NARRADOR OMNISCIENTE

Llegaron al mismo punto donde habían dejado a Alec y Stiles, Parrish los guio a donde sabía que estaba Lydia.

— ¿Parrish?— lo llamó Némesis, pero este la ignoro.

— ¿Cómo va a cruzar el serbal?— preguntó Liam confundido mientras lo seguían.

Parrish al llegar a la barrera ardió en llamas quemando el serbal.—¿Eso responde tu pregunta?— Némesis miró a Liam y este asintió.

Scott se acercó y con su mano intentó tocar la barrera pero no había nada.

— Está quemando lo de las paredes— informó y pasaron siguiendo al Sabueso.

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— Alec, no parece que me estés ayudando— habló Stiles mientras sujetaba a Lydia con dificultad.

— Stiles estoy poniendo la mayor fuerza— respondió sujetando a la rubia fresa.

— Si bueno, el plan no salió muy bien así que Lydia, necesitamos de tu ayuda, ¿sí?— sugirió el mundano.

— ¿Tenían un plan?

— Si, bueno era por escrito— respondió el mundano.

— No mucho en realidad— concluyó Alec.

Stiles abrió la puerta pero Lydia se dejó caer de rodillas.

— No puedo, ¡No puedo!— se llevó sus manos a la cabeza.

— ¡Lydia!— la llamaron ambos.

— ¡Stiles, Alec, corran!— ordenó pero Parrish llegó y colocó sus manos en un hombro de los dos chicos y los empujo hacia atrás.

Némesis sujeto a Alec y Scott a Stiles, Lydia gritó, Parrish la abrazó impidiendo que su grito de extienda. Tanto Scott como Alec cubrieron a Némesis por si algo pasaba. Después de eso, comenzaron a toser por el polvo.

— ¿Estas bien?— preguntaron los cuatro chicos a la híbrida.

— Si, ¿y Lydia?— miraron a donde estaban ambos heraldos de la muerte, Parrish salió del humo de polvo con Lydia en brazos, aún quejándose pero viva.

— ¿Por dónde?— preguntó a los dos Alphas.

— Por aquí. Vamos— los dos Alphas guiaron al Sabueso.

— Hay una puerta adelante— habló Liam mientras caminaban.

— ¿Qué hay de Mason?— preguntaron Scott y Némesis.

— Él puede, confíen en mí.

— Tu amigo el adorable lo tiene que lograr— habló Némesis y Alec apretó su mano.

Aumentaron su paso.

— ¿Qué...? ¿Qué está pasando?— preguntó Lydia.

— Plan B— respondió Parrish.

— ¡Liam, más despacio!— sugirió Scott.

— ¡Liam, espera, tenemos a una embarazada y a una herida!— habló Stiles siguiendo el paso.

Liam llego a una reja y colocó sus manos a los lados de esta para después abrirla.

— Les dije— miró a sus amigos y se adentro ahí.

Los demás lo siguieron, subieron las escaleras del drenaje y llegaron a la calle que está enfrente de Casa Eichen, Alec y Scott colocaron la reja en el suelo y el Jeep se aparcó frente a ellos.

— ¿Puedes pararte?— le preguntó Parrish a Lydia. Malia y Kira bajaron del vehículo.

— ¿Está bien?— preguntó Malia.

— No hay que irnos, las llaves— Malia se las entregó.

— La llevaremos a la clínica— habló Némesis y se escuchó un quejido por parte de Parrish, este se recargo en el Jeep, en su espalda se marcaban el arañazo de unas garras.

— Lo siento, pero ella vendrá conmigo— habló Tracy sujetando a Lydia.

— Oye, Tracy, espera. No sabes lo que va a pasar— habló Scott tratando de detenerla.

— Me la llevaré, eso pasará y ninguno de ustedes lograra hacer algo— una descarga eléctrica la hizo caer al suelo, la señora Martin la había electrocutado con lo que utilizaban los guardias.

