Temblando por la expresión dirigida hacia ella, Aqua no sabía que decir a continuación, su mejor amigo la miraba con una furia completamente loca.

¡¿Por qué me miraba así?!

Aqua no podía responder esa pregunta.

- k-ka i-izuku...

-tsk...

Dejando los hombros de Aqua, Izuku volvió a mirar el suelo completamente frustrado.

-Ya estoy cansado de todo esto Aqua, por más que cuentes lo que pasó antes de reencarnar ¡¡Yo no lo recuerdo!! ¡¡No puedo ser Kazuma por más que lo intente!! No importa cuánto lo intente, no puedo...

-t-tra-trannquilizate, tú ya eres mi Kazuma

-¡¡Maldita sea!! ¡¡Te estoy diciendo que no lo soy!! ¡¡No recuerdo nada!! ¡¡No soy más que un pequeño remanente!!

-...

-antes de que aparecieras en mi vida mi mente era completamente pura, pero desde que estás aquí... Siento que no soy yo...

-...

-es cómo si tuviese algo en mi ¡Algo que no me permite ser yo!

-...

-dime algo Aqua... ¿Tú tienes que ver en esto?

Completamente muda, Aqua solo agachó la cabeza y no respondió en absoluto.

Ella no quería recordar esa parte del pasado en absoluto, solo le traeria un mal sabor de boca si lo hiciera.

-¡¿Por qué te quedas callada?! ¡¡Respóndeme!!

-yo....

-¡¿Tú qué?! ¡¡Dime!!

-... Yo...

Izuku, completamente alterado, empezó a agitar a Aqua sin cuidado. Aqua se movía de un lado a otro cómo si fuera un trapo.

Esto duró hasta que Izuku logró verla a los ojos y se detuvo.

Aqua se encontraba llorando.

-¡¡Sho...!! ¡¡No puedo deshírtelo!! ¡¡No puedo!!

Empujando a Izuku lejos de ella, Aqua se levantó del sueño y salió de la habitación llorando, dejando a Izuku dentro.

Completamente impactado, Izuku empezó a jalarse el cabello completamente frustrado.

-¡¡Maldita sea!!

-¡¡ella definitivamente hizo algo!!

* * *

Al día siguiente, en la academia de héroes, cierto pelinegro terminó de pasar la lista y notó algo raro.

Un alumno se había tomado la libertad de no asistir al segundo día de clases, cómo si no le importase la academia.

'tsk... El más fuerte de la clase faltó... Bueno, él se lo pierde' pensó.

-el día de hoy será tan particular cómo el día de ayer, hoy tendrán otras... Pruebas...

-¡¿Qué?! ¡¿Otras pruebas?!

Conociendo ya a su maestro, sabían que lo que se avecinaba no era para nada bueno.

Los alumnos rápidamente imaginaron diferentes tipos de torturas mientras su maestro se reía de fondo.

¡Realmente sería un infierno!

-estan temblando en vano, no será la gran cosa, yo no estoy a cargo de lo que se vie-

-¡¡Estoy aquí!!

Fue entonces cuando las expresiones de todos cambió, sus rostros preocupados y con cobardía se transformaron en algo diferente, alegría, admiración, esperanza.

Un hombre musculoso y de cabello rubio había ingresado al aula, aquella persona que fue nombrada cómo el símbolo de la paz, estaba en el aula 1A