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CAPÍTULO UNO
NUEVA ESCUELA
Kali realizaba una guía de huesos, su padre le prometió que si lograba terminarla, ambos saldrían de la Isla de los Perdidos para Halloween.
Sally subió en búsqueda de su hija para que bajara a cenar.
— Kali, la cena esta lista — hablo la mujer que antes era una muñeca.
Kali levantó la vista de los huesos en sus manos para poner su atención en su madre.
— ¿Ya ha llegado papá? — cuestionó.
Sally conocía que su hija tenía cierta preferencia a estar junto a su padre la mayor parte del tiempo.
La mujer estaba por hablar, pero el sonido de la puerta les dio una respuesta.
Ambas bajaron las escaleras encontrándose a Jack.
Jack quien no tenía un buen semblante en su rostro, no estaba alegre como usualmente sino,
se encontraba pensativo.
— Papá
La voz de Kali trajo de nuevo a la realidad a Jack, el hombre la miró con un extraño sobre en sus manos.
— ¿Qué sucede, Jack? — cuestionó Sally.
— Nuestra niña fue elegida para ir a otra escuela junto a otros chicos — respondió Jack recordando lo que Maléfica le había dicho. — En Auradon.
— No iré — negó rápidamente Kali.
— Irá — acepto Sally.
Madre e hija se miraron sabiendo que tenían ideales completamente diferentes, Kali no quería alejarse de casa, en cambio Sally quería que su hija saliera más al mundo exterior.
— No voy a ir a un lugar rodeado de princesas y extraños — negó la chica del cabello verde. — ¿Qué sucede sino festejan Halloween?
Jack sonrió al escuchar a su hija, rompiendo la carta en sus manos.— Lo sabía, mi calaverita — hablo Jack. — Seguiremos con los preparativos de Halloween.
Una sonrisa apareció en el rostro de la chica.
Sally miró mal a su hija y a su esposo, ambos estaban de acuerdo en que ella no saliera a diferencia de Sally quien quería que su hija se fuera.
— Es una oportunidad para que conozcas más personas — insistió Sally.
— Me gustan las personas que conozco aquí. — se quejó Kali.
Sally se cruzó de brazos mirando a su hija.
— Dime el nombre de cinco amigos que tienes.
Kali se cruzó de brazos. Los aliados de su padre no contaban.
— Mal — mencionó una. — Carlos, Jay...
Sally la miró mal.
Kali amaba a sus padres y por más que deseara no ir a Auradon, tenía que ir por darle el gusto.
— Está bien — respondió Kali cerrando sus ojos. — Iré.
Una sonrisa apareció en el rostro de Sally al escuchar a su hija aceptar. Subió corriendo las escaleras y bajarlas arrastrando una maleta.
— ¿Tenias planeado correrme de casa? — Kali se cruzó de brazos.
Sally dejó la maleta, Jack se acercó para tomarla.
— Solo estaba lista para emergencias cariño.
Los padres de la chica salieron de la casa de Halloween para dirigirse hasta la casa de Maléfica, donde Jack sabía que estarían los demás.
— Prométeme que tendrás cuidado — hablo Jack. — Llevas algunos huesos para asustar a quienes te molesten.
— Hacer amigos es lo principal, Kali— recordó Sally. — Nos volveremos a ver cariño.
Al llegar a la casa de Maléfica. Visualizaron un carro que solo podía significar que venía del otro lado de la barrera.
— Su transporte — señaló Sally emocionada.
Jack dejó la maleta en la parte trasera, abrazó a su hija.
— Nos volveremos a ver calaverita.
Kali sonrió, su padre la llamaba así desde que era un bebé.
Sally se acercó a ellos abrazándolos, un último abrazo familiar.
— Voy a volver.
Kali entró al auto encontrando al resto de chicos. Jay la saludó. Mal fue la última en entrar.
— Los chácales aterrizaron — habló el hombre que conducía.
La chica Skellington rodó los ojos al escuchar como los llamaban. Ellos no eligieron donde nacer, fueron condenados por los crímenes de sus progenitores, se decía que de tal palo, tal astilla, pero sino se daban el lujo de conocerlos antes, por que llegaban a una conclusión solo por la sangre que estaba en sus venas.
Skellington notó como Jay y Carlos se lanzaban al área de dulces que tenían el auto. Ella solo hizo una mueca sacando el diario de su padre.
— Estas algo pálido déjame ayudarte — escuchó la voz de Evie dirigida a Mal.
— Déjame — la alejó la chica.
Evie miró hacia Kali quien negó.
— Romperé eso si lo pones en mi rostro. — amenazo Skellington.
— Amargadas — respondió Jay lanzándole un chocolate a Kali.
Kali se alejó de la conversación. Escucho como bajaba una ventanilla a la que también ignoro. Cerró sus ojos.
— ¡No! — la voz de Evie la trajo a la realidad.
Prestó atención viendo cómo empezarían a cruzar la barrera. El puente comenzó a formarse, ella sabía ese detalle gracias a su padre quien tenía un permiso por el rey para que cada Halloween pudiera salir a repartir el terror aunque fuera vigilado.
— ¿Qué es lo qué pasa? — preguntó Carlos.
Miraron el puente.
— Debe ser magia — hablo Evie.
— Oiga — Mal habló al chofer. — ¿Es este el botón que abrió la barrera mágica?
— No, este abre la barrera mágica — señaló otro control. — Y ese abre mi garaje. — señaló otro botón. — Y este botón...
La ventanilla volvió a subir. Kali regresó su vista al diario de su padre.
— ¿Kali? — la llamó Evie. Ella levantó la vista. — ¿Alguna vez visitaste Auradon con tu padre?
Kali chasqueó su lengua.
— Jamás — negó. — No puedo salir a menos que tenga un permiso. Solo él tiene uno y es controlado.
— ¿Jamás deseaste que te llevara? — preguntó nuevamente la chica de cabello azul.
— Siempre.
Kali miró por la ventana, el letrero que anunciaba su cercanía con Auradon lo acaban de cruzar. Soltó un suspiro.
Nuevos amigos, nuevos amigos, nuevos amigos era lo único que pensaba en su cabeza, solo quería hacer feliz a su madre.
NOTA DE AUTOR:
¿Qué tal? Damos por iniciado este fic, espero les guste y agrade la historia de Kali <3
Si eres nuevo o antiguo lector mío, te comento que hago dinámicas de actualización y como este es el primer capítulo.
La meta que tendremos será pequeña para incentivarnos 15 votos y 5 comentarios, no valen emojis, puntos o el famoso "actualiza"
Me despido hasta un nuevo capítulo <3
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