— ¿Ahora alguien puede sacar a mi hija de este infierno?— preguntó.

Némesis creó un portal y para Scott, Lydia y Stiles.

— Rápido— ordenó a ambos chicos y atravesaron el portal. Justo en ese momento un mensaje le llegó a Alec y a Némesis.

— Némesis tenemos que irnos— habló y guardando nuevamente su celular—. Valentine escapó.

— Cuiden a Lydia— miró a su manada y miró a la señora Martin—. Vaya— le creo un portal—, piense en la clínica veterinaria.

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Némesis camino a lado de su suegro y su hermano, ambos habían sido llamados para ir a Alicante para recibir un trabajo.

— Oye, fuimos los dos. Alec eres un buen líder. No puedes dejar que Imogen te despida por algo que no hiciste— habló Jace.

— Alec hará lo que se le ordene— habló Robert y los cuatro Shadowhunters miraron sorprendiendose de ver a Némesis y Derek con él.

— ¿Papá?— habló Izzy confundida.

— ¿Qué haces tú aquí?— miró a su padre.

— Somos los enviados de la Clave— habló Derek mostrándose serio.

— Tenemos que hablar— miró a su novio el cual asintió desconcertado.

Caminaron a la oficina y Alec se sentó atrás del escritorio.

— De verdad nunca pensé que fueran ustedes. Dijiste que Derek te había llamado— la miró seriamente.

— Imogen nos dio la clara orden de no decirte nada— defendió Derek.

— Eres mi hijo. Sentí que era mi responsabilidad entregarte tus ordenes personalmente. Permitir la fuga de Valentine y no estar en el Instituto fue un lazgo en tu liderazgo, pero nuestra principal prioridad es seguirlo.

— La Clave cree que todavía puede estar aquí en Nueva York— habló Némesis y suspiro.

— Yo convencí a Imogen de que tu, Némesis y yo conocíamos la ciudad mejor que nadie— lo miró ladeando un poco la cabeza.

— A parte de que— Némesis miró a su suegro.

— Seguirás siendo el jefe del Instituto junto con Némesis y Derek Herondale.

— ¿Es todo?

— Por ahora, pero mi abuela te mantendrá vigilado. No le des una excusa para que nosotros tengamos todo este cargo y tenga que devolverle su antiguo trabajo a Aldertree— Némesis le rogó con la mirada.

— Bien— asintió mirando a su novia y cuñado para después mirar a su padre—. Agradezco tu ayuda, pero esto no compensa lo que le hiciste a mamá.

— Creo que hasta aquí termina nuestro mandato— habló Derek y salió de ahí, Némesis hizo una despedida militar y se marchó de ahí lo más rápido posible.

Robert se sentó y miró a su hijo mayor— Alec... tu madre y yo siempre hemos tenido una relación complicada.

— No es complicada— lo interrumpió molesto—. Tu la engañaste. Hay una razón por la que regresó a Idris en cuanto llegó.

— Cometí un error... Nunca quise hacerte daño... pero me enamoré— Alec alzó la mirada—. Tu entre todos deberías de saber que es eso.

— Némesis no es un romance— lo volvió a interrumpir enojado—. No debí decir nada. ¿Podemos discutir este drama familiar cuando encontremos a Valentine? Hasta entonces, tengo un Instituto que dirigir con los hermanos Herondale.

— Alec...

— Ahora puedes irte.

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— ¿Y por qué no? Eres la Alpha de la manada de Beacon Hills— habló Derek mientras caminaban por la sala de control buscando a Alec.

— JA, la reina Seelie odia a los Hale, bueno tanto así como odiarnos pues no pero sabes el porque— habló Némesis y doblaron para entrar a la sala de entrenamiento encontrándose con Alec e Izzy.

— Por Laura, pero técnicamente sabes de quien fue la culpa— se giró para mirar a los hermanos.

— De ella— se cruzó de brazos y miró a los hermanos.

Ambos saludaron a los Hale con un asentimiento de cabeza para después seguir con su conversación.

— Valentine escapó bajo nuestro cuidado y papá, de alguna manera, ¿convenció a la Inquisidora de mantenerte en tu trabajo?— le preguntó a su hermano.

— ¿Tuvieron algo que ver con el que siga con mi puesto?— preguntó a Derek principalmente.

Los hermanos se dieron una mirada cómplice para después mirar a Alec.

— Si y no— respondieron.

— ¿Ves? ¿Qué influencia podría tener para hacer algo así?— miró el suelo unos segundos—. ¿Él te dijo algo?

— No mucho, dijo que estaba enamorado— le dio una rápida mirada a Némesis. Suspiró y sintió un dolor en la mano, Némesis la miró en busca de una herida pero no había nada.

— ¿Están bien?— preguntaron Derek e Izzy.

— ¿Jace o Scott? — preguntó Alec a la híbrida y este negó.

— Algo está mal con Jace.

Caminaron hacia donde deberían estar Jace y Clary, al llegar la habitación estaba desordenada, papeles por doquier y pedazos de vidrio en el suelo.

— Por el Ángel— murmuró Isabelle. Némesis y Derek buscaron aromas en la habitación pero solo detectaron el de Jace y Clary.

— ¿Qué sucedió?— preguntó Alec mirando los vidrios. Némesis se agacho y los observo.

— ¿Qué pasó aquí?— preguntó Izzy con preocupación. Derek y Alec se agacharon, Alec tomó uno de los vidrios.

— ¿Es un lago?— preguntó mirando el reflejo—. ¿Qué son estas cosas?

— Parecen fragmentos de portal, sucedió lo mismo el primer día en que Némesis lo intentó— habló Derek analizando cada trozo que había en el suelo.

— ¿Jace y Clary están en la playa?— preguntó confundido.

— Primero dices que es un lago y ahora una playa, decídete— sugirió Némesis incorporándose.

— Suponiendo que pasaron juntos, pero esto no tiene sentido. ¿Cómo fueron capaces de crear un portal dentro del Instituto?

— Claramente, no era un portal normal— habló alguien desde el marco de la puerta, los tres que faltaban se incorporaron y miraron para ver de quien se trataba. Robert camino para quedar enfrente de sus hijos y los hermanos Hale—. Había algo extraño, en este portal para que las salvaguardas no lo reconocieran.

— Eso debería explicar esto— Izzy le extendió el trozo de cristal. Robert miró el reflejo y lo bajo sabiendo la respuesta.

— No es una playa. Es el lago Lyn— le entregó el trozo de cristal a Alec.

— ¿El lago Lyn?— preguntaron los dos mayores con confusión—. ¿Cómo lo sabes?— preguntó Alec.

— Porque Jace pidió un portal a Idris esta mañana— habló Derek y se cruzó de brazos.

— Pensó que podría tener una pista sobre Valentine, pero la Clave se negó.

— Parece que fue de todos modos— murmuró Izzy.

— Debemos ayudarlo— habló Alec mirando a su padre—. Consigue que aprueben ese portal.

— Haré lo que pueda, pero la Clave...

— No me importa lo que diga la Clave, Jace está en problemas— lo interrumpió.

— Estoy de acuerdo, pero mientras seas el jefe de este Instituto, debes permanecer aquí— le recordó.

— Jace es familia. No puedes esperar que Alec abandone a su parabatai— habló enojada.

— Némesis tiene prohibido irse de aquí al igual que Derek— mencionó y la híbrida suspiró.

— No. Es verdad— habló rendido—. Si Némesis puso al Instituto primero, yo también lo haré— miró a su hermana, Izzy negó sin poder creerlo—. Escucha, no voy a abandonar a nadie. Enviaré a mi mejor Shadowhunter para rescatarlos.

— Debes enviarme a Idris— miró a su padre.

