Uno cree hacer lo correcto pero a veces lo correcto para uno, es un delito para otro.

Una pelea cuerpo a cuerpo era presenciada con ánimos, los gritos de apoyo hacia ambas personas se hacían escuchar, golpes esquivados, las vueltas que daba uno en particular, era una batalla a muerte.

Cuando un golpe en la sien hizo caer al oponente al suelo y con un salto enorme se elevó un poco más para poder extender sus enormes alas blancas, todos sabían que venía el golpe final, y con su puño listo descendió a gran velocidad, con ese golpe cualquiera quedaría muerto, pero el dolor nunca llegó pues su puño quedó a unos centímetros de su oponente.

Los gritos se hicieron escuchar por todo el lugar, Park Jimin había derrotado nuevamente al gran Jungkook, bueno al pequeño Jungkook según Jimin, siempre lo vería como su pequeño e indefenso hermano.

-Abre ya los ojos hermano, aún sigues vivo tonto.

Jungkook lentamente fue abriendo los ojos viendo la sonrisa burlesca de su hermano y con ayuda de este logró levantarse.

-Enano no entiendo cómo es que lo haces mil veces mejor siempre.

-Seré enano y todo pero no soy yo quien que luego vas a llorar con papá cada vez que te doy una golpiza. - no es que Jimin fuera pequeño, todo lo contrario, podría decirse que era una de las hadas más altas, pero Jungkook le hacía burla por ser unos centímetros más alto.

Ambos hermanos eran hadas estrella.

Después de la guerra los pocos que quedaron estaban heridas, así que haciendo un gran esfuerzo buscaron un lugar para esconderse.

Una isla bastante alejada de cualquier humano, era ahora el hogar de esta pequeña población.

Ahora bien, si las hadas estrella podrían controlar la vida y la muerte porque no usaron su poder de oscuridad para acabar con los humanos, era porque conocían bien su poder, por supuesto acabarían con él ejército pero también terminarían con gente inocente y eso no lo harían.

Así que prefirieron pelear con honor aunque eso les costará la vida.

Ahora, muchos años después habían logrado establecerse, muy alejados de la humanidad, no eran tantos como hace años que eran miles, no, eran mucho menos, después de todo los humanos nunca dejaron de cazarlos.

Pero por ahora vivían tranquilos en lo que se podía, pero para el hijo mayor del jefe de las hadas no era así. Su mejor amigo Taehyung había desaparecido hace algunos años, sabía que estaba vivo, podía sentirlo, al igual que su miedo y su temor.

Para estás hadas estaba contra sus leyes y creencias el utilizar su poder oscuro, pero para Jimin eso no era relevante cuando de los humanos se tratará, los odiaba, pues ellos habían asesinado a su madre y hermana cuando el apenas era un niño y ahora su amigo, sabía que los humanos tenian algo que ver.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un golpe en la cabeza.

-En qué tanto piensas enano? - pregunto Jungkook

-En Taehyung

-Se que estás preocupado por él pero trata de tranquilizarte.

-Tú no lo entiendes, ambos tenemos un vínculo, durante toda nuestras vidas sentiremos lo que el otro sienta y él está sufriendo tanto y es agobiante porque yo también siento su tormento.

-Jimin tú lo dijiste, tienen un vínculo y si te pones así solo lograrás alterarlo más.

Jungkook tenía razón, tenía que calmarse para aliviar un poco el dolor de su amigo. Tenía que hacer algo, pero no sabía que, su padre nunca lo dejaría salir de la isla así que lo que sea que fuese a hacer tenía que ser rápido.

Park Jimin nunca fue alguien problematico, era todo lo contrario, era disciplinado, amable y bondadoso, poseía una belleza sin igual, un cabello largo sedoso y blanco, una piel tersa y blanca y nos perfectos ojos grises.

Simplemente era perfecto y aunque nunca fue desobediente su odio hacía los humanos no era un secreto para nadie.

Taehyung era hijo de una de las hadas más fuertes y desde pequeño se supo que él sería el sucesor de su padre para proteger a los hijos del líder y del resto de las hadas, pero en su primera expedición algo salió mal y de las 30 hadas que se fueron, únicamente regresaron ocho y dentro de esas ocho no estaba Taehyung.

Al ser ambos los sucesores de sus padres crecieron juntos y aunque no los unía la sangre, todos podrían decir que eran prácticamente hermanos y ahora Jimin únicamente siente un vacío al no poder tener a su mejor amigo cerca.

Saben creo que me he dado cuenta de algo. Comúnmente se me ocurren Miles de ideas para fanfics, pero solo se quedan en eso, ideas.

Cuando empecé este fic tenía demasiada inspiración que escribo 3 capítulos en un día y los publicación, pero después de hacerlo se me fue toda la inspiración y creí que pasaría lo mismo que con mis otros fics.

Peroooo con está hay algo diferente.

Cuando me surgió esta idea yo estaba en el trabajo y era un tiempo muerto y pues empecé a escribirlo en una hoja, ayer que intenté escribirle otra vez no me salía la inspiración.

Pero ya hoy se me ocurrió volver a escribir pero en papel y me dí cuenta de que haciéndolo así las palabras me fluyen más.

Con solo decirles que terminé este capítulo y en papel ya tengo 4 capítulos más.

Y tal vez no les interese pero quería contarselos...

En fin...

Nos leemos en el siguiente capítulo

Sokko