Capítulo 32
*Narra Andrea*
Juré venganza, y eso es lo aue haría. Llevaba más de una semana chateando con un jefe hacker que quería burlar la seguridad de los controles de internet. Me propuso colaborar con él en este caso, a lo que yo respondí que si.
Estaba arresgando mi vida, ya que, esto lo hacían con el fin de que yo misma pudiera tomar venganza a través de la red. Atrayendo así a todos los agentes secretos que me propusiera con solo un clic.
Por este chat, además, me explicó detenidamente su plan de control de internet. Y para poder colaborar con él, tan solo debía encontrar a un agente secreto. Al agente 662, y llevarlo hasta él.
Me dijo que qudaramos hoy en las afueras de Madrid, a eso de las 11:30 de la noche. Acepté su trato, solo sabiendo que podría vengarme de la agente secreto que robó el corazón de mi amado y me apartó de él.
"Juro por mi vida que ella será la primera que caiga, y detrás de ella... El mundo entero caerá a mis pies"
Comencé a volverme loca de la ira. Pero por fín obtendré lo que quiero.
Eran las 9:30 de la noche. Por ello me fui preparando como normalmente. Dejé una nota a Alex. No quiero que me encuentren, antes prefiero morir en el intento, pero lo que tengo claro, es que ella es la única persona que se preocupa por mí. Ella es una amiga.
"Alex, quiero decirte que gracias por todo. Pero me voy, no lo soporto más. Lo voy a hacer por venganza, no puedo olvidar a Taylor... Pero no quiero que te preocupes. Fue bonito mientras duró. Te dejo mi tienda y todo lo que tengo aquí en España. Disfruta tu vida, te lo mereces. Te amo BFF... Andrea."
Cuando terminé de escribir esto, mis lágrimas caían. Lo dejaría todo por él. Jamás pensé que este momento llegaría. Peró llegó, y debo asumirlo.
Le dejé la carta en el suelo de la entrada, cojí mis llaves del coche. Cerré la puerta de la entrada con nostalgia. Sería la última vez que estaría aquí.
Bajé al garaje, cojí mi coche y puse rumbo a la tienda. Tenía muy claro lo que haría, y no estaba para nada loca.
Paré enfrente de esta. Era la antigua tienda de mis padres, pero ya nada importaba. Mi impotencia era mayor, y esto superaba mis fuerzas.
Encendí una cerilla, y sin pensarlo dos veces, la lancé sobre la tienda. Lágrimas brotaban de mis ojos. Esta comenzó a arder rápidamente. Mi vida, era la tienda. Y ahora que ella ardía, mi alma también lo hacía.
Ya nada me importaba, y me puse rumbo al lugar donde me citaron. En media hora, llegé a mi destino. Me entraron escalofríos del miedo. El cielo estaba completamente negro, y esto parecía un castillo abandonado.
Aparqué enfrente del muro que separaba la casa de la carretera improvisada de la montaña.
Toqué a la puerta y abrieron esta. Un extraño y mal presentimiento de algo inundó mi cuerpo, pero decidí ignorarlo y seguir adelante.
Una vez dentro de la tétrica mansión oí unos pasos caminar hacia aquí.
-Por fín estás entre nosotros. Andrea.- Dijo un hombre de cara tapada por una máscara y vestido con una gran toga negra. Podía notar que sonreía a través de esta.
-Si... Lo que no entiendo es porqué me eligieron a mí.-Dije dirijiendome hacia ese hombre. Él estaba apoyado en la barandilla de la escalera.
-Te escojí a tí, por el odio que le tienes a esa agente 662. Y por eso te necesito. Necesito unificar fuerzas con mi otra mitad, para conseguir mi objetivo. Quiero que la traigas muerta.-Dijo. Yo me tensé al oír eso. ¿Matarla? Jamás maté a nadie...
-¿Matarla? Yo... em...-Tartamudeé. Él se tensó y me miró fíjamente.
-Entiendo... Tienes miedo a matarla. Bueno... es ese caso... Conduceme hasta donde esté Taylor. Él nos dirá donde se encuentra ella.-Mi corazón se encojío cuando dijo su nombre. ¿Debía traicionar al amor de mi vida para vengarme?
Negé con la cabeza repetidas veces. Él se tensó y agarró mi brazo bruscamente para que le mirara.
-Mira niña. No me hagas perder el tiempo. Se PERFECTAMENTE que entre tú y Taylor hay algo. Así que, si temes por tu vida, me conduciras hasta ellos. O si no... La próxima en morir serás tú. ¿Entendido?-Dijo y me miró fijo a los ojos.
Seguidamente me besó bruscamente y me tiró al suelo con una fuerza brutal.
-Guardias. Llevensela al calabozo. Allí estará más cómoda.-Dijo.
Dos hombres vestidos con smokin me cojieron bruscamente para llevarme a una sala oscura. Donde solo había una cama. Uno de ellos empezó a golpearme hasta que caí en un desmayo.
Cuando desperté, me llevado a una sala donde habían muchos más enmascarados y me pudieron frente al jefe.
-Hay tienes tu respuesta.-Dijo para luego mirar a uno de los enmascarados con una sonrisa muy cínica
Acto seguido se dirigió hacia mí girando su cabeza.
-Tú nos conduciras hacia ellos.-Dijo. Su voz sonaba más macabra de lo normal, lo que provocaba que temblase.-¿No es así... Andrea?
Definitivamente, mi vida se arruinó por completo...
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