—Si todo sale bien seremos invisibles, debe salir bien —Me lo repetía una y otra vez en la cabeza.

—Mari, llegamos —Nat me saco de mis pensamientos.

El sótano de la casa que teníamos en el pueblo se convirtió en un centro de operaciones, al llegar ví a K1—LL—3R sentado en uno de los escritorios, tecleando la computadora con una exelente concentración.

Tome asiento en otro escritorio y comencé a trabajar, Nat había ido por unas hamburguesas al pequeño restaurante que había al final de la calle.

Una notificación en mi teléfono me hizo perder la concentración, era Cassius, está vez ignore sus mensajes.

—Todo bien

Esta vez K1—LL—3R lo noto.

—Si, todo bien —Que extraño, su voz me resultaba extrañamente familiar, debo estar alucinando, el jodido problema con Cassius era que se robaba toda mi atención y me enfocaba tanto en el que incluso olvidaba las otras cosas relevantes del momento.

El nuevo objetivo implica más horas de trabajo, después de terminar con James y Cassandra era momento de dar inicio a un nuevo plan.

Cómo recuerdan los antiguos Darks están en prisión por lo que hace unos meses tuve que hacerles una visita, aún estando en prisión ellos eran los reyes del lugar, nadie se atrevía a desafiarlos, vivían con tantas comodidades aún que lo único que les prohibieron, fueron las computadoras.

Mantuvimos contacto por medio de cartas y aunque era revisadas por los detectives de crímenes cibernéticos, dejaron pasar un detalle.

Todas nuestras cartas llevaban códigos ocultos, a veces eran columnas enteras otras veces simplemente era la segunda letra de la primera palabra en cada fila.

Así fue como durante meses planeamos su escape.

Días después.....

—¿Estás segura de esto Mari? —Nat definitivamente iba a salir corriendo en cualquier momento y pobre por el que se atravesará en su camino.

—Cállate Nat, funcionará.

Fue demasiado fácil entrar en el edificio del FBI, un par de distracciones a los conserjes y tomamos las tarjetas de acceso sin que lo notarán, yo robe una durante el almuerzo, derrame mi vaso de agua sobre uno de ellos y mientras el me reclamaba y yo intentaba ayudar, tome la tarjeta.

Nat consiguió las suyas con un truco de magia. Simple, las personas solo ven lo que quieren ver y creen lo que ven, sin cuestionarse la verdad.

Bueno, Nat pasaba a su lado y preguntaba las calles que había alrededor, se hizo pasar por una chica ciega y bueno, la mayoría desvía la mirada para ver los pequeños señalamientos con el nombre de las calles o se tomaban la molestia de llevar a Nat a su supuesto destino.

—Eres una grandiosa desquiciada Nat definitivamente fue mejor idea que recibir sermones de como caminar y no derramar agua —A eso yo le llamo ser audaz.

Nos encontramos en los servidores del FBI junto a K1—LL—3R, descifró la contraseña en menos de 2 minutos y bajamos todos los archivos necesarios.

—Execelente K1

Llevábamos puesto el uniforme digno de Darks obvio con nuestras máscaras, Nat se encargo de borrar todos los vídeos de seguridad y les dejo nuestra presentación.

Claro, hubo algunos golpes.
—De algo sirvieron todas las clases de Karate —Rei después de noquear a varios trabajadores del edificio.

—Es hora de largar nos de este lugar

Nos separamos y tomamos diferentes salidas, no fue difícil esquivar a vários oficiales.

Lección del día, nunca canten victoria al salir de un edificio.

Lección aprendida.

Estuve apunto de salir por la puerta trasera cuando el detective Henderson la abrió antes que yo, fueron los segundos más locos de mi vida, el detective leía un par de documentos y yo me congelé, mi brazo seguía estirado hacia la perilla de la puerta.

Cuando el detective levanto la mirada, dejo caer los papeles y llevo sus manos a su arma, volví corriendo a las escaleras.

—¡Alto! ¡No me hagas dispararte! —Solo podía escuchar la voz de Henderson detrás de mi.

Entre en el tercer piso, los baños estaban cerca, le solté una patada a la puerta y me escondí ahí dentro.

El detective Henderson vio la puerta moverse y entro en el sanitario de Damas.

Apunto con su arma y reviso cada cubículo, sin rastros, el ruido de otra puerta lo hizo salir.

Definitivamente, me escondí en el baño de hombres y sostuve la puerta, cuando escuché a Henderson entrar, salí corriendo.

El callejón estaba oscuro pero, era fácil apreciar a Nat y a K1—LL—3R en el auto.

—Enciendan el maldito auto.

Entre esperando que arrancarán

—No tenemos las llaves —Explico Nat

—¿Quién tiene las putas llaves? —Entre en pánico —Oh Mierda.

Las llaves las tenía yo y se me cayeron en el callejón.

—Me lleva —Sali del auto y tome las llaves, Henderson me alcanzó y me arrastró para detenerme, tuve que golpearlo, no me dejó opción.

Fue una buena pelea, el usaba una buena técnica de defensa mientras que la mía era más ofensiva.

—Se que eres tú AMC —Carajo y me supo reconocer.

—Que gran inicio detective — Seguíamos peleando hasta que pude noquear lo por unos segundos y corrí de nuevo al auto.

Es complicado pelear con una máscara puesta pero sirve como armadura literalmente, bueno no del todo por qué aún así me rompió la nariz.

K1—LL—3R arranco y piso el acelerador a fondo.

Teníamos a dos patrullas detrás de nosotros.

—Se como perderlos

—Espero que si —Yo estaba en el asiento de copiloto.

—Recuerdas como apagar las luces —K1—LL—3R nos había enseñado trucos nuevos los últimos días.

—Por supuesto

—Hazlo

Mire a Nat y definitivamente debía hacerlo, encendí la computadora y conecte la red wifi.

Uno de los autos no choco por atrás

—¡Mierda! —Volví a golpearme la nariz.

—Carajo —K1—LL—3R hizo la estupidez más grande del mundo, se quitó la máscara y el rostro detrás de ella era demasiado familiar.

—Mari hazlo —Me grito Nat.

El click definitivo apagó las luces de la ciudad y el auto continuo su camino solo que más lento hasta escondernos en otro callejón.

Era imposible que K1—LL—3R fuera esa persona todo el tiempo, esperaba que al encender las luces de nuevo ese rostro no hubiera Sido lo que ví.