— Lo haré. Pero hay algo que deberías saber sobre este lago.

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— Nos vemos en la noche, Scott, Stiles, Liam y Argent van a seguir a Parrish, quiere saber si él es el que provoca las muertes— explicó con tristeza. Ahora debía estar en Nueva York sin importar que.

— No te agrada para nada quedarte aquí— concluyó Alec tomándola de la cintura y con su mano alzó su mentón para que lo mirara.

— Tengo que seguir las ordenes de mi abuela— dio un bostezo, no había dormido nada y quería dormir por una semana.

— Ve y descansa— le dio un beso en la frente.

— Si— se separó de él y salió de la oficina chocando con Robert—. Lo siento.

— Descuida, se nota a leguas que no haz dormido— mencionó al verla volver a bostezar.

— ¿Tanto se nota?

— Descansa.

— Igualmente, Robert— pasó por su lado y se dirigió hacia la salida.

Robert tocó la puerta de la oficina y entró, Alec apartó la mirada del fuego y se giró para ver a su padre.

— Recibí noticias de Isabelle. Jace y Clary están a salvo, pronto estarán en la cabaña de Valentine, pero supongo que Némesis ya te lo dijo.

— Si, esperemos que recuperen algo para poder rastrearlo.

El mayor al no tener más que informar quiso irse pero Alec lo detuvo.

— Gracias, Izzy no habría llegado a Idris sin tu ayuda.

— Alec, tu, Isabelle, Max y Jace son las personas más importantes en el mundo para mi. Se que he perdido tu confianza, espero poder recuperarla.

— ¿Y porque sigues mintiéndonos?— avanzó unos cuantos pasos para quedar a medio metro de su padre—. Le dijiste a Max que guardara el secreto sobre unos mensajes de fuego.

— Si, pero...

— Lo que sea— lo interrumpió—, no involucres a Max.

— Envié esos mensajes de fuego a Imogen para asegurarme de que siguieras siendo el jefe del Instituto— explicó mientras había avanzado unos cuantos pasos.

— Entonces me proteges porque soy un Lightwood.

— No. Es porque siempre admiré tu coraje y tu honestidad, son cosas que solo tienen los grandes líderes, aparte de que si no decía nada, toda la responsabilidad recaería en Némesis y Derek.

— ¿Por qué debería creerte? ¿Qué enviaste a Imogen?

Robert suspiró con pesadez y miró a otro lado, después de unos segundos volvió a mirar a su hijo, avanzó un poco más.— La Clave le está guardando un gran secreto a los suyos y amenace con revelarlo. No te lo dije porque no quería que cargaras con el peso de mentirle a la gente que amas. Sé lo difícil que puede ser.

— Papá, solo dímelo.

— Pero no puedes repetir este secreto a nadie, ni siquiera Imogen tuvo el valor de decírselo a Némesis y Derek. Prometeme, Alec.

— No puedo prometerlo. Confías en mí para ser un líder, o no?

Robert miró para asegurarse de que nadie pudiese escucharlo.— La Clave mintió sobre la Espada-Alma. Nunca la recuperaron tras el ataque de Valentine al Instituto. Ellos no la tienen. Nunca la tuvieron.

— ¿Y quién la tiene?— preguntó confundido.

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— Aunque sus intenciones sean buenas, los secretos solo empeoran las cosas— habló Alec mirando a su hermana. Ambos estaban en el pasillo vigilando a su padre.

— Confía en mí, sé mejor que nadie lo dañinos que son los secretos— recordó—. Pero si se sabe que la Clave mintió sobre la Espada-Alma, podría significar el fin de los acuerdos.

— Es verdad— respondió mirando a su padre—. Pero tengo que hacer algo— regreso la mirada a su hermana.

— ¿Vas a decirle a Némesis?

— Tiene a mis hijos en el vientre y posiblemente sean hombres lobo como ella— suspiró pensando en qué hacer.

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