Allen
La puerta se abre y no es la visita que esperaba. En silencio camina hasta la silla, se sienta en ella, toma su tiempo antes de hablar. Sinceramente no creo que siquiera quiera dirigirme la palabra y lo comprendo, esta en todo su derecho de hacerlo. Lo más probable es que este aquí en busca de los detalles de lo ocurrido. Respuesta que no estoy seguro de poder dar.
—¿Como estas?—preguntas apenas audible. Llevo el suficiente tiempo conociéndolo para saber que eso significa me alegro que sigas con vida pero no te preguntare más porque te odio—¿Como esta tu herida?—y eso seria un hasta que me expliques por qué me odias seguiré odiándote también.
—Mejor pero no saldré de aquí en un par de días.
Asiente con la mirada en el suelo manteniéndose en silencio. Este es el problema del buen Van. Yo soy quien lo trato como basura y él es quien observa el suelo como si hubiera cometido un crimen. Cada una de mis palabras están hechas para hacer daño. Un daño irreparable que arrasa con cada persona a mi alrededor.
—Supongo que tu visita se debe a que salve a tu novia de morir congelada en medio de la nada—no respondas—¿Que haces aquí Volkov no deberías estar con tu novia?—una punzada de dolor se aloja en mi pecho, intentando parecer molesto—Estoy seguro que ella apreciara tu presencia más que yo.
—Si te refieres a Gala, si esta bien, solo inconsciente así que terminemos esta visita lo más rápido posible quiero estar a su lado cuando abra los ojos. No quiero que la cara de Daneb sea lo primero que vea—el alivio me invade. Sigue con vida, eso es bueno.
—Tu y Campbell de amigos quien lo diría. Siempre creí que tenia una especie de obsesión contigo—me burlo recordando todas las veces que el castaño nos molestaba. Vanja era una de sus victimas constante pero era a quien mejor le iba con el resto de nosotros era despiadado.
—Bell es solo...Bell no le busques lógica—finaliza con cierto cariño es su tono que hace que se me pongan los pelos de punto. ¿Esta loco? Ese loco es un sádico. Vive por el sufrimiento ajeno.
—Detente, me vas hacer vomitar.
Intento recuperarme del shock. Sabia que se habían hecho cercanos pero no esperaba que ocupara una parte importante en la vida de Van. El no es de los que deja entrar a cualquiera a su vida. No tan fácil, no tan rápido. Es desconfiado y no tolera el caos y no existe nadie más caótico que el chico Campbell.
—¿Qué es lo que quieres Volkov?
—Volkov...así me llamaras ahora. Todos nuestros años de amistad no significaron nada para ti. Se lo idiota que puedes llegar a ser Andrus pero esto...—señala mi cuerpo como si señalara algo obvio que no entiendo.
Cierro los ojos e intento tranquilizarme, no, no puedo, no importa lo mucho que me afecten sus palabras o esa mirada, tengo que alejarlo. No puedo seguir poniéndolo en peligro. No ahora que él regreso.
—¿Este no eres tu? Dime que esta pasando ¿Por qué te comportas más idiota de lo normal?¿Por qué conmigo? Es la primera vez que lo haces. Y has tenido muchas oportunidades de hacerlo antes y nunca lo has hecho ¿Por qué ahora?¿Qué cambio?
—Según tú, ¿Como debería comportarme? Como una buena amiga que esta feliz de que su mejor amigo es gay. No gracias prefiero despreciarte por ser anormal.
Sabe que no le estoy diciendo algo, puede ser increíblemente molesto cuando se le mete algo en la cabeza. Es demasiado terco para su bien.
—De esto hablo. Eres de los que dicen tonterías superficiales y finges que le importa más la cantidad de chicas con la que se acuesta o las fiestas pero ambos sabemos que no es así. No eres así. Te esfuerzas por hacerle creer a todos que eres el villano.
—No sabia que ahora eras psicólogo—me burlo intentando alejar la conversación del rumbo que tomo—Tienes una opinión bastante buena de mi teniendo en cuenta que fui yo quien le pago a tu novio, disculpa mi error ex novio, para que saliera contigo y chantajearte—golpe bajo, me lastima tan solo recordar ese día. El día que tuve el valor de dejarlo ir.
—¿Por qué lo hiciste?
—¿Pagarle a Jhonatan para que saliera contigo? No le busques demasiado solo me da asco que finjas ser normal.
El terminar esa frase hace que mi estomago se revuelva, su mirada me dice que lo herí pero no puedo mantenerlo cerca. Tengo que alejarlo antes de que sea tarde. Por qué es tan difícil hacer que me odie. No se puede quedar con un simple Andrus eres el mayor idiota que existe y te odio por joder nuestra amistad por una estupidez tan poco importante como que tu mejor amigo le gusten los chicos.
