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Capítulo 24. Se acerca el gran día

Habían pasado dos semanas ya prácticamente desde el día de la prueba del vestido de novia, y el evento del año estaba a punto de realizarse, la gran boda de Ana y Mario estaba a punto de ocurrir dentro de dos días. Fue entonces, cuando Carla recibió la llamada de su amiga Ana. Carla estaba un poco preocupada por ella, antes de responder a la llamada se esperaba lo peor, como, por ejemplo, que le hubieran entrado las dudas, después del día de la prueba del vestido no volvió a hablar nada más sobre el tema de su boda.

Ana llamó a Carla.

Carla, tenemos que hablar —

¿Te pasa algo Ana? No me asustes —

No, no ... No es nada, ¿podemos quedar? —

Sí, ahora tengo un rato libre —

Las dos amigas colgaron el teléfono, y quedaron en verse en un parque para charlar un rato.

¿Qué te pasa Ana? ¿Estas nerviosa? —

Bueno sí, quedan ya dos días ... No he vuelto a hablar de la boda, he tenido ligeras desavenencias con Mario, pero bueno ... Una de ellas ... Tiene que ver con ... A ver cómo te lo digo ... —

No hace falta que me lo digas ... ¿Es Alejandro verdad? —

¿Cómo lo sabes? Lo siento Carla, pero va a venir a la boda. Mario se ha empeñado en invitarlo, es su hermano del alma, ya no te digo ni amigo, para él es como un hermano —

¿Y eso te tenía preocupada? —

Sí, no sabía cómo decírtelo, tampoco quería que te pillará de golpe y porrazo verlo allí de repente, sin haberte avisado —

No pasa nada Ana, lo de Alejandro está olvidado, estoy bien con Pablo en serio ... —

Bueno, yo solo espero que Alejandro sepa comportarse ... —

¿Comportarse? —

Carla, te he visto muy bien con Pablo, me parece un chico muy agradable, de hecho, si no llega a ser por él, el día de la prueba del vestido podía haber sido un desastre... —

Ya ... jaja — Carla no pudo evitar reírse a carcajadas.

Bueno, lo que te quería decir, que Pablo es ideal para ti, y no te quería decir nada para no fastidiar las cosas y que te entraran las dudas. Pero Alejandro ha seguido preguntando por ti, dice que no te puede sacar de la cabeza así porque sí ... —

Pues muy bien, me da igual Ana, en serio ... —

Bueno todo esto con su cara dura ... Tiene novia y vendrá con ella a la boda, mientras piensa en ti, eso sí —

Pues pobrecita, bueno estuvo en la fiesta de compromiso y ahora en la de la boda, lo mismo acaban casándose también y me deja en paz —

No, no es ella. Es otra ... —

¿Otra? ¿En serio? No es que me importe, pero ... —

Sí ya, es un poco ridículo todo —

Me dejas sin palabras Ana —

Espero que no la lie en mi boda, si te ve con Pablo, no sé cómo reaccionará ... —

Ana, si quieres le digo a Pablo ... —

Ni se te ocurra acabar la frase, Pablo está invitadísimo a la boda —

Bueno y cuéntame, por lo demás ... ¿Todo bien? — dijo Carla para cambiar de tema.

Bueno ... Hay cosas en las que no pensamos lo mismo, yo quería una boda un poco más pequeña, y él pues ya ves ... —

Bueno a ver, en todo no vais a estar de acuerdo ... —

¿Lo tenéis ya todo? ¿Os falta algo? ¿Te puedo ayudar? ... —

Esta ya todo Carla, gracias. Mario se encargó de contratar a una wedding planner, una planificadora de bodas ... — contestó Ana poniendo los ojos en blanco.

Joder ... — Dijo Carla, quedándose sin palabras.

Si es algo horrible, da su opinión en todo, como si fuera su boda, pero bueno, en algo ayuda jaja ... —

Pues estupendo entonces ... Si ya lo tenéis todo —

Me tengo que ir para unas pruebas de maquillaje. De todas formas, me da vergüenza comentarte esto, pero si puedes comentarle a Pablo que estará Alejandro ... Sé que con Pablo no hay problema, pero Alejandro sé que puede ir a buscarle las cosquillas, para que este precavido e intente pasar de él ... —

Bueno lo intentaré, de todas formas, no te preocupes, céntrate en tu boda, no creo que Alejandro haga nada ... —

Ya bueno, pero me gustaría que saliera todo perfecto. Estoy atando todos los cabos que puedo ver que están sueltos, y hay unos cuantos "alejandros" por ahí en mi boda ... Así que tengo que dar la chapa a más gente ... Ahora que lo pienso, vaya con los amigos de Mario, no sé de dónde los ha sacado ... —

No te preocupes — dijo Carla intentando tranquilizar a Ana.

