CAPÍTULO 45
Después de la reunión que Kagome le pidió amablemente al Patrón que solicitara, tanto ella como la peliburdea habían vuelto a la Finca de la ojidorada, ya que Tamayo y Yushiro se encontraban ahí, y con los que quienes tenía una seria platica pendiente.
La conversación de los dos demonios con la Pilar duró alrededor de una hora, después de ello fue el turno de Sumiko, quien en cierto punto de la plática reacciono de una manera algo violenta ante las palabras dichas por la mayor.
- No, no, no, me niego a hacer eso -
- Pero Sumiko...-
- De ninguna manera Okaa-san, me estas pidiendo demasiado -
Tamayo y Yushiro solo podían mirar la pequeña discusión que madre e hija tenían, aunque la fémina tenía intenciones de intervenir Yushiro se lo impidió, él más que nadie sabía que la azabache no cambiaría de opinión.
Además, ambos sabían que la idea que la Taisho le había expuesto a su hija podría ser la única manera de que el final de Muzan fuera un hecho.
- Tamayo-san, podría por favor usted y Yushiro dejarme a solas con Sumiko -
- Sí Kagome-san, no hay problema - Respondió la médico para después dirigir su atención en el peliverde - Vamos Yushiro -
- Claro Tamayo-sama, así aprovecho en darles una vuelta antes de que se despierten -
Sin más los dos demonios salieron de la habitación, dejando a las cazadoras solas; el tenso silencio cubrió completamente el lugar, eso hasta que Kagome se animó a romperlo.
- Sumiko, te necesito más que nunca, sabes muy bien que no puedo llevarlo acabo sin tu ayuda, eso es un trabajo de dos -
- ¿Y por qué precisamente usted? ¿Es que no hay otra manera? -
- Desgraciadamente no corazón, por más que busque otras opciones, esta es la única que tiene más probabilidades de funcionar -
- No creo ser capaz de hacerlo - Musitó mientras agachaba la cabeza - Mis poderes espirituales no están a su nivel -
- Por supuesto que lo están, de lo contrario no me estaría atreviendo a pedirte eso - Sin que la menor lo notara, está de un momento a otro se encontraba envuelta en los cálidos brazos de su madre - Yo mejor que nadie he notado lo mucho que has progresado -
La ojirubí no pudo contenerse más, por lo se aferró fuertemente al cuerpo de su madre, rompiendo en un llanto tan desgarrador que hizo que el corazón de la ojidorada comenzara a doler, haciendo que ella también abrazada con más fuerza a la Hanyou.
- Bus...busquemos otra forma Okaa-san - Gimoteó la Kamado sin dejar de abrazar a la mayor - O ideemos otro plan, cualquier otra cosa menos lo que sugeriste -
- Ya no hay tiempo, cielo - Respondió la azabache mientras rompía lentamente el abrazo - Presiento muy en el fondo de mi ser que esta misma noche Muzan volverá a moverse -
Sumiko no pudo hacer más que bajar de nuevo la mirada, las intuiciones de su madre tenía una exactitud casi aterradora, por lo que si decía que la pelea final sería esa noche, no debería para nada dudarlo.
La menor se sobresaltó un poco al sentir como las delicadas manos de la ojidorada se posaban en sus mejillas y le levantaban la mirada, topándose con la triste mirada de la mayor.
- Mi pequeño petirrojo, necesito que entiendas lo esencial que eres para mí - Acarició con un pulgar la mejilla de la Hinoe.
- Es que eso me hará sufrir mucho Okaa-san - Expresó con la voz algo rota - Demasiado -
- Y lo sé muy bien mi amor, créeme que lo que menos quiero es causarte algún daño y si hubiera alguien más que contara con poderes espirituales esto ni siquiera te lo estaría diciendo - Limpió las pequeñas gotas salinas que comenzaban a salir nuevamente de los ojos de su hija - Pero lo veamos por donde lo veamos estaré cien por ciento involucrada, es algo inevitable -
- ¿Y si falló? ¿Si mis emociones juegan en mi contra? ¿Qué es lo que sucederá? -
- No ocurrirá absolutamente nada, ya que tú no fallaras -
- Debes tenerme muy altas expectativas para pensar eso de mí, Okaa-san - La joven cazadora dibujo una pequeña sonrisa triste tras decir eso - Por más que lo intentaba nunca logré alcanzarte -
- Tú eres fuerte, cielo, por eso creo en ti, pero lo que ahora necesito es que tu también te lo creas -
- Pero podría...- Unos delgados dedos le impidieron seguir hablando.
