Rubí bebía café mientras observaba a través del ventanal. Jessie, su prima, a su lado no paraba de tomarse selfies para su cuenta de instagram.
  
    —¿Qué haces aquí? — la desagradable voz de Rubí invadió la sala cuando vio a Mew y a Gulf aproximarse— Deberías estar en el desayuno con papá junto a tu futura esposa...
  
   Mew tomó la mano de Gulf, en un impulso. En silencio, comenzaron a caminar hacia la puerta pero Jessie los llamó.

     —Los vi esta mañana, durmiendo, abrazados... Mew, sólo déjame hacerte una pregunta.— Mew y Gulf la miraron.

   Jessie se desató la bata de seda que llevaba puesta, dejando ver su figura escultural, adornada con una diminuta ropa interior roja repleta de encajes y pedrería.

   Gulf, en un impulso, miró a Mew pero éste sólo sonrío.

    —Dime Mew.— dijo Jessie— Dime que esto no te gusta...— Jessie señaló señaló su cuerpo de una forma sensual.

   Mew negó con la cabeza.

   —Últimamente...— dijo Mew— me he dado cuenta de que...el plástico hueco...ya no me excita...

   Jessie y Rubí intercambiaron miradas serias.

   —Últimamente,— continuó Mew— también me he dado cuenta de que las mujeres como tú...no tienen ni idea de cómo hacer disfrutar a los hombres. No tienes idea de lo que las caricias de Gulf me hacen sentir...

   Mew volvió a tomar la mano de  Gulf y a paso presuroso salieron de la casa.

   —Debería pagarte un bono extra por ese comentario.— bromeó Gulf.

    —Y yo...debería irme ahora mismo y dejarte aquí sólo...

   Gulf lo miró serio.

    —¿Cómo es eso de...un desayuno con tu futura esposa?

   Gulf sintió que su corazón se aceleraba descontrolado. ¿Se lo estaba imaginando? ¿Sería posible acaso un futuro distinto al que había vislumbrado la noche anterior?

    —¿Qué hay por allí?— preguntó Mew sin soltar la mano de Gulf.

   —El bosque del Lobo... Se llama así porque...

   —¡Vamos! — lo interrumpió Mew.

   Y entonces Gulf supo que un futuro distinto comenzaba a abrirse frente a él...y por primera vez, sonrió con toda el alma...