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CAPÍTULO 44

- Maldito Douma, a pesar de estar muerto aun me sigue causando problemas - Habló Kagome a la nada mientras trataba de respirar de forma acompasada - A este paso mis pulmones comenzaran a congelarse -

Después de la batalla, la azabache opto por descansar un poco, al fin de cuentas su cuerpo estaba completamente cansado, fue ahí donde notó como sentía que un ligero frío comenzaba a rodearla completamente.

Por más que trataba de acompasar la respiración cada inhalación le era algo dolorosa, algo así como cuchillas filosas desgarrándola lentamente por dentro, por no decir que comenzaba a sufrir de una severa hipotermia.

- Vamos Kagome, la tercera es la vencida, trata de ponerte de pie - Se dijo a sí misma, ya que anteriormente había fracasado en eso - Necesitas llegar a la Finca Mariposa - Tal parecía que ya contaba con algo de fuerza, ya que esta vez logró ponerse de pie, claro está que con ayuda de su nichirinto, antes de partir guardo el broche en el interior de su kimono.

- Douma ni siquiera fue capaz de realizar una tarea tan sencilla, que patético -

La azabache había caminado algunos metros cuando se detuvo abruptamente al escuchar aquella gruesa voz, dirigiendo inmediatamente su atención en uno de los pocos árboles que aún estaban de pie.

La ojidorada abrió en demasía los ojos, ya que aquel sujeto era demasiado similar a la muñeca de batalla que Koketsu le prestó, el recién llegado solo alzó levemente una ceja al ver la reacción de la chica.

- ¿Acaso no te dijeron que es de mala educación quedártele viendo fijamente a las personas? -

Gracias a eso la Pilar pudo salir de su inicial shock, por lo que inmediatamente se puso a la defensiva.

- Tú lo has dicho, personas, eso no aplica con los demonios - Tras responder aquello, la cazadora aprovechó para examinar con más detalle al demonio, pero no le gustó para nada lo que descubrió - Genial, a duras penas acabe con una Luna Superior como para que el mismo día aparezca otra -

Efectivamente, se trataba de la ultima Luna Superior, la Primera para ser más exactos, el cual a pedido de su señor vino a cerciorarse de que el de ojos arcoíris hiciera lo que le habían encomendado.

- ¿Y qué es lo que haces aquí? ¿Acaso vienes a vengar al idiota de Douma? -

- Según tú ¿Por qué debería de hacerlo? Él se buscó su propia muerte por no ser capaz de eliminarte -

- Vaya, creí que ustedes eran amigos - Procurando de que la criatura no la viera, metió lentamente su mano al interior de su kimono para agarrar el objeto que buscaba con firmeza.

- Yo no tengo amigos, soy de aquellos que prefieren estar y trabajar solos - De un saltó bajo del árbol para comenzar a dirigirse a la chica - Así no me rodeare de compañía inútil e incompetente -

- Entonces ¿A qué carajos has venido aquí? -

- Mi principal propósito es llevarme a la mocosa que se liberó del control de Muzan-sama en caso de que Douma fallara - Aquellas palabras molestaron un poco a la cazadora - Pero creo que él quedara más satisfecho si elimino la piedra en su zapato -

Sin esperar alguna respuesta de la chica, la Primera Superior se abalanzó con tremenda velocidad sobre ella, por lo que Kagome apenas fue capaz de colocar una barrera sobre sí misma, dejando levemente sorprendido al demonio, cosa que la azabache aprovechó a su favor.

- Respiración de Agua, Octava Postura, Lago de la Cascada -

Dicha postura no pudo lograr su cometido, ya que sin ningún tipo de esfuerzo la Luna Demoniaca logró evadirlo. La ojidorada solo pudo ver a través de su barrera como una de las invocaciones de su Doceava Postura era eliminada por el demonio.