- Quiero que borres todo pensamiento negativo de tu necia cabecita, que creas en tus excelentes capacidades, corazón - En este momento Kagome tomaba las manos de la Kamado entre las suyas - Y que el deber de ambas sea hacer posible un tranquilo y maravilloso mundo libre de la amenaza demoniaca, teniendo eso como objetivo podrás hacer cosas inimaginables -
- Es verdad, es por eso que me volví cazadora en primer lugar - Pensaba la peliburdea mirando la ahora determinada mirada de su madre - Librar a la tierra de aquella sombría amenaza, evitar que personas inocentes sufran por la pérdida de sus seres queridos - Ahora fue ella quien tenía la determinación dibujada en su rostro - Y lo más importante, terminar con la vida del Líder de los demonios, Kibutsuji Muzan -
- Entonces cielo ¿Cuento totalmente contigo? -
- Sí Okaa-san, por más que me duela haré todo lo que tú digas - Se limpió la última lagrima que aún tenía en su fino rostro - Dígame que es lo que tenemos que hacer primero -
- No puedo estar más orgullosa de ella - Pensó la Taisho ante la nueva actitud de Sumiko - De acuerdo, esto es lo que haremos...-
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- ¡Corre más rápido cariño! - Se escuchaba una agitada voz masculina - ¡Nos están alcanzando! -
- Eso intento querido, pero mis piernas están comenzando a cansarse - Respondió una igualmente agitada voz femenina - ¡No me sueltas por favor! -
Mientras continuaban corriendo, con un fuerte apretón en la mano de su esposa fue la manera en la que el hombre le respondió, dejándole en claro que por nada del mundo lo haría, aun a costa de su vida.
El tipo miró de reojo tras de ellos solo para acelerar más su carrera, pues las extrañas cosas con las que se habían topado minutos atrás estaba a unos metros de ellos.
- No llegaran muy lejos patéticos humanos -
- Su huida será en balde -
- Terminaran siendo nuestra cena -
- Así que dejen de correr y admitan su destino -
Aquellas guturales voces provocaron que la adrenalina comenzara a recorrer el cuerpo de la pareja, haciendo que corrieran aún más rápido.
Para infortunio de ambos una piedra hizo que el tipo se tropezara con ella, llevándose a su esposa consigo al suelo, en cuanto quisieron reaccionar ya era demasiado tarde, pues las cuatro criaturas ya se encontraban frente a ellos.
- Ven, era cuestión de tiempo para que los tuviéramos a nuestra merced - Fue lo que mencionó una de las cuatro criaturas mientras se lamia la boca.
Con el miedo recorriendo todo su cuerpo, el matrimonio solo pudo abrazarse con fuerza y cerrar los ojos para esperar su trágico final.
- Respiración de la Serpiente, Quinta Postura, Serpiente Deslizante - Los demonios ni siquiera tuvieron tiempo de reaccionar cuando de un momento a otro sus cabezas caían duramente al suelo - ¿Se encuentran bien? -
Al escuchar aquella voz, la pareja se atrevió a abrir los ojos, topándose con un hombre que portaba un haori de rayas negras, de cabellera negra y ojos de distinto color, el cual les daba una rápida revisión para así poder atenderlos si contaban con alguna herida grave.
La fémina estaba a nada de hablar cuando un grupo de hombres de vestimenta negra y el rostro completamente cubierto llegaban al lugar.
- Iguro-sama, la evacuación se ha completado, todos los pobladores han sido llevados a la Sede -
- Bien, llévelos a ellos también - Tras recibir un sentamiento por parte del Kakushi, este veía como se llevaba al aun shockeado matrimonio - Tal como lo había dicho Kagome-nee-san, ese maldito está enviando demonios a cada uno de nuestros distritos, aunque aun no entiendo el objetivo que tiene ese malnacido al hacerlo - Fue el último pensamiento del Pilar antes de retirarse a dar una última ronda por el pueblo.
