𝐈𝐈. LOVE IS A CHOICE ...
❪ ! ❫
𝐈𝐈... CAPÍTULO DOS
𝖫𝖮𝖵𝖤 𝖨𝖲 𝖠 𝗖𝗛𝗢𝗜𝗖𝗘
Pasar la mayoría de su vida siendo educada para complacer a las personas a su alrededor la dejaban exhausta. Para la princesa, Lilibeth le resultaba difícil mantener la compostura en varias ocasiones y cuándo leyendo cómo la famosa Lady Whistledown le llamaba "un alma salvaje" y que solamente estaba en Londres para cumplir las expectativas de su padre y la reina, explotó.
Entendía que su tía quisiera aprovecharse de la posición de la joven pero le resultaba de mal gusto tener qué soportar más atención de la que ya tenía que cargar con su título -no deseado-, y su padre ahora que una autora desconocida la había nombrado un "diamante", ni siquiera se había molestado en esperar la decisión de la reina. Ahora Lilibeth entendía porqué su tía deseaba deshacerse de la escritora lo antes posible. La princesa no tenía ni una semana en Londres y ya estaba harta de Lady Whistledown y de la corona. A pesar de su estatus real, Lilibeth se sentía vulnerable ante las palabras de la enigmática escritora.
Después de la desastrosa reunión en la corte se despidió de su tía usando de excusa un increíble jaqueca. Llegó hasta sus aposentos en el palacio y durmió toda la tarde y evitó sus deberes hasta la noche siguiente, no le importaba perderse la cena o algún reproche de su padre quejándose de que no había sido lo 'suficientemente perfecta' en su debut en la alta sociedad, estaba harta y cargaba con un humor de perros desde que se había enterado de los planes de la reina y cómo ahora sería el centro de atención de chismes. Temía que sus pasos fueran juzgados y criticados sin piedad. Se había alejado de Francia para evitar las ansiedades que le causaba su familia y ahora llegaba a vivir el mismo tormento, incluso peor, ahora siendo el centro de atención de la autora de pluma incisiva, sabía que debía ser cautelosa y mantener su dignidad en medio de la vorágine de rumores y especulaciones.
"No estoy de humor..." susurró, se llevó ambas manos al rostro, restregándose con impaciencia mientras escuchaba cómo tocaban a su puerta, pero aún así sus palabras no fueron suficientes y la su criada entró con una bandeja de plata con algunas galles y macarons.
Su semblante cambió cuándo escucho a su estómago hambriento pedir algo de comida. Soltó un suspiro cansado y su rostro se suavizó, mirando a la joven mujer, sin más, la princesa se levantó de su cama a ayudarla con la bandeja, la mucama se quedó estática y confundida al ver la acción de la princesa. Aún así asintió y con una pequeña reverencia salió de la habitación, ¿qué raras costumbres podría tener la princesa francesa? En su caso Lilibeth odiaba ser tratada cómo una persona inalcanzable, le gustaba mantearse al margen y es por ello que era muy cercana a su pueblo en Francia, vivir en ese lado del mundo la mantenía ocupada con sus ocupaciones reales pero siempre buscaba la forma de verse unida y presente con la gente de su alrededor, cosa que la parecía inaceptable al Duque de York.
Se había perdido el primer baile de la temporada organizando por Lady Danbury, sabía que su tía iba a estar furiosa, su padre la reprendería y Lady Whistledown hablaría de ella de nuevo, estaba agotada. ¿Qué pensaría el público de ella? ¿Qué secretos ocultos podría revelar Lady Whistledown? Era nuevamente su ansiedad haciéndose presente, había sido mencionada apenas una vez y ella sentía desnuda frente a toda la sociedad de Londres, pero había algo más dentro de su cabeza y de su corazón llenó de incertidumbre.