Las dos amigas se despidieron, ya que Ana tenía las pruebas de maquillaje. Era por la tarde, Carla y Pablo no trabajaban, así que Carla se dispuso a quedar con Pablo, para comentarle cuanto antes lo que le había contado Ana.

Pablo estaba en su casa, arreglando un mueble que tenía que terminar para una clienta. Y Carla se tuvo que acercar a verlo. Le escribió un mensaje diciéndole que tenían que hablar de algo importante y decidió que se podían ver allí, ya que no tenía tiempo para otra cosa.

Cuando Carla llegó, Pablo abrió la puerta, sin camiseta y todo sudado, estaba intentando cepillar un mueble a mano y le estaba costando bastante. Aun así, era digno de ver, solo con su delantal, sus vaqueros ajustados y sus gafas de protección, que le hacían aún más sexy si cabe.

Hola Carla, hacía mucho tiempo que no te acercabas por aquí, desde aquella vez en la que nadie nos interrumpió ... dijo Pablo con una sonrisita, intentando soltar una indirecta bastante directa.

Pablo acercó a Carla hacia él agarrándola de la cintura y la besó.

Carla seguía hablando, mientras seguía abrazada a él.

Sí, las demás veces que nos hemos visto han sido caóticas ... — dijo ella sin separarse de él.

Bueno, también es mejor, es bueno conocerse, ir despacio y tenerse ganas ... — dijo el limpiándose el sudor de la frente y quitándose las gafas que llevaba.

Pablo ... No sigas por ahí ... —

Bueno vale Carla, me centro ... ¿Qué haces por aquí? ¿De qué querías hablar?¡No me asustes! —

Pues no sé si te voy a asustar o no ... —

¿Qué pasa Carla? Ya me estás asustando ... —

Bueno he estado hablando con Ana, al final Alejandro está invitado por Mario a la boda ... —

¿Y? No veo el problema ... ¿o crees que hay un problema? —

No, yo no, yo no tengo ningún problema ... Más bien él ... —

¿Cómo que él? No lo entiendo Carla —

Ana me ha comentado que sigue preguntando por mí a pesar de estar con otra chica, que por cierto es diferente a la que estuvo en la fiesta de compromiso de Mario y Ana —

Joder ... No sé ni que decir ... Si quieres no voy, no sé, tampoco es plan de que la vaya a liar el crío este en la boda de tu amiga ... —

No, déjalo Pablo, si la lía será su problema, no el nuestro, que espero que no lo haga sinceramente, pero no sé sabe con él, es muy impulsivo, impredecible ... —

¿Tú estás bien Carla? —

¿Yo? ¿Por qué no iba a estar bien? —

Bueno ... Tuviste algo con él, va a ser la primera vez que lo veas en mucho tiempo, puede que sigas sintiendo algo ... No sé ... —

Pablo no te preocupes, estoy demasiado centrada en ti ... —

Pablo sonrió al escuchar la frase, y agarró a Carla abrazándola muy fuerte.

Me alegra oír eso Carla

Y a mí que lo oigas ... —

Bueno cambiando de tema, me podías ayudar con el mueble, o lo pinto ya, o mañana no va a estar seco para llevármelo al taller y se me puede fastidiar en el camino ... Y con lo que ha costado arreglarlo, no me gustaría la verdad que pasara eso ... —

Ok, vale, vamos al lio — dijo Carla sonriendo.

Pablo con la ayuda de Carla, siguió con el trabajo que tenía que entregar mañana a primera hora. Carla se puso uno de los monos de pintura de Pablo, que le estaba bastante grande y le ayudo para seguir pintando el mueble. Pasaron una tarde bastante divertida, jugando a pintarse el uno al otro, corriendo por la habitación como si de dos niños se tratase. A Carla la estaba viniendo bien poder alejarse del tema de Alejandro y poder relajarse un poco.

Pablo estaba un poco nervioso por el tema de Alejandro, no sabía cómo reaccionaría Carla al verlo, sabía que había sido alguien muy importante en su vida, pero no quería romper la magia del momento.

