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⋟ catorce; amor.

JungKook se hallaba tranquilamente acostado en uno de los sofás que se encontraban de la sala de estar de su mansión. Se sentía extraño decir o pensar que ahora todo esto también le pertenecía, TaeHyung se había encargado de hacérselo saber durante estas dos semanas en las cuales se tomaron su tiempo para pasarlo juntos e irse conociendo más a profundidad. Su padre se había hecho a grandes escalas mucho más llevadero y amable, incluso hasta bromeaba y se reía con él, lo cual llenaba al pequeño Jeon de la más absoluta felicidad, haciendo a su corazón hincharse de regocijo y amor.

Sí, amor.

Ya era bastante bien sabido por quien los veía que JungKook tenía ojos en forma de corazón cada vez que se encontraba en el mismo espacio de TaeHyung, bebiéndose con su mirada cada pequeño detalle en su pareja, y sin poder evitarlo siempre tendía a gravitar a su alrededor, sin ser capaz de separarse nada más que unos cuantos minutos. Aun así, JungKook seguía sin poder expresar sus sentimientos correctamente, sintiéndose un poco tímido ante la atenta mirada que con frecuencia recibía por parte del puro.

Escuchó una de las puertas principales siendo abierta, lo cual activó cada sentido de su cuerpo. TaeHyung por fin estaba en casa. A decir verdad, esta era una de las pocas veces en las que él llegaba temprano del trabajo, mayormente regresaba a altas horas de la madrugada o no regresaba en absoluto. Pero este día era especial, ya que después de todo, se trataba de su cumpleaños número diecinueve, donde por primera vez en toda su vida lo pasaría junto a su padre. Al verle ingresar pudo reconocer fácilmente que el vampiro puro se encontraba un poco tensionado y con unas líneas amargadas en su entrecejo, no obstante, rápidamente suavizó su expresión y músculos dirigiéndose a él, para envolverlo entre sus brazos y dejar un casto beso sobre sus labios rosas.

—Feliz cumpleaños otra vez, JeonGguk.

Esta vez lo besó en serio, dejándolo algo falto de aliento al momento de separarse

—Gracias, Tae. —Se sonrojó bonitamente, antes de centrar sus avellanadas pupilas en las oscuras contrarias—. ¿Ocurrió algo malo en la empresa? —inquirió cuidadosamente.

—Hoy tuve que arreglar todos los asuntos legales con HyeJin, acordamos que el bebé estaría con ella hasta el nacimiento, luego, sería traído aquí y alimentado por una nodriza de sangre que yo personalmente escogeré.

JungKook asintió comprendiendo la situación.

Al parecer TaeHyung había hecho algo con la rubia, pero no lo suficientemente malo como para causarle problemas para parir, lo cual era... bueno.

—Ahora, dejemos eso de lado. ¿A qué horas se fueron YoonGi y JiMin? —Lo cargó con suavidad antes de sentarse nuevamente en el sofá y posicionar a JungKook justo en su regazo.

De alguna manera esa posición se había vuelto su favorita para acurrucarse.

—A las seis, al parecer tenían una reunión con la familia de Min, creo que por fin están aceptando el hecho de que su hijo está enamorado de un convertido. —Se encogió de hombros, mientras acariciaba las delgadas hebras del cabello castaño de su padre.

—¿Uhm, sí? —murmuró TaeHyung, ahora más concentrado en rozar con su nariz el sensible cuello ajeno y en pasear sus manos por todo el torso de JungKook, justo por debajo de su camisa de botones azul oscura.

JungKook se estremeció visiblemente, a la expectativa de un contacto más certero.

—¿Ya pensaste en lo que deseas como regalo? —Besó muy, muy ligeramente la zona que anteriormente acariciaba con su nariz.

—Quiero que me hagas tuyo. —Se separó para poder observar correctamente a su mayor, quien tan solo sonrió cálidamente, sin mostrar sus dientes—. Estoy listo. Y si me vuelves a decir que hay que esperar en serio, en serio me voy a enojar.

TaeHyung soltó una estridente carcajada.

—Muy bien, amor, como desees.

El corazón de JungKook saltó dentro de su pecho vigorosamente, anteriormente TaeHyung había estado posponiendo su enlazamiento, lo que había puesto de malhumor a JungKook.