Recordó aquel instante fugaz en su debut en la corte, cuando sus ojos se encontraron con los de un caballero. Fue solo un segundo, pero fue suficiente para que su mirada la cautivara. Eran unos ojos cafés, profundos y llenos de misterio. La princesa no podía descifrar qué había en ellos, pero había sentido una extraña conexión, ¿qué significaba aquel intercambio de miradas? ¿habría sentido él también algo especial en aquel instante? Se preguntaba qué pensaría aquel hombre de ella, tal vez no era más que un hombre interesado por su título o peor, en una presa fácil para amarrar en un matrimonio horrible.
Sacudiendo la cabeza para alejar aquellos pensamientos, la mayor de los Hannover se dispuso a pasar una tarde intentando calmar la furia de su tía y prepararse para el baile privado qué organizaría la reina.
Pasó toda su tarde en aburridos almuerzos, presentaciones con altos mandos, una hora del té con su tía Charlotte, un recorrido por los jardines del palacio y sus animales exóticos. Y cuándo tuvo la suficiente paz, salió a caminar entre los inmensos pasillos del palacio, le pidió espacio a Nellie, su criada. Tenía lo suficiente en la cabeza como para pasar lo último que quedaba de los rayos del sol hablando de vestidos y joyerías para la noche. Cada paso que daba en los pasillos del palacio resonaba en el silencio, recordándole la importancia de su posición como miembro de la realeza al ver a sus tíos en pinturas majestuosas, a sus ancestros brillando con elegancia y belleza. Sin embargo, entre tanta grandiosidad, se sentía pequeña y perdida.
Había sido guiada a la biblioteca de mala gana por Brimsley, el lacayo leal de la reina. Por un momento pensó que Brimsley le había dado la indicación mal y ahora estaba perdida en los pasillos del palacio, ahora bufaba por haber dejado a Nellie en su habitación, aún así siguió caminando siguiendo su instinto, tomó un desvío y se encontró frente a una imponente puerta de madera tallada; constelaciones, estrellas y planetas.
Un precioso detalle mandado hacer por su tío, el Rey George.
Así que abrió la puerta con cautela y sonrió satisfecha. Sus pasos resonaron suavemente en el interior de la biblioteca real. Los estantes de madera se alzaban hasta el techo, se detuvo frente a las estanterías, dejando que sus dedos rozaran las lomos de los libros, como si intentaran transmitirle su sabiduría. Los títulos llamaban su atención, y su curiosidad la impulsaba a tomar uno tras otro en sus manos, devorando las sinopsis con avidez. Aquella biblioteca era su refugio, un lugar donde podía escapar de las expectativas y responsabilidades que pesaban sobre ella.
Sin embargo, su soledad fue interrumpida por la voz de un hombre que la sacó de su ensimismamiento.
── Permíteme interrumpir tu encuentro con tú verdadero amor, querida prima ──dijo el príncipe George, haciendo una reverencia cortés. La última vez que vio a George ella era una niña y él un mimado insoportable que disfrutaba de hacerle bromas de mal gusto y llenar su cabello de lodo y flores, lo llamaba un "crème brûlée a la Lily", para su sorpresa ya no era un niño mimado, era un hombre imponente qué era casi tres cabezas más alto que ella con un porte tan elegante que se volvía escalofriante, herencia del Duque seguramente pero aún con ese porte admirable en sus ojos aún existía ese niño que se burlaba de ella, podía ver la diversión de su parte después de haberle sacado un susto. Lilibeth soltó un pequeño grito y golpeó el pecho de su primo con el borde de uno de los libros que sostenía en la mano. ── ¿Perdida en el mundo de los libros, como siempre?
── Sigues siendo el mismo, Georgie. De igual forma, no estoy perdida, siempre sé en dónde posar mis conocimientos. ──un suspiro salió de su boca, pasó de tener una pequeña sonrisa a mostrar una mueca de incomodidad, el heredero lo noto y entendió fácilmente el descontento de su prima "¿ahora que hizo mamá?" pensó, sabía que su madre podía ser difícil pero haberla sacado de su hogar y traerla hasta acá nuevamente solamente le hacía tener pena por su pobre prima. ── Solo buscaba un poco de tranquilidad en medio de este bullicio.
