Si.

Respondo con dudas, como puede verse alguien tan bién, comparada con migo ella es perfecta.

-Eres Gala, Gala Donato, ¿no?-pregunta y me sorprendo al ver que conoce mi apellido-Estoy feliz de poder conocerte al fin y me alegra que seas amiga de mi Van, quiero decir de Vanja, lo siento es la costumbre.

Me observa con preocupación, intento descifrar si realmente lo está o solo es una actuación.

-¿También eres amiga de esa sanguijuela con gafas?

Bufa molesta, toma unos segundos darme cuenta que se refiera a Daneb, el odio entre ellos parece ser mutuo.

-Si hablas de Daneb, somos amigo-intento no sonar irritada no creo que lo esté consiguiendo.

-Eso es una lástima pensé que seriamos amigas.

¿Amigas? no sé si esta chica está delirando, la verdad no tengo nada en su contra, solo me parece extraño que me pida ser amigas después de lo que le paso a Jessica.

-¿No me culpas por lo que le paso a Jessica?

-¡Oh no! lo que le paso a Jess fue terrible pero fue un accidente, Jess...pues digamos que solía emm...meterse cosas que no debía, ¿me explico?-susurra en mi oído invadiendo mi espacio personal.

-¿Donna por qué me hablaste?, no es que me moleste es solo que...no me lo esperaba.

Pegunto desconfiada, intento cambiar el tema lo más rápido posible.

-¿Necesito una razón para hablarte, no sabía que fueras tan especial?-bufa cruzándose de brazos.

-No, no es lo que quise decir...yo este...no quise ser grosera, es que me sorprende que alguien como tú me hable.

-¿Alguien como yo?-pregunta elevando una ceja sin descruzar los brazos.

-Si ya sabes popular, hermosa, ya me entiendes...

Doy un suspiro cansada, a partir de hoy voy a comenzar a comunicarme por señas. Donna sonríe y me abraza lo cual me deja completamente sorprendida.

-¿Qué día es tu cumpleaños?

-¿Por qué?

-El mío es el veinticuatro de octubre, el próximo mes, ¿y tú?-sigo sin saber a dónde quiere llegar pero igual respondo.

-Tres de enero-respondo confusa y Donna parece feliz.

-¡Así que eres mayor, eso es genial!

Y sin darme una explicación se marcha. No tengo la menor idea de lo que acaba e pasar. No sé por qué me hablo en primer lugar pero necesito una guía urgente para socializar y que alguien me esplique si su comportamiento es normal.

Me dispongo a por fin marcharme pero me detengo al ver la persona que bloque la puerta ¿Qué quiere este imbécil?

-Ahora coqueteas con chicas, zorrita-se burla, ósea que solo tiene ganas de molestar. Respira e ignóralo Gala, no vale la pena.

Siempre me he considerado una persona con una gran paciencia y comprensión, siempre intento ver lo bueno en las persona, aunque a veces se me dificulta encontrarlo. Si alguien es malo debe haber tenido un motivo para terminar de esa manera . Aveces me cuesta recordar mis propias convicciones.

-Muévete Andrus que no estoy de humor para tus idioteces.

-No sé qué ven Vanja y Campbell en ti, solo eres una puta más-dice con desdés. Comienzo a contar internamente, Dios dame paciencia.

No es paciencia lo que necesitas.

-Quítate.

Advierto intentando quitarlo de la puerta.No se mueve en cambio me observa con burla. No debo ser más que una patética niña a sus ojos.

Entonces demuéstrale que no lo eres.

-Solo quiero ver que tan valiente eres sin tus guardaespaldas-se burla dando un paso más cerca-¿Dónde están?, ya se cansaron de ti, no debes ser muy buena en la cama.

Solo tienes que darle un golpe, uno solo y se callara, vamos hazlo.

-¿Se puede saber que te hice?-le pregunto ya cansada de esta situación-¿Por qué me molestas?¿O lo imbécil te viene de nacimiento?¿Qué intentas hacer? porque si tu objetivo es que te golpee lo vas a lograr.

-Cuidado zorrita recuerda que estas solita-su voz se vuelve baja y su cercanía sofocante, huele a café y un ligero toque de alcohol, ¿no es muy temprano para beber y en la escuela?

Yo estaría más preocupada por donde está poniendo sus manos.

Lo empujo lejos de mí pero me retiene contra la pared. No es tan alto o musculoso como Vanja pero aun así parezco una niña indefensa a su lado. Me da un repaso con la mirada y sus labios se curvan en una sonrisa ladeada.

Me encantan sus ojos y sus labios y...

-Si te dejara aquí encerrada-dice pasando su mano por mi cuello lo cual comienza a preocuparme-¿Alguien vendría a buscarte?-me empuja más fuerte contra la pared-¿Qué dices quieres hacer la prueba?

Susurra en mi oído, el pánico se apodera de mí, quizás no fue buena idea decir que no traigo mi teléfono, no creo que a mi madre le importe mucho si regreso a cenar.

-Aunque pensando bien, no estás tan mal, quizás me divierta un poco contigo antes-declara con una sonrisa chulesca y puedo ver la lujuria formarse en sus ojos.

Sabes que puedes terminar esto rápido.

-Eres un cobarde, te crees tan especial y mírate arrinconando a una chica solo para demostrar, ¿qué?, tu supuesta superioridad, tu hombría, eres patético.

Lo observo molesta y puedo ver la furia recorrer su rostro, también hay otra emoción pero no se identificarla bien.

Has que sangre.

-¡Silencio no me dejas pensar!-reclamo molesta.

-Me estas mandando a callar perra-dice y hace más presión.

Miente...miente.

-¡Deja de hablar! me estas volviendo loca, no ves que tengo que lidiar con este idiota.

Estas gritando.

Maldigo internamente, observo a Andrus quien me observa confundido, pero no suelta su agarre de mí, una fina sonrisa tira de sus labios, sus ojos se llenan de malicia como si encontrara un secreto y no tiene la intención de guardarlo, más bien utilizarlo a su favor.

-Zorrita no me digas que...estas loquita-me susurra en el oído-¿Tus noviecitos lo saben?-pregunta y aparto la mirada-Es un no.

-Suéltame o...

-¿O qué? ¿me mataras como a la profesora Mitchell?

-Yo no la mate .

-Bueno.

Pasa un dedo por mis mejillas, sé que prometí no volver a usar la violencia pero se lo está ganando a pulso.

-¿Qué pensaría Jessica si te viera en este momento? eres un cerdo.

-Sigue hablando así y puede que te ganes más que quedarte encerrada.

Toma mi rostro con una de sus manos hace presión evitando que pueda hablar.

¿Por qué sigues soportando a este idiota?

-¿Y bien nada que decir?-se burla sabe que no puedo hacerlo por sus manos, su rostro está a escasos centímetros del mío.

-¿Qué están haciendo?

Pregunta una voz del otro lado de la puerta, nuestra atención se detiene en el chico, es Jhonatan el hermano de Jessica.

-Nada, solo saludaba a nuestra amiga-declara el idiota dejándome libre-¿Me estabas buscando?.

-Mis padres querían saber si vas a venir a cenar hoy a la casa, ya sabes para hablar de Jessica y lo que le paso.

Su atención queda centrada en Jhonatan parece algo indeciso pero al final acepta, el más joven nos da una última mirada antes de marcharse, dejándome nuevamente sola con este gorila sin cerebro.

Me parece que ya fue suficiente de jugar a la victima.

-A mí también-murmuro observando vigilante.

-¿Dónde estábamos?...a si...

Hace el intento de acercarse le doy una brillante sonrisa, me acerco rápidamente, este se queda inmóvil unos segundos mirándome con extrañeza, luego reacciona y sonríe coqueto.

Pasa una de mis manos por uno de sus hombros y roso mis labios en su mejilla, siento como vibra en respuesta, antes de que pueda besarme levanto mi pierna, le atino un fuerte golpe en sus partes bajas, sin mirar atrás, hecho a correr, puedo oír sus gemidos.

Miro a mi alrededor buscando donde esconderme antes de que pueda alcanzarme. Continuo corriendo lo menos que necesito es que me alcance cuando se recupere, busco a mí alrededor, salgo al estacionamiento no encuentro el auto que se supone que me tendría que recoger por ningún lado. Escucho que gritan mi nombre y doy una rápida mirada sin detenerme, puedo ver a Andrus quien corre en mi dirección con dificultad apartando a quien se le atraviese.

-¡Perra ven aquí!-grita y por obvias razones lo ignoro.

Comienzo a dar vueltas por el estacionamiento y lo esquivo ágilmente, puede que sea un jugador pero dudo que sea más ágil que yo. Comienza una persecución absurda alrededor del estacionamiento. Muchos nos observan con asombros, otros ríen al vernos.

