Volemos
Fueron difíciles para aquellos meses.
Concentrarme en casi cualquier otra cosa que la cara de emoción de Sugawara me era impensable, imposible.
Incluso entrenar me costaba más de lo normal... Aunque, como dijeron mis compañeras, estaba más motivada de lo normal. Quería volver a ver esa mirada. Quería. Y quería.
Pero nunca se me hubiese ocurrido si en febrero no hubiesen vuelto a pedirme entrenamiento mis kohais.
Antes de todo esto, quiero aclarar que no esperaba encontrarme yendo. Es decir, estuvieron a un paso y un error de ir a las nacionales. Pero menos me esperaba llegar y encontrar la escuela cerrada, con la nueva Capitana esperándome cpn ropa común. Me sentí algo fuera de lugar, con mi conjubto deportivo.
No quería que la acompañe en un entrenamiento especial. Quería que hiciera chocolates con ella. Yo no entendía el motivo hasta que ella, roja, me dijo:
—¡Catorce de Febreroooo!
"Ah, San Valentín"; pensé yo, a la ligera y sonreí. Ella me lo preguntaba porque yo tenía la costumbre anual de hacerles chocolates a todas las club en nuestro entranamiento más cercano al catorce.
Realmente tardé en darme cuenta. No fur hasta que estábamos en la tienda y la ví, que recordé el verdadero sentidobde San Valentín.
—¿Eh? Ese chocolate es muy poco para todas.
—.....n...no es....para las chicas sempai....
—¿Eh?....¡OH! ¿Quién es el afortunado?
—¡N-n-nadie!
Yo me rí y le revolví el pelo.
—Entonces, tendrás el privilegio de hacerle a Nadie-kun mi receta secreta—le dije, lecantando un pulgar empcionada. Ella me miró con cara de "¡Qué geniaaaal!" y la convencí de ir a pagar lo que ya hsbía apartado, mientras me quedaba haciendo guerra de miradas con la góndola de chocolates.
Me ganó. Más que nada porque necesitaba comprar otra bolsa para enseñarle a mi kawaii kohai cómo hacer bombones de confesión. Por supuesto que llevaba para continuar mi tradición.
Así que fuimos a su casa y comenzamos a preparar los bombones de San Valentín.
Fue divertido. Comenzamos haciendo juntas los bombones para mi equipo, ya que era la primera vez que ella cocinaba. Y al parecer era algo torpe (los padres de ella no dejaban de vigilarnos a escondidas), pero se notaba que en esos bombones se iba una confesión importante porque actuaba mucho más obediente e imitaba mucho mejor mis movimientos que cuando quise enseñarle volley.
—Ah.... Si tan sólo le dieses esta importancia al club, yo hubiese visto la cancha de los nacionales.
Le dije cuando ví que ella no podía más de vergüenza. Ella se tensó como una cuerda, y luego me miró. Parecía a punto de llorar. Yo no pude contener la risa, y luego ella me siguió.
Así que cuando comenzamos su bombón especial, estaba mucho más tranquila.
Así que nos pusimos en la mesa, una al lado de la otra y completamos mi bombón especial. Era tan divertido que no podía parar de reirme. Y ella también.
Tras eso, nos pusimos a ver la tele, mientras los bombones se enfriaban.
—Sempai.... ¿Le darás el chocolate a alguien?
—Um....—Lo pensé. Realmente lo pensé. Pero....—¿No quedaría raro si voy a su escuela a dárselo? Y no tengo su número, así que no podemos quedar....
Me bajé del sillón y me estiré cuan larga soy en el piso.
—Lo suponía, es raro....— ella parecía abatida con mi comentario— Ir hasta allá y dárselo..... Es raro.
Yo sonreí, y le revolví el pelo.
—¡No hables de esa manera! ¡Eres la lateral del equipo, ¿no!? Ve y entrega esos sentimientos a Nadie Aurodia-kun. ❤
—L-lo sabías....
—Lo sospeché. Y escuché que Aurodia-kun había ido a Shira....shiratori no sé qué.
—Sempai, no puede ser que no recuerdes el nombre de Shiratorizawa. Incluso son buenos en el volley femenino; y su equipo masculino avanzó a las nacionales este año.¡Hasta en el estudio son elites! Tendrías que recordar su nombre al menos...
—¿Por qué? —Yo me reí de su cara de incredulidad— Recierdo nuestro encuentro con Shiratorialgo; y no fue divertido. Fueron tan engreídas que hasta la mitad del segundo sed no pusieron sus titulares. Quería agujerearles el alma.
—....L-lo recuerdo, pero.... —Negó, y volvió a lo que nos competía—¿Desde cuando sabes que me gusta Aurodia-kun?
—Te gusta desde que lo viste. Para mi fuiste muy obvia.
Ella suspiró. Yo la abrazé.
—El volley se trata de mantener la pelota y las jugada conectadas. En el amor pasa más o menos lo mismo. Así que.... ¡Seré tu libero en el amor también!—Le dije en broma— Piensa que el remate es entregarle tus sentimientos a Aurodia-kun. Tú remata y sigue rematando hasta el final. Hasta que logres entregar tus sentimientos. Yo haré que conecten de alguna manera. Te ayudaré a no caer las veces que lo necesites. Así que ¡Faito!
Ella sonrió con los ojos brillantes y me dijo que lo haría.
Así que la mañana del 14 fuimos hadta Shiratorizawa y buscamos su objetivo. La pequeña estaba realmente nerviosa de ebtregarle los bombones. Por supuesto, yo iba detrás. Aunque seabía que no era necesaria en sí; porque si mi kohai era obvia, mucho más lo era el nerd del que se había enamorado.
Una vez vi que los chocolates estaban en su msno entregadod, me dí media vuelta y me fuí.
Sin pensarlo demasiado me subí al siguiente tren a Karasuno busqué la secubdaria, y me quedé helada en ja puerta del gimnacio, escuchando los ruidos de los zapatos deslizarse por el piso, y las pelotas rebotar.
Miento si dijese que estaba menos nerviosa que en mi primer partido oficial.
Pero entonces, me encpntré con una belleza. Pelo negro, ojos perfectos, lenstes y lunar sexys. De sólo verls me dieron ganas de huir. ¡Tenían a una modelo como manager! ¿¡Qué diablos!?
Podía sentir que acababa de perder un punto en el amor. Estaba por irme, cuando ella me llevó aparte y con una sonrisa amabale me preguntó
—¿A quién buscas? Lo llamaré para tí.
Sólo pude balbusear su nombre apenada. Quería irme. ¿Cómo podría conpetir con ella? Pero me quedé.
No me gusta jugar partidos que doy por perdidos, pero una vez que ella entró al gimnasio y escuché que en serio lo llamava, no pude irme.
A los pocos segundos salió él, y fue donde yo estaba. Parecía confundido un pico. Y aún más cobfundido y rojo cuando le dí la cajita envuelta en paprl dr regalo.
—S-Sé que no me comparo con su mánager..... —confesé antes de darme cuenta— ¡P-Pero realmente me gustas, Sugawara-kun! S....si tengo una oportunidad, me gustaría que aceptes estos chocolates.
—Eres la de esa escuela....—Aún parecía no poder creerlo. Tomó mis manos y con ellas la caja y me sonrió—¡Los acepto! —Al verle los ojos, supe que estaba feliz. Y me hizo feliz a mí—¡Así que por favor quiero que salgamos a partir de ahora!
Esas palabras fueron puro impulso y nos sorprendieron a mí.... Y a él también. Yo sonreí y empecé a llorar de felicidad.
Era la primera vez que me enfrentaba a este tipo de cosas sola. Era raro estar nerviosa y sola. ¿Y mi declaración terminaba en esto?
—S....si estás bien conmigo.... ¡Saldré contigo todo el tiempo que quieras! ¡Espero podamos crecer juntos!
El partido que yo había dado por perdido......
Terminó siendo incluso mejor que cualquier otro momento de mi vida.
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