── La biblioteca siempre ha sido un refugio para ambos ──comentó George con nostalgia en su voz.── ¿Recuerdas todas las veces que nos escondíamos aquí para esconderle las joyas a tu madre? ──la princesa soltó una risita, se sentía satisfecho por alejarle la tristeza y cansancio a su prima, aún que casi no se veían y rara vez se enviaban cartas seguían siendo familia y para George quien sabía más que nadie lo que era tener el peso de la corona encima, sabía lo que significaba tener a la familia cerca.
── Aunque siempre terminábamos siendo descubiertos y reprendidos por tu madre, eran buenos tiempos. ──añadió ella con diversión─. Nuestro destino era enfrentar nuestras responsabilidades reales, después de todo.
Aquel encuentro inesperado en la biblioteca le recordó a la princesa la verdadera razón de porqué aún no salía corriendo de Londres: el amor a su familia. Los amaba con todo su ser y estaba dispuesta a siempre brillar para ellos aún cuando se sintiera destruida y tuviera miedo de no ser lo suficiente para nadie.
── La verdad es que necesitaba un momento de tranquilidad. Todo es tan nuevo y abrumador. Me siento como si estuviera en medio de un torbellino, ¿sabías algo sobre una tal Lady Whistledown y cómo tu madre ahora está obsesionada con ella? Me siento un peón en su gran juego de ajedrez.
George soltó una risa que resonó por toda la biblioteca, para la suerte de la princesa, el heredero al trono se sentía caritativo en ese momento. Le miraba con comprensión, sabiendo que su prima estaba enfrentando una situación abrumadora por culpa de su madre y del hombre implacable que era el Duque de York. Decidió cambiar de tono y ofrecerle una distracción.
── Bienvenida a la sociedad Londiense y la corona de Inglaterra, Lily. Pero dime, prima, ¿a qué debemos el honor de tu compañía en el baile de mañana? Mi madre me contó que decidiste declinar la invitación al primer baile de la temporada, ¿acaso necesitas un valiente caballero que te proteja de los pretendientes demasiado atrevidos? ── Lilibeth sonrió, casi soltando un suspiro de alivio, tal vez así podía evitar ser acompañada por su padre sabiendo que George estaba dispuesto a ser su escudo y su cómplice por lo menos esa noche.
── De hecho, sería un gran placer si me acompañaras, querido primo. Temo que los bailes y las miradas inquisitivas de la alta sociedad puedan ser un poco abrumadores para mí. Y capaz esa tal Lady Whistledown al ver a su futuro rey, escriba algo que haga que tu mamá no me asesine.
Ahora estaba ansiosa, deseosa por pasar su noche con un conocido de confianza, uno que no la reprocharía por no pararse lo suficientemente derecha o no hablarle "grosero" a los hombres con narices gigantes que olían la riqueza y títulos reales a cuarenta kilómetros. Deseaba pasar una noche agradable y sentirse segura de sí misma antes de flanquear y cometer un error.
¿Podría nuestra reina, al fin, extinguir las fervientes especulaciones y otorgarle el mayor honor a una afortunada señorita está noche?
Con tantos futuros en riesgo, sospecho que esta autora no es la única que se encuentra conteniendo el aliento.
La elegante sala estaba adornada con lámparas relucientes y exquisitas decoraciones florales. Los nobles de la alta sociedad se congregaron allí, ataviados con sus mejores galas y joyas deslumbrantes. La orquesta tocaba una melodía cautivadora, llenando el ambiente con su dulce armonía. Las parejas danzaban con gracia y estilo, deslizándose por el salón en movimientos elegantes y sincronizados. La música envolvía a todos en una atmósfera de alegría y camaradería.
La reina Charlotte recibía a sus invitados mientras Lilibeth y George se encontraba a su lado. La princesa miraba a su primo y le dedicaba una mirada aburrida, no conocía a nadie y aún que sonreía y respondía cordialmente cuándo era presentada por su tía estaba muy aburrida. Nada había captado su atención y George tenía prohibido salir del lado de su madre hasta que ella lo indicará por ende la princesa tampoco podía moverse, ni siquiera eran grandes charlas a las que su tía se enfrentaba solamente saludaba con indiferencia y recibía sus reverencias de la misma forma.
