CAPITULO XIV

La noche se cernía sobre el pequeño pueblo, envuelto en un manto de niebla que parecía susurrar secretos olvidados.

El aire estaba impregnado de una tensión palpable, como si el mundo mismo contuviera la respiración.

En el corazón del bosque, donde los árboles se alzaban como sombras amenazantes, dos figuras se encontraban a solas.

Hades y yo nos desviamos un poco de nuestros caminos, estaba perdiendo la noción del tiempo solo para estar junto a él.

Detrás de esa imagen de bad boy su mirada ha sido capaz de mantener mi calma.

Habiamos compartido miradas intensas y susurros cargados de significado, pero esta noche todo cambiaría. La tensión acumulada durante semanas había alcanzado su punto de ebullición, y ambos sabían que no podían resistirlo más.

Nos acercamos lentamente, como si tuviéramos temor de romper el hechizo que nos mantenía unidos.

― Te haré tan mía, que dudarás si tus pensamientos te pertenecen.

Lo miro fijamente a los ojos mientras asiento con mi cabeza, una sensación de placer recorre mi entre piernas al sentir su respiración tan cerca.

Hades coloca un pañuelo de seda en mis ojos, tapando por completo mi visión, mientras camino siento sus manos acariciar mis brazos.

― ¿A dónde vamos? ― Pregunto con voz temblorosa

― Solo confía en mi ― Responde Hades cerca de mi oído

El aire era denso, cargado de una mezcla de anticipación y miedo que parecía vibrar entre ellos.

Me encontraba al borde de un abismo emocional, un precipicio donde el deseo y el terror se entrelazaban.

Escucho como abren una puerta, pero no logro ver nada.

Hades me quita el vendaje de los ojos, me mira fijamente, toca mis labios suavemente con su dedo pulgar.

Sentía cómo mi corazón latía con fuerzas mientras Hades me miraba con una intensidad casi hipnótica.

Había algo en su mirada que me atraía y me aterrorizaba a partes iguales.

Hades toma mi cara entre sus manos y sus labios se encuentran con los míos, la humedad de su lengua se entrelaza con la mía al mismo ritmo, el beso comenzó suave, exploratorio, pero pronto se tornó voraz.

Las manos de Hades encontraron mi cintura, atrayéndome hacia él con una urgencia desesperada. Coloca sus manos en mi trasero y me levanta, mis piernas se entrelazan en su cintura mientras sus labios recorren mi cuello con pequeñas mordeduras que me estremecían.

Veo alrededor de la cabaña y se me hace familiar, pequeños flashbacks llegan a mi mente.

Cierro los ojos al sentir a Hades jugar con mis pechos lamiendo mis pezones, la tensión crecía más entre nosotros.

Se me escapa un pequeño gemido en su oído.

― Gime más para mi nena... ― Murmura Hades

Mientras me lleva cargada con mis piernas cruzadas alrededor de su cintura, me coloca sobre la cama donde cada roce enviaba escalofríos a través de nuestros cuerpos.

Siento como su miembro crecía y endurecía solo para mí.

Volteo y veo una foto de Selene.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda al recordar lo que había sucedido en esa cabaña.

Pero el deseo era más fuerte; lo necesitaba tanto como temía lo que podría venir después.

Hades baja mis pantalones incluyendo mi ropa interior, besa mi vientre lento y apasionado hasta llegar a mi vagina, su lengua juega en mi entre piernas, le da pequeñas succiones a mi clítoris, mis piernas tiemblan avisando que el orgasmo se acerca.

Gimo cada vez mas fuerte mientras su lengua aun juega en mi entre piernas.

En ese instante, todo lo demás se desvaneció; solo existíamos nosotros dos y el momento que estábamos compartiendo.

Hades se coloca el preservativo y con furia me penetra una y otra vez mientras coloca su mano en mi cuello.

Mis gemidos ahogan la habitación.

― No pares por favor ― Le digo mirándolo a los ojos

Hades me voltea y me coloca ahorcajadas sobre él, muevo mis caderas a su ritmo en un vaivén de lujuria, me mira fijamente mientras muerde su labio inferior, nuevamente mis piernas tiemblan.

Otro orgasmo se hacia presente. Hades me toma por el cabello y ahoga su éxtasis gimiendo en mis labios.

― Me encanto tenerte dentro de mi...

Lo beso apasionadamente mordiendo su labio inferior para finalizar.

― Me has dado el mejor sexo de toda mi vida Hades.

Sentí que había algo más: una sensación inquietante de ser observados por fuerzas invisibles.

― Ahí había una foto hace un momento ahora no esta ― Le comento a Hades

El voltea y no ve nada, atreves de la ventana ambos observamos una sombra.

Hades se levanta rápidamente y sale de la casa.

Mientras yo me coloco su camisa y salgo tras de él.

Es un chico con apariencia desaliñada con una inyectadora en la mano.

― ¿Qué haces aquí?

Pregunta Hades mientras lo toma por la camisa, el chico está completamente drogado, Hades lo toma del brazo y le pide que se vaya.

El chico se pone violento y saca una navaja,Hades lo golpea y el chico huye corriendo dando tumbos.