Pero justo ahora parecía que TaeHyung por fin confiaba totalmente en las palabras de JungKook. De esta manera se vio alzado y llevado a través de la casona directamente a la alcoba de TaeHyung, donde fue depositado con extrema delicadeza en la mullida cama de dos plazas, siendo besado tiernamente por su mayor. Los besos comenzaron a descender, al mismo tiempo en que con ayuda de sus dos manos TaeHyung desabrochaba los botones de su delgada camisa, abriéndola poco después para exhibir su pecho desnudo.

Su lengua salió al encuentro de sus lindos botones marrón claro, chupándolos y pellizcándolos delicadamente con sus dientes. Jeon no sabía lo sensibles que eran sus pezones, avergonzándose un poco cuando se arqueó y jadeó quedamente ante los mimos que estaba recibiendo en ese lugar.

—Oh, mira eso... —Los iris encendidos en un tono carmín le hicieron estragos a su interior mientras lo miraban con la lujuria reflejada en ellos—. ¿Tanto te gusta que te chupe los pezones?

JungKook abrió la boca en un gemido silencioso cuando sintió una de las manos de TaeHyung apretar su muy duro pene. El menor se negó a responder, cubriendo sus ojos con su antebrazo ante el súbito sentimiento de pena desplegándose por su cuerpo. Escuchó la risita de Kim antes de que sus pantalones fuesen bajados y retirados de sus tonificadas piernas, quedando meramente en bóxers y una camisa a medio poner.

—Eres tan malditamente precioso, JungKook. —Besó su pecho, su abdomen, sus piernas, tomándose su tiempo en cada uno de ellos, repartiendo besos como si su vida dependiera de ello—. Y tan mío.

—S-Sí —tartamudeó JungKook con la respiración errática y su mente rápidamente mareándose de deseo.

—Bien —dijo TaeHyung, deteniéndose en su besuqueo que estaba volviendo un desastre a su menor—. Voy a morderte ahora. —Acarició su mejilla acalorada con sus nudillos—. Va a ser un poco intenso así que necesito que me digas cuando sea demasiado, ¿de acuerdo? Podría ser peligroso, al menos la primera vez.

Pero JungKook tan solo gimoteó perdido en su imaginación.

—Hey, estoy hablando seriamente aquí. —Apretó con cariño su nariz cincelada.

El mestizo asintió sonriendo pícaramente, para luego descubrir su cuello en la forma más sumisa posible, escuchando como TaeHyung suspiraba temblorosamente. Luego, un cálido aliento pegó contra el lugar donde su cuello y hombro se unían, dando una larga lamida en este, mordisqueando ligeramente, provocando que JungKook se retorciera en anticipación al sentir sus colmillos barriendo contra su sensible piel.

—Recuerda decir que pare si sientes que vas a desmayarte.

Y entonces, eso fue todo.

La sensación de los incisivos del vampiro puro enterrándose en su sensible piel, lo hizo gemir estridentemente, quizás había sonado más como un grito de agonía, pero eso no era importante, no era importante cuando estaba temblando como si se tratase de un venado recién nacido, no cuando sus dedos de los pies y manos se enroscaron tanto que se tornaron blancos y no cuando su mente se destruyó completamente. En la lejanía se podía escuchar a sí mismo jadeando y gimiendo desesperadamente, rogándole a TaeHyung porque lo siguiera haciendo o moriría, su pecho cubierto de semen y es que realmente no se acordaba de cuántas veces se había corrido ya o de cuánto tiempo había pasado, su boca desbordando un hilito de saliva en una de sus comisuras y entonces TaeHyung volvió a tragar y JungKook rodó sus ojos hacia detrás de su cabeza.

Adicto. Sentía que podría volverse fácilmente adicto a esta sensación, esta sensación de plenitud y placer desbordantes que podrían hacer a su mundo detenerse unos cuantos instantes. En ese momento la caótica mente de JungKook registró algo más, su lazo siendo fortificado a grandes pasos, volviéndose macizo y casi que tangible, ya no era más un pequeño hilito, ahora parecía más una soga robusta y llena de vitalidad.

Otros sentimientos fueron añadidos a los suyos propios, pensamientos, sensaciones, todo se le hacía tan ajeno, pero tan propio al mismo tiempo, que simplemente fue demasiado para él.

