NÉMESIS HALE

— Así que, con cada frecuencia se transforma y se hace más fuerte—concluyó Alec con la información que le había proporcionado.

— Técnicamente es como Jackson, cuando se transformó en Kanima se hacía más fuerte cada luna llena— explicó Derek cruzando sus brazos.

— Los doctores quieren que sea más rápido y fuerte, así que esta noche, los chicos van a tratar de que el juego de lacrosse no se convierta en una masacre— continué. Tenía que convencerlo de ir a Beacon Hills.

— Pero no se supone que Parrish es el que lo tiene que acabar, es el Sabueso Infernal— Alec nos miró aún sin entender el porqué Parrish no acaba con la Bestia.

— La Bestia es más grande, inteligente y fuerte, Parrish es un hombre que arde en llamas y no tiene mucha fuerza— hice una mueca—. Lo único que pido es ir a ayudarlos, buscar quien es la Bestia, si sabemos quien es será más fácil lo demás.

— ¿Tu apruebas que vaya a una masacre?— le preguntó a Derek. Mi hermano me miró unos segundos para regresar la mirada a Alec.

— No, pero en Beacon Hills está nuestra familia. Y yo la acompañaré, no voy a dejarla ir sola.

—¿Lo ves? Derek lo aprueba, sólo faltas tú— lo miré insistente.

— Irá Derek, tú te quedas aquí— ordenó y lo miré frustrada.

— También podría ser— apoyó Derek y lo miré ofendida—. Si, así será. Tú te quedas aquí.

— Aaahh— repelé y Derek se fue. Rodé los ojos y Alec se levantó para acercarse a mi.

— Te estamos cuidando.

— No necesito otra persona que me proteja— miré a otro lado e Isabelle entró, estaba enojada.

— No enviarás a nuestro hermano al campo de batalla— habló cerrando la ventana. Alec la miró serio.

— Sabes mejor que nadie lo bueno que es Max— respondió y rodé los ojos—. Sus puntuaciones en la simulación son excelentes.

— Eso es una simulación, yo hablo del mundo real— se acercó claramente en desacuerdo—. ¿Tu lo apoyas en esto?— me preguntó.

— Alec, es un niño aún, ¿cómo apruebas eso?— le pregunté molesta.

— Max tuvo su ceremonia rúnica— me miró para después regresar la mirada a Belle—. Es normal recibir órdenes como lo hicimos nosotros cuando teníamos su edad.

— Era diferente. No estábamos luchando contra Valentine— le dijo seria—. Si fueran tus hijos y fuera en una situación así, ¿los dejarías?

— No, pero...

— No estuviste esa noche con Kaelie. Estuvo muy cerca de morir— lo interrumpió, otra vez.

— Max es un soldado. Es hora de empezar a tratarlo como uno.

— Eres un idiota— solté negando con la cabeza.

— Entonces espero que los bebés que tiene Némesis sean hombres lobo.

— Apoyó— Alec me miró serio y se fue a sentar atrás del escritorio.

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Caminamos a la comisaría de Beacon Hills, el Sheriff me había llamado diciendo que había tres personas que querían vernos. 

— ¿Quiénes creen que quieran vernos?— preguntó Isaac mientras caminábamos.

— A ti, nadie— respondió Derek y le di un codazo.

— No lo sé mi pequeño, pero dijo el Sheriff que estaban insistentes— expliqué.

— Si no es nuestra fabulosa abuela, es el padre del insoportable de Stiles quien los llama— murmuró Cora.

— Es agradable— defendimos Derek y yo a Imogen.

— ¿Imogen Herondale? ¿estamos hablando de la misma Imogen?— preguntó Magnus, técnicamente se colaron Isaac y Magnus.

— La abuela del miedo, le queda— volvió a hablar Isaac.

Llegamos a la comisaría y buscamos al padre de mi mejor amigo.

— Chicos— nos llamó y caminamos hacia él.

— Sheriff, ¿qué ocurre?— preguntó Derek cuando nos acercamos.

— Tres personas aseguran esto— nos entregó a cada uno una hoja, excepto a Isaac y Magnus, una de prueba de identidad.

"Ava Cassandra Hale / Herondale" decía la prueba y abrí mis ojos sorprendida, sentí mi corazón latir con fuerza.

— ¿Cómo es esto posible?— murmuró Derek igual de sorprendido que yo.

— ¿Quién es Adam?— preguntó Isaac leyendo la prueba que tenía Cora.

— ¿Esto es una broma?— pregunté con seriedad, mis hermanos lo miraron igual.

— Pasaron la pruebas y, si me dan la autorización, quiero hacerles pruebas de ADN— explicó mirando nuestras caras serias.

— ¿Dónde están?— preguntó mi gruñón.

— Siganme— caminamos hacia donde estaban las tres personas que creí muertas, ¿qué les da por que todos los familiares muertos resulten vivos? Primero Cora, después Kate, ahora el hermano demoníaco de Clary y mis primos—. Aquí están las personas que querían ver—les habló.

Los tres se giraron y nos miraron, claramente los ojos cafés de mi primo los podría distinguir donde sea.

— Adrién— susurré y él sonrió.

— No puede ser— murmuró Derek comenzado a hiperventilar.

— ¿Adrién Hale?— preguntó Magnus al examinarlo de pies a cabeza.

— Si bueno, parece ser que Adrién a sido el favorito— habló mi primo de ojos azules, Adam.

— ¡Ava!— exclamó Cora y corrió a abrazar a nuestra prima.

— ¡Cora!— la abrazó y sentí la respiración comenzar a faltarme.

— Ven aquí, mi pequeña híbrida— Adrién abrió sus brazos y me acerqué, lo abracé sintiendo las lágrimas acumularse en mi ojos.

— Mi lobito— habló Derek y Adam lo abrazó.

— Reencuentro familiar de las personas que creían muertas— susurró Isaac a Magnus el cual suspiró con melancolía.

— No sabes nada, rulos.

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— ¿¡Vivieron en Londres y apenas se dignan a aparecer!? ¿¡Después de OCHO años!?— pregunté a los tres, ya estábamos en el departamento de Magnus.

— Me encontré con el híbrido, Jackson, hace no más de tres meses. Cuando comencé a llevarme con él me dijo que venía de Beacon Hills— comenzó a contar Adam—. Hasta que me dijo que se volvió hombre lobo-kanima porque un Alpha llamado Derek Hale, lo había mordido.

— No sabíamos qué hacer, si venir a confirmar nuestras dudas o no— siguió Ava.

— Así que, tomamos el primer vuelo a Beacon Hills y aquí estamos— concluyó Adrién—. Pero no nos dijeron que una de nuestras primas había muerto y que la otra estaba embarazada— me miró seriamente.

— Si tan solo nos hubiéramos enterado antes— murmuró Ava negando con la cabeza con total decepción.

— Lobos americanos en Londres y París, JA. ¿Otra cosa?— pregunté burlona.

— ¿Quién fue el idiota que te embarazó? Para ir y contarle lo que le cuelga entre las piernas— habló Adrién seriamente.

— Te ayudo— apoyó Derek y tanto Magnus como yo nos llevamos nuestra mano a la frente.

— Le diré que venga a cenar con nosotros esta noche, lo conocen y por favor, las amenazas al último— pedí.

— No prometo nada, pero si a Derek le cae bien, supongo que a mi también.

— Sí— lo miré dudosa y me levanté del sillón, saque mi teléfono y marque al número de Alec.

— ¿Némesis? ¿estas bien? ¿te duele algo? ¿Derek o Magnus están contigo?— me invadió de preguntas cuando contestó.

— Tranquilo, Alec, estamos bien. Mira, hay tres personitas que te quieren conocer y si no les caes bien, será mejor que te despidas de mí— hablé mirando mis uñas.

— ¿Quiénes?

— Ven a cenar esta noche al departamento de Magnus— le avisé.

— Bien, te veo en la noche. Te amo.

— De acuerdo y también te quiero— finalice la llamada y regrese con mi familia.

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Llegué a la oficina de Alec, toqué la puerta para llamar su atención. Alzó la mirada y miró a mi dirección.

— Creí haber dicho que te quería en el departamento de Magnus— hablé cruzando mis brazos.

— Lo siento mucho, de verdad— se disculpo y se levantó para acercarse a mi, me dio un casto beso en los labios y suspiró—. Es que ha sido una locura aquí y...

— Descuida.

— No puedo creer que lo olvidará.

— Tienes dos punto menos por llegar tarde pero, todavía te quedan ocho— lo anime y lo tome de la mano para salir de la oficina.

— ¿Quiénes son los que me quieren conocer?— me interrogó mientras caminábamos hacia la salida del Instituto.

— Unas personas muy importantes para mí— respondí y salimos, solté su mano y cree un portal. Lo atravesamos llegando afuera del departamento—. Ruégale al Ángel que les caigas bien—lo miré y pareció asustarlo.

Abrí la puerta encontrándonos con mis primos cruzados de brazos mirando seriamente a Alec.

— ¿Este es el idiota?— preguntó Adrien mirando muy mal a Alec.

— Chicos, él es Alec Lightwood, mi mate—presenté.

— Buenas noches— saludó educadamente.

— Supongo que ya te dijo las reglas básicas del juego— comenzó a hablar Adrien y pase saliva por mi garganta—. Tienes diez puntos, perdiste dos por llegar tarde y pierdes otro por venir vestido ridículamente— lo miró de pies a cabeza.

— Debes estar jugando— hablé y miré a Derek—. Di algo, apoyame.

— Adrien, dale una oportunidad— habló mi dulce hermano mayor.

Este rodó los ojos y se fue a sentar.

— Bueno el es mi hermano el educado, Adrien— apuntó con su cabeza—, yo soy Adam Hale y mi hermana melliza Ava— le extendió la mano y Alec la tomó.

— Alec.

— Bueno que estamos esperando, a cenar— habló Magnus tronando los dedos y en la mesa apareció la comida.

— Vamos— lo jale y lo senté a un lado de Magnus, quien a su derecha está Adam, me senté a su lado quedando a mi izquierda Derek. Cora estaba enfrente de mí, a su izquierda Isaac y en la Izquierda de Isaac, Ava, quedando en las cabeceras Adrien y Derek.

— Eres un cazador— habló Adrien llevando a su boca un trozo de carne.

— Nephilim— aclaró.

— Da igual. ¿En verdad quieres Némesis o la quieres por ser una Herondale?

En ese momento tanto Derek, Alec y yo nos ahogamos con la comida.

— Adrien, ¿podrías dejar de lado el interrogatorio?— preguntó Magnus con sutileza.

— Si los dos bebés nacen siendo hombres lobo, ¿cómo se que los cuidaras?— ignoró a Magnus. 

— ¡Adrien, basta!— pedí molesta y lo miré con mis ojos de Alpha.

— Eres mi prima, mi híbrida, mi princesa, ¡No voy a dejarte a manos de cualquiera!— alzó la voz y Derek soltó un gruñido en modo de advertencia.

— Ya no soy una niña, Adrien, la pequeña "niña" que conociste hace ocho años ya no existe más. ¡Tengo 20 años!

— Por esa misma razón, ¡Me perdí ocho años de tu vida al igual que de Cora y Katherine!— sentí su melancolía.

— Podemos hablar este tema familiar entró momento— habló Derek con voz seria mirando fijamente a Adrien.

Literalmente todos los Hale bufamos para después asentir y seguir con la cena, algo incómoda.

— Brindemos por la exitosa reunión del submundo— habló Magnus alzando su copa, todos asentimos y alzamos nuestras copas, que la mía por seguir órdenes, de leche de chocolate.

— Por cierto, ¿todo bien?— preguntó Alec.

— Relativamente, pero los subterráneos apenas y confían en la Clave, para empezar, y la reina Seelie siguió hablando sobre la Clave diciendo que todos son unos mentirosos, eso también los involucró a ustedes— nos miró a Derek y a mi.

— ¿Porque no estoy sorprendida?— murmuré con notorio sarcasmo.

— Pero Luke y yo les aseguramos que ahora que Alec es el nuevo jefe del Instituto y que implementas una política de transparencia total, el cambio está en camino— Derek y yo nos miramos cómplices pero logré sentir algo de tensión en Alec.

— Creo que olvidamos mencionar— comenzó a hablar mi hermano.

— Qué Imogen también nos puso como jefes del Instituto— complete mordiendo mi labio.

— Sigo sin creerme que Imogen Herondale es nuestra "abuela"— habló Adam algo sorprendido.

— Somos dos— apoyó Cora.

— Es bueno oírlo— agradeció Alec a mi brillitos mágicos.

— Lo es.

El teléfono de Derek comenzó a sonar y se levantó.

— ¿Ya terminó la cena familiar? Se que tuve que llamar a Némesis pero tu eres el que va a venir entonces— escuché la voz de Scott.

— Voy para allá, quiero pensar que ya tienen todo planeado y solo iré a supervisar que el juego no se convierta en el a masacre de Texas— habló mi hermano y Adrien me miró interrogante.

— Larga historia para otro día— expliqué.

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Llegamos al Instituto ya que Jace nos llamó por una emergencia.

— Después de que Elliot abriera su propia tienda, perdimos contacto— habló mi zanahoria favorita a Dot mientras caminábamos hacia la oficina de Alec—. Pero cuando era niña, Elliot era uno de los mejores amigos de mamá.

— Él me presentó a Jocelyn.

— ¿Te preocupa que esté en problemas?— preguntó Alec.

— La marca en el brazo de Dot es parte de un hechizo de protección— expliqué.

— Es un sigilo. Solo se transfiere a otro brujo si algo terrible a pasado— habló Dot ya cuando llegamos a la oficina.

— Lo que sea que vigile debe ser muy importante— habló Alec.

Dot y Clary se miraron, la bruja asintió y las miré dudosa.

— Es el espejo Mortal— contestó Clary y abrí mis ojos más de lo debido.

— ¿Jocelyn lo tenía?— preguntamos Jace y yo.

— Lo sé, es una locura, el Espejo y la Copa. Mi madre sabía que Elliot daría lo que fuera para mantenerlo a salvo. Como brujo podía protegerlo mejor que nadie, ¿verdad? Así que se le confió su ubicación exacta.

— Y Elliot me la confió a mi.

— ¿Entonces sabes la ubicación actual del Espejo Mortal?— interrogó Alec y me crucé de brazos.

— Bueno, casi— remangó un poco su camisa dejando ver un círculo con varias líneas y uno que otro punto—. Este símbolo señala líneas ley y corrientes telúricas específicas de la ciudad. Yo puedo descifrar las líneas ley, pero tardaré un tiempo.

— Tenemos mapas de todas las líneas ley— informó mi Nephilim. 

— Yo tengo mapas de las corrientes telúricas de Nueva York— la miré y suspiré—. Te ayudaremos.

— Y te protegeremos de Jonathan y Valentine— habló Jace multi  apellidos—. Con esas marcas en tu muñeca es cuestión de tiempo antes de que vengan por ti.

— Jace y yo iremos a la tienda de Elliot a ver que paso— le dijo Clary—. Estarás bien aquí— le aseguró tomando su mano.

— Ten cuidado.

— Los acompañaré— informé a Jace y este me miró dudoso.

Sentí un rasguño en mi estomago bastante profundo.— Scott— murmuré llevando por instinto mi mano a mi vientre. Ton sang mon sang et tes blessures mes blessures(Tu sangre mi sangre y tus heridas mis heridas). Parte de mi juramento con Scott pasó por mi mente y mi sangre se congeló.

— ¿Qué ocurre? / ¿Estás bien?— preguntaron Alec y Jace al mismo tiempo.

— Algo no muy bueno— levanté mi blusa y tenía un rasguño leve que cruza de mi costilla hasta mi cintura.

— Te vas a quedar, Clary andando— ambos salieron y Alec me llevó a la enfermería.

Sentí un dolor en mi cabeza y mi brazo derecho, mi respiración se volvió agitada y la peor escena pasó por mi cabeza, mi hermano y Scott siendo destrozados por la Bestia.

— Debo ir a Beacon Hills— susurré sintiendo mi cuerpo adolorido.

— No irás, Derek y Scott se harán cargo— limpió mi herida y solté un gruñido.

— Je te donne ma force et ma vie si besoin(Te doy mi fuerza y ​​mi vida si es necesario)— murmuré enterrando mis garras en las palmas de mis manos. Cerré los ojos y sentí como casi toda mi energía se iba en cuestión de segundos.

— ¿Qué fue lo que hiciste?— preguntó de inmediato al ver que mi herida en lugar de curarse se abrió más.

— Ayudo a mi parabatai de otra manera— susurré en respuesta.

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Alec me dejó en la enfermería mientras mi heridas sanan, lenta y dolorosamente. Un mensaje de fuego me hizo levantarme, lo tomé y leí lo que decía.

— "La Clave no tiene la Espada-Alma"— quede quieta sabiendo lo que eso significaba. 

Me levanté y mi fuerza regresó, mi piel tomó su color original y mis heridas se curaron un poco más rápido. Me coloqué la sudadera de mi hermano y salí de la enfermería después de colocarme mis zapatos.

Camine a la oficina de Alec, pero me detuve al sentir la vibración de mi celular. Lo saqué y revise los mensajes de Scott.

Scotty:

Derek está herido y no creo que aguante para atravesar un portal

Se quedará conmigo

¿Pero los dos están bien?

Descuida, estamos bien.

Pero la Bestia es Mason

¿Qué?

¿Él es la última quimera genética?

Si,  el problema es que Corey lo hizo invisible y se lo llevó

Habló con Alec y voy a Beacon

Guarde mi celular y seguí caminando, al llegar entré a la oficina, Alec estaba sentado mirando una tableta.

— Creí haberte dicho que necesitas descansar— habló mirándome, lo ignoré y me senté en el sillón, recargue mis codos en mis muslos y lo miré—. ¿Esta todo bien?

— Derek está herido lo suficiente para no poder atravesar un portal— comencé y me miró preocupado, miré a otro lado de la oficina—. Pero está bien, él, Scott y los demás están bien, pero ya saben quien es la Bestia. 

— ¿Eso no es bueno?

— Es Mason— regresé mi mirada a él—. Pero el mayor problema es que Corey se lo llevó, Scott no puede seguir el rastro de ninguno de los dos.

— ¿No puedes rastrearlo?— me preguntó y suspire.

— Le dije a Scott que iría cuando hablará contigo de algo— miré el suelo buscando las palabras apropiadas para comenzar—. ¿Sabes quién mató mi familia?— alcé la mirada y lo miré seria.

— No. No me has contado esa historia— me miró sin comprender.

— Una cazadora— miré a la chimenea, las llamas y la madera quemarse—. Kate Argent, una cazadora de hombres lobo fue la que encerró a mi familia en el sótano y le prendió fuego a la casa.

— Era hermana de...

— Sí, es hija de Gerard y la hermana de Chris— lo interrumpí y suspiré nuevamente—. Sabes, desde que perdí a mi familia en aquel incendio, comencé a tenerle odio a todos los cazadores, tanto de hombres lobo como a los Shadowhunters— en lo último lo miré y logré sentir el aumento de su ritmo cardiaco—, ya que de una u otra manera, son cazadores.

— No todos haríamos algo así.

— Aja— rodé los ojos y miré mis manos.

"Después de la muerte de Paige, mi hermano y yo quedamos devastados. Un día, después de la escuela, Derek me estaba ayudando con mi magia, estábamos en medio del bosque. Pero se escucho el quebrarse de unas ramas, una chica de cabello castaño, alta y ojos verdes apareció entre los árboles, mi hermano por instinto se colocó delante de mí. Dijo que su nombre era Kate, que estaba perdida así que nos pidió ayuda, ya que no conocía muy bien el bosque. 

Derek me dijo que regresará a casa para que él se hiciera cargo, cuando regresó venía con una chispa de emoción en sus ojos, más no quise preguntar. Pasaron los días y supe que cuando salía de la escuela se veía con ella, por instinto me acerque y ella se gano mi confianza. Tanto Derek como yo logramos llenar el vació que nos había dejado la muerte de Paige. Fueron pasando las semanas hasta que ocurrió, su plan salió a la perfección. 

Era tarde, faltaban un par de horas para que anocheciera, mi madre le pidió a Derek y a Laura que me llevaran a pasear, ya que estaba aburrida y Kath estaba en sus clases de español mientras que Cora dormía en su habitación. Después de un par de horas regresamos a casa, pero al llegar a la entrada del bosque se escuchó, aquel aullido que hasta ahora no puedo olvidar. El aullido de mi madre".

— Recuerdo haber corrido lo más rápido que podía siguiendo a mis hermanos. Lograba escuchar la madera quemarse y el humo se podía oler a largas distancias, el único que había logrado salir fue Peter, los demás habían ardido en llamas, o eso creía hasta que apareció Cora, Adrien, Ava y Adam— suspiré y lo miré—. Odiaba a todos los cazadores hasta que nos hicimos aliados de Argent, donde me di cuenta de que solo dos cazadores cumplieron con su palabra de que ya no somos enemigos. Hasta que te conocí y pensé que tú, Jace, Izzy y Clary cumplirían con lo mismo.

— Némesis...

— Pero qué más da— lo interrumpí poniéndome de pie al igual que él—. Muy bien dicen que no puedes enamorarte de tu enemigo porque saldrás herido.

— No soy tu enemigo y puedo explicarlo— trato de acercarse pero gruñí en modo de advertencia.

— ¿Sabías sobre lo de la Espada? ¿Hace cuanto lo sabes?— pregunté tratando de controlarme.

— Me acabo de enterar, lo juro— me miró a los ojos y negué con la cabeza.

— ¿Desde cuando? ¿Hoy antes de ir a cenar con mi familia?— gruñí enterrando mis garras en las palmas de mi mano.

— Así es— respondió y sentí una punzada en mi vientre, cerré los ojos y suspiré. Procura no alterarte, podrías correr un aborto. Las palabras de Catarina resonaron en mi cabeza—. Mirá, me preocupaba que si el submundo se enteraba, habría un gran pánico. Podría haber llegado a una rebelión.

— ¿Y que acaso no te importo decirme nada? ¿Qué no confías en mí? pero no, es lo mismo con todos— lo miré molesta—. Solo buscas cuidar a tu especie, mientras que nosotros nos vamos al carajo por el simple hecho de haber nacido con sangre de demonio.

— Yo no dije eso, no quería pedirte a ti o a Derek le guardaran un secreto a su propia gente, a tu manada— excusó y miré a otro lado—. Eso no sería justo.

— ¿Perdón?— lo miré iluminando mis ojos de color rojo—. ¿Entonces es justo que a mi y a mi manada nos cargue la chingada porque no fueron capaces de decir la verdad? ¡Eres igual a todos los malditos cazadores! ¿La Clave? No, eres igual a Kate.

— Némesis, Némesis no hagamos esto personal— pidió y sentí humo salir de mis orejas.

— ¿Qué no lo haga personal?— alcé la voz y me hizo señas de que bajara un poco mi tono—. ¡Valentine me quiere muerta! Por si se te llego a olvidar, ¡Tengo a TUS hijos en mi vientre!

— Lo sé.

— Me entregué a ti, convencí a mi hermano de darte una oportunidad. ¿Pero qué gano? Fui tan estúpida para decirte lo que realmente ocurrió con Paige, pero soy la más estúpida al repetir la maldita historia que llevo a mi familia a la muerte— sentí una punzada más fuerte y sin poder evitarlo me queje. 

— ¿Estás...— se intentó acercar pero gruñí en advertencia.

— ¿Ahora te importan?— pregunté acariciando mi vientre—. Pero supongo que todos los cazadores son iguales— llevé mi mano a mi bolsillo trasero de mi pantalón y saqué un sobre, lo miré y negué con la cabeza—. Olvídate de ellos— deje el sobre en su escritorio y salí de ahí ignorando sus llamados.

Alec tomó el sobre y sintió una puñalada al corazón. "Ecografías de un mes y medio". Lo abrió y las lágrimas se acumularon en sus ojos, había varias ecografías dentro del sobre desde que eran un pequeño feto hasta estar bien formados dentro del vientre y una nota.

"Quería darte una sorpresa, pero sabía que querías verlos".

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Némesis llegó al loft de Derek donde estaba su familia, Isaac, Luke, Josh y Magnus.

— Némesis, cálmate— pidió Luke, pero gruñí apretando mis puños.

— ¿Cómo quieres que me calme?— alcé la voz y sentí otra punzada.

— Némesis— hablaron con voz autoritaria Derek y Adrien, suspiré y traté de relajarme.

— Confíe en él— murmuré mirando por el ventanal—. ¿Y que ganó? Repetir la estúpida historia.

— No es su culpa— lo defendió Derek y lo miré entrecerrando los ojos.

— Lo voy a matar— murmuró Adrien apretando sus puños.

— Se que estas herida, te entiendo— habló Luke—. Pero nadie matará a nadie— miró a mi primo el cual bufó—. Confíen en mí, está de nuestro lado. 

— Nunca haría algo para dañarte— apoyó Derek, se levantó de la cama y se acercó a mi.

— No me importa— murmuré.

— La Reina Seelie tenía razón, no podemos confiar en la Clave— habló Magnus y negué—. Nos engañaron de nuevo, ahora Valentine está libre y la Espada desaparecida, y la supervivencia de todo del submundo está en juego. Hay que decirle— miró a Luke.

— No confió en ella. Nunca confié— admitió.

— No confió en la Clave, así que apoyo a Magnus—habló Josh y suspiré.

— Ella es la más poderosa en el submundo, si queremos detener a Valentine, debemos pedirle su ayuda— trato de convencernos pero negué.

— Yo tampoco confió en ella. Así que no cuentes conmigo— le avisé y me miró serio.

— Estoy con Nemi— me apoyó Der para terminar sumando Ava, Adam y Adrien.

— ¿Pero es que acaso no lo comprenden?— preguntó Isaac molesto ante nuestra negación—  ¿Alguien más que quieran agregar a la lista de muertos? ¡Ya perdimos a Katherine por culpa de esa espada y por confiar en aquellos cazadores!

— Bien, arreglaré un viaje a la Corte— subió las escaleras de caracol y miré a Derek.

— Estaré con ustedes— habló Luke acercándose y nos miró a ambos para después solo centrar su mirada en mi—. Porque se que harán lo correcto sin romper las reglas.

— Pero estarás más seguro con Magnus, la Reina le dará alojo a todos los subterráneos si llega a pasar algo— hablé mirando el suelo.

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