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34

No tenemos futuro

el cielo no  fue hecho para mí,

nos quemamos en el infierno

tan rápido como se puede

Desearía poder ser un rey

para así poder saber que no estoy solo.


[Narra Ji Min]

En ese momento en que salí cauteloso en dirección de nuevo hacia mi cuarto, no pudiendo entender lo que acababa de ver, simplemente me metí bajo las sábanas. Cerré con fuerza mis ojos y esperé a que Yoon Gi hiciera de las suyas. Seguramente me preguntaría que había hecho, me presionaría mencionando el nombre de Lu Han y al no responderle me torturaría como siempre hacía. Pero aunque estuve un buen tiempo esperando a que subiera, me sacara de debajo de las sábanas y me golpeara o lo que fuera, no apareció o al menos no lo noté cerca de mí.

Entonces caí debido al cansancio. No tenía noción del tiempo, la había perdido totalmente, así que al despertar no supe si acaso era de día o de noche. Sólo había abierto un poco mis ojos, el reloj de mi mesa marcaba las cinco y media de la mañana. Fruncí el entrecejo molesto porque la verdad es que no dormí mucho y aún seguía cansado.

Mis ojos entonces hicieron un corto recorrido por la habitación, todavía a oscuras con apenas unos rayos asomando por las persianas. Me detuve al llegar a divisar mi escritorio. Sobre la silla estaba Yoon Gi sentado; su cabeza apoyada en la mesa, cubriéndose con sus manos, parecía dormido. No me fie mucho de esa actitud ¿Y si estaba fingiendo?

Debía salir de ahí cuanto antes. Me levanté sin hacer ruido y fui al baño después de tomar algunas prendas. Al terminar, asomé mi cabeza por la puerta para comprobar que Yoon Gi aún estaba ahí.

Di unas sigilosas pisadas y tomé mis zapatillas con cuidado. Logré salir de mi cuarto con éxito, por suerte. Si Yoon Gi despertaba habría muerto. 

Decidí, antes de marcharme a clases, ver a mis padres. Me sentía una mierda, los había olvidado y dejado de lado, pero es que no quería que les pasara algo si intentaba averiguar cómo estaban o qué era lo que podía hacer por ellos. Estaban tan jodidamente extraños. Además, recordando que Yoon Gi me había dicho que mi padre fue poseído por un espíritu maligno, sentía miedo de acercarme a él. No quería vivir otra vez esa escena en la que me pedía que lo matara. Y en ese momento en que lo recordé, también vino a mi mente lo que había salido de su boca. Mi padre mencionó a un tal doctor Lu. ¿Quién se suponía que era esa persona? Era obvio que tenía algo que ver con las cosas que encontré acerca del hospital y mis sueños.

Todo se estaba volviendo muy raro e incluso peligroso. Sentía que mi vida acabaría en cualquier momento debido a lo que estaba ocurriendo. Tenía que volver a hablar con Lu Han como fuera, no podía esperar que él viniese a mí, podría tardar días. Por alguna razón no quería fiarme de él, pero era lo único que me quedaba. Quizás era porque Se Hun también estaba metido en toda la mierda y de él podía esperarme cualquier cosa.

Desgraciadamente, encontré otra vez a mis padres como siempre. Mi madre sentada en la sala, tomando un té y mirando hacia la nada. Mi padre en cambio estaba sentado frente a la tele, mirando un canal sin señal. Quería saludarlos y decirles que les fuera bien su día, como nunca hicimos los unos a los otros. Nunca habíamos sido muy comunicativos, siempre los oía discutir y nunca me prestaron atención, pero mierda, eran mis padres y en el fondo los quería. Tuve miedo de hablar y que reaccionaran de forma violenta hacia a mí; tuve que dar media vuelta y aguantar las ganas de llorar.

Caminé de nuevo hacia el infierno, aunque no era mucho peor que el infierno de casa.

Al llegar, noté que algo estaba pasando. Todos corrían y sonreían como si nada. ¿Se habían olvidado que estábamos de luto? Malditos bastardos.

Vi a una chica correr hacia mí y cuando se detuvo casi tropezándose, me entregó un papel. Lo miré sin entender qué era y leí para comprender de qué se trataba tanto alboroto.


—¿En una broma?—apreté el papel mientras cerraba mi puño. La chica se quedó mirándome como si hubiese hecho algo horrible—¿Están locos?


—Es una fiesta...— respondió ella con una mueca, cruzándose de brazos—¿Qué tiene de malo? Será en la casa de Baek Hyun. 

     

Cuando escuché ese nombre rodé los ojos. Hacía un tiempo ese chico tan popular se había ido de viaje porque fue seleccionado para una audición y cosas que no me interesaban. Era pariente del director, por eso todos iban detrás de él, no es como si fuera la gran cosa. A mi nunca me cayó muy bien por mucho que intentó acercarse a mí. Era demasiado bromista y sentía que se burlaba de mí. No me extrañaba que se llevara de maravilla con el payaso de la escuela, Park Chan Yeol. Eran tal para cual.

Tiré aquel papel al suelo y me largué en dirección a mi aula. Tenía la sensación de que Yoon Gi no aparecería por lo que restaba de día, estaba demasiado extraño. Y eso era algo que me alegraba y preocupaba a la vez. Debía estar siempre alerta, por cualquier cosa que viera o sintiera.

Mientras que caminaba, mis ojos se cruzaron con los de Se Hun, venía de frente con su tan particular expresión de nada. Parecía como si me hubiese estado buscando, porque cuando lo miré de nuevo, alzó las cejas y echó un vistazo disimulado a su alrededor. No entendí su gesto, así que seguí mi camino ignorado que lo había visto. Pero cuando estuvimos a unos pocos centímetros de distancia, me agarró del brazo y se acercó a mi oído como solía hacer siempre que me amenazaba.


—Después de la primera clase ve a la biblioteca—me susurró y seguido se marchó como si nada.


Algunos se quedaron mirándome como esperando a que les brindaran un espectáculo de circo. Todos mis compañeros eran igual de ineptos y descerebrados.

Después de mi aburrida clase de matemáticas, a la cual no le presté ninguna atención, salí disparado hacia la biblioteca, con un montón de libros. Tenía que disimular que iba a estudiar para exámenes finales por si Yoon Gi aparecía por ahí de repente. Al menos no estaría con la manos vacías y tendría una estúpida excusa. Pero estando Lu Han ahí lo dudaba mucho.

Como siempre, no solía haber casi nadie en la biblioteca. Lo agradecí eternamente porque me ponía nervioso el imaginar que alguien nos podría escuchar. Me estaba volviendo un maldito paranoico y yo no solía ser así, ni cuando Se Hun había empezado a meterse conmigo.

Volví al mismo lugar que nos encontramos anteriormente. Pude ver a Lu Han sentado y a Se Hun apoyado contra la pared, mirando por la ventana hacia el patio. Me acerqué, no sin antes mirar a mi alrededor, y luego me senté a su lado. Él levantó la vista e inclinó su cabeza a modo de saludo.


—¿Qué ocurre?—le pregunté apresurado, esperando por supuesto que tuviese algo muy importante que informarme. La desesperación se había apoderado de mí.


—¿Te enteraste de la fiesta en casa de Baek?—él alzó una ceja, creyendo que no tenía idea.


—Sí ¿Qué pasa con eso?—me crucé de brazos y lo miré fijamente. Creí entender a donde estaba intentando ir.   


—Tienes que ir, con Yoon Gi.


Fruncí de más el entrecejo sin comprender por qué debía hacer eso. No estaba para ninguna fiesta, aún me dolía saber que nadie se interesaba por la muerte de Jung Kook. ¿Cómo eran capaces de organizar una fiesta como si nada? Me ponía realmente enfermo. Negué con la cabeza.


—No pienso ir a ninguna fiesta, menos con Yoon Gi ¿Estás loco?


Se Hun, quien había estado al margen de la tan corta conversación, se acercó hacia nosotros y me apuntó con el dedo, amenazándome. 


—Haz lo que Lu Han te dice.


Lo ignoré por completo y seguí posando mi mirada sobre el castaño. ¿Por qué se suponía que debía hacerle caso sin siquiera recibir una explicación? Necesitaba muchas respuestas antes de acceder a su plan, o lo que fuera.


—¿Por qué?—pregunté molesto—Dame una explicación— le exigí impaciente, tratando de intimidarlo con la mirada—. Además, quiero que me digas cómo sabes sobre Yoon Gi.


—Te lo diré, si estás dispuesto a escuchar mi historia  — suspiró y cerró por un momento sus ojos, como pensando. Después los abrió y me miró. Le asentí, por supuesto que quería escucharlo, tendría que haber hecho eso desde el principio  —.Escucha, desde niño podía sentir y ver cosas que nadie más podía. Soy médium, por eso es que pude saber lo que es Yoon Gi. y si te preguntas cómo sabía que fue él quién mató a Jeon, es porque me comuniqué con el espíritu de mi abuela. Ella me dijo que sintió su presencia y trató de salvarlo, pero no pudo.


—¿Así que desde el primer día que Yoon Gi llegó aquí lo sabías? 


Estaba sorprendido de escuchar eso, no iba a negarlo. Pero si Lu Han siempre supo lo que Yoon Gi era, ¿por qué se había hecho el idiota? Estaba empezando a enojarme, no creí que fuera tan desgraciado. Aunque claro, siendo amigo de Se Hun no me extrañaba que hubiese adoptaba su actitud.

Lo vi medio agachar la cabeza, como si estuviese avergonzado, pero en realidad creo que más que vergüenza era indiferencia. Sí, vi que sus ojos se desviaron hacia un lado. No le interesó en ningún momento prestarme su ayuda, seguramente si no fuera porque Yoon Gi atacó a Se Hun y asesinó a su abuela, ahora mismo estaría en la mierda.


—Él no tenía por qué ayudarte, Park—saltó Se Hun de la nada, dando un golpe sobre la mesa—Además, ¿crees que es tan fácil acercarse a alguien y decirle: "oh mira, hay un demonio persiguiéndote, déjame ayudarte"?


Si bien el tono en que Se Hun hablaba me estaba irritando de más, tenía algo de razón. Pero por muy complicado que fuera eso, nunca le habría negado su ayuda. Maldita sea, Yoon Gi era un demonio, podría haber muerto. Si no fuese porque estaba jugando conmigo, porque según él yo era divertido y al muy hijo de puta le gustaba tener sexo conmigo, no sé que habría sido de mí.


—Se Hun, basta—lo regañó y éste frunció sus labios; se alejó de nuevo, acercándose hacia la ventana. Lu Han me miró nuevamente, esta vez más serio—.Ji Min, si no lo hice fue porque tenía miedo. Nunca me he topado con algo como él, ¿entiendes? no podemos matarlo, debemos sacarlo de su cuerpo.


—¿Sacarlo de su cuerpo?—con aquello me quedé más confundido todavía—No entiendo, ¿qué quieres decir con eso?


—Ese demonio está dentro del cuerpo de ese chico, de Yoon Gi. Está poseído.


Todas las luces de mi cabeza se encendieron de golpe. Ahora creía comprender varias cosas, como por ejemplo esas veces que salió corriendo, ese extraño idioma que escuché una vez salir de sus labios y tanto en mis sueños. Realmente creí que el aspecto de ese demonio era así. Una extraña sensación se apoderó de mí, me dolió el pecho sin motivo y tuve que relajar mis pulsaciones. Respiré hondo y traté de calmarme.