- De antemano deberías de saber que ese tipo de estrategias no funcionaran conmigo - Expresó en cuanto volvió a abalanzarse sobre la fémina, siendo nuevamente repelido - No te confíes, entre Douma y yo hay una gran diferencia de poder -

- Ya me di cuenta - Pensó esta con ironía - No tengo más remedio que tratar de alejarlo de aquí -

No teniendo de otra, la Taisho sacó fuerzas de lo más profundo de su ser para comenzar a correr hacia sentido contrario, esto mientras la Primera Superior la veía con una ceja alzada; estaba por ir tras la chica cuando otras dos replicas se interponían en su camino.

Como si solo cortara el aire la Luna Superior eliminó a las "chicas", alzó la mirada para buscar a la real Pilar, pero no la vio por ningún lado, por lo que soltó un ligero suspiro.

- Tal parece que hasta la persona más fuerte huye de su inminente destino - Con calma comenzó a caminar hacia donde pudo percibir a la cazadora - Bueno, al menos esto me sirve como una leve distracción - Agregó en cuanto ya no percibía a la cazadora, por lo que continuo su andar en la dirección en al que la sintió con antelación.

- Bien, logre ganar un poco de tiempo - Pensó la chica tras haber ocultado su reiki - Sé que es riesgoso lo que tengo en mente, pero de esta forma podremos tener un as bajo la manga - Se puso tensa al escuchar un ruido en los arbustos, pero su semblante se relajó al ver de quien se trataba - Justamente quien necesitaba - Sacó un pequeño papelito mientras miraba con seriedad a la recién llegada persona.

La Taisho estaba completamente concentrada, pero eso duró un par de minutos ya que de un momento a otro tanto ella como quien la acompañaba evadían el ataque de la Primera Superior. Entre los destrozados arboles la Primera Superior pudo vislumbrar a su presa, la cual apenas podía ponerse a la defensiva.

- Tu jueguito ya me aburrió Miko, es hora de terminar con esto - Desenvainó su katana mientras señalaba a la azabache con esta - Como un respeto hacia ti te mataré de una manera rápida e indolora - La chica solo frunció el ceño.

- Vaya, que considerado de tu parte - Respondió la fémina con ironía - No quisiera perderme para nada aquella oferta - Como pudo se abalanzó sobre el demonio - Respiración de Agua, Cuarta Postura ¡Golpe de Marea! -

- Deja de resistirte mujer - Bloqueó con facilidad aquella postura - Solo harás que retire mi oferta -

- Por mi has lo que quieras - Lo atacó esta vez con la Primera Postura, obteniendo lastimosamente el mismo resultado - No me interesa para nada tu maldita oferta -

- Si realmente eso es lo que quieres, entonces que sea de esa forma -

Con una increíble velocidad la Luna Demoniaca le asestó dos fuertes patadas a la Pilar, mandándola a estrellarse con una enorme roca que se encontraba ahí, haciendo que del duro impacto esta escupiera una inmensa cantidad de sangre para que después cayera en seco al suelo.

- No sé qué es lo que Muzan-sama teme de ti - Habló la Luna Superior mientras se encaminaba a su muy lastimada oponente - Lo único que veo es a una patética humana apunto de morir -

- Hones...honestamente también me lo he preguntado - Respondió con algo de dificultad mientras se colocaba bocarriba - Y sinceramente quisiera saber porque ese maldito demonio de pacotilla se esconde detrás de sus subordinados -

- Pues te llevaras aquella duda a la tumba, porque esta será la última vez que nos vemos - Colocó la punta de su katana sobre el pecho de la ojidorada, justamente a la altura del corazón - ¿Ultimas palabras? -

- Te...veré...en...el...infierno...maldi...- Aquellas palabras no pudieron ser terminadas debido a que el demonio incrustó la katana en el corazón de la cazadora sin ningún remordimiento, apagando de esta forma con su vida.

- Creo que iré a buscar a la que se libró de Muzan-sama - Expresó a la nada mientras sacudía su arma para eliminar la sangre que había sobre ella - O eso me gustaría hacer, pero parece ser que el maldito amanecer está a nada de llegar - Frunció levemente el ceño al ver como poco a poco la oscuridad de la noche se desvanecía - No tendré de otra que retirarme por esta ocasión - Le dio una última mirada al inerte cuerpo de la azabache - En otras circunstancias me hubiera gustado pelear contigo a tu máximo nivel, mi victoria habría sido más satisfactoria -

Tras decir aquellas palabras la Primera Superior se retiró de ahí en cuanto los primeros rayos de sol lo quemaron levente, ingresando de inmediato al espeso bosque, dejando a la intemperie a su desafortunada oponente.

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- Ese idiota de Sabito, no puedo creer que no haya echo pie en la Finca en toda la noche, al menos hubiera tenido la bendita decencia de avisarme - Refunfuñaba un muy molesto Giyuu mientras se dirigía a la Finca Mariposa - Espero que no le haya hecho algo indecente a Sumiko o de lo contrario Kagome-san no se lo perdonara -

Tomioka no tardó mucho en llegar a su destino, pero lo que vio en la entrada de dicho lugar lo dejo algo desconcertado, y no era para menos, pues la residencia se encontraba completamente rodeada por una cúpula de tonalidad rosácea.

Inmediatamente el ojiazul corrió los pocos metros que le faltaban, en la entrada principal vislumbró a una desesperada peliburdea y una preocupada ojimorada, más al fondo pudo ver a su amigo acompañado de la de coletas, ambos con expresiones poco alentadoras.

- Sumiko-chan, detente por favor, solo te estas lastimando -

- No me importa Shinobu-san, tengo que ir a buscar a mi madre -

Esas palabras hicieron que Giyuu se centrara en las dos chicas, así que se acercó lo más que pudo, logrando así captar su atención.

- ¡Giyuu-san, gracias al Cielo que está aquí! - Aquel tono esperanzado hizo que dicho Pilar comenzara a preocuparse - Necesito que vaya a buscar a mi madre -

- ¿Cómo está eso? ¿No me habías dicho que Kagome-san no estaba aquí? -

- Eso ahorita es lo de menos Tomioka-san, vaya de una maldita vez al claro que se encuentra de camino a la Finca Rengoku -

- Por un carajo Kocho, hay más de tres claros por ese lugar, se un poco más específica - Exclamó con molestia el pelinegro tras la orden que le había dado la de puntas moradas, pero no por lo dicho, sino porque no le proporcionaba más referencias.

Shinobu estaba a nada de responderle al pelinegro, pero ella y el resto vieron como la barrera espiritual comenzaba a desvanecerse.

Lejos de alegrarle eso solo hizo que la Hanyou se horrorizada, ya que ella sabía que aquello solo podía ocurrir de dos maneras; la primera a propia voluntad de la invocadora y la segunda es porque algo grave le había ocurrido.

La Hinoe inmediatamente salió disparada de la Finca para buscar a su madre, mientras tanto los tres Pilares comenzaron a seguirla en cuanto salieron de su estupor, quedándose Kanzaki en la residencia a petición de la de puntas moradas.

A duras penas Kocho, Tomioka y Tsuyoi pudieron seguirle el ritmo a la Hanyou, trataban lo que más podían el no perderla de vista; ingresaron al bosque en lo que parecía ser el segundo claro en cuanto la menor lo había hecho, estuvieron corriendo lo que parecían ser minutos, eso hasta que frenaron de manera repentina al igual que Sumiko, dejando a los cuatro cazadores completamente atónitos.

- ¡¿Pero qué rayos ocurrió aquí?! - Sabito fue el primero en hablar - Me cuesta creer que esto fue obra de dos contrincantes -

Dicho lugar se encontraba completamente destruido, árboles arrancados desde la raíz, tenues pedazos de hielo en el centro, un caos total.

Pero lo que llamó completamente la atención de la Kamado era una mancha a escasos metros de ellos, la menor se acercó a dicho punto para verlo con más detalle, esta se hincó al mismo tiempo que colocaba su mano en dicho suelo, confirmando lo que ella había intuido en cuanto lo había visto.