Lilibeth posó su mirada en Lady Danbury que llegaba junto a sus invitadas de esta temporada. La señorita Edwina Sharma y su hermana, Kate Sharma vestían hermosos vestidos blancos y brillantes, su madre saludó con un poco de timidez a la reina y tuvieron una corta charla hasta que Lady Danbury las sacó de allí. Los ojos de la sabia mujer se posaron en la princesa y ella sonrió de la manera más amable que podía darle el rostro.
── Es un honor por fin conocerla, su alteza. Veo que la reina tiene una difícil decisión sobre su diamante esta noche, pero, sí me permite su majestad y usted, mi alteza. Pienso que lady Mary y sus hijas merecen algo de mérito, es una muestra de devoción de su parte presentarse ante el exigente ojo de su majestad después de todo. La más joven en particular creo que sería un partido envidiable y una gran competencia para el diamante de la corona. ──la mujer lucía decidida y aún que la princesa mantenía un rostro confuso y George de igual forma, la reina le sonrió con un poco de cinismo acercándose a la noble.
── ¿Acaso intenta manipularme, Lady Danbury? ¿Tal vez mi sobrina no es lo suficiente para brillar por sí sola como mi diamante?
George miró a Lilibeth desconectado con una mueca en el rostro mientras esperaba una pequeña discusión entre ambas mujeres.
── Usted quería darle un giro a la temporada. Y ahora es cuándo. Invitó a la joven princesa hasta aquí, su alteza, y creo que llevarle más contraria a su adversaria podría darle la satisfacción que desea.
Sin más Lady Danbury se marchó, dejando a la princesa confundida y con más ganas de salir corriendo del lugar. ¿Ahora tendría que escuchar cómo Lady Whistledown escribía sobre la posición en la sociedad de Lilibeth y la hacía competir con la belleza y porte de Edwina Sharma?
Al otro lado del salón, Anthony Bridgerton y Benedict Bridgerton entraba detrás de su madre, y la recién debutaba Eloise Bridgerton. La princesa sintió un hueco en el estómago cuándo reconoció el rostro que caminaba hasta ella aún si mirarla. Su corazón comenzó a pegarle en el pecho, ¿por qué se ponía tan nerviosa? Ni siquiera sabía quién era el hombre pero dentro de ella deseaba terminar su pequeño sufrimiento de duda y preguntarle ella misma pero por ahora no tenía la suficiente valentía.
Anthony perdido en sus propios pensamientos buscaba algo en específico en el salón, tal vez a la figura femenina que había captado su atención en la corte hace unos días, no la había visto desde entonces y se preguntaba porqué una figura tan importante no había asistido al primer baile de temporada siendo una debutante muy solicitada. Su hermano, Benedict, le miraba con diversión y burlándose de su situación, ¿no había rechazado a todas las mujeres en aquel baile ya? Mientras le comentaba ello a su hermano, el artista de los Bridgerton miró al frente y fue cuándo sus ojos se toparon con un rostro brillante que lo miraba a él y al Vizconde con seriedad.
Benedict no había perdido el tiempo en burlarse de su hermano en la corte pero ni siquiera le había puesto atención a la persona que había causado esa actitud en Anthony. En ese momento, Benedict percibió una chispa de inteligencia y curiosidad en la mirada de la princesa y ella apartó la mirada casi molesta de haber captado la atención de un Bridgerton. Benedict frunció el ceño y miró a su hermano que aún estaba perdido en su propia mente mientras seguía los pasos de la viuda Bridgerton y su hermana menor.
── Lady Bridgerton, señorita Bridgerton. Déjenme presentarles a mis dos invitados está noche, ya conocen a mi hijo, el príncipe George. ──Anthony y Benedict había llegado junto a su madre y su hermana mostrándole una sonrisa a la reina, la princesa miraba a Eloise buscando alguna clase de señal de que aún la recordará pero la castaña estaba lo suficientemente nerviosa como para en cualquier momento colapsar enfrente de ella. Podía sentir las miradas de los dos hombres Bridgerton encima de ella y estaba evitando mirarlos a toda costa, miró a su primo quién sonreía cordialmente a las mujeres Bridgerton──. Y también a mi preciosa sobrina, Lilibeth. Recién llegada de Francia, la princesa me comentó que saldrías después de ella, es una pena que tu presentación en la corte fuera interrumpida, señorita Bridgerton.
