Si algo he aprendido en estos años es que, el mundo, las personas, jamás tendrán piedad, entonces por qué debemos tener piedad pero también se que un acto de bondad revoca a otros.

—¡Mierda Ryker! ¿Qué pasó?

—Mari por favor déjame pensar

Está vez todo se había ido al carajo

—Vamos, vamos —Estábamos jugando un videojuego de carreras —Solo unos metros más.

—Se ve muy cerrado

—¡Wu si! Punto para mí —Era una loca cuando ganaba una carrera.

—Demonios —Y Cassius estaba en el segundo lugar.

Bueno, me había descuidado de mis planes, ahora pasaba todo el tiempo junto a Cassius y aún más después del encuentro con mi padre.

—Vayamos a dar un paseo —Cassius estiró su mano para ayudarme a levantar del piso.

—No me negare —Esa era la mejor parte del día, mejor dicho de la noche, caminar bajo las estrellas con la solitaria calle.

Caminamos por un rato y antes de regresar a casa, como es de mi costumbre pase a comprar unas barras de chocolate.

En la tienda había un pequeño grupo de chicas, todas usaban ropa negra y botas muy altas, mientras yo escogía entre los diferentes tipos de chocolate, note que una chica se acercó a Cassius. Estaban tan concentrados en la conversación, lo que me dió ventaja de acercarme a rastras para poder escuchar.

—Es bueno volver a verte Cassandra —No, era enserio, de todos los nombres que puede haber, esa chica se llamaba Cassandra.

Si se lo preguntan, no, no era Wells, por qué Wells es rubia y ojos grises y está chica era más bajita, cabello negro y ojos negros por lo que pude ver.

Eso me basto para alejarme, literalmente me aleje, no quería escuchar ni una palabra, esperé en la caja hasta que fuera mi turno, si lo admito, soy un tanto celosa aún que no siempre fueron celos, por un parte sentía que en cualquier momento podía perderlo.

—Y también deme una caja de cigarros —No, no fumo pero la situación lo amerita.

—¿De cuáles? —Al parecer la señora de la tienda estaba asombrada de que está fuera la primera vez que pedía cigarros.

—Los más caros —Termine esa frase con mi sonrisa sarcástica —Mierda —Lo que me faltaba, no encontraba mi tarjeta de crédito, vacíe mis bolsillos y  entre varias cosas que no recordaba llevar, las fichas de Póker, un encendedor, varios centavos y por fin la tarjeta.

—Lo siento, era una vieja amiga —Cassius se acerco y miro todo mi desorden en el mostrador.

—Por supuesto —Mi sarcasmo y celos era evidentes.

—¿Estás celosa? —Y Cassius obviamente lo noto.

Tal vez mi expresión no fue la más genuina pero si la más adecuada
—Si de alguien debería tener celos esa persona tendría que ser superior a Cassandra Wells  o incluso la mismísima Cassandra Wells.

Desconecte la tarjeta y firme el pequeño ticket, tome mis cosas y salí primero de la tienda, abrí la caja de cigarros y prendí uno de inmediato.

—Vamos Mari, esa chica y yo, es pasado.

—¿Cómo se llama? —Si, a veces puedo ser muy cruel.

Cassius se quejo y rodó los ojos
—Cassandra.

Hice una mueca de diversión
—Correcto, nos vamos, tengo algunos pendientes que hacer.

El camino de vuelta a la casa de Cassius fue muy incómodo, ni siquiera pude mirarlo a los ojos.

Su casa era pequeña y antigua, subí directamente a la habitación de Cassius y encendí la computadora, Nat estaba en línea.

—No me vas a creer, Nat, crees que mi relación con Cassius sea lo mejor.

—¿Qué sucede? ¿Por qué de la nada empiezas a dudar?

—Hay una chica, aún peor, su nombre es Cassandra. Empieza la siguiente fase del plan.

—No hablemos de esto por aquí, espera hasta vernos.

Aún que nuestra comunicación era por las redes oscuras, siempre fuimos muy precavidas con las conversaciones.

—¿Mari, podemos hablar? —Cassius entraba a la habitación.

—¿Y porque no podríamos?

Cassius se sentó a una lado de la cama —Confía en mí cuando te digo que no pasará nada.

Suspire con odió —Aun no terminamos de conocernos, no son celos lo que siento, lo que de verdad siento es miedo, miedo de perder a la persona que amo con toda mi alma, miedo de volver a sentir esa traición y decepción, no quiero perderte, no quiero que nos alejemos por otra persona y si no conoces la historia completa, debería decirte que mi ex mejor amiga, Cassandra Wells, me traicionó, me traicionó de la peor manera que puedas imaginar.

Me puse de pie para salir de la habitación pero Cassius también lo hizo, me jalo del brazo haciendo que terminara en sus brazos, me abrazo, podía sentir su mano en mi cintura y otra en mi cabeza, haciendo que me acercará más a él.

—Jamás haría una estupidez como esa para perderte, no voy a te voy a abandonar.

Podía sentir su respiración, solo podía pensar en una cosa “Ojala sean ciertas tus palabras”.

Nat se encargaba de la siguiente fase del plan, justamente se trataba de Cassandra Wells, era tiempo de que el mundo conociera a la verdadera Cassandra Wells.

Nat se encargo de filtrar los vídeos donde Cassandra se comportaba como una de las perras más hipócritas del maldito planeta, en especial uno de ellos donde mencionaba a James Dameron y sus planes para utilizarlo para su bien.

Pero no éramos los únicos que entramos en acción, descuidamos a los Detectives y en ese lapso de tiempo, ellos descubrieron una pista esencial para su investigación, descubrieron a la familia de Nat, sabían que fueron unos de los socios más beneficiados con la caída del imperio Dameron.

—¿Qué dices Harvey? Son los únicos con antecedentes y sin una línea de familia con logros.

—No creo que hablen John pero tiene una hija, tal vez pueda decirnos algo que nos ayude a encontrar una conexión, si alertamos a la familia los Crawford lo sabrán y actuarán pronto.

—Debemos ser sigilosos en los siguientes movimientos —Henderson pegaba una imagen de Nat en su pizarra, indicando que ella era su siguiente objetivo en la investigación del grupo Darks.