—T-Tae... Hyung —dijo en un balbuceo casi incomprensible, pero su padre entendió, separándose un poco tardíamente.

—¿E-Estás bien? —murmuró con el aliento totalmente perdido y con su boca terriblemente machada de sangre.

A JungKook le tomó algunos cuantos minutos que parecieron horas recuperarse.

—Estoy extrañamente al borde de sentirme totalmente bien y feliz y de sentirme nauseabudamente recargado. —Se rio tontamente, viéndose como si estuviese drogado malamente—. Eso fue jodidamente loco, no creo que vaya a poder vivir sin que tú me muerdas todos los jodidos días.

—Oh, entonces no vas a querer saber lo que es tener sexo mientras eres mordido.

JungKook se forzó a sí mismo a abrir sus ojos adormecidos.

—Se me va a derretir el cerebro y salir por las orejas si haces eso.

El mayor negó con una sonrisa radiante ante las incoherencias que salían de la boca de su hijo.

TaeHyung abrió lentamente las piernas hechas gelatina de JungKook, contemplando hambrientamente su apretado agujero sonrosado, relamiéndose los labios untados de la deliciosa sangre del menor, al solo imaginar su pene entrando por allí. Descargas de excitación lo recorrieron de pies a cabeza. Se tuvo que alejar un momento mientras buscaba en su mesita de noche el lubricante, regresando a su sitio una vez lo tuvo consigo.

Se embadurnó su mano derecha y luego la entrada de JungKook con el líquido resbaladizo. Las puntas de sus dedos se frotaron contra la abertura arrugada, dando toques experimentales, antes de finalmente iniciar metiendo el primer dígito en su interior. Estuvo unos cuantos minutos penetrado al mestizo, hasta que el interior pareció volverse gradualmente más suave.

JungKook estaba apretando las sábanas con fuerza cuando ya no era solo un dedo el que se hallaba preparándolo, sino tres, sus interiores dolían un poco todavía y no podía decidir si le gustaba o no.

—Creo que es un poco in- ¡Ah! —De repente gimió sin poder evitarlo, los dedos de TaeHyung habían rozado algo dentro suyo que lo había hecho arquearse y sentir nuevamente la adrenalina de la excitación arremolinándose por sus venas con gran rapidez

—¿Qué decías, Kookie?

Sin mostrar ningún tipo de piedad hacia el pobre chico que hacía pocos minutos se había deshecho como nunca antes en su vida entre sus brazos, siguió frotando justo en la próstata de JungKook una y otra vez.

Nuevamente, el mitad humano, mitad vampiro, se hallaba hecho un desastre de gemidos y ruegos desquiciantes. Sus caderas se movían en círculos buscando más profundidad de esos dedos.

—TaeHyung, m-más profundo, ¿por favor? —Sus ojos brillantes en la más descarada necesidad lo miraron a través de sus tupidas pestañas.

—Te voy a dar mi pene ahora, no te preocupes.

Vertió un poco más de lubricante y luego añadió otro dedo, la sensación de ardor le produjo a JungKook otro orgasmo que lo dejó deshuesado sobre la cama.

—Creo que ya estás lo suficientemente flojo.

Sacó sus dedos, disfrutando de cómo el rosado agujero de su menor se contraía en la nada. JungKook se quedó ensimismado ante la vista de su padre desvistiéndose, su piel naturalmente bronceada siendo enseñada en toda su gloria, tragó duro intentando detener las inmensas ganas de lamer los abdominales de TaeHyung y luego esa larga y gruesa polla, su boca se resecó al repentinamente sentir el deseo de atragantarse con ella.

Se acercó para dejar un corto beso en la frente húmeda por el sudor de su pareja. Juntó las piernas de JungKook justo por encima de su pecho con una de sus manos, mientras con la otra tomaba su erección completamente olvidada y la posicionaba exactamente por encima del palpitante agujero del menor.

—Uhmm... Lo quiero adentro —dijo Jeon, pareciendo bastante ido, moviendo sus caderas intentando profundizar el glande dentro de él. TaeHyung siseó recordándose que era la primera vez de JungKook y debía ser gentil.