Lilibeth sonrió de igual manera que su primo y miró a los Bridgerton hacer una reverencia ante ambos invitados. Fue allí cuando sus ojos se desviaron y vieron a ambos hermanos quién miraban fijamente a la princesa, ella frunció las cejas.
"¿Qué tanto miran, par de tontos?" Pensó.
── Es una gran pena... pero estoy agradecida por la cordialidad de la princesa, su majestad, me ayudó con mis nervios. ──Eloise habló bajamente mientras soltó una risita.
── Ahora que amabas debutaron, espero las dos puedan iniciar una gran amistad. Es una lástima que tu hermana, Daphne no esté aquí, después de su triunfo la temporada pasada, hubiese sido interesante tener a las Bridgerton siéndole de ayuda con las costumbres de Londres a la princesa.
Eloise se quedó sin habla mientras su madre esperaba pacientemente de que fuese a decir algo, la princesa y ella se miraron y no fue hasta que Lady Bridgerton empujó a su hija, Eloise habló.
── Es una lástima, su majestad, ambas somos nuevas en este mundo pero seguro que ella tiene unas bonitas costumbres francesas. Mi hermana Francesca dice qué hay ratas en Paris. ──Anthony miró sorprendido a su hermana y la misma Violet casi suelta un suspiro frustrado cuándo escucho el comentario de su hija, ¿acaso había dicho que había ratas en el país de la princesa?
"Ahora sí, estamos acabados." Pensó Benedict divirtiéndose por el comentario de su hermana.
Lilibeth soltó una risita cuándo la reina Charlotte soltó una carcajada, George miró a ambas mujeres totalmente confundido pero haciendo una mueca divertida. A su vez, los Bridgerton quedaron completamente sorprendidos por la actitud de sus altezas.
── ¡Dios! Tienes razón, es un país sucio, por algo te saqué de ese lugar, ¿no es así, Beth? ──la reina miró a la princesa mientras miraba a Eloise con una gran sonrisa, por lo menos ahora la reina estaría de buen humor, a ella no le importaban los comentarios de su país, no cuándo la reina tenía sus ojos puestos en ella cada hora del día.
── Tiene razón, señorita Eloise. La reina ha sido muy considerada de hacerme disfrutar de su país, pero no se dejé llevar, Paris es hermoso.
── Parece que la señorita Eloise, ha progresado mucho desde el año anterior. Será un honor verla está temporada.
La familia se despidió con una reverencia antes de salir de frente de su alteza, Por lo menos ahora con el nuevo humor de la reina, ella les había dado permiso de ir a tomar una limonada mientras su majestad seguía recibiendo a sus invitados, y no tuvo que decírselo dos veces pues George estiró su brazo y Lilibeth inmediatamente siendo escoltada por su primo para salir de la vista de su tía. George se burlaba de su prima y el comentario ocurrente de la joven Eloise, Lilibeth por su parte golpeó con el codo al heredero, se quejó con un "¡Ouch!" y la princesa sonrió divertida.
No pasó mucho tiempo cuando ambos terminaron en la mesa de comida en el baile. Seguramente ya habrían sido regañados pero la peli-negra moría de hambre y su primo no podía resistirse a probar la limonada del lugar.
── Lo siento, prima. No pude evitar reírme con la ocurrencia de Eloise Bridgerton, había olvidado lo divertido que puede ser estos eventos, niña rata. ──Lilibeth levantó una ceja en señal de reproche hacia su primo, dejando claro que no apreciaba su comentario, notando la mirada de reproche de Lilibeth. Decidió cambiar de tono y tocar suavemente el hombro de su prima para reconfortarla──. Lo siento, Betty. Estarás bien. Lo bueno es que la imprudencia de la señorita Bridgerton fue un chiste entre nosotros. Y ahora, ¿qué tipo de debutante estrella serías si no aceptas bailar con alguno de estos caballeros?