Carla —

¿Sí? — dijo Carla concentrada pintando.

¿Sabes que es la segunda vez que nos quedamos solos? —

¿Lo cuentas y todo? —

Bueno, no sé ... —

Pablo ¿en serio? — Carla sabía perfectamente lo que estaba pensando Pablo.

¿En serio qué? — dijo Pablo tentándola.

Pues que ... —

Carla tuvo que parar la frase y mirarlo. Sabía que Pablo tenía ganas de ella, pero no se había percatado de las ganas que tenía ella también de él, Carla cuando se ponía a pintar se relajaba tanto que se olvidaba de todo lo demás. Al escuchar la frase en su cabeza que no terminó, no pudo evitar mirarlo de arriba abajo, con la cara pintada, sus ojos verdes, el mono de color blanco que se había anudado a la cintura, y que dejaba ver sus músculos a través de una camiseta de tirantes negra que llevaba puesta y no pudo evitar ponerse roja como un tomate, pensando que le podía leer el pensamiento.

Pablo vio como Carla lo miraba.

¿Carla que te pasa?

¿A mí? Nada, nada ... Bueno creo que me voy a ir — dijo Carla muy nerviosa.

¿Qué te vas? ¿Pero he dicho algo malo? —

No Pablo, no —

¿Y entonces? ¿Es por Alejandro? — Dijo Pablo temiéndose lo peor.

¿Alejandro? ¿Qué tiene que ver Alejandro ahora? Por favor Pablo, no te obsesiones ... Me voy, porque no sé... Veo que hay demasiada atracción sexual, y siempre acabamos igual, y porque nos interrumpen la mayoría de las veces, si no esto ... —

Carla, hoy no pensaba hacer nada, has sido tú la que has venido aquí también ... —

Yo no pensaba venir aquí Pablo, fuiste tú quien dijo que viniera, yo solo quería hablar contigo nada más .... —

Por un momento, Carla consiguió apartarse de todo. Observando todo desde fuera, vio como algo que estaba siendo un encuentro bastante bonito y relajante, quizás por la noticia de que Alejandro acudiría también a la boda, se tornó de repente en algo oscuro y agobiante; eso era algo que a Carla no le gustaba de las relaciones, que podían ser bastante cambiantes en apenas segundos.

Pablo será mejor que me vaya repitió Carla.

Pero Carla ... De verdad no te entiendo en serio, te vas como si te hubiera hecho yo ahora algo ... Así sin más, sin decir nada más ... ¿Cómo quieres que me sienta? — dijo Pablo bastante decepcionado.

Lo siento Pablo

Puf ... Carla no es por nada, hoy es viernes, el domingo se casa tu amiga, ¿quieres que vaya contigo a la boda o ya no? Se supone que tendría que saberlo, no quiero ir y que me pongas caras, no sé ... No te veo muy por la labor ... Creo que deberíamos hablar del tema ... —

Carla en ese momento se dio cuenta de lo que quería en ese momento. Y no podía estar con Pablo, sentía algo muy fuerte por él. Pero no sabía muy bien porque, si por el agobio de que Alejandro la liara en la boda de su amiga, o porque quizás seguía sintiendo algo por Alejandro, pero no la apetecía que viniera a la boda. En ese momento se le cruzaron los cables a Carla de tal forma que ni Pablo podía llegar a entenderlo.

Pablo, no me apetece ir ni a mí a su boda, no soy de bodas ... Y la verdad, no me apetece ver tampoco a Alejandro ... No sé cómo decir a Ana que no creo en las bodas, y mucho menos en ir a la suya, y menos para encontrarme con mi ex pareja que va contando tonterías, haciéndose la victima mientras está con otras ...

Vale bueno, eso es que no quieres que vaya contigo ... Ok, entendido. Pues ya que has hablado conmigo, deberías hablar con Ana. Bueno tengo mucho trabajo, voy a seguir —

Perdona Pablo ...