—Sé lo que estás pensando. —Nuevamente se sacudió hacia adelante y jadeó deseoso cuando una pequeña parte de la punta se trabó en su esfínter—. Pero no quiero que seas suave, no hoy. Márcame como tuyo desde adentro.

Y si TaeHyung todavía tenía alguna voz de la razón susurrando en su interior, la declaración de JungKook la apagó totalmente.

Se enterró hasta la empuñadura dentro del menor, sin aviso alguno. Jeon abrió los ojos desmesuradamente y su boca formó una O pero nada salió de allí.

—Dios... —Fue lo único que alcanzó a decir el de hebras cobrizas antes de que TaeHyung comenzara a follarlo en serio.

Golpeando en su interior con fuerza, mientras sonidos húmedos a causa de la fricción invadían el lugar, haciéndolo más caliente. JungKook era incapaz de formular oraciones lógicas a esas alturas ya que su mente estaba siendo llenada por el increíble placer que la polla de su padre podía hacerle sentir.

—Te gusta así, ¿no es verdad? —Su voz ronca adentrándose en los oídos del menor, hizo a JungKook gemir agudamente, asintiendo fervientemente.

—S-Se... siente tan b-bien... —decía JungKook, sus paredes siendo destrozadas hasta en lo más profundo, mientras que la punta se frotaba casi que enloquecedoramente contra su sobreestimulada próstata.

Lágrimas espesas de placer se deslizaron fuera de sus brillosos ojos, finalmente eran uno solo, finalmente se pertenecían el uno al otro. El insoportable dolor y anhelo se fue apaciguando por completo, luego de años soportándolos como una desagradable carga sobre sus hombros, como una úlcera que no podía ser aliviada con nada, pero que una vez que TaeHyung empujó en su interior desapareció como si nunca hubiese existido y carajo, por poco pierde la batalla contra su orgasmo.

—Eres tan hermoso, mi hermoso JungKook.

Unió sus labios para un beso, donde chocaron dientes y lenguas, al mismo tiempo en que TaeHyung no detenía sus embestidas que rápidamente estaban llevando al borde a Jeon, que temía correrse vergonzosamente rápido solo por ser follado por el culo.

—T-Te amo... —susurró tembloroso el menor luego de que se hubiesen separado, el puro se detuvo medio segundo antes de volverse a estrellar duramente contra el interior caliente de JungKook, llegando mucho más profundo—. Ah, a-ah... es demasiado...

—Sí, puedes correrte, amor. —Chupó en su mandíbula, y luego, simplemente mordió.

El cuerpo de JungKook convulsionó, curvando su columna hacia adelante y rasguñando la espalda de TaeHyung con toda su fuerza. Su hinchado pene se derramó fuertemente contra su vientre y pecho, los espasmos se extendieron por toda su anatomía mientras sentía como Kim seguía empujándose vigorosamente persiguiendo su propia liberación.

—Agh... —gimió al sentir como las paredes del mestizo se apretaban a su alrededor casi dolorosamente.

JungKook observó atentamente como el rostro de TaeHyung se desfiguraba en placer mientras se corría en lo más profundo del interior de su pareja destinada, gimiendo roncamente y con el rostro acalorado, recuperándose del intenso clímax.

—Eso fue... —comenzó JungKook algo falto de aliento.

—Increíble, lo sé. —Sonrió, para luego incorporarse y salir de JungKook.

Se acomodó a su lado, colocando la cabeza de su hijo en su bicep, para poder acercarlo y abrazarlo por su cintura desnuda. JungKook se sentía realmente adormilado, lo cual era bastante extraño, pero suponía que se debía a todo el desgaste físico y mental de hace unos minutos.

—Duerme un poco. —Besó sus párpados cerrados.

Y de esta manera, se enroscaron el uno al otro hasta que JungKook se dejó envolver completamente por los brazos de Morfeo, cayendo en un largo y despreocupado sueño.

Di todo de mí en este capítulo, sangre, sudor y lágrimas, literalmente. Es mi primer smut, por favor sean comprensivas 😭✨

Y como última cosa, ¿les gustaría que hiciera una historia paralela de la relación del YoonMin de este libro? Cómo se conocieron, cómo se enamoraron... realmente su historia juntos me parece muy bonita uwu

En fin, les amo, gracias por seguir leyendo a pesar de que suelo desaparecer de la nada xdxd

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