—Mierda, ¿cómo no pude darme cuenta de eso?—me dije entre dientes.


—No tenías por qué saberlo, es astuto y te hizo creer que era lo que no es... Ahora que lo sabes, debemos atraparlo. Creo que llevarlo a la fiesta va a ser nuestra única oportunidad— Lu Han sacó su collar de su escondite y lo encerró en su puño—. Este amuleto aleja a cualquier entidad maligna, por eso ese demonio se ha estado manteniendo alejado cada vez que estoy cerca. Además me mantiene a salvo de esas nauseabundas sensaciones.


—Espera...— toqué mis sienes intentando volver a este mundo. Aún había cosas que no entendía—Yo encontré algo, en internet...Cuando lo vi me asusté y ahora que me dices esto, creo que estoy peor.


—¿En internet?—volvió a hablar Se Hun, arrugando su cara.


—Busqué su nombre y encontré un acta de defunción del año 1866, de un hospital psiquiátrico que fue demolido...—le comenté a Lu Han, impaciente porque me dijera algo acerca de eso. Era imposible que mi hallazgo no tuviese nada que ver.


Lu Han parecía petrificado. Me miró con una expresión que me resultó muy perturbadora. Parecía asustado, impactado, no sabría describirlo con exactitud, pero eso me dio a entender que algo sabía acerca de eso. Ese chico se guardaba tantas cosas que no me sorprendería si le contaba sobre mis sueños y me salía con alguna cosa extraña.

Pasé mi mano por su cara, para que volviera a bajar de las nubes o donde quiera que estuviese. Agitó su cabeza con fuerza y se levantó del asiento. Se Hun y yo lo miramos inquietos, sin entender su reacción.


—¿Estás bien?—preguntó Se Hun, acercándose a él.


—Lo siento—le sonrió levemente al otro y dio unos pasos hacia a mí—.Ji Min, dame tus manos.


—¿Qué?


—¿Para qué quieres sus manos?—Se Hun se acercó a nosotros a pasos rápidos, casi interponiéndose.


Lu Han simplemente me miró y agarró mis manos entre las suyas. Sentí miedo por lo que fuera a hacer, mi corazón se aceleró y un escalofrío recorrió toda mi espalda.          

                                               

—Ji Min, sólo relájate... por favor.


Hice caso, lo hice. Respiré hondo y me tranquilicé como pude. Cerré mis ojos y sentí algo extraño, como si mi cuerpo se petrificara. Mi mente volvió a viajar al mundo de los sueños. Vi un hospital, las sombras, escuché las voces. Después pasaron imágenes por mi mente de mis padres, de Yoon Gi y todo lo que me había hecho.

Y en cuanto esas escenas en las que fui sometido aparecieron, Lu Han soltó mis manos de inmediato y dio un gran paso atrás. Sus mejillas estaban coloradas, no mantuvo contacto visual conmigo y respiraba agitado. En un principio no entendí lo que quería hacer, pero después de eso lo comprendí. Me sentí muy avergonzado porque hubiera sentido o visto lo que Yoon Gi me hizo.


—Perdón, yo...—carraspeó y, en un intento por no verse nervioso, me miró—será mejor que nos vayamos. Ji Min, lleva a Yoon Gi a esa fiesta y mantenlo a tu lado en todo momento. Se Hun y yo apareceremos cuando menos lo espere...


—¿Qué?—no podía creer que ese fuera su plan, sonaba tan improvisado —¿Y después qué pasará? ¿Y si no me hace caso?¿Y si esto sale mal?


—Tiene que funcionar—me contestó convencido—.La fiesta es dentro de dos días, prepararé todo mientras. Confía en mí.


Y como si de un deja vú se tratase, ambos se marcharon de nuevo como el otro día. Me quedé mirándolos y pensando una y otra vez en que todo iba a ser un fracaso. Alguien iba a salir herido de todo esto y seguramente esa persona sería yo.        

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