Mientras en otro lugar, Kyojuro estaba tratando de rescatar al chico que el último demonio que había en los alrededores tomó como rehén.
- Suéltalo en este mismo instante -
- Cazador de Demonios, no estás en condiciones de darme ordenes - Enterró más sus garras en el torso del asustado joven, provocando que más sangre brotara - O serás el causante de que este asqueroso chico muera -
- Eres muy patético, mira que esconderte detrás de un humano -
- Patético ¿Eh? Bien, entonces... - A una increíble velocidad, el demonio corría de un lado a otro, dejando tras él una estela de luz azul - Veamos si eres capaz de eliminarme antes de que yo lo haga con el chico - Culminó mientras se colocaba a espaldas del Pilar.
- Te voy a dar un pequeño consejo, aunque se que no te la mereces - El rubio se dio la vuelta para ver al demonio - No es bueno confiarse y dar algo por hecho -
Sin siquiera imaginárselo, el demonio vio con incredulidad como aquel cazador fue capaz de cercenarles los brazos y arrebatarle a su rehén, por lo que tuvo que verse en la obligación de tomar una distancia segura.
- Bueno, creo que es el momento perfecto para huir -
- Respiración de la Llama, Primera Postura, Mar de Fuego -
N/A: Imaginenselo un poco mayor 🤭
Lo único que el demonio pudo vislumbrar fue un gran destello de fuego antes de que su cabeza callera al rígido suelo.
- ¿En qué momento se movió tan rápido? - Fue el incrédulo pensamiento de la criatura mientras todo su ser comenzaba a desintegrarse - ¡¿Pero si hay dos?! -
- ¿Cómo se encuentra el chico? - Pregunto el recién llegado mientras se acercaba al actual Pilar de la Llama, él cual levantó la mirada al escuchar la pregunta.
- Ya le apliqué los primeros auxilios, Otou-san -
Efectivamente, se trataba de Rengoku Shinjuro, quien a petición de la azabache y de su esposa retomó momentáneamente su oficio de cazador, esto para apoyar a su hijo con la evacuación de los civiles.
- Bien, lleva con el resto de los pobladores y que los Kakushis terminen de evaluarlo - Vio su hijo asentir - Por lo pronto me asegurare de que no quede ninguna persona en el lugar, en cuanto lo dejes, regresa de inmediato -
- De acuerdo Otou-san -
Con aquellas últimas palabras, el rubio menor cargo al chico para después correr hacia el lugar que su hermana había sugerido como refugio para los civiles, esto bajo la atenta mirada de Shinjuro, dibujando una pequeña sonrisa en su serio rostro.
- No cabe duda que te has vuelto un excelente cazador - Fue el pensamiento del mayor hacia su hijo - A continuar con el trabajo - Con ello se retiró en dirección contraria a la que se había ido Kyojuro.
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Ubuyashiki Kagaya se encontraba en el estanque que su Fina tenía, esto con el fin de esperar alguna noticia de sus queridos hijos.
No tardo mucho para que un cuervo apareciera y se posara en el hombro del pelinegro, en cuanto lo hizo comenzó a relatarle todos los acontecimientos que estaban ocurriendo en este preciso momento en los distritos a los que cada uno de los Pilares estaba destinado a proteger.
- Tal parece que ha dado inicio, gracias por comunicármelo, descansa un poco - En cuanto el ave se retiró volando de ahí, este se giró para mirar a la persona parada en el porche, oculta en la oscuridad - Hay que estar preparados, puede ser que Muzan...- Se detuvo abruptamente al mirar a cierto demonio de cabellera oscura y roja mirada aparecer por la barda sur de su propiedad.
- ¿Qué Muzan que Ubuyashiki? - Dibujó una altanera sonrisa ante el silencio de Kagaya - Vamos, no te quedes callado ¿O acaso te comieron la lengua los ratones? -
- Tu mejor que nadie sabe a lo que me refiero - Se mantuvo tranquilo ante la socarrona risa del demonio - ¿Qué es lo que buscas en este lugar? -
- La pregunta está de más Ubuyashiki - El ojirojo mostro una ladina sonrisa - Vengo por la chica de los aretes de hanafuda -
- ¿Qué te hace pensar que ella está aquí? -
- Por favor, no me tomes por un idiota - Respondió este con algo de seriedad - Este es el único lugar al que pudieron enviarla para ocultarla de mí -
- ¿Para que la necesitas? Ella se liberó de tu control hace muchos años -
- Debo admitir que eso es algo que me molestó un poco, todo por culpa de aquella maldita Pilar - Apretó sus puños ante la mención de la chica - Aunque bueno, al fin dejo de ser una preocupación - Mencionó haciendo alusión de la "muerte" de la cazadora.
- Aun no respondes mi pregunta, Muzan -
- Que impaciente eres Ubuyashiki - Respondió con fingida indignación - Pero no te preocupes, ahora mismo saciare tu curiosidad - Aclaró un poco su garganta, impacientando un poco al Líder de los cazadores - La necesito precisamente a ella por su capacidad de poder caminar bajo la luz del sol - "Eso creí" Pensó la oculta persona tras escuchar eso - Si la absorbo cabe la posibilidad de que yo también adquiera esa habilidad -
- Eso es algo arriesgado, hasta para ti - Expresó Kagaya sin dejar de mirar al demonio - Tanto puede ser que eso ocurra como no, ya que Sumiko también posee poderes espirituales como los que tenía Taisho Kagome -
- Es un riesgo que tomare, con tal de lograr poder transitar nuevamente por el mundo bajo los horribles rayos de sol - Extendió sus garras al mismo tiempo que dibujaba una sádica expresión en su rostro - Creo que es suficiente platica, terminare con tu existencia para ir en busca de aquella mocosa -
Dicho y hecho, Muzan se abalanzó sobre el pelinegro con claras intenciones de matarlo, por lo que el verde pasto del patio se cubrió del carmín color de la sangre mientras un fuerte alarido de dolor resonó por todo el lugar.
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- Y con ellos finalizamos la evacuación, Tsuyoi-sama y Tomioka-sama -
- Por fin, pensé que esto no tendría fin - Expresó el pelidurazno mientras guardaba su nichirinto - Oye Giyuu ¿Te encuentras bien? - Preguntó al ver el semblante distraído de su amigo -Oye Giyuu, te estoy hablando - Al ver que el pelinegro seguía ignorándolo procedió a colocar una mano en su hombro, logrando llamar su atención - ¿Qué te preocupa amigo? -
- ¿Crees que el resto se encuentren bien? -
- No deberías de dudarlo, no por nada también son Pilares - Notó que la duda aun prevalecía en el rostro del ojiazul - Quien realmente te preocupa es Taisho-san ¿No es así? -
- A ti no te puedo engañar - Soltó un pequeño suspiro - No es que dude de ella, pero aun con el tratamiento de aquella demonio médico y de Sumiko parecía aun no recuperar por completo sus fuerzas -
- Ella estará bien, Giyuu - Palmeó suavemente el hombro de Tomioka tras decir eso - Además, ella se mantendrá al margen de todo esto, bueno, eso hasta que crea prudente su intervención, eso le dará más tiempo para reponerse - Miró un momento el oscuro cielo - No olvides que el maldito de Muzan la cree muerta, tiene que mantenerse oculta hasta que llegue el momento en el que tenga que pelear -
- Cierto, ahora viene a mi memoria aquella conversación -
"- Usare un conjuro que me permita cambiar completamente mi esencia y aspecto, de esta manera Kibutsuji pasara desapercibido mi presencia - Expuso la azabache a todos sus compañeros - Y para evitar cualquier contratiempo ninguno de ustedes sabrá la apariencia que adquiriré - Levantó su mano derecha para detener el reproche de todos - No crean que no confío en ustedes, en quien no confío es en ese maldito -"
- Tendré que confiar en su criterio - Pensó Giyuu con resignación, frunciendo levemente el ceño después - Lo único que no me parece justo es que los únicos que sabe de la actual apariencia de Kagome-san sean Sumiko y Tamayo-san - Lo que Tomioka desconocía es que cierto demonio de cabellera verde también conocía el nuevo aspecto de la Pilar de dorado mirar.
Tan sumido estaba el pelinegro en sus pensamientos, que se sobresaltó cuando el ojilavanda volvió a palmear su hombro.
- Separémonos y vayamos a averiguar si Kocho o Tokito necesitan ayuda - Sugirió Tsuyoi, ya que los mencionados Pilares tenían sus distritos no muy lejos del suyo.
- Me parece bien, Sabito - Apuntó hacia el sureste - Tú ve con Kocho, yo iré a apoyar a Tokito -
Tras esas palabras, ambos Pilares partieron hacia donde se encontraban sus compañeros e ir a apoyarlos para que ningún civil se vea involucrado en esta batalla.
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- ¿Se encuentra bien Oyakata-sama? -
- Gracias a ti sí, te lo agradezco mucho...Sumiko -
Efectivamente, se trataba de la Hanyou, la cual intervino el ataque de Muzan con la Cuarta Postura, logrando con ello cercenarle los dos brazos a Muzan, el cual des pues de ello se alejó algunos metros de aquellos dos.
- Así que realmente te encuentras aquí maldita escuintla, me acabas de ahorrar destruir el lugar para buscarte - Mencionó aquello en cuando sus extremidades estaban completamente regeneradas - Se una buena chica y ven conmigo, así nos ahorrémonos todo un innecesario espectáculo -
- Claro ¿Y de paso no quieres también que te de un masaje o algo por el estilo? - Respondió la menor sin dejar de apuntar al demonio con su katana.
- Parece ser que alguien despertó con su lado bromista - Frunció levemente el ceño tras el comentario de la Hinoe - Bueno, sea como sea, de cualquier manera, tú maldita mocosa formaras parte de mí -
- Eso está por verse maldito - Miró de reojo a Kagaya - Oyakata-sama, vaya a resguardarse con su familia, a partir de aquí me encargare yo -
- De acuerdo, Sumiko, solo por favor ten muchísimo cuidado - Tras aquellas palabras, la chica vio como el mayor se retiraba de ahí no sin antes brindarle una suave sonrisa.
- Hasta crees que permitiré que huyas, Ubuyashiki -
Una especie de tentáculos brotaron de la espalda de aquel demonio, dirigiéndolas hacia el pelinegro, pero sus intenciones se vieron nuevamente frustradas en cuanto la peliburdea intervino nuevamente, cortándoselas de un solo tajo.
- Tu oponente soy yo, Muzan - Expresó la ojirubí colocándose en una pose ofensiva - Tendrás que pasar sobre mí para que puedas llegar hacia Oyakata-sama -
- Si lo quieres de esa manera, pues será así -
Muzan hizo el primer movimiento, lanzó uno de sus apéndices directamente hacia la Hinoe, pero el único que recibió daño fue él, ya que sin que se lo esperada la chica le había colocado una barrera espiritual, por lo que dicho ataque fue repelido con tal fuerza que ocasiono que este se destruyera casi por completo.
- Ubuyashiki Kagaya tenía razón, esa maldita chiquilla cuenta con aquellas peculiares habilidades - Pensó con algo de frustración, pero enseguida dibujo una pequeña sonrisa, extrañando un poco a la Hanyou - Aunque no será un problema, después de todo, no es tan fuerte como aquella maldita Miko -
- Respiración de Agua, Séptima Postura ¡Gotas Ondeantes Perforadoras! -
Ni tiempo tuvo el demonio de esquivar dicha postura, recibiendo una muy fuerte puñalada en su torso, así que decidió contratacar aprovechando que la peliburdea se había acercado a él, aunque no fue como quería.
- Respiración de Agua, Primera Postura Modificada ¡Tajo de la Superficie vertical! -
Con esta técnica, la cazadora logró cortar al pelinegro en dos, lo cual le proporciono una leve brecha para ponerse en un lugar seguro, viendo como este se regeneraba a una increíble velocidad.
- ¿Crees que con esos débiles ataques lograras acabar conmigo? Por favor, eso ni cosquillas me hizo -
- De acuerdo, entonces veamos qué te parece esto - Tomó una profunda inhalación para después lanzarse hacia su oponente - Respiración de Agua, Décima Postura ¡Ciclo de Cambios! -
El ojirojo estaba por evadir dicha postura cuando algo invisible se lo impidió, por lo que con incredulidad miró como todo su alrededor se ponía al revés ¿La razón? Pues Sumiko logró asestarle el golpe, haciendo que la cabeza de este cayera al suelo.
