Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El partido de los cuervos

Será porque en esos días hablé con mis kohais de la secundaria que recordé a Hinata y su obsesión con aquella preparatoria, Karasuno, que me entró la curiosidad cuando volví a escuchar ese nombre.

El club de volley femenino se tomó un día libre porque el club masculino quiso hacer un partido de práctica contra Karasuno. Y al escuchar eso, no me quise quedar quieta. Me daban curiosidad.

La otra nueva, que resultó ser mi compañera de clases también, me acompañó cuando se lo pedí. Las dos íbamos con una excusa y lo sabíamos.

Sé que ella quería ir a ver al capitán del equipo, (todo un don Juan él), y yo iba para ver qué tan buenos eran los Karasuno en realidad.

Nos pusimos a practicar pases temprano, hasta que llegaron los chicos.

Le pedí al capitán del otro equipo que ayude a mi compañera con la red, y me divertía de verla tan nerviosa, cuando sentí una voz en mi espalda, coreada por otras casi diez, voces masculinas. Esa voz que me hizo girar, sorprendida.

Si, liderando a los karasuno, el chico de pelo castaño grisáseo, lunar al lado del ojo y sonrisa amable, entraba, vestido de negro como los demás. Sentí que mi corazón se aceleraba al ver eso.

Él me vio, e inmediatamente me sonrió y fue donde yo estaba.

—¡Ey! No te encontré después en el torneo de primavera, ¿qué pasó?
—¡Oh! Pues.... La entrenadora había confundido mi nombre y mi cara con otra novata, así que el tema está resuelto— le sonreí— Tenías razón, mis compañeras me perdonaron los errores muy rápido.  Gracias.

Él me devolvió la sonrisa y el morocho que había estado con él en la puerta del gimansio se le colgó, y nos miró amablenebte.
—¿Es tu amiga, Suga?
—A-Akgo así, Daichi.... De hecho...— me miró, con su sonrisita—Aún.... No sé tu nombre. Soy Sugawara Koshi.
Yo le dije mi nombre y ke sobreí. El orro equipo parecía listo y el entrebador de los cuervos no me pareció alguien muy dado a la paciencia, así que nos corrimos de la cancha con mi compañera que se sonreía.

Nos quedamos hasta el final. Yo miraba a Sugawara. Mi compañera, risueña, me decía que no lo devorase con la mirada, pero yo le dije que quería aprender a armar jugadas.

Lo cierto es que me enamoré de verlo jugar. Sus movimientos eran limpios y seguros y sus compañeros se apoyaban en él sin dudarlo.  Incluso mi compañera admitió que era bueno.

Ganaron el partido sin demasiadas dificultades. Y también el siguiente y otro más.

Cada vez que nuestro equipo, enojado, clamaba por uno más, yo respiraba trabquila.  No quería dejar de verlo.

Lo peor que pasó es que en ese, el cuarto juego, el líbero de nuestro equipo se lastimó. Y ninguno quería enfrentarse a los remates de su lateral castaño.
—¡Oooooi, Ashiga-kuuuun! ¡Si buscas un buen líbero aquí lo tienes!
El grito de mi compañera le llamó la atención al capitán del equipo, mientras me señalaba. Ambas teníamos puestos nuestros uniformes, así que daltaba a la vista que yo era la libero. 

Yo suspiré. No sabía si quería ir o no. Quería pararme en la misma cancha que Sugawara, aunque fuera del otro lado de la red. Pero.... Mi relación con el equipo masculino (desde aquel penal que entró por la ventana de su gimnasio y les hizo daño) no era precisamente buena.

Dudé hasta que uno de los "cuervos" dijo que no quería hacerme daño.

No soy muy orgullosa, y menos en el volley, que, como ya dije, no me apasiona. Pero no quería.... No, ¡no PODÍA! Dejar ese comentario sin purgar delante de Sugawara. Así que entré como Libero del equipo de mi escuela.

Y mientras tuve aire en los pulmones no  dejé que la pelota se detenga.

Y eso me dió un premio. El mejor premio que recibí de este deporte.

La mirada brillante y emocionada de ese que me había robado el corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro