CAPÍTULO 47
En un punto diferente de donde la peliburdea se encontraba batallando con el líder de los demonios, se podía apreciar a una joven castaña buscando con desesperación entre los montes de escombros que había alrededor.
- ¿En dónde podrán estar? Se supone que deberían estar aquí - Expresó a la nada mientras continuaba con su búsqueda - ¡Shinazugawa-san, Tomioka-san! ¡Tokito-san, Iguro-san! ¡Tsuyoi-san! -
La chica guardó silencio para ver si obtenía alguna contestación, cuando estaba por volver a gritar al no recibir contestación pudo apreciar un apenas audible sonido; al saber exactamente de donde provenía corrió inmediatamente a esa dirección, en cuanto puso un pie al llegar apreció como un montón de maderos rotos eran lanzados con bastante fuerza.
- ¡Shinazugawa-san! -
Efectivamente, se trataba nada menos que el Pilar del Viento, el cual salía de entre los escombros sorprendentemente ileso, aunque claro, con una cara de pocos amigos.
- Ya vera esa mocosa lo que le hare en cuanto la vea, esto no se quedara así - Exclamó con suma molestia mientras examinaba el lugar - ¿Y tu quien carajos eres? -
La castaña estaba por responderle al peliblanco cuando a unos metros de éste otra pila de escombros se movía, para después ver salir a uno de los Pilares del Agua, que al igual que el primero también estaba ileso.
- Tú le tocas un solo cabello a Sumiko y te las veras conmigo, Shinazugawa -
- Ja, ni en tus más remotos sueños, Tsuyoi - Respondió el mencionado chico de forma retadora, olvidando por un momento a la joven.
- Ustedes dos pueden dejar de pelear, así parecen niños - Expresó cierto ojimenta, el cual apenas había salido de otro monte de escombros y a diferencia de los otros dos, presentaba uno que otro corte en su cuerpo - Compórtense como los adultos que son -
- Tokito tiene razón, en lugar de estar discutiendo deberíamos ver como se encuentra mi sobrina -
- ¿Y tú de donde rayos saliste? - Preguntó el ojiamatista en cuanto vio llegar al heterocromático junto al otro pelinegro.
- Del mismo lugar de donde saliste tú, idiota -
A Sanemi se le formó una muy notoria vena en la sien, estaba listo para abalanzarse al de menor estatura, cuando de manera indirecta el ojiazul se lo impidió.
- Taijira ¿Qué haces aquí? - La mencionada chica iba a responder cuando fue interrumpida por Shinazugawa.
- ¿Acaso la conoces Tomioka? -
- No puedo creer que no la recuerde - Fue el similar pensamiento que rondó por la cabeza de los cuatro Pilares ante la pregunta del ojiamatista.
- Shinazugawa, ella es la cazadora que nos dio los aretes que portamos - Respondió Muichiro con algo de fastidio - ¿Por qué crees que no tienes ninguna herida, idiota? -
- Cuidado como me hablas mocoso -
- Tranquilos, no nos desviemos del asunto - Intervino Tomioka - Bien Taijira ¿Dónde están los demás? -
- El resto de los Pilares se dirigió de inmediato a la Sede, al parecer una nueva horda de demonios comenzó a atacar la barrera de mi Ma... digo de Taisho-san - Se corrigió de inmediato antes de que alguien notara el pequeño desliz.
De lo que la castaña no se percató es que cierto Pilar de mirada menta lo había percibido, pero no se quiso adentrar más a ello, por el momento.
Un fuerte estruendo resonó por todo el lugar, seguido de una intensa luz rosácea, llamando completamente la atención de los cazadores.
- Dejemos de estar perdiendo el maldito tiempo, Sumiko necesita de nuestra ayuda en este preciso momento - Apremió el pelidurazno a sus compañeros.
- Tsuyoi tiene razón, no vaya a ser demasiado tarde - Lo segundo Iguro - Vayamos ya -
Ante tales palabras todos, incluida la chica, comenzaron a correr hacia donde se llevaba acabo el combate de la Hinoe con el Líder de los demonios.
- Esto es genial, no tiene mucho que acabamos con la Primera Superior y ahora nos enfrentaremos al jefe final -
- Deja de quejarte Shinazugawa, ni que tu solo le hayas cortado la cabeza -
- Agh, cierra la boca escuintle del demonio -
- Tokito-san, por favor ya no discuta con Shinazugawa-san - Esta vez fue la castaña quien trató de mediar el asunto - Entienda que para él no es fácil tratar con menores -
- La verdad es que no entiendo cono este hombre de mecha corta puede ser padre a una niña muy linda e hiperactiva como Nezuko - Sonrió de lado al escuchar al susodicho gruñir.
- Tokito-san, por favor -
- De acuerdo Taijira, ya no diré nada - La cazadora suspiró aliviada siguiendo su camino para llegar a su destino.
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- Respiración de Agua, Sexta Postura ¡Remolino Sinuoso! -
La reacción rápida de la Hinoe evitó que los tentáculos enviados por Muzan la hirieran más de lo que ya estaba.
- De nada sirve que te sigas resistiendo, tarde o temprano te absorberé - Dijo el ojirojo con superioridad mientras volvía a atacar a la joven - Así que se una buena niña y deja de estarte oponiendo -
- Respiración de Agua, Segunda Postura ¡Rueda de Agua! -
Eso fue lo único que Kibutsuji obtuvo como respuesta, molestándolo un poco ya que la cazadora logró cortar tres de sus extremidades, aunque luego sonrió con altanería al regenerarlas a una increíble velocidad.
Los ataques entre ambos adversarios iban y venían, a pesar de la gran diferencia de fuerza, la Hanyou no daba su brazo a torcer, dando todo de sí para ganar algo de tiempo y poner en marcha el siguiente paso de su plan.
Sumiko percibía una pequeñísima brecha entre el albino y ella, por lo que sin siquiera pensarlo se abalanzó sobre él.
- Respiración de Agua, Tercera Postura ¡Danza de las Corrientes! -
- Buen intentó mocosa, pero no será suficiente para lastimarme -
Para infortunio de la ojirubí Muzan logró evadir la postura, en eso este aprovechó para propinarle una muy fuerte patada como para elevarla a casi diez metros de altura, dejándola completamente vulnerable a una caída en picada.
- No tienes de qué preocuparte, al ser una mitad demonio te da la ventaja de no morir por algo tan simple como esto - Se burló el demonio ante la precaria situación en la que se encontraba la Kamado.
- Vamos, piensa rápido - Pensó la menor al momento en que comenzaba a caer al suelo - Si utilizo otra barrera solo me hare más daño - Abrió en demasía los ojos al ya tener la respuesta - Respiración de Agua, Novena Postura ¡Chapoteo Caótico! -
Muzan vio con incredulidad el movimiento que hizo la joven, ya que era algo que no se le había pasado por la mente.
- Respiración de Agua, Octava Postura ¡Lago de la Cascada! -
Kibutsuji ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar en cuanto la ojirubí arremetió contra él; esta vez el daño fue considerable, esto debido a que la Hinoe aprovecho la aceleración que adquirió en la caída para asestarle a Muzan el golpe, además de que colocó algo de reiki en el arma.
Pero a pesar de eso el demonio pudo contraatacar a la cazadora, incrustándole varios de sus tentáculos en su cuerpo, provocándole severas heridas.
- ¡CRAW, FALTA CUARENTA Y CINCO MINUTOS PARA EL AMANECER! REPITO ¡FALTA CUARENTA Y CINCO MINUTOS PARA EL AMANECER, CRAW! -
Eso no le agrado para nada a Muzan, estaría en muy graves apuros si no absorbía a la Hanyou de inmediato y adquiría la muy ansiada inmunidad al sol.
- Es momento de terminar con esto - Expresó Kibutsuji mientras se acercaba a paso lento hacia la fémina - Llegó el momento en que tu y yo seamos uno -
- Eso...es lo...que tú...crees mal...dito - Fue lo único que Sumiko pudo decir debido a que el ojirojo la tenía fuertemente agarrada del cuello - Esto...aun...no...ha...terminado - Culminó mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro, extrañando un poco a su enemigo.
En fracción de segundos la Kamado liberó un gran estallido de reiki, ocasionándole severas quemaduras a Kibutsuji, quien la soltó en cuanto una inmensa sensación de ardor recorría completamente su cuerpo.
- ¡Maldita basura! ¡Te hare pagar por esto -
Toda intención de ataque hacia la peliburdea no pudo ser completado debido a una muy inesperada intervención.
- Respiración de la Niebla, Quinta Postura ¡Mar de Neblina! -
- Respiración del Viento, Séptima Postura ¡Tempestad Tengu! -
- Respiración de la Serpiente, Tercera Postura ¡Atadura de Serpiente! -
Esas técnicas dieron de llenó en el peliblanco, seccionando su cuerpo en varias partes, cosa que lo molesto en demasía, pero Muzan ignoraba que eso no sería todo.
- Respiración de Agua, Primera Postura Modificada ¡Tajo de la Superficie Vertical! -
- Respiración de Agua, Primera Postura ¡Tajo de la Superficie! -
El combo de Tsuyoi y Tomioka estuvo perfectamente sincronizado, cercenando al ojirojo en cuatro partes. Ambos Pilares del Agua aprovecharon ese pequeño respiro para ir a ver como se encontraba la Hanyou, aunque no era del todo necesario, ya que la chica que los acompañaba ya se encontraba al lado de la menor.
- Respiración de la Niebla, Sexta Postura ¡Niebla Luz de Luna! -
En cuanto escucharon la voz del de puntas menta, Giyuu y Sabito se giraron, encontrándose con que este los había salvado de un par de tentáculos que se dirigían a ellos.
- Dejen de distraerse par de idiotas - Los reprendió el menor en cuanto se acercó a ellos - Dejemos que Taijira se encargue de Sumiko -
- ¡Vayamos por ese maldito engendro! -
El grito de Sanemi fue suficiente motivación para sus compañeros, quienes en un perfecto coro de afirmación se abalanzaron sobre Muzan.
A partir de ese punto ahora eran los Pilares quienes se enfrentaban en ese momento, eso comenzó a frustrar a Kibutsuji, ya que por alguna extraña razón sus heridas no se regeneraban, además de que en ellas podía sentir su piel ardiendo.
Mientras el combate se llevaba acabo, la peliburdea era atendida por la castaña, la cual a pesar de conservar un rostro sereno, internamente estaba demasiado preocupada por la cazadora.
- Vamos, no pongas esa cara, no estoy tan mal -
- Si claro - Pensó Taijira con sarcasmo - ¿Logró lo que necesitaba para el ritual? -
- Oh, por supuesto que si - Respondió con una sonrisa - Así que en cuanto termines de tratar mis heridas lo pondremos en acción -
Inmediatamente Sango comenzó con la curación, mientras Sumiko cerraba los ojos ante la agradable sensación, aunque ese momento de relajación se vio interrumpido por un fuerte aleteo.
- ¡CRAW, FALTA TREINTA Y OCHO MINUTOS PARA EL AMANECER! REPITO ¡FALTA TREINTA Y OCHO MINUTOS PARA EL AMANECER, CRAW! -
En cuando ambas féminas escucharon al cuervo dirigieron un rápido vistazo hacia el lugar en donde se llevaba la feroz batalla; preocuparas vieron que los Pilares se encontraban con diversas heridas en su cuerpo, además de que el cansancio comenzaba a apoderarse de ellos, a diferencia de Muzan, quien ya había regenerado sus heridas y no mostraba algún signo de agotamiento.
Ambas cazadoras sabían que tendrían que actuar rápido, ya que por muy poco que faltara para el amanecer los cinco cazadores no resistirían hasta ese momento.
- ¿Lista para darle una sorpresa a Muzan? - Preguntó la Hinoe, llamando la atención de la otra chica, la cual después de unos segundos asintió - En cuanto pongamos a los chicos a salvó, haré los últimos preparativos para el conjuro -
En tanto, los Pilares comenzaban a tener dificultades, entre cada ataque que le hacían a su adversario, ellos recibieran el triple de ello.
Uno a uno comenzaba a caer, pues su mallugado cuerpo no les daba para más, así que eso fue un punto a favor del ojirojo, entre menos sean, más fácil llegaría a la Hanyou.
Por una curiosa circunstancia los cazadores iban cayeron muy cerca del otro, aunque parecía ser que muy en el fondo Kibutsuji lo hacía por mera diversión, disfrutando de los frustrados rostros de sus adversarios.
- ¿Eso es todo lo que el grupo de elite de Ubuyashiki tiene? Eso es una completa desilusión - Expresó el peliblanco con algo de burla, haciendo que dichas personas tensaran sus mandíbulas - Aunque debo de elogiarlos un poco, ya que son los primeros en enfrentarme y no morir - Una macabra sonrisa se plasmaba en su rostro - Pero eso será lo único que lograran, ya que los mandare al otro mundo - Alzó uno de sus brazos hacia donde ellos se encontraban - ¡Técnica de Sangre Oscura! ¡Cadenas de Espinas! -
- Respiración Solar, Sexta Postura ¡Sol Abrasante! -
- Respiración de Agua, Undécima Postura ¡Calma! -
Aquella inesperada intervención bloqueó completamente la técnica de Muzan, el cual borró totalmente su sonrisa cambiándola rápidamente por una de asombro, y no era el único, ya que los cinco Pilares se encontraban igual que él.
- Gracias por cubrirnos chicos, ahora nos encargaremos de esto, así que descansen -
El ojiamatista estaba a nada de reclamar cuando este junto a sus compañeros se vieron envueltos en una barrera de tono rosa, para después sentir como sus heridas comenzaban a desaparecer ante la agradable sensación que los recorría.
- ¡¿Qué carajos está pasando aquí?! ¡¿Esto no puede ser posible?! - El grito de Kibutsuji hizo que las dos féminas dirigieran su entera atención a este, quien aún tenía dibujado en su rostro la completa incredulidad - Se supone que solo una persona puede manejar esa maldita respiración - Continuó haciendo referencia a la Respiración Solar que la cazadora castaña había utilizado.
Ante ello ambas féminas se miraron entre sí para después asentir tras recibir un ligero apretón en el hombro, así que la Taijira se alejó de la otra cazadora, abalanzándose sobre el aun aturdido y shockeado demonio.
- Respiración Solar, Primera Postura ¡Vals! -
Aquel movimiento hizo que Muzan volviera en sí, esto en cuanto el corte que la castaña le propino comenzó a arderle como la primera vez que la habían utilizado contra él.
- ¿Qué es lo que está ocurriendo aquí? ¿Cómo es que esa chica pueda manejar la respiración de Sumiko? - Fue el mutuo pensamiento de los Pilares, pero el más interesado era Sabito, quien al igual que sus compañeros no dejaban de ver la contienda, sin dejar de mirar a la castaña, pero en eso algo hizo click en su cabeza, haciendo que abriera en demasía los ojos - ¡¿Pero claro?! ¡¿Cómo no lo pensé antes?! - En eso dirigió su atención a la que creí que era la ojirubí, la cual con un talismán en mano susurraba un matra en un idioma que él desconocía.
A pesar de tener los ojos cerrados, la chica pudo percibir la mirada que cierto cazador de cabellera durazno le estaba dando, por lo que inconscientemente dibujo una pequeña sonrisa.
- Parece ser que Tsuyoi ya se dio cuenta, no esperaba menos de él - Pensó mientras continuaba con el matra - ¿Me pregunto cómo reaccionaran los demás? - Abrió los ojos tras terminar el matra, dirigió su atención en la pelea y ver con satisfacción el momento en que unas viejas cicatrices comenzaban a notarse en el ojirojo - Es hora de iniciar con el fin de ese maldito -
- Maldita cazadora ¿Cómo es que manejas ese estilo de respiración? - Exclamó Muzan furioso mientras con dificultad evadía una estocada de la castaña - ¡Habla de una condenada vez! - Arremetió contra la fémina tras gritar aquello.
- Respiración Solar, Cuarta Postura ¡Parhelio Arcoíris! - Sin ningún problema evadió el tentáculo que se dirigía a su cuello - Respiración Solar, Quinta Postura ¡Carruaje de Fuego! -
Con increíble certeza, la cazadora cortó todos los apéndices de aquel demonio, dejándolo tanto a él como a los cazadores sin palabras.
Pero algo con lo que no contaba Sango es que Kibutsuji le propinara una patada, tal cual fue la fuerza de esta que cayó en seco a varios metros de donde estaba anteriormente, preocupando de sobre manera a las personas que se encontraban dentro de la barrera.
- Tal parece que eres una completa impostora - Expresó el peliblanco con burla mientras comenzaba a caminar hacia la lastimada joven - Ahora me desharé de ti, estúpida muchachita -
Con sus regenerados tentáculos, el Líder de los demonios dirigió todos al cuerpo de Taijira, pero a unos escasos centímetros de tocarla estos fueron nuevamente destruidos, aunque esta vez por una veloz estela de luz rosácea.
- Eres un desconsiderado Kibutsuji Muzan ¿Sabes? - La voz de la peliburdea hizo que este la volteara a ver con el ceño fruncido - Un consejo, nunca des algo por hecho -
- ¿A qué carajos se refiere? - La pregunta que se hizo aquel demonio no tardó en llegar, ya que un pequeño charco de sangre se escabulló debajo de él.
- ¡Técnica de Demonio de Sangre, Explosión de Sangre! -
En milésimas de segundos, el ojirojo se vio completamente envuelto en un inmenso mar de fuego, provocándole quemaduras que hasta su regeneración le costaba curar. Tras el extinguir de la llamarada, Tomioka y el resto vieron con asombro como el cuerpo de su mayor enemigo estaba extremadamente lastimado, dándole un aspecto más tétrico del que ya contaba minutos antes.
- ¡Inaudito, completamente inaudito! ¡¿Cómo es posible que alguien como tú tengas habilidades demoniacas?! - Espetó con rabia mientras miraba a la responsable de sus quemaduras.
- Tal vez sea porque soy una Hanyou - Con una pequeña sonrisa dejó a la vista de todo el mundo un talismán que había sacado de su uniforme - Ahora sabrás quien soy ¡Cancelación Absoluta! -
La chica se vio envuelta una inmensa luz rojiza, cegando momentáneamente a Kibutsuji y a los Pilares, en cuanto dicho brillo iba desvaneciéndose todos dirigieron su atención hacia donde se encontraba la castaña, pero no podían dar crédito a lo que estaban mirando.
- ¡Esto debe de ser una maldita broma! - Sanemi fue el único cazador en reaccionar y sin dejar de mirar la verdadera apariencia de la cazadora.
- ¡¡Eres la maldita mocosa que se libró de mi control!! - Efectivamente, no era nada menos que la verdadera Sumiko, la cual miraba al demonio con un semblante serio y apuntándolo con una nichirinto que se le hacia ligeramente familiar - Si tú eres la verdadera escuintla ¿Con quién rayos estuve peleando todo este tiempo? -
Absolutamente todo mundo puso su atención a la que momentos antes creían que era la peliburdea, la cual menciono las mismas palabras que había dicho la menor, pero siendo envuelta por una luz rosácea.
En cuanto la luminosidad desapareció todos vieron con total asombro a la Primera Pilar del Agua, la cual en lugar de su uniforme portaba el tradicional atuendo de sacerdotisa.
- ¡¿Esto no puede ser posible?! ¡Tú estabas muerta maldita Miko! - Exclamó el demonio peliblanco con cólera, sin dejar de mirar con completo odio a la azabache - ¡MUERTA! ¡Lo vi con los ojos del imbécil de Kokushibo! -
- ¿Es que acaso no te alegra verme? Eso me rompe el corazón - Respondió con fingida pena, para segundos después dibujar una ladina sonrisa - Digamos que tus subordinados no son muy perspicaces que digamos -
Muzan salió de su aturdimiento al escuchar nuevamente un fuerte aleteo sobre él y los cazadores, cosa que hizo que su expresión detonado un poco de preocupación.
- ¡CRAW, FALTA VEINTE MINUTOS PARA EL AMANECER! REPITO ¡FALTA VEINTE MINUTOS PARA EL AMANECER, CRAW! -
- Maldita sea, esto no es nada bueno - Pensó el demonio con frustración - Tengo que retirarme antes de que el sol salga -
- ¿Qué sucede Muzan? Tu semblante cambió de un momento a otro - Expresó la ojidorada con burla, cosa que molesto al ojirojo - Ah, cierto, pero que olvidadiza soy, una de las dos cosas que puede eliminarte está a nada de ocurrir - Finalizó dibujando una burlona sonrisa.
- ¡Maldita Miko! Borrare ese maldito gesto de tu rostro - Con demasiada ira este dirigió todos sus apéndices a la Pilar, quien ni siquiera se inmutaba por ello.
La Taisho se estaba preparando para bloquear el ataque de Kibutsuji, pero ni siquiera pudo hacerlo, ya que sin siquiera notarlo Giyuu ya se encontraba frente a ella, siendo este quien detuviera al demonio con la Tercera Postura.
- Giyuu ¿Cómo es que saliste de mi barrera? Se supone que nadie puede hacerlo - Pensó la cazadora algo asombrada mientras veía la amplia espalda de su pareja.
Aunque la mayor no era la única perpleja, ya que los otros cuatro Piares no podían explicarse lo que había ocurrido.
- ¿Qué diablos? ¿Cómo es que Tomioka llegó con Kagome-nee-san? -
- ¿Crees que lo sé, Iguro? Por si no lo notaste estoy igual de asombrado que tú, imbécil -
En cuanto Muichiro y Sabito estaban por intervenir, la voz del ojiazul llamaron nuevamente su atención.
- No permitiré que toques a Kagome-san - Habló el pelinegro con la mandíbula tensa y apuntándolo con su nichirinto - Y aunque ella es muy capaz de defenderse, mi mayor deber es el de protegerla -
Un peculiar brillo apareció en los ojos de la azabache, uno que solo aparece cuando se está al lado de la persona que tanto ama, pero esa agradable sensación se esfumó cuando escuchó la macabra risa de Muzan.
- Estúpido Pilar, si no fuiste capaz de protegerte a ti mismo ¿Qué te hace pensar que podrás cuidar de esa Miko? - Eso molestó a Tomioka - ¡De cualquier forma acabaré con los dos! -
Pero eso eran puras palabras, ya que el ojirojo no pensaba quedarse por más tiempo ahí, así que este trató de dividir su cuerpo para poder huir de ahí, pero vaya sorpresa se llevó al ver que por más que lo intentaba no surtía ningún efecto.
- Pero que conveniente, la última droga al fin acaba de surtir efecto -
- ¿De qué rayos hablas maldita Miko? - Exigió el demonio mientras continuaba inútilmente el dividirse.
- Parece ser que eres muy despistado mi estimado Muzan, ahora entiendo por qué tus lacayos eran así - Respondió con algo de sorna - Creo que sobrevaloré tu inteligencia - Eso encolerizó más al peliblanco - Vamos, trata de trabajar uno de tus tantos cerebros y recuerda el veneno que introduje en tu cuerpo -
- Basura insignificante, dime...- Interrumpió lo que iba a decir cuando a su memoria venia las veces que la cazadora lo había apuñalado antes de ingresar a la fortaleza, haciendo que abriera en demasía los ojos.
- Vaya al fin lo recordaste, te tomó demasiado tiempo ¿Sabes? -
- Bastarda, con que por eso mis movimientos se ralentizaron al igual que mi regeneración - Sus tentáculos comenzaron a agitarse con violencia ante la socarrona sonrisa de la ojidorada - ¡Me las pagaras! -
La Taisho cometió el terrible error de confiarse, ya que cuando tanto ella y el ojiazul estaban por interceptar los ataques, estos de una peculiar y extraña manera cambiaron su dirección, por lo que ambos terminaron lastimados, aunque uno más que el otro.
La más grave de los dos era Kagome, teniendo una inmensa cantidad de cortes en su cuerpo, así como también tener incrustados en ambos costados de su persona cuatro de los seis tentáculos del demonio.
Por su parte, Giyuu solo tenía un par de cortes en su brazo dominante, una contusión en la cabeza y una posible fractura en su pierna izquierda, esto último debido a que la mayor lo lanzó lejos de ella con una potente patada, haciendo que la mayor parte del daño la recibiera su miembro inferior en cuando se estrelló con un cumulo de tierra y madera.
Lo único bueno de esto es que Kibutsuji estaba tan concentrada en la ojidorada que le permitió a la peliburdea concentrar todo su reiki en un solo punto, esto en dado caso de ser requerido como última alternativa.
- De nada sirvió que escaparas de Kokushibo, al fin de cuentas tu muerte es inminente - Se burló el demonio ante la pésima condición en la que se encontraba la Pilar - Al menos debes sentirte dichosa, perecerás por manos del gran Muzan -
- ¡CRAW, FALTA DIEZ MINUTOS PARA EL AMANECER! REPITO ¡FALTA DIEZ MINUTOS PARA EL AMANECER, CRAW! -
- Creo que esa es mi seña para retirarme - Mencionó el ojirojo al escuchar al ave - Pero antes me encargare definitivamente de ti Miko -
Con impotencia Tokito, Tsuyoi, Shinazugawa e Iguro golpeaban la barrera con tremenda fuerza al ver como el maldito de Muzan incrustaba sus dos tentáculos restantes en el cuerpo de la Taisho; Tomioka trató de ir para detener aquello, pero cuando quiso dar un paso su vista se tornó parcialmente borrosa haciendo que cayera al suelo, situación que le impidió el ir al auxilio de su amada y dejándolo solamente por un mero espectador.
- Eso es lo que les pasara a todos ustedes estúpidos Pilares - Esas palabras solo hicieron que quienes estaban en la barrera la golpearan con más fuerza - Siéntanse afortunados, al menos vivirán un día más - En eso levantó la cabeza de Kagome agarrándola bruscamente de los cabellos, acción que enfureció aún más a los Pilares - ¿Unas últimas palabras Miko? -
- Por supuesto que sí - La confusión apareció en el rostro de Kibutsuji en cuanto vio a la chica sonreír con determinación - Líquido vital que corre en el interior de cualquier ser vivo, tal cual fluye como el correr de los ríos - A Kibutsuji le recorrió un leve escalofrío en el momento que la azabache mencionaba aquellas palabras - Como fuente de poder, yo, Taisho Kagome, la última Miko en el mundo te lo solicita - El demonio trató de huir al sentirse en peligro, pero no pudo hacerlo ya que la ojidorada lo tenía fuertemente agarrado de sus apéndices - Permíteme enlazar mi esencia con la de otra: Atadura Inquebrantable -
Muzan se liberó un segundo después de que la cazadora recitara su conjuro, con horror vio que los rayos de sol estaban a escasos minutos por salir, por lo que intentó huir en busca de un lugar en el cual refugiarse, pero vaya sorpresa se llevó al ver que su cuerpo no obedecía a sus órdenes.
- Es inútil, ahora tengo control total de todos los movimientos de tu cuerpo -
- ¿Qué rayos significa eso? -
- Tal cual como lo escuchaste, no podrás hacer un mísero movimiento sin que yo lo consienta antes - La preocupación cubrió totalmente el rostro de Kibutsuji - Así que te retendré aquí hasta que el sol salga, lo cual no faltara mucho para que suceda -
En cuanto Kagome dijo aquellas palabras, los primeros rayos de sol comenzaban a quemar al ojirojo, por lo que ante la desesperación del momento tuvo que sacar a relucir su último truco.
- ¿Pero qué clase de porquería es esa? - Exclamó el pelidurazno con repugnancia.
Sabito no era el único en reaccionar así, y no era para menos, pues Muzan se envolvió a sí mismo en una inmensa masa de carne, al cual usaba como un escudo para evitar que el sol de diera directamente.
No solo eso, parece ser que adquirió un poco más de poder, ya que con suma dificultad la Miko apenas era capaz de evitar que este diera algunos pasos.
- Tenia la ligera esperanza de no recurrir a eso - Pensó con tristeza mientras intentaba contener al demonio por más tiempo.
Con una serenidad que contrastaba con la tensa situación en la que se encontraba, dirigió su vista a su hija, la cual a pesar de la distancia pudo apreciar como los ojos de esta comenzaban a llenarse del salado líquido, pues sabía bien que es lo que tenía que hacer a continuación.
- ¡Aneki, detente! ¿Qué es lo que piensas hacer? - Iguro exclamó con preocupación al ver como la mayor clavaba dos veces su nichirinto en su costado derecho.
- Nee-san, deja de lastimarte por favor - Tal suplica del menor fue completamente ignorada al ver como la Pilar incrustaba su katana cuatro veces en la pierna izquierda, claro, en diversos puntos.