No, no ... Entiendo que estés confundida, o decepcionada con los hombres o como lo quieras llamar ... Para ti la atracción sexual en una pareja supone ahora mismo un problema ... Yo ya te he dicho Carla que podíamos ir a tu ritmo, más no te puedo decir, que siempre acabamos igual pues también; que considero por otra parte que está bien que exista una atracción entre nosotros sí, creo que también es la base de una relación ... Qué en realidad tú puede que no estés preparada todavía para mantener una relación ahora y estamos forzando algo sin sentido... Que por otra parte veo normal que no puedas, después de haber estado con un tío que te dice que eres lo mejor para él, y cambia de pareja más que de calzones, hablando claro ... Pero es lo que hay ... No estamos en el mismo punto Carla y mira que lo siento ... — explicó Pablo, sabiendo que había soltado una parrafada bastante grande.

Carla después del monólogo de Pablo lleno de verdades, no pudo evitar pensar que tenía la razón en todo. Se quitó el mono que le había prestado Pablo, se contuvo las ganas de llorar como pudo, mientras se colocaba el moño dando la espalda a Pablo, cogió la mochila y no pudo evitar ponerse a llorar a mares, antes de poder abrir la puerta.

Pablo se dio cuenta de que ella se encontraba mal, y se adelantó a Carla, no pudo evitar retenerla como había hecho otras veces, era incapaz de ver a Carla en ese estado y no hacer nada, se puso en medio de la puerta, la agarró de la mano y la atrajo hacia él, abrazándola tan fuerte como nunca, él no pudo evitar echar alguna lágrima que otra.

Parecía que se estaban despidiendo el uno del otro, y los dos lo sabían. No podían hablar, solo escuchaban su respiración y los nudos en la garganta que indicaban el agobio de ambos en ese instante.

Joder Carla, perdona dijo él con la voz entrecortada.

Uff, creo que me voy ya Pablo, perdóname tú a mí, tienes razón en todo lo que has dicho, siento haberte hecho daño, acabas de salir de un divorcio y te he puesto todo más difícil —

No digas eso Carla, aunque no lo parezca me has hecho la vida más fácil este tiempo, y te estoy muy agradecido por ello —

No sé ... — dijo Carla rompiendo a llorar.

Te llevo a tu casa, no quiero que te vayas así ... —

Pablo agarró a Carla de la mano y se la llevó a su coche, durante todo el camino se iban mirando de una forma muy tierna y Pablo no podía evitar coger de vez en cuando la mano de Carla. Carla no podía evitar pensar cómo podía ser tan tonta de dejar escapar a alguien así, pero en esos momentos veía que tenía que dedicarse tiempo así misma. Cuando llegaron a su casa, Pablo paró el coche.

Bueno ya has llegado, espero que estés más tranquila, ya me contarás que tal la boda ...

En ese momento salió Ana de su casa, que estaba esperando a Carla mientras hacía compañía a Violeta. Quería que Carla le ayudará a envolver unos regalos, pero no se la había encontrado en casa.

¡Ah Carla!, justo a tiempo. Bueno terminar de hablar, me espero aquí — dijo Ana.

Pablo se sonrió mientras veía a Ana plantada esperando a que acabaran de hablar.

Nada Carla, lo nuestro no puede ser, nos interrumpen en todos los momentos buenos o malos ... dijo Pablo mientras observaba a Ana.

Eres idiota Pablo ... — dijo ella, sin poder evitar reírse.

Bueno vete que te esperan —

Ok, bueno Pablo ... —

Pablo se acercó a Carla y en ese momento le dio igual que estuviera Ana delante. Se acercó lentamente a su oído.

Carla, quizás no es el mejor momento, pero ... No me puedo ir sin decirte que te quiero ...

Carla no pudo responder, de repente tuvo que salir del coche, llorando como una loca. Ana le miró a Pablo con cara de preguntarle ¿qué has hecho?, y él no pudo evitar poner en marcha el coche e intentar irse, ya que tampoco podía aguantarse las ganas de llorar; pero no pudo Ana fue a retenerlo.

Ana no pudo evitar acercarse y decirle algo.

Pablo ¿qué ha pasado?

Pablo paró el motor del coche, le contó la historia por encima a Ana, y más tarde arrancó el coche y se fue, no sin antes decirle a Ana que fuera a hablar con Carla que podía necesitar de ella.

Fue entonces cuando Ana salió detrás de Carla. Violeta no entendía nada tampoco. Carla se encerró en su cuarto y no quiso hablar con nadie. Ana lo tuvo que entender y se marchó a su casa.

Carla se quedó pensando en que quizás había perdido una gran oportunidad con Pablo, pero necesitaba aclararse. Sabía que, si era verdad lo que él decía, tendría la paciencia suficiente con ella para que todo saliera bien.

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