Cap 2
En Japón era una tarde tranquila, habían unos cuantos niños jugando en la calle y varios pájaros buscando sus nidos.
Entre la poca gente que había en la calle a esas horas, pues la mayoría estaba almorzando o descansando el mismo, habían un par de jóvenes.
Un adolescente de cabellos cafés, ojos del mismo color pero que con la luz del atardecer tomaban un bonito tono rojizo y piel bronceada.
Al lado suyo, iba un joven de apariencia más delicada, cabello verde esmeralda y ojos del mismo color ademas de una suave piel blanca cuál porcelana.
Ambos iban charlando de lo más tranquilos, el más alto de los dos, Seiya, llevaba un montón de bolsas y Shun le ayudaba con unas cuantas.
Una amiga del orfanato, Mino, les había pedido que fueran por algo para los huérfanos.
Ya iban de regreso al lugar donde crecieron, cuando shun tocó cierto tema de conversación.
Shun: Seiya....¿Cómo crees que estén ellos? No he sabido nada sobre ellos desde que se fueron...
El castaño entendió que se refería a su hermano, Ikki, y a otros dos muchachos. Shiryu, un joven pelinegro de largos cabellos que usualmente jugaba con seiya, y Hyoga, un muchacho rubio amigo de shun.
Seiya: Se trata de esos tres...esta más claro que el agua que está tan bien!
Pese a sus palabras y sonrisa optimista, el castaño dudaba de lo que decía. No habían tenido noticias de ellos en años, nisiquiera una mísera carta.
Habían oído que ganaron sus armaduras gracias al torneo galáctico, pero ellos ni siquiera se pasaron a saludar, probablemente por lo ocupados que estaban.
Y el de piel bronceada no fue a buscarlos debido a que estaba ocupado cuidando de su hermana mayor, Seika, la cual se encontraba enferma.
Luego sucedió el diluvio, por el que él y los demás del orfanato se habían tenido que quedar en la mansión Kido, pero siguieron sin respuesta sobre los muchachos.
Iba a darles un tremendo Zape a cada uno apenas los viera por preocuparle tanto a él y al peli verde.
Shun: si tu lo dices seiya...
Tan sumergidos estaban en aquella conversación, que no vieron al hombre que venía en dirección contraria a ellos.
Era alguien alto, con un cabello azul oscuro, de piel blanca y portaba una armadura de color morado, una sapuri.
Aquel hombre era Aiacos de Garuda, uno de los tres jueces del infierno al que se le había encargado buscar a Hades.
Aiacos: Maldita sea...ya me duelen los pies...
Murmuró el espectro, quien tampoco había visto a los jóvenes.
Al notar sus presencias, decidió acercarse para preguntar por la dirección de un motel, pues enserio necesitaba descansar después de dos semanas de estar busque que busque al recipiente de su señor a pie.
Al acercarse hizo que los jóvenes le notarán, inmediatamente el de ojos cafés se puso frente al de ojos esmeralda, pues su apariencia les hizo desconfiar.
Claro...llevaba puesta su sapuri, pero que imbécil.
Ignorando aquello se siguió acercando, pero al hacerlo noto dos cosas.
El aura del de cabellos esmeralda...era la misma aura que debía tener el recipiente de Hades
Aiacos: "Alfin mierda, ya me estaba cansando"
Pero...también noto otra cosa.
El aura de Pegaso, sobresalía por todos los rincones del más alto.
No podía ser....ahora que lo veía fijamente..si que se parecía a Tenma, el anterior Pegaso.
Premio doble, genial.
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