—Y eso hizo que merecieras cada uno de los golpes que te di—sonríe, estoy seguro que el recuerdo de mi merecida paliza lo hace feliz, mis labios se deslizan involuntariamente y vuelvo a mis sentidos antes de que lo note, lo menos que necesito es enpatía—¿Ahora me dirás por qué te comportas así o tengo que sacártelo a golpes?—levanto una ceja sorprendido, nunca creí escuchar eso de alguien tan pacifico como Van.
—Eres como un grano—suspiro frustrado—¿Que no entiendes? No ganaba nada con nuestra amistad y me deshice de ti. Eso es todo. No quería seguir siendo tu amigo, me das asco y me estorbabas, simple ¿Qué no entiendes?—necesito que se marche antes de que descubran que estuvo aquí.
—Se lo que haces—dice mientras se levanta—Estas intentando alejarme. Quieres que te odie pero no entiendo por qué. Algo esta pasando y lo voy a averiguar. No me voy a dar por vencido. No contigo.
—Arg...¿Eres estúpido o algo? ¿Qué parte de no te quiero cerca de mi y me das asco no entiendes?¿Te hago un dibujo?—grito frustrado me saca de quicio ¿por qué no solo se va y lo deja así? ¿que demonios tengo que hacer para que me odie?
—Si, soy un estúpido.
—Al fin. Ahora. Ya que ambos estamos de acuerdo en algo podrías privarme de tu maravillosa presencia y largarte. Gracias—digo señalando la puerta.
—Buen intento—se burla y lo observo como si estuviera loco—Estaba tan molesto por tu traición que no me di cuenta.
—¿Eres masoquista o qué?—paso las manos por mi rostro frustrado. A este paso me voy a quedar calvo.
—¿Por qué de repente le importa tanto que me gusten los chicos cuando hace un mes, cuando se lo conté no solo no le molestaba? Me abrazo y bromeo con llevarme a un bar gay, ir de guardaespaldas para que no me raptaran por ser demasiado sexy para ser gay—maldigo al recordar mis palabras no debí decir semejante tontería—¿Por qué de repente surgió ese inexplicable odio hacia mi cuando antes no existía?—se acerca, no quiero que vea las grietas de la mascara de falsa repulsión rompiéndose a cada palabra.
—No se de que hablas. Vete o llamo a seguridad.
—Estaba tan molesto y decepcionado que por unos días realmente me creí tu teatro de intolerante pero te esfuerzas demasiado. Nunca has sido el mejor controlando tus emociones y aunque lo fueras te conozco desde que teníamos diez. Se cuando estas mintiendo. Te esfuerzas tanto que me hace pensar que estas desesperado por alejarme. Quieres que te odie porque tu lo haces. Te odias por lo que me hiciste.
—El tiempo junto a Campbell esta afectando tu cerebro.
—Era tan obvio que me enfurece no haberlo notado ¿Fue esa la razón por la que no te defendiste cuando peleamos? —hace una pausa y su rostro se distorsiona como si encontrara la respuesta—Hiciste que te golpeara hasta dejarte inconsciente porque tu...tu te sentías culpable—no, no lo hagas, no lo podre soportar—¡Dios yo soy el verdadero idiota por no notarlo! Andrus lo sien...
—¡No!—lo detengo antes de que su disculpa me destroce. Por que tiene que ser como un maldito santo—No te atrevas a terminar esa frase...
—Y ahí esta—sonrió como si hubiera visto un viejo conocido lo que hace que comprenda que mis barreras cayeron por completo—Ese es el Andrus que conozco, el chico que hace cosas buena y las disfraza tras comentarios hirientes que hace difícil dar las gracias. El chico que jamas dejaría que su mejor amigo se disculpara por algo que cree que merece.
A cada palabra siento que me desgarran lentamente. No me perdones es lo que repite mi mente una y otra vez con la esperanza de que mis plegarias sean escuchadas. Fui un tonto en creer que seria tan fácil. Él no es de los que se de por vencidos, incluso con escorias como yo. El es capaz de verle el lado bueno a un miércoles ¿Quien hace eso?
—Eres el mismo que inventaba escusas para que pudiera escapar de las fiestas para ir a ver al chico del que su mejor amigo estaba enamorado. Eres el que me escondía debajo de la cama como una adolescente cuando una de mis ex aparecía de sorpresa en tu casa buscándome. El mismo chico que me contó con quien había dormido Diana para que la chica no siguiera siendo humillada por el resto del instituto—gruño molesto.
¿Tiene una agenda con mi vida escrita en ella?
—Detente, Van no hagas esto...no puedes—mi voz se corta en un susurro—No lo hagas, no me perdones por favor, no...
—Eres Allen Andrus el chico que prefiere que todos lo traten como un pedazo de basura a aceptar que en el fondo es un buen chico. Un chico que prefiere ser dañado antes que a las personas que ama. El chico que obligue a ver teen wolf a los quince porque estaba obsesionado con la serie y la vio cada viernes sin falta a pesar de que le parecía absurda. El mismo que paso todo el verano hablando de lo molesto que estabas porque Stiles no saldría en la película.
