Ante las palabras del peli café, el dios del inframundo sonrió triunfante, pensar que pudo doblegar a la reencarnación de Pegaso recurriendo a sus principios era algo extraordinario para él.

Se alejó unos pasos, y una joya negra apareció flotando frente al muchacho.  Era la firma comprimida de una sapuri armadura. Estas asumian la forma de la armadura de un caballero, pero vuelta sapuri. Esa era la forma en la que podía dotar de sapuris a los caballeros que se unían a sus filas.

El chico miro la joya con duda. Podía haber aceptado, pero seguimos hablando del personaje más terco de este mundo y obviamente estaba en un conflicto interno por la decisión que debia tomar.

Pandora en el fondo agradecía que lograsen encontrar al muchacho cuando aún no se volvi a caballero, porque de otra forma esto no podría pasar.

El joven extendió con duda su mano en dirección a la joya, tocandola apenas con las puntas de los dedos. Sólo fue necesario ese pequeño roce para que este cristal emanara una energía oscura inmensa, y en su cuerpo apareciera una sapuri que...por alguna razón se le hacia demasiado conocida.

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Hades sonrió al ver al joven con aquella sapuri, por fin, después de mucho tiempo le había arrebatado a Athena la carta de la victoria.

Su sonrisa desapareció al ver una lágrima color rojo que corría por la mejilla del menor...

Lágrimas de sangre..

En el fondo, seguía siendo Pegaso de todas formas...

Bueno, él se encargaría de extinguir esa llama después.

~ en Japón ~

Mino colgó por décima vez el teléfono al oir la contestadora. Iba a matar a esos dos ¿¡Donde mierda se habían metido!? Los llamaba una y otra vez y aún así sólo podía escuchar las contestadora. De seiya lo esperaba ¿Pero shun dejándola en contestadora? Algo no estaba para nada bien en este momento, sin contar que, ellos habían ido por cosas para los huérfanos y Seika, y seiya jamás pondría a esos niños ni a su hermana por debajo de cualquier cosa.

Okay, quizás estaba empezando a  preocuparse...

- Señorita mino! Hay un muchacho en la puerta del orfanato! la busca!

Bueno, tendría que ver que carajo con Seiya y shun después.

Corrió en dirección a la entrada del orfanato, encontrándose ahí con un muchacho de rasgos orientales y un largo cabello negro, que la estaba esperando.

Conocia a este chico, estaba segura de conocerlo

- Disculpe ..puedo ayudarlo?

- Mino, cuanto has crecido... realmente venía a ver a los muchachos, soy yo, Shiryu.

¿¡Shiryu!? El mejor amigo de la infancia de Seiya? Ahora ya sabía de donde lo conocía.

- Shiryu!? Lo mismo debería decirte yo a ti! Y ese milagro que te da por venir aquí?

- Bueno, no vine sólo...y..

- Ey Mino, cuanto tiempo!

No termino de hablar, porque otro muchacho salió de atrás suyo, de cabello rubio y ojos celestes, acompañado por un joven peli azul que se veía algo más serio, pero feliz de ver a la muchacha.

- Hyoga? Ikki?

Ambos asistieron con la cabeza ante la pregunta de la chica.

A la peli azul le iba a dar algo definitivamente. No había oído de ellos en años y de repente ahí estaban...los tres frente a su puerta...

- Me alegra tanto que estén bien! Y que los trae a los tres desaparecidos por aquí, eh?

- Bueno, yo estaba buscando a Seiya la verdad...necesito hablar con él..

La sonrisa que se había formado en el rostro de la joven se borró por completo al oir el nombre de su amigo.

- Oh...Bueno...Él y shun no aparecen desde hace siete horas...no contestan el celular nisiquiera...

Inmediatamente el pelinegro puso una expresión de preocupación.

¿Estaban desaparecidos ?