- Maldito intento de demonio, como osa cortarme el cuello - Pensó con rabia en cuanto su cabeza dejo de rodar en la tierra - ¡Es inaudito! -
Ajena a los pensamientos de Kibutsuji, la Kamado comenzó a concentrar su respiración para dar paso al siguiente paso del plan, pero esa distracción tuvo su precio, ya que sin poder reaccionar esta fue brutalmente golpeada por uno de los tentáculos del demonio, tal impulso hizo que esta terminara en el interior del inmueble.
- Un consejo mocosa, nunca te distraigas en una batalla - Expresó con sorna al mismo tiempo que se colocaba su cabeza - Aunque de cualquier forma terminaras perdiendo -
El pelinegro comenzó a acercarse hacia el lugar al que había caído la cazadora, pero al estar a unos cuantos pasos de distancia una veloz estela de luz rosácea paso muy cerca de su rostro, ya que en el último momento logró esquivar tal ataque, obteniendo solamente un pequeño rasguño en su mejilla.
- Niñita terca, tus patéticos jueguitos están...-
- Respiración de Agua, Cuarta Postura ¡Golpe de Marea! -
El Líder de los Demonios ni siquiera pudo siquiera terminar de hablar cuando repentinamente la Hinoe se había abalanzado sobre él y lograr cortarlo a la mitad.
- ¿Quién dijo que estaba jugando? - Al escuchar la voz de la joven, Muzan le lanzó una muy colérica mirada - Un consejo, nunca te distraigas en una batalla - Sonrió de manera burlona al pronunciar las mismas palabras que este le había dicho.
- ¡¿Pero qué carajos?! Mi cuerpo está tardando en unirse - La expresión que la peliburdea tenía en su rostro provocó que la ira comenzara a recorrer su ser - ¡Técnica de Sangre Oscura! ¡Cadenas de Espinas! -
- Respiración de Agua, Undécima Postura, Calma -
Con algo de dificultad la cazadora logró bloquear el ataque de su adversario, ocasionando que la ira de este aumentada más.
- Maldita Hanyou, mi paciencia está comenzando a agotarse - Masculló apenas pudo unir su cuerpo -
- ¿Enserio? Qué pena - Respondió con fingido arrepentimiento - ¿Aunque sabes qué? Es algo que me importa un reverendo pepino - Dibujó una ladina sonrisa al sentir diez presencias dirigirse rápidamente a ese lugar - Eso deberías saberlo, maldito -
- No sabrás el gusto que me dará el borrarte esa asquerosa sonrisa de tu cara - Masculló con ira mientras una tétrica sonrisa se formaba en su contraído rostro - Así como lo hicieron con aquella maldita miko - Esas palabras hicieron que la Hanyou borrara un poco la sonrisa - Descuida, no te mataré, después de todo te necesito aun con vida -
La peliburdea volvió a encerrar a Kibutsuji dentro de una de sus barreras, preparando su siguiente movimiento, estaba por invocar su arco y flechas cuando algo fuera de su alcance ocurrió.
Sumiko miraba completamente anonada el par de tentáculos que estaban incrustadas cerca de su abdomen, mientras Muzan sonreía de satisfacción al haber logrado su propósito, ya que ese maldito de una u otra forma había logrado traspasar la barrera y lastimar a la Hinoe.
- ¡No puede ser! ¡Sumiko! - Exclamó una preocupada voz masculina en cuanto llegó al lugar.
- Oh, vaya, parece ser que tenemos compañía - Mencionó el ojirojo con fingida alegría sin dejar de mirar a la lastimada chica.
Efectivamente, no eran menos que los diez Pilares, los cuales habían llegado en el preciso momento en que la menor recibía aquel ataque.
- Maldito ¿Quién diablos eres tú y que le has hecho a Sumiko-chan? - Fue la furiosa exclamación de Shinobu hacia aquel demonio mientras sujetaba su nichirinto lista para atacarlo.
- ¿Y por qué debería contestarte eso estúpida mujer? - Eso no solo enervó a la de puntas moradas, sino también al resto.
- Él es Kibutsuji Muzan - Pronunció la Kamado de forma baja, pero siendo escuchada por los cazadores - El maldito origen de todo el sufrimiento humano -
Todos miraban con suma sorpresa a aquel demonio, ya que frente a sus ojos estaba el mismísimo Líder de los Demonios.
- ¿Quién te crees para presentarme de aquella manera? Tú no eres más que un experimento, así que no tienes derecho ahora de hablar -
Pero salieron de su aturdimiento cunado vieron con horror como aquella criatura incrustaba más sus tentáculos en la Hanyou al grado de que esta escupiera una buena cantidad de sangre.
- ¡Ya verás maldito bastardo, te arrepentirás por haber lastimado a Kamado! - Gritó Shinazugawa con furia mientras se preparaba para atacar - Respiración del Viento, Segunda Postura ¡Garras de Viento Purificador! -
Dichos cortes semejantes a garras lograron con éxito liberar a la peliburdea, pero su alivio fue temporal, ya que su enemigo incrustó otros dos apéndices tras la espalda de la menor, ocasionando que esta escupiera más sangre.
- Lamentó decirte que no permitiré que me quiten a la mocosa -
- ¡No se queden ahí parados idiotas! ¡Ataquemos al mismo tiempo! -
El grito del ojiamatista impulsó a sus compañeros a arremeter contra Muzan, el cual se encontraba muy tranquilo; eso extrañó un poco a la Hinoe, aunque la sonrisa que el pelinegro dibujó en su rostro le dio muy mala espina.
- ¡No se acerquen por favor! ¡Es una maldita trampa! -
La advertencia de la cazadora ni siquiera fue tomada por los Pilares, ya que estos aun procedían a arremeter contra el demonio.
- ¡Váyanse al infierno malditos cazadores! -
De un momento a otro el suelo bajo los pies de los Pilares fue sustituido por varias puertas corredizas, las cuales estaban completamente abierta, esto con la intención de que estos cayeran dentro de ellas.
En lugar de caer en picada, una fuerte corriente de aire logró alejar a los Pilares de aquellas puertas, aunque eso no evitó que se llevaran un buen golpe tras estamparse contra el duro suelo o cosas solidas que se encontrara en los alrededores.
- Que bien, todos están a salvo - Pensó la Hanyou con alivio - Libere mi reiki justo a tiempo -
- ¡Escuintla estúpida! ¡No te metas! - Exclamó furibundo al ver su plan frustrarse.
- Me meteré donde yo quiera - Con rapidez invocó un arco con una flecha en ella, disparándosela al ojirojo.
- Tienes una pésima puntería niña - Se burló en cuanto dicho ataque paso zumbando a un lado de su cabeza.
- Eso es lo que tú crees idiota - Sin ni siquiera dudarlo apuñaló otras tres veces a su oponente, para después subir y bajar su mano izquierda con tremenda velocidad - ¡Bombardeo de Flechas Celestiales! -
Tan pronto la ojirubí exclamó aquellas palabras, la fecha que esta había liberado previamente comenzó a caer en picada hacia donde ella y Kibutsuji se encontraban; el pelinegro estaba a nada de evadir ese ataque cuando con incredulidad vio que dicha fecha se dividía en infinitas estelas de luz rosácea, impactándose con tremenda fuerza sobre él.
- ¡Maldita seas mocosa! - El grito furioso de Muzan fue lo único que los Pilares pudieron escuchar en cuanto este desaparecía en una inmensa explosión de luz, cegándolos completamente.
Pero en cuanto la luz se desvanecía el grupo miraba con horror la enorme apertura que se había originado, por la cual suponían que no solo Kibutsuji había caído, sino también la chica de mirada rubí.
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Hola, hola, espero se encuentren muy bien mis estimados lectores, les traigo el capítulo 45 😊.
Primero que nada una disculpa, tuve un pequeño contratiempo con mi equipo y hasta hoy en la manana lo entregaron a mi casa 😅.
Hice el capítulo más largo como una compensación por la espera 💻📝.
Sin más que decir les mando un caluroso y fuertes abrazo 🥰.
Les deseo una excelente mañana 🌄/ tarde ☀️/ noche 🌙.
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