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Capítulo 13. Dudas


El fin de semana no había terminado. Así que Ana, llamó a Carla para quedar con ella y hablar, sobre todo, Ana se sentía un poco desplazada, ya que Carla había pasado bastante de ella durante estas semanas, principalmente por el tema de Alejandro. Pero gracias a lo que había pasado con Pablo, no tenía importancia volver a quedar con Ana, sin miedo a que ella hablara de Alejandro.

Las dos amigas se propusieron dar un paseo largo y de paso se llevaban a Ron y Lula a dar una vuelta, que por lo visto estaban ya más cómodos con Violeta, pero lo de dar paseos no lo perdonaban, daba igual con quien fuera.

¡Que ganas tenía de verte Carla!, ¿qué tal todo?

Siento mucho lo que ha pasado Ana, pero como tú estás en la asociación con Alejandro, no me apetecía mucho saber nada de él, suponía que quizás podías haberte encontrado con él.

Ya, suponía que sería por algo así, después del mensaje que te envió. No pasa nada, de todas formas, lo entiendo, y sabía que podría ser por algo de eso. Pero que sea la última vez que haces algo así, y menos por un hombre, por eso, no dejes de quedar conmigo.

Ya, no volverá a ocurrir. Lo prometo.

Y bueno ... Yo tampoco sabía muy bien como hablar contigo. Hay una cosa de la que me he enterado sobre Alejandro que no sé si te va a gustar ...

¿A qué te refieres? ¿Qué tiene novia ya en menos de 2 semanas? Ya lo sabía, se llama Marta.

¿Lo sabias? — dijo Ana, muy confundida, sin saber cómo se había enterado Carla.

Ah sí, para no saberlo. Ayer ... Bueno... ¿Por dónde empiezo? Bueno, ¿te acuerdas del chicho del taller que estaba aprendiendo conmigo? No sé si te llegué a hablar de él ...

Si creo que sí, algo me comentaste, antes de dejar de hablarme por el cabeza de chorlito de Alejandro ... Sí, sí que me acuerdo.

Bueno ... Pues ...

Carla no sabía cómo decirle a Ana, algo que ni ella misma se imaginaba que hubiera hecho.

¿Carlaaaaa? ¿Nooo? ¿En serio? — Ana parecía leerle la mente o algo así, o quizás la mirada de Carla lo explicaba todo.

Sí, en serio— dijo Carla, cuando de repente le entró la risa nerviosa.

¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Como? Explica...— preguntó Ana, como si de un interrogatorio se tratase.

Ron y Lula se quedaron atónitos mirando a Ana, como entendiendo lo que quería decir, y como si ellos también quisieran saber lo que estaba a punto de contar Carla.

A ver, no sé, llevamos semanas trabajando, es increíble, es alucinante... Y ayer bueno ... Quedamos a tomar algo, ya sabes como soy, tengo la fea costumbre de tirarme el refresco en la camiseta jaja; pero esta vez fue cuando vi a Alejandro con su novia claro, me puse bastante de los nervios ... Y aparte él tuvo la desfachatez de presentármela ...

Carla iba a seguir con la historia, cuando le paró Ana, bastante cabreada.

¿Perdona? ¿Qué hizo qué? Pero si ni a mí ni a Mario nos la presentó. No te comenté nada, pero estuvo un día con ella en la asociación. Creo que tiene veinticuatro años y ni ella se lo toma muy en serio lo que tienen, a él tampoco es que se le vea muy animado con la relación ... Creo que lo ha hecho para fastidiarte y ella parece que lo mismo a otro, porque no paraba de mirar a otro chico que hay de su edad. De todas formas, me parece alucinante que tuviera la cara de presentártela, me quedo a cuadros ...

Pues me la presentó y me tiré todo el refresco encima para variar, tenía la camiseta bastante manchada, y Pablo se ofreció a llevarme a su casa y darme una, yo había ido andando y no iba a ir así hasta mi piso toda manchada por el camino de vuelta.

Claro, claro ... — asintió Ana, como diciendo si es algo muy comprensible, cuando en realidad quería decir menuda excusa, que piensas que es la excusa perfecta para empezar algo.

Y entonces acabamos en su casa ...

¿Nooooooooooo? ¿En serio? Y claro pasó lo que tenía que pasar...

Bueno Ana, si te contestas tu sola, pues sí.

Qué fuerte ... ¿Y has pensado que tienes que volver a trabajar con él mañana?

—Sí, claro. Por eso estoy un poco inquieta. No me ha vuelto a decir nada desde ayer, y no sé cómo se lo ha tomado, no me ha vuelto a escribir, ni ha vuelto a llamar, y no sé qué se le puede pasar por la cabeza.

No te quiero cortar el rollo ... A ver ... Que, si lo piensas bien, lo mismo él no quiere agobiarte, y por eso no te dice nada, pero empezar una relación con alguien del trabajo es un poco complicado, si no llega a funcionar, tienes que verlo todos los días, y lo mismo de malas caras si no ha salido bien.

Ya, me meto en cada lio yo sola.

¿No me digas que es el chico alto que entra todos los días temprano al taller?

Sí, supongo que será él, solo entran él y el jefe, y el jefe ya sabes cómo es.

—Como te lo montas de bien, no eliges nada mal Carla.

Quizás debería ir yo antes mañana al taller, para ver cómo están las cosas, antes de que el jefe venga luego a abrir la tienda.

Pues sí, yo lo haría la verdad.

Carla y Ana seguían charlando tranquilamente, Ana estaba contando a Carla como había ido su semana, incluida una escapadita que hicieron Mario y ella, mientras continuaban paseando a Ron y Lula; cuando de repente, Carla recibe un mensaje.

ALEJANDRO_11.15

Me encantó verte ayer.

Ana se acercó a cotillear. Carla sabía que no era Pablo, para su sorpresa el mensaje de la discordia era de Alejandro. Ana pudo divisar el mensaje y ver de quien era.

¿Te ha escrito Alejandro? ¿Y te escribe eso? ¿De qué va?

Ana estaba bastante furiosa, no entendía nada, pensaba que Alejandro era de otra forma, y lo veía como un niño al que no le importaba hacer daño a nadie.

Carla se quedó paralizada, sin saber que decir a Ana. Lo que si tenía claro era que ella no pensaba contestar el mensaje, a ella la disgustó bastante leerlo y más cuando sabía que estaba con otra. Era incapaz de entender la frase en el contexto en el que se encontraba, y más que usara esas palabras cuando él sabía que ella supuestamente también tenía "pareja" (aunque era falso), en ese momento.

Ana estaba tan enfadada, que tenía la necesidad de seguir hablando sobre el tema.

Pero ... ¡Que niñato es! Esto no me lo esperaba de él, me está sorprendiendo para mal. La edad del pavo, la tenía que haber pasado hace tiempo. ¿Qué quiere decir con eso? Pero si está con otra ... ¡Que fuerte me parece todo! ¿Carlaaaa? ¿Carla?

Ana empezó a zarandear a Carla y siguió pronunciando su nombre para ver si reaccionaba, ya que ella seguía sin responder. Carla estaba bloqueada mirando y remirando el mensaje una y otra vez.

¡Carlaaa! volvió a gritar Ana, esta vez más fuerte si cabe.

¿Qué? — gritó Carla asustada, sin saber por dónde le venían los tiros.

¡Chica, reacciona!

¿Qué reaccione? ¿Qué quieres que te diga Ana? Me he quedado, que no sé qué decir, no sé a qué viene esto, ¿le gustó verme con otro también? ¿esto que es? ¿a que juega? — dijo Carla bastante disgustada.

Ana al ver la cara de su amiga, no sabía que decir.

No sé qué decirte Carla, de verdad ...

Alejandro había conseguido dejar a Ana sin palabras, y era bastante difícil, y Carla tenía un bloqueo mental con una lluvia de ideas que la picoteaban en la sien y no sabía cómo quitárselas de encima.

Entre tanto, Alejandro viendo que no contestaba, volvió a insistir, con otro mensaje.

ALEJANDRO_11.20

Carla, creo que me he equivocado. Ayer al verte con otro, no me gustó nada. Entiendo que tengas que hacer tu vida, sé que fui yo quien te dijo que era mejor dejarlo así, pero no puedo parar de pensar en ti.

El mensaje había llegado al móvil de Carla. Y antes de que Carla pudiera leerlo, Ana sujeto el móvil rauda y veloz, quitándoselo de las manos a Carla y se dispuso a leer el mensaje antes que ella.

¿Pero ¿qué haces Ana? dijo Carla bastante mosqueada.

Es muy fuerte Carla, es muy fuerteeeee ...

No sé qué es fuerte, ¿me puedes dar mi móvil? dijo Carla con un tono de voz alto y bastante enfadada.

No sé si deberías leer esto, creo que por tu bien no deberías leerlo, ¿me permites borrar el mensaje que te ha llegado? — dijo Ana con afán de proteger a su amiga, pensando que este nuevo mensaje le podría tocar la fibra sensible, y no sería para bien.

¿Qué dices Ana? Dame el móvil, por favor ...— dijo Carla (con un tono de cansancio y viendo que lo que leería no iba a ser de su agrado).

Ana dio el móvil a regañadientes a Carla, y Carla se dispuso a leer el segundo mensaje de Alejandro.

«¡Joder! ¿Qué es esto? Ayer como no me pudo fastidiar el día, lo intenta hacer hoy ...» pensó Carla.

Ana al ver a Carla bastante pensativa, no pudo evitar seguir con la conversación.

Ni se te ocurra contestar Carla

—Si no sé qué decir Ana, ¿qué voy a contestar?

—Creo que está jugando contigo, bueno contigo y con la otra.

Uff que mal— dijo Carla viniéndose abajo.

¿Qué te pasa? — preguntó Ana asustada, pensando lo peor.

Tengo dudas, no sé ... — dijo Carla, con una cara de me va a explotar la cabeza aquí mismo.

¿Qué? ¿Cómo dices? Lo sabía, tenía que haber borrado el mensaje. Estás con un hombre de los pies a la cabeza, o bueno vas a empezar algo con él ... ¿Y tienes dudas por las confusiones que tiene en la cabeza un niñato? ¿Dudas de qué? — preguntó Ana, cabreándose cada vez más por momentos, pensando que Carla podía echar todo a perder, así porque sí.

Carla estaba bastante agobiada, se le veía en la cara, pero tenía la necesidad de desahogarse con Ana, así que lo hizo.

Ana, ayer estuve con Pablo en realidad porque vi a Alejandro con otra, no me gustó nada y de la rabia acabé en la cama de Pablo ... Me he metido en un lio bastante importante, porque después de lo de ayer siento algo por Pablo. Pero tampoco puedo evitar que cada vez que veo a Alejandro, o me escribe como ha hecho ahora, sentir algo por él, y acordarme de lo bien que he estado con él en ciertos momentos en los que no ha sido un niñato repugnante.

O hasta siendo un niñato repugnante, acuérdate de la nochecita que nos dio, y encima vas y el niño consigue su premio.

¡Ana!

¡Carla! ¿Qué? Es verdad ... Tú sabrás, pero como contestes, estarás perdida, ahí lo dejo.

Gracias Ana, sé que te preocupas por mí. Pero lo que haga o deje de hacer, lo siento, pero solo es asunto mío.

Ya, si en eso tienes razón, de los errores se aprende dicen...

Pues eso, déjame aprender de mis errores.

Carla y Ana ya habían tenido suficiente por hoy, y la sobreprotección que mostraba Ana, podría acabar mal para ambas, y lo que menos querían las dos amigas era cabrearse en ese momento por una tercera persona, por lo que decidieron dejar el paseo ahí y quedar otro día en el que todo estuviera más calmado y relajado.

Carla cuando llegó a su piso se metió en la habitación sin decir nada a Violeta. Violeta sabia cuando Carla necesitaba hablar y cuando necesitaba simplemente pasar un momento a solas con ella misma para reflexionar sobre algo, como era el caso; así que dejó que se quedará en su habitación pensando.

Carla no sabía qué hacer, por un lado, estaba empezando a sentir algo por Pablo, pero por otro lado estaba Alejandro en su cabeza. Lo que sí tenía muy claro, es que por mucho que se muriese de ganas de contestar a Alejandro, no lo haría. Ya que sabía que se moría de ganas de decirle que ella también le echaba de menos, pero por su bien no debía contestar a los mensajes, ya que todo esto, sentía que no era bueno para ella.

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