Creen que estamos jugando, pero estoy bastante segura que si dejo que me atrape me matara, a lo lejos diviso a Donna quien me hace señas con la mano, no lo pienso mucho y corro en su dirección, al subir ella acelera dejando al idiota enfurecido en el estacionamiento.

-Gracias por ayudarme-le agradezco cuando recupere el aliento.

-Tranquila para eso están las...amigas-da una pausa con duda y sonríe como si conociera algo que yo no-Aunque me encantaría saber que le hiciste a Allen para enfurecerlo así.

-¿Allen?-pregunto confundida y ella se burla.

-Si ese es su nombre, Andrus es su apellido pero se molesta cuando lo llaman Allen, dice que es nombre de niña-vuelve a reír divertida.

Ella es muy diferente a lo que imagine. Es muy comunicativa y alegre, aunque suelta cierto veneno al referirse a Daneb y algunos otros que no le agradan demasiado. Me bajo del auto y le agradezco, una duda pasa por mi cabeza y me detengo.

-Donna ¿Cómo sabes donde vivo?-le pregunto confundida.

-A eso-parece nerviosa-Nos vemos mañana-dice y se marcha dejándome ahí desorientada, sin respuesta.

En cuanto a Andrus y su actitud de hoy lo voy a resumir que es un verdadero idiota y espero que no pueda tener hijos o se le hinchen por lo menos después del golpe. Lo que mejor le parezca al karma. Si lo pienso con un poco más de calma posiblemente le acabo de dar una motivo para querer matarme, lo cual no es buena idea teniendo en cuenta que hay un asesino suelto por ahí y no tenemos idea de quién sea.

Se siente bien estar en casa unas horas antes, estoy exhausta y como no después de correr tanto. El recuerdo me saca una sonrisa, el solo recordar a un Andrus rojo por la ira corriendo mientras chocaba con todo lo que se la atravesaba. Mientras gritaba mi nombre y sin poder acercarse.

No me asusta lo que me pueda hacer Andrus, solo tengo que ser más rápida que él o más inteligente. No creo que resulte un problema, lo que realmente me preocupa es que le cuenta a los chicos lo que vio, no estoy loca solo...

La verdad de nada sirve pensar en ello... A proveche mi tiempo a solas y revise los documentos que tome de la casa de la bruja psicópata como la llama Daneb. Eran tan increíblemente detallados, no eran solo datos superficiales con fotos como creí en un principio eran más que eso era todo, sus vidas gustos cosas que muchos no sabrían. Era como si los conociera tan solo con leer esta información.

Estaban escritos por computadora pero entre las letras negras resaltaba pequeñas notas escritas a mano con tinta roja. Espero que sea tinta. Era como una guía macabra, un menú de sus presas, donde podían encontrarlos, cual eran sus gustos y preferencias, que hacer para engañarlos y traerlos en sus redes. Llegue a leer tanto sobre ellos que sentí que en algún momento realmente los había conocido.

Sino como sabría que Gabriel le gustaba nadar y amaba el mar, que su comida favorita eran las hamburguesas y que odiaba el frio o que estaba enamorado de su vecina dos años mayor que él o como sus ojos almendrados incitaban al pecado, sus palabras no las mías.

Que a Harold le encanta el batido de fresa, bailar y salir de fiestas, que odia que le digan que hacer, que está enamorado de su mejor amiga y que pronto se le confesara, que estudiara derecho y que sus ojos son tan hermosos como el pasto.

Por ultimo esta William quien le gusta las cervezas y las papas fritas, ama su moto y pasa la mayor parte del tiempo en un bar, tiene una rivalidad con su hermano, sus ojos representan la profundidad del mar tan claros y profundo, tan míos.

No era difícil descifrar quien era cada uno ya que la información venía con fotos incluida pero aunque no fuera así no me tomaría mucho descubrirlo. El último no tenía nombre solo ponía mi ángel. No hay que ser un genio para saber a quién se refería, la descripción era tan detalla tan exhaustiva que a diferencia de los otros.

La información comenzaba en su niñez y terminaba en la actualidad como si llevara años asechándo, esperando el momento indicado para atacar. La información este equivocada en algunas partes. El mérito es de Daneb por engañar a todos a su alrededor. Tal vez inconscientemente sabía que algo andaba mal a su alrededor y fue su auto defensa, su escudo o quizás solo fue Daneb siendo Daneb.

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