—Vanja si le dices alguien que vi esa maldita serie juro que te matare—no puedo evitar sonreír.
—O que lloraste durante todo un día cuando viste la película de El niño con el pijama de rayas. O que fuiste tu quien le dio una paliza a Anton hace unos días cuando me llamo marica ¿Creíste que no me enteraría?
—¿Como...?—pregunto sorprendido—Por eso te me quedaste viendo como enamorada.
—El que Anton apareciera al día siguiente con la cara destrozada y que temblara cada vez que pasaba a tu lado fue una pista.
—Bueno parece que ya lo tienes todo resuelto Jessica Jones—el sarcasmo brota de mis palabras—Ahora fingiré que todo esto fue un absurdo sueño por el exceso de anestesia y cuando vuelva abrir los ojos no estarás aquí.
—¿Quien es Jessica Jones?—pregunta confundido.
—Vanja por el amor de dios vete ya—señalo la puerta mientras aprieto el puente de mi nariz esta conversación me esta causando migraña.
—Bien hermano tu ganas.
—No somos hermanos—gruño exasperado.
—Nos vemos mañana—dice caminando hacia la puerta ignorando mi molestia.
—No vengas mañana—le grito al verlo cerrar la puerta.
Dejo caer la cabeza sobre la almohada exhausto. Siento que me acaban de quitar años de vida. La puerta se abre de golpe dejando ver la cabeza de Vanja quien se asoma con una brillante sonrisa. Esto tiene que ser una broma.
—¿Que...que...que?—pregunto al borde de lanzar lo primero que encuentre hacia su molesta sonrisa.
—No es mi novia—desaparece antes que logre salir de mi confusión.
Una sonrisa se escapa de mi control y suspiro aliviado. No están juntos. No, no importa. Ella me desprecia, soy solo la escoria que ronda a su alrededor. El perdedor que la insulto desde el primer momento en que nuestros ojos se encontraron. El que disfruta el sufrimiento de sus amigos. El que nunca sera digno de sus pensamientos.
Me encanta cuando coincidimos clases y borra cualquier indicio de mi presencia. Busco su mirada y cuando la suerte las conecta el tono de sus ojos cambia a un tono cercano a la furia y terminado en desprecio como si mi existencia fuera su infierno personal. Su belleza te hace sentir indigno de sus presencia. Sus labios tiemblan conteniendo la tormenta que guarda su interior.
Una escultura de lava fundida en hielo.
Sus puños se cierran cuando intercambiamos insultos y me hace sentir curioso. ¿Si sigo presionando estrechara su puño en mi cara?
Que hermoso seria ver que su rostro muestre algo más que aburrimiento. Quizás por eso es que me esfuerzo tanto en hacerla enojar. Ver como su ojos ruedan buscando paz mental para evitar perder la cordura. Cordura, saboreo la palabra agarrando un recuerdo.
Que perfecto fue descubrir que detrás de tanta perfecciona existe una pequeña grieta. Una grieta que giro mi mundo. Que me obsesiono con su existencia hasta el punto de no ser capaz de dormir con miedo que nuevamente atormente mis sueños. La curiosidad se convirtió en obsesión y la obsesión en necesidad.
Se a convertido en mi nuevo hobbie descifrar que hay detrás de su mirada. El secreto que esconde sus ojos. He podido admirar de lejos el verde brillante que surge junto a su sonrisa. La bruma oscura que se forma junto a su furia. Tantos momentos admirando el musgo de sus ojos regocijando de la victoria tras una discusión. No puedo negar que me pierde su mirada.
Me encontrado buscando su cabello ébano en las gradas con la esperanza de que como el resto de la población femenina le interese verme jugar. En ciencia suplicando que nuestros ojos se conecten. En el almuerzo como su sonrisa ilumina el lugar. Verla comer carne como si tuviera un orgasmo. Amo como todos tiembla al verla pasar. Como susurran a sus espaldas y se horrorizan al comprender que los escucho.
Es una enfermiza obsesión que me hunde en la desesperación. Saber que nunca conocer el sabor de sus labios. La temperatura de sus manos. El olor de su cabello. Humillar cada centímetro de mi ser hasta conseguir un quizás. El sonido de su respiración después de un desenfrenado beso. Ver cambiar el color de sus ojos tras cada suspiro. El sonido de mi nombre después de un gemido. Sus uñas desgarrando mi espalda. Poder esconder su cuerpo bajo el mio abrazarla y suplicar que no me abandone. Paso las manos por mi rostro intentando recuperar el aliento. Ni en mis más locos sueños mis manos tocaran su cuerpo.
Ella es la ultima persona que querría arrastrar al desastre que se convertirá mi vida. No puedo permitir que nadie este cerca de mi. No cuando ellos están en camino. Ya esta por comenzar. No debe quedar rastro de apego hacia otros o serán arrastrados a este maldito juego. Creí que tendría más tiempo. Solo quedan unos meses para que mi vida se vuelva una jodida película de supervivencia. La sucesión esta por comenzar.
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