- No cabe la menor duda, esta energía pertenece indudablemente a mi madre -

- Tal parece que Taisho-san pudo encargarse de aquel demonio - Sumiko dirigió su mirada al pelidurazno, el cual apuntaba hacia un peculiar conjunto de ropas.

La peliburdea estaba por dirigirse hacia Tsuyoi cuando una leve corriente atrajo un muy familiar y aterrador aroma a sus fosas nasales, el inconfundible aroma de sangre humana.

Inmediatamente corrió hacia el origen del olor, dejando atrás a los confundidos cazadores; entre más corría más fuerte se hacia el aroma por lo que aceleró más su carrera para llegar cuanto antes a ese punto.

Sumiko no estaba remotamente preparada para lo que encontraría, así que con lágrimas en los ojos se acercó en donde se encontraba tirada la mayor, bajo ella se hallaba un pequeño charco de sangre, provocando que su garganta se cerrara por completo, sin percatarse de la recién llegada presencia de Giyuu, el cual se encontraba justo al lado de ella.

- ¡¡KAGOME-SAN!! -

El desgarrador gritó del ojiazul hizo que la ojirubí comenzara a llorar amargamente, ignorando completamente a los otros dos Pilares.

- Okaa-san, debiste retirarte en la mínima oportunidad que tuvieras, tú mejor que nadie sabía que aun no recuperabas al cien por ciento tu reiki - Pensó la Hinoe con dolor mientras colocaba su mano encima de la herida del pecho.

En tanto la de puntas moradas y el ojilavanda no daban crédito a lo que veían, pues a pesar de las circunstancias lo que menos les había pasado por la mente es encontrar muerta a la ojidorada.

- ¡Es una mentirosa Kagome-san! ¡Usted me prometió que estaría bien! - Reclamo Shinobu en cuanto ella y el pelidurazno se habían acercado a la peliburdea - ¡Usted lo prometió por un carajo! -

El lugar permaneció en un sepulcral silencio, siendo rotó de vez en cuanto por los gimoteos de los cuatro cazadores.

- Tenemos que llevarnos el cuerpo de Kagome-san - Mencionó Tomioka en un susurró, logrando tener la atención de sus compañeros - Comunicárselo al Patrón y al resto de los Pilares -

- Iguro-san y Tokito-kun no lo tomaran nada bien - Expresó la ojimorada con voz rota - Santo Cielo, ni siquiera Kyojuro-san -

- Nadie lo tomara bien, Kocho - Tsuyoi miró con suma tristeza a su novia - Absolutamente nadie -

- ¿Cómo le voy a decir esto a Nezuko? - Al pensar en su hermanita, gruesas lagrimas corrían por la mejilla de la Hanyou - ¿Cómo? -

- No habrá necesidad de hacerlo, cielo - Aquella voz hizo que los cuatro abrieran los ojos - Después de todo estoy bien - Escucharon una pequeña risa, dudosos de girarse para ver si no se trataba de una alucinación colectiva - Bueno, ligeramente bien -

Al ya no contener su curiosidad los cuatro cazadores se dignaron a ver de dónde provenía aquella conocida voz, quedando perplejos al ver a una muy lastimada pero sonriente azabache, la cual apenas podía estar de pie de no ser gracias a su nichirinto.

Sin poder contener la emoción, Sumiko fue la primera en correr hacia la ojidorada y lanzarse sobre ella, provocando que ambas cayeran al duro suelo.

- Corazón, ten más cui...- La reprimenda de la mayor quedo a medias en cuanto escucho a su hija gimotear, por lo que con una suave sonrisa colocó una mano sobre la cabeza de la menor.

- ¡Realmente estas viva Okaa-san! ¡En verdad estás viva! -

Mientras esta conmovedora escena se desarrollaba, los otros tres Pilares aun se encontraban en estado de shock; como si estuvieran sincronizados los cazadores dirigieron su atención a lo que creían era la Taisho solo para ver como está poco a poco se desvanecía en una inmensa nube de vapor, quedando lo que parecía ser un talismán como indicio de que anteriormente algo se encontraba ahí.

- ