Género: Narrativo, angst.
Ship: TsukkiYama.

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Iban en un coche, a altas horas de la mañana; volviendo hacia su casa.

De repente, una luz desde el carril contrario; muy rápido; un sonido muy fuerte y…

Oscuridad.

Esto era lo único que Tsukishima Kei recordaba con claridad, el resto estaba borroso; un pitido muy fuerte, luces azules, naranjas y rojas enfrente suya, la sensación de no poder moverse y dolor en todo el cuerpo.

De repente se encontró en medio de una habitación de paredes blancas "¿un hospital?" pensó, en ese momento vio un pasillo con una luz al fondo; decidió dirigirse hacia allí.

Al entrar al pasillo se encontró con él mismo, con un año, dando sus primeros pasos. Veía también a su madre y su hermano, la felicidad que sus rostros reflejaban.

Siguió avanzando.

Vio a un niño pequeño, en el rincón de un aula de guardería, queriendo hacer amigos, pero todos le ignoraban. 

Así fueron casi todos los años de su infancia.

Continuó andando por aquel oscuro pasillo y se encontró con el momento en el que sus destinos se cruzaron.

Él estaba en el suelo, llorando, mientras unos niños le gritaban que se defendiera. "Patético", fue lo único que dijo, pero los abusones se fueron, dando inicio a una amistad algo extraña, pero que duraría para siempre.

Así vio todos los momentos que fueron compartiendo juntos, desde sus actividades en el club, la graduación de sus senpais, la suya propia… Hasta la vez en la que empezaron a salir, su primer beso, su primera cita, su primera vez… Todo lo que compartieron juntos.

Entonces llegó a ese instante.
Los dos iban en su coche, en una carretera poco transitada; después de un largo día regresaban a su casa.

De repente, un coche les vino de frente, a gran velocidad, chocando con el suyo. Dejando a ambos inconscientes por un tiempo.

Al rato Kei se vio a sí mismo, en el coche, abriendo los ojos, intentando despertar a Tadashi, pero este tenía mucha sangre encima y seguía sin moverse.

Éste se asustó y siguió avanzando, y llegó al hospital en el que él estaba, pero en otra sala. En ella estaba Tadashi tumbado en una camilla, al lado estaba su madre llorando.
Él había muerto en el momento del choque.

Entonces, Kei salió de allí y se encontró con mucha luz, en medio de ella, estaba Tadashi, sonriendo como siempre; "TSUKKI, VEN CONMIGO" le dijo, mientras tendía su mano.

Kei se dirigió hacia él, con lágrimas en los ojos. Al mismo tiempo que, en la lejanía, se oía un pitido continuo y a una mujer llorar de tristeza.