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[KenHina] Eres una joya

N/A: Este es un drabble crossover dedicado a IllusionLi, ubicado en el AU de HQ Quest. Ojalá la pareja aparte del KenHina les guste :3c

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Cuando Kenma salió del gremio para ir al mercado de la ciudad, solo tenía el objetivo de comprar manzanas para que Yachi le prepare el postre que le había prometido, así que para nada se esperaba estar literalmente en medio de una discusión llena de gritos y amenazas.

—¡MOCOSO DEVUELVEME ESA COSA, JODER!

—¡Yo no tome nada!

—¡TE VOLARÉ LA CARA! ¡NO ME MIENTAS!

La única razón de porque Kenma no se las había arreglado para salir de eso, era que se había olvidado su báculo en una de las mesas del gremio, que regularmente era el lugar donde se sentaba todos los días. De no ser así habría creado una nube de polvo con magia para despistar a las otras dos personas y salir corriendo de ahí. Y bueno, tampoco podía irse porque detrás de él se estaba escondiendo Shouyo, aferrándose a su brazo, aparentando valentía, pero Kenma notaba como temblaba, porque frente a ellos había un sujeto que irradiaba ira y que a los ojos de Kenma, casi podría emitir fuego intenso de todo su cuerpo.

—Esto... —Kenma se anima a decir algo—, si mi amigo dice que no tiene nada es porque es así...

—¡MENTIRA!

—¡L-Le estoy diciendo la verdad! —es lo que grita Shouyo, apretando el brazo de Kenma.

Entonces, de alguna manera, a partir de como tiembla su amigo, Kenma se da cuenta de que Hinata está demasiado nervioso, lo cual no es tan propio de él, porque si bien el chico a veces pone nervioso frente a gente extravagante, momentos más tarde eso se vuelve emoción y pura curiosidad. Sin embargo, ahora mismo Hinata parece demasiado cohibido ante esta persona que luce tan... atemorizante, así que Kenma rápidamente termina en una posible conclusión.

—Shouyo, ¿tú acaso...? —murmura mirándolo sobre el hombro, pero es interrumpido antes de que pueda preguntarle otra cosa.

—¡Oye, Katsuki, deja de atemorizar a los niños!

—¡Este mocoso es un ladrón, Kirishima!

Otro tipo se acerca a paso veloz, y Kenma se fija en sus ropas desgastadas y el peinado llamativo y explosivamente rojo que tiene. Porque Shouyo es pelirrojo también, pero su cabello es color zanahoria, mientras que el de esta otra persona era un rojo intenso semejante al de las manzanas que quería comprar. También se fija en que tiene dientes afilados, y emite un aura completamente opuesta a la del otro sujeto. Le sorprende la calma con la que le pone una mano en el hombro y lo sacude levemente.

—Pero a ver, ¿que se supone que ha robado?

—¡La sortija! ¡Se ha robado tu...! —el chico de nombre Katsuki grita eso, mirando al tal Kirishima, pero de pronto se calla, las palabras muriendo en su boca que se ha quedado abierta, y luego mira a otro lado, apretando los puños.

Kenma siente que irradia más furia que antes, pero también siente algo como pánico, lo cual le hace arquear una ceja.

El otro chico se le queda viendo, parpadeando.

—¿...mi sortija? —es lo que dice, sonriendo de repente, mirándolo juguetonamente.

Eso desconcierta a Kenma y a Shouyo, quien sigue apretando el brazo de su amigo.

—¡C-Como dije yo no...!

—¡Has visto que se me ha caído del bolsillo y te lo has llevado, maldita sea!

—¡N-No es cierto!

Kenma mira a Shouyo con cautela, fijándose en que está mirando a otro lado.

—Shouyo... —lo llama, haciendo que lo mire.

Cuando él se gira, entonces lo sabe, la verdad, que Shouyo en realidad sí ha robado algo.

—Tú lo tienes, ¿no es así?

Shouyo traga duro, entonces.

—¡Lo sabía!

—Ya, ya, Katsuki, está bien —lo tranquiliza Kirishima, levantando las manos. Luego mira a Shouyo—. Hey, chico, ¿Puedes devolverlo?

Kenma mira a Shouyo un poco preocupado, porque no entiende porque hizo lo que hizo. El pelirrojo rebusca entre los bolsillos de pantalón holgado, luego saca su puño cerrado y lo extiende hacia los otros dos chicos, con un anillo de oro, con una piedra roja de rubí incrustada en un lado sobre la palma de su mano.

Por alguna razón, Kirishima silba, lo que provoca que el tal Katsuki gruña más y sea más brusco al momento de arrebatarle el anillo a Shouyo.

—¿Qué demonios, mocoso? —le cuestiona—. Perteneces a un gremio, ¿No es así? ¡¿Qué clase de mago roba cosas así?!

—Tú no eres el más indicado para dar sermones a la gente, Katsuki.

—Cállate.

Al contrario de Kenma, Shouyo salió con su armadura puesta, su espada envainada en su funda colgando del cinturón, y al tener los antebrazos expuestos, se puede ver el tatuaje en forma de cuervo que es el símbolo de su gremio.

Shouyo no parece querer dar explicaciones, y Katsuki solo parece querer golpearlo, pero en vez de eso resopla y niega con la cabeza.

—Si quieres dinero deberías buscar más trabajos con buenas recompensas y punto, enano —es lo que dice antes de dar media vuelta e irse—. Vámonos.

Su compañero suspira, y luego mira a los otros dos.

—Lamento eso...

—¡N-No! ¡Yo lo siento! —exclama Shouyo levantando la mirada.

Kirishima se limita a sonreír compresivamente, y luego se va trotando hasta alcanzar a Katsuki, ambos perdiéndose entre la multitud del mercado.

Una vez que ya no los ve, Kenma se gira a ver a Hinata, pensando en que no es muy bueno dando sermones, pero necesitando una explicación.

—Shouyo, ¿Por qué...?

—¡Es que! ¡Yo estaba regresando al gremio cuando veo que en medio de la calle está esa sortija, y la tomé porque se veía valiosa y pensé que podría empeñarla! ¡Pero entonces aparece este sujeto que da más miedo que Kageyama y Daichi-san juntos y solo pude huir! ¡No sabía que era suya, Kenma!

—Te creo, te creo, pero, ¿Por qué necesitas tú más dinero? ¿Necesitas algo?

Entonces la cara de Shouyo se pone roja, para sorpresa de Kenma.

—Es que... bueno —le responde, jugando con sus dedos—, ya se acerca tu cumpleaños y pensé en comprarte algo, pero... me faltan monedas y...

Kenma se queda callado, pensando demonios, él es el adorable.

—Puedes comprar manzanas.

—¿Eh?

—Manzanas. Son baratas, y Yachi puede hacer mucho pastel de manzana, si te parece bien.

Shouyo se le queda viendo un momento.

—¿Eso te pondría feliz a ti?

—Sí —responde Kenma, asintiendo.

Entonces Shouyo sonríe esperanzado, y completamente alegre.

—¡Entonces te compraré un costal de manzanas!

—No sé si sean necesarias tantas, pero me parece bien.

—También debemos comprar harina.

—Sí.

Van hablando de eso, con normalidad, y con Shouyo dándose cuenta de que Kenma lo comprende totalmente, y no hay necesidad de ser tan extravagante, aunque para Shouyo, Kenma se merece el mundo entero, un mundo rodeado de magia y pasteles de manzana. Pensando en las palabras del bárbaro que lo amenazó hace rato, se hizo el objetivo de empezar a buscar buenos trabajos a partir de ahora. Hoy por hoy, se siente tranquilo de saber que Kenma lo entiende, como siempre. Se siente tan tranquilo que se da la libertad de tomarle la mano, con camino a casa.


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