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Extra

18 años después…

Asher Bennett un hombre de casi 40 años seguía cumpliendo su condena en una prisión de alta seguridad, custodiado las 24 horas del día, claro su vida terminaría antes de cumplir su condena.

Todos los días era lo mismo, se despertaba temprano, iba al gimnasio y a desayunar, después tenía tiempo libre para hacer cualquier cosa, la mayor parte de ese tiempo la usaba para seguir estudiando programación, Lectura de códigos, etc. Por supuesto no tenía acceso a una computadora pero eso no le impedía seguir aprendiendo, por la tarde era la comida y la cena, siempre lo mantenían alejado de los otros prisioneros, se decían muchas cosas sobre el en prisión pero ninguna era cierta.

Algunos decían que Asher ya había perdido la cabeza, otros decían que el solo esperaba el momento de atacar otra vez, pero la verdad es ligeramente parecida, para Asher Bennett todo había terminado, solo esperaba el día de su muerte con tranquilidad, ya nada le causaba miedo, evitaba esos pensamientos y en su lugar, le gustaba recordar a Mari Crawford con quién vivió una gran aventura, le gustaba recordar desde el primer día que la vio en aquel supermercado, su cabello castaño, esos hermosos ojos verdes cristalinos y brillantes y su piel pálida. Era extraño pensar todo lo que vivió en esa vida pero se terminó, al menos para el.

Un día soleado y caluroso mientras disfrutaba del paisaje del atardecer, el viento golpeaba ese cabello pelirrojo, Asher tenía un libro de informática, cuando un guardia de seguridad se le acercó.

—Oye pelirrojo, tienes visitas.

—¿Visitas? ¿Quién es?

El guardia perdía la paciencia —No soy tu maldita secretaria para saber de tu vida personal.

Si, los guardias no tenían gran sentido del humor. Asher se puso de pie confundido y junto a sus guardias llegó a una celda especial donde los presos de máxima seguridad tenían sus visitas. Asher espero por unos segundos, pensó que tal vez se trataba de otra detective que seguiría haciendo preguntas que el jamás respondería y se las llevaría a la tumba.

La espera pronto termino cuando una chica, era apenas una niña, cruzó la puerta, alta para su edad y esos ojos, esos únicos e irreconocibles ojos verdes que brillaban con la luz. Era una alucinación demasiado real y hermosa o una buena trampa.

La chica se acerco temerosa, se mordía el labio llena de nervios.

—¿Eres tú…. Asher Bennett? —Su voz era suave pero no demasiado.

—No se quién más podría ser —Asher sonrió al ver los nervios de la chica, le recordaban a una persona en especial. Espero hasta que la chica tomo asiento delante de él.

—Amm no se cómo decir esto pero creo que ya deberías saberlo a estás alturas sería un nuevo problema que no lo sepas —No levantó la mirada, la mantenía hacia abajo.

—¿Saber qué…? —Este era un muy confuso día para Asher.

—Creo que no lo sabes entonces —Ella puso esa sonrisa, fría y sinica.
—Mi nombre es Adelaide Elske Bennett Crawford. Mi madre es Mari Crawford y tú, tu eres mi padre.

—No, no, no, no es posible —Asher lo negaba con la cabeza, no podía ser cierto, no podía ser real —¿Cuántos, cuántos años tienes?

—Los mismos que estás por cumplir en prisión.

—18 años —Asher susurro por lo bajo

—Tu madre, ella… ¿Dónde está?

—No lo sé, creí que tú sabrías, hace unas semanas que se fue y me dejó varios papeles entre ellos mi acta de nacimiento y tú nombre está escrito por eso vine a buscarte, creo que tú tienes las respuestas a algunas de mis preguntas —Ella saco un papel doblado en cuatro partes y se lo mostró.

Asher lo sostuvo con las manos esposadas a la mesa. Era cierto, en el espacio de padre estaba su nombre. Era terriblemente confuso, no tenía idea de si lo que estaba pasando era real. El lo recuerda, sabe que le disparo a Mari tres veces, sabe que la mató.

—Es el cambio de turno de los guardias —Parecía que Adelaide planeba algo.

—¿De qué estás hablando? —Y eso solo lo confundía más.

Ella se puso de pie y se acercó a él para abrazarlo, le susurro algo al oído que por instantes le congelo la sangre.

—Si los guardias no están, no habrá nadie que grabé está conversación, descuida, lo planifique demasiado bien. Asesine a una persona y no se que hacer, ya no hay evidencia pero tengo miedo y si la prisión no me mata, será el miedo quien lo hará.

—¿Qué fue lo que hiciste Adel?
La chica sonrió al escuchar como la había llamado su padre —Los Darks me enseñaron todo lo que se, aprendí de los mejores y nunca permitiré que alguien más vuelva a burlarse de mí.

—Espera, ¿Eres parte de los Darks? —Todo eso era enserio, en casi quince años, habían pasado demasiadas cosas.

Adelaide lo miro con seriedad y un gran aire de superioridad
—Aún mejor, soy líder de los nuevos Darks y debo decir que las reglas del juego han cambiado, hay nuevas doctrinas y nuevos castigos, es un honor tener el mando. Claro no soy como mamá o como el legendario KJK pero, tengo mi manera de hacerlo al igual que todos.

—No sabes lo que haces Adel, estás jugando con fuego y créeme no es lo mejor, no podrás salir.

—De todo lo que he dicho solo te interesa que no sea parte de los Darks. Entonces podría ser la más astuta ladrona de bancos, una asesina a sangre fría, sicario, traficante pero, no puedo ser miembro de los Darks ¿Por qué?

Asher suspiro y miro hacia otro lado —Es una competencia y si pierdes, tienes que pagar un precio muy grande, claro que te enseña demasiado y te protegen, pero, ¿A qué costo? Tu vida no lo vale.

—Lo dices por qué tú le disparaste tres veces mientras seguías las indicaciones del enfermo de mi abuelo —Por lo que veía, Adelaide ya conocía toda la historia —Descuida, no me equivocaré de nuevo, mi mano derecha es de gran confianza, desde que nacieron les han enseñado a quien proteger y jurar lealtad.

—No me digas —Esta vez Asher uso el sarcasmo de antes —Son los descendientes directos de MY₹ y Nat81.

—Es bastante obvio pero son los mejores —Adelaide se paseaba por la celda, su postura demostraba seguridad y confianza en si misma.

—¿Fue idea de tu madre?

—No me sorprende que lo preguntes, ella jamás me mintió, siempre me dijo la verdad, me enseñó en casa para que no desarrollará emociones por las demás personas, me enseñó que siempre debes estar listo por qué hasta los que más amas pueden traicionar te, no es por nada pero, espero que disfrutes del espectáculo que tengo para ti después de todo eres mi padre y debes involucrarte en mi vida —Adelaide saco de su mochila una chaqueta que parecía ser idéntica a la de los Darks solo que esta era algo diferente, era blanca con líneas negras y en la parte de atrás decía “DA₹K$” —Descuida, me encargaré de enviarte la tuya.

Adelaide se puso la chaqueta, tomo sus cosas y se dirigió a la salida.

—Eres castaña como ella —Eso la detuvo

—En realidad soy pelirroja como tú, pero, tuve que teñir mi cabello, ahora me veo como ella.

—Adel, no lo hagas, aún tienes tiempo de renunciar.

—Renunciar —Repitió la palabra con asco —Eso es lo único que sabes hacer, no renunciaré padre, no lo haré —Salio sin decir más, dejando a Asher Bennett su padre, confuso sin saber que podría pasar.

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