- ¡Como un carajo Taisho! Frena ya con esta maldita locura - Espetó el ojiamatista en el preciso momento en que la ojidorada ahora apuñalaba su pierna derecha un par de veces.
- Taisho-san, no siga causándose más daño - Tsuyoi vio con impotencia como su Superior encajaba su arma en su hombro y antebrazo izquierdo.
- Por todo los Cielos Kagome-san, no continúe con eso - Frustrado, Tomioka vio como su pareja hacia oídos sordos a su petición en cuanto esta se hería en el abdomen y en su pecho, a escasos centímetros de su corazón.
Los cinco Pilares estaban por gritarle nuevamente a la ojidorada cuando con incredulidad vieron como Kibutsuji vomitaba una considerable cantidad de sangre, acción que logró que este detuviera por un momento su andar y permitiéndole a la azabache mirar por una última vez a sus estimados y queridos amigos, pero especialmente del hombre que hizo que sus días fueran los más valiosos de su vida.
Mientras tanto Sumiko se prepara para lanzar su flecha de reiki, observando con sumo dolor como su madre miraba a los demás cazadores con cariño, por lo que no pudo evitar que sus manos comenzaran a temblar al mismo tiempo que cerraba los ojos, pues se sentía la peor persona ante lo que iba a hacer.
- Mi amado petirrojo, trata de tranquilizarte - La ojirubí abrió los ojos ante la suave voz de Kagome - Recuerda que esto lo estamos haciendo para que las siguientes generaciones puedan vivir en un mundo sin demonios - La peliburdea no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a salir de sus ojos ante la dulce sonrisa que la mayor le brindaba.
- Perdóname Okaa-san - Murmuró con la voz rota mientras intentaba dibujar una última sonrisa para su madre - Te amo mucho -
- Y yo a ti corazón -
Aquellas palabras pusieron en sobre aviso a los demás, ya que con la angustia adornando sus rostros vieron como la Hanyou apuntaba a la Pilar en lugar de Kibutsuji.
Todos los presentes pedían a gritos que la menor se detuviera de lo que sea que planeaba hacer, pero la fuerte determinación de la Hinoe bloqueó cualquier sonido alrededor de ella siendo solo ella y su amada madre.
Antes de que el remordimiento se apoderada de su cuerpo, Sumiko liberó su flecha la cual se dividió en doce finas estelas de luz rojiza, las cuales se impactaron justamente en donde la ojidorada se había apuñalado, pues esa fue la forma en la que está pudo fijar los diversos corazones y cerebros que el Líder de los Demonios tenía en su cuerpo.
Un par de segundos después los cazadores vieron como Muzan comenzaba a ser envuelto en una luz de tonalidad rojiza, la cual en cuestión de segundos se intensifico hasta el punto de provocar una inmensa explosión de reiki, contrastando de una forma sublime con la luz del amanecer.
En cuando aquella luminosidad menguaba, los Pilares inmediatamente dirigieron toda su atención en la que momentos antes se encontraba aquel maldito demonio, notaron como una abundante cantidad de ceniza bajaba lentamente, desapareciendo completamente antes de siquiera tocar el suelo, claro signo de la muerte de Kibutsuji Muzan.
Aunque aquella escena fue dejada de lado, pues con el corazón completamente desecho vieron como cierta Hanyou se aferraba al inerte cuerpo de la Taisho, pidiéndole una y otra vez perdón mientras la acunaba en su pecho y mojaba el sereno rostro de la mayor con el mar de lágrimas que ella derramaba.
Pero no eran los únicos que sufrían, pues en una de las tantas habitaciones de la Finca de la ojidorada se escucharon unos fuertes llantos infantiles, pues a pesar de la distancia el fuerte lazo emocional que compartían con la azabache les permitieron saber de su partida. Todo eso siendo observado por cierto demonio de cabellera verde, el cual trataba de consolar a su señora, pues ambos sabían el significado del llanto de aquellas frágiles criaturas.
Taisho Kagome, la Primera Pilar del Agua había muerto ante el cumplimiento de su deber.
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Hola mis estimados lectores, les traigo el siguiente capítulo, por lo que el siguiente sera el final.
Un agradecimiento a todos a quien la han seguido.
Les mando un fuerte abrazo.
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