[KageHina] Gustar y no gustar
Por cada una, dos, o tres cosas que a Hinata le gustan de Kageyama, es probable que haya una, dos o tres cosas que no le gustan.
Le gusta cuando sus ojos brillan en algún momento del día, cuando está hablando, jugando o hasta discutiendo con él, y Hinata puede atrapar en un instante dentro de su campo de visión un pequeño destello sobre ese par de zafiros que Kageyama tiene como ojos.
También podría decir que le gustan sus ojos, pero eso sería muy trillado.
Aunque no le gusta cuando frunce el ceño y sus ojos se entrecierran innecesariamente, y le dice que pare porque le saldrán arrugas y es demasiado joven para eso.
Podría decir también que le gusta su voz, pero al mismo tiempo no. Es tan grave, y tan ronca, que le estremece el cuerpo, pero cuando se pone a gritarle en serio que es un fastidio.
Diría que no le gusta que sea tan alto, pero a la larga es algo que ha tenido que aceptar, así que la altura es un punto equis en su lista.
No le gusta que sea tan lento, y a la vez sí. Porque es molesto que Kageyama no capte sus desvaríos al primer momento y que termine regañándolo por algo que ni entiende, pero por otro lado Kageyama es tan bobo y despistado en todo fuera de las paredes del gimnasio que lo hace ver muy lindo.
Y la verdad es que lo es. Le gusta su cara, porque lo hace ver lindo y ha habido días en los que Hinata hasta ha admitido que Tobio es guapo, y vaya que se ha sorprendido a sí mismo, pero así son las cosas. Y es un hecho, porque Hinata nota siempre como algunas chicas de primer año cuchichean y hablan de lo lindo que es Kageyama-senpai, aunque cuando descubren que es un tarado sin cerebro dejan de estar interesadas.
No le gusta la idea de Kageyama con novia, y sin embargo, piensa que verlo siendo el novio de alguien sería algo interesante de ver, pero no puede tragarse la idea de ver a Tobio con alguien más.
No le gusta la idea de estar enamorándose de él, porque es un problema y hasta podría decir que es complicado, no por el hecho de que ambos sean chicos sino porque es Kageyama.
Y es todo un dilema. Porque no le gusta la idea de Kageyama con novia, pero quiere verlo en una situación así, pero tampoco quiere probar ser él la persona que vaya de la mano con Tobio. Así que es un lio que no lo deja dormir. No lo deja entrenar, ni siquiera comer.
No le gusta que tenga que pedir ayuda para salvar su estabilidad mental, y no le gusta el hecho de, finalmente, tener que hablar con Kageyama sobre lo que siente porque no sabe qué va a suceder ni si el muy lerdo le va a entender a qué tipo de gustar se refiere.
Pero al final-
Le gusta como la cara de Kageyama se pone colorada.
Le gusta como hasta sus orejas se ponen rojas.
Le gusta saber que ese tipo de gustar viene de ambos lados.
Aunque no le gusta oír que no le dicho nada porque es Hinata y tratar de hacer cualquier cosa sería difícil, pero Kageyama es idiota y desconsiderado y no le importa que Hinata se enoje, pero ya que.
No le gusta estar enamorado de él a pesar de eso, porque quiere decir que ahora el lerdo de Kageyama tiene un poco de poder sobre él. Tiene un poco de su alma, y le gusta un poco la idea, así como no le gusta para nada. Ya no hay equilibrio.
Aunque le gusta el poder que tiene Kageyama sobre otras cosas, dentro de la cancha más que nada.
Le gusta el poder con el que deja callados a todos en el estadio cuando anota un as sin toques. Le gustan sus fintas (y al mismo tiempo no) porque son inesperadas y las reacciones de todos son divertidas.
Le gusta como Kageyama es tan fuerte, y la idea de que un día sea insuperable.
Pero no le gusta la idea de quedarse atrás. No le gusta que Kageyama sea tan prodigioso colocándole el balón, aunque le gusta cómo se siente.
No le gusta la idea de Kageyama jugando al lado contrario de donde está él, porque teme que no pueda alcanzarlo luego, que no pueda pasar por su encima, y caiga más bajo.
Aunque no le gusta tampoco que sea Kageyama quien lo haga reaccionar, porque han llegado a tener un momento íntimo y Hinata le ha confesado sus temores.
A pesar de eso, le gusta que pueda hablar de eso con Kageyama, aunque lo regañe, aunque se moleste un poco. Le gusta hablar de todo eso con él, y le gusta que Kageyama haga lo mismo.
Le gusta pasar más tiempo que antes con él. Ha descubierto que le gusta tomarle las manos, y jugar con sus dedos.
Le gusta abrazarlo, aunque al principio Kageyama no se deje.
Y como si fuera poco, le gusta besarlo, aunque era de esperarse.
Entonces la lista de cosas que le gustan y las que no se sigue alargando, a veces dispareja, a veces igual en cantidad de defectos y virtudes. Pero Shouyo sabe que todas esas son las que hacen a Tobio quien es.
No le gustan las complicaciones que suceden de vez en cuando, porque Kageyama es un caso, pero le gusta que se termine resolviendo todo.
Porque sí, le gusta Kageyama, por ser él.
Le gusta, a pesar de todo.
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Dedicado a la compa, que ya esta vieja, pero eso no me hace quererla menos <3
Gracias por leer :'D
Layla Redfox fuera!
:3
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