George inclinó su cabeza en dirección a los hombres que observaban a Lilibeth, esperando ansiosos la oportunidad de acercarse a ella. No podía dejar qué hasta la Reina Charlotte decidiera con quién bailaría y hablaría el resto de la noche, ella tenía criterio propio y no necesitaba ayuda de nadie para saber con quién bailar o no.
── Tienes razón, me siento excepcional está noche. Veamos hasta dónde pueden llegar los caballeros, estoy dispuesta a bailar, siempre y cuando me asegures que estarás cerca si necesito una escapatoria. ──George asintió satisfecho, viendo cómo los pretendientes se acercaban lentamente hacía ambos. La princesa se preparó para la ronda de presentaciones y bailes, consciente de que estaba a punto de sumergirse en la efervescencia de la sociedad londinense. Mientras su tarjeta de baile se llenaba con el nombre de todo tipo de caballeros aprobados por su alteza, George, Lilibeth comenzó a sentirse un poco decepcionada, ¿acaso había mirado tan mal a los dos hombres Bridgerton para acercarse y hablar con ella? Su mirada se desviaba hacía ambos hermanos qué hablaban entre ellos cálidamente sin notar o hacerle mucho caso a la presencia de la joven mirándolos de lejos.
── ¿Acaso el Vizconde Bridgerton es de tu interés, prima? ──habló en voz baja su primo mientras volvía a ofrecerle su brazo para caminar una ronda por el lugar y encontrar algún otro caballero interesado en danzar con ella──. Se qué mi madre aprecia a su familia, creo que sería una buena opción para ti, Lady Whistledown escribió que desea desposarse está temporada.
── ¿Por qué tendría que interesarme en un hombre que ni siquiera me ve? ──tomó el brazo del hombre amablemente y comenzó a caminar con él, saludaba con una sonrisa dulce a las mujeres y hombres que la saludaban con un suave movimiento de cabeza o reverencia──. Parece que el Lord Bridgerton solamente se ve interesado por el diamante de la temporada. Sin embargo, su hermano, el señor Bridgerton parece adorable, ¿tal vez podría considerar un baile con Benedict Bridgerton? Parece ser la clase de persona de la cuál disfrutaría su compañía.
George sonrió respondiendo a la pregunta de su prima dispuesto a llevarla hasta ambos caballeros para hablar con el hermano del vizconde pero la música cesó por unos segundos haciéndolo mirar a su madre que ya lo buscaba con la mirada. Charlotte los llamó con un suave ademán de mano y ambos se miraron soltando un suspiro, resignados volvieron al lado de su alteza y las trompetas se hicieron presentes listos para dar un anuncio de la reina.
── Me complacen con su presencia. Como su reina, estoy agradecida. Permítanme el honor de presentarles el diamante de la temporada. ──Charlotte miraba a su alrededor cautelosamente, sus ojos miraron a su sobrina y después pensó en las palabras de Lady Danbury, la mujer podía tener mucha razón. Buscó con la mirada a la viuda Bridgerton, y su hija Eloise Bridgerton pero encontró a la señorita Edwina, quien parecía estar abatida──. La señorita, Edwina Sharma.
El salón se llenó de cuchicheos de sorpresa y la mirada de todos hacía la encantadora joven que miraba sorprendida a su hermano mayor y Lady Danbury que le dedicaba una sonrisa satisfactoria. Edwina camino escoltada del brazo del leal Brismley hasta la Reina dónde fue bendecida con un suave roce en el mentón. Los caballeros no se hicieron esperar alrededor de la joven Sharma y mientras Lilibeth le sonría satisfecha a la morena, pudo notar cómo el vizconde Bridgerton se acercaba velozmente hasta las tres mujeres. Su tía miró alegremente a Anthony.
── Vizconde Bridgerton, ¿ya conoció a mi incomparable de la temporada? ──Anthony miró a Lilibeth con una sonrisa, y ella mantuvo un rostro tranquilo y respondió con un movimiento de cabeza ligero y una pequeña sonrisa de la misma manera.
── Agradezco la presentación, su majestad pero esperaba ser honrado con un baile. ──Edwina lo miró con su brillo de emoción en los ojos, Anthony extendió su mano y con una mirada entre la Reina y Edwina, ella aceptó. Ambos caminaron a la pista mientras la música se hacía presente y la princesa los observaba con un cierto sentimiento de decepción en el pecho. Había sido ignorada completamente de nuevo sin embargo aceptó gustosa cuándo un caballero la escoltó a la pista, bailando y teniendo una charla no tan interesante como ver a Edwina y Anthony bailar, la princesa notaba el interés del Vizconde en su rostro y eso la hacía sentir aún más decepcionada, había deseado tener la misma atención esa noche como había tenido la atención del apuesto Bridgerton ese día en la corte.
El baile terminó con una reverencia del parte del caballero hacía la princesa y ella volviendo a lado de su primo quién la esperaba con una sonrisa. Pero su atención fue desviada hacía la voz del hombre que le llamaba.
── Su alteza. ──Benedict Bridgerton había tomado la decisión que su hermano no había hecho, un poco inseguro de no ser lo que podía esperar una mujer de sangre real se acercó temeroso pero fue recibido con un rostro de sorpresa que fue cambiado por una sonrisa que hizo sentir cómodo a Benedict──. Tiene que perdonarme, mi familia ha sido descortés con su llegada, he venido a enmendar nuestro error. ¿Su tarjeta de baile ya ha sido llenada? Me gustaría tener el honor de su compañía en la pista.
Lilibeth se llevó las manos sobre el vientre mientras escuchaba cautelosamente al hermano menor del Vizconde, le sonrió nuevamente mientras asentía.
── Lord Bridgerton, sería un honor. Podríamos bailar ahora, no creo que el príncipe le moleste en absoluto. ──George quien miraba de lejos se encogió de hombros en forma de respuesta y en sus labios se formó la palabra "adelante" mientras Lilibeth respondía a la propuesta de Benedict tomando su mano, ambos caminaron hasta la pista dónde una melodía llena de violines los acompañaban a ambos──. Podríamos dejar a un lado las formalidades, mi Lord, sí usted acepta llamarme por mi nombre.
Penelope Featherington y Eloise Bridgerton miraban la escena sorprendidas. Mientras que Violet miraba a su hijo mayor cuándo mencionaba que se casaría con la señorita Edwina, la mujer tomó el brazo de su hijo listos para volver al baile pero su vista fue llenada por la princesa real bailando alegremente con su Benedict. Anthony frunció las cejas al ver a su hermano, su mandíbula se tensó un poco cuando miró el rostro de la princesa con una bella sonrisa.
"Le he parecido tan desagradable que prefiere sonreírle así a mi hermano." Anthony pensó mientras caminaba de regreso a Eloise con su madre a lado. Nuevamente la princesa había captado toda su atención.
── Lilibeth, entonces espero puedas llamarme Benedict, no me gustan las formalidades pero jamás había bailado con una princesa tan misteriosa cómo tú. ──ella río, Benedict quien le daba una pequeña vuelta a la peli-negra le miraba con diversión cuando la escucho reír, definitivamente no era para nada misteriosa como lo había pensando──. ¿No cree en mis palabras?
── Las creo, Benedict, me he reído porqué de seguro debes tener muchas experiencias bailando con princesas. ──ahora entendía que la princesa se burlaba de él, Benedict río de igual forma y negó con la cabeza mientras seguía el baile a la perfección, era un gran bailarín.
── ¡Oh, se está burlando de mi! Nunca había bailado con una princesa, se lo aseguro. La he visto y pensé que me lanzaría con esa mirada penetrante de aquí a Marte, Lilibeth tiene una aura muy poderosa y inquietante. ──el baile fluía con gracia y armonía entre ellos, y los ojos de la princesa brillaban con cada giro. A su lejos un sentimiento de celos comenzó a crecer en el pecho de Anthony, y sintió cómo la irracionalidad se apoderaba de él.
Se había convencido a sí mismo de que no le importaba la princesa, que era solo una joven más en la temporada de debutantes. Pero al verla tan cerca de Benedict, algo en su interior se retorcía de envidia. Se preguntó cómo había dejado que esa envidia se apoderara de él, especialmente después de haber compartido un baile con la encantadora señorita Edwina.
Anthony desvió la mirada luchando contra la mezcla de emociones que lo embargaba. Quería alejarse de esa escena, pero algo lo mantenía pegado al lugar, observando cada movimiento de Benedict y Lilibeth. La manera en que ella se reía de algo que Benedict había dicho, la forma en que sus cuerpos se movían en perfecta sincronía, era suficiente para hacer que los celos lo consumieran por completo.
── Sí vamos a ser amigos, mi querido Benedict tiene que entender que me gusta mirar así a la gente que no conozco, ¿quién sabe a quién podría encontrarme? Su hermano me miraba de igual o peor forma, me asusté. ──Benedict río nuevamente cuando Anthony fue mencionado, si la princesa supiera cómo el mismo se había burlado de su hermano junto a Daphne, la princesa pensaría de una forma muy diferente, sabía del raro sentir de su hermano con la princesa pero él mismo había preferido alejarse y no tomar su oportunidad de hablar con ella así que no podía permitir que la princesa pensará que los Bridgerton eran igual de tontos que el Vizconde.
── Créame, Lily. Mi hermano mira así a todo mundo, ya tienen algo en común los dos, seguro tendrían una charla interesante, podría presentarlos, así aclaran ese pequeño choque. Me gustaría que fuese amiga de los Bridgerton, mi hermana Daphne me golpearía si no la hago cercana a Eloise esta temporada, necesitará mucha ayuda. ──ella sonrió complacida, le gustaba la idea de ser amiga de Eloise y de Benedict, ambos eran agradables y después de que Benedict le hablase de sus demás hermanos, de la idea de presentarla con Anthony le comenzó agradar la idea de presentarse personalmente con el Vizconde así que lo busco con la mirada. Sus ojos se encontraron con los de Anthony en un instante, y Anthony sintió una incomodidad en el estómago. Parecía haber algo más en su mirada, una chispa de conexión que lo hizo cuestionar sus propios sentimientos. Pero se obligó a apartar la vista, negándose a dejarse llevar por ilusiones y deseos prohibidos.
Finalmente, Anthony se dio la vuelta y abandonó el salón de baile -dejando a la princesa confundida de nuevo-, buscando aire fresco y la soledad que tanto necesitaba en ese momento.
¿Qué le estaba causando la presencia de la primogénita de los Hannover?
/pateo a Anthony.
DATE CUENTA MENSO !!!!!!!!
Hola, aquí nuevamente yo con el segundo episodio. Me costó mucho escribirlo, la verdad olvidaba lo difícil que es escribir y plasmar tus ideas en mente y capaz el capítulo es algo largo pero espero puedan disfrutarlo, ¿qué piensan del príncipe George? Quería incluirlo porque me enamoré de George en Queen Charlotte y deseaba tener un personaje con una esencia parecida, ¿y quien mejor que su hijo?
De igual forma pronto van a conocer al Marqués y estoy segura que van a recordar mucho al Rey George con él. Estoy emocionada, ya casi entran los Somerset a la historia. 🥹
¿Qué piensan de Anthony? ¿Y se la amistad de Benedict y la princesa? Yo los amo, conforme avance los capítulos verán más de su amistad toda linda... son mi dúo favorito después de Georgie y Beth.
gracias a @crackshipdelight por el gif!! y capítulo dedicado a xElsyLight por su apoyo, le quiero.
Por favor, no sé olviden de votar, comentar y de seguirme, me llena de mucha ilusión y me motiva a seguir escribiendo, gracias por su apoyo, los adoro.
Un beso de su Bridgerton favorito se ganaron, si leyeron hasta acá.
Hasta la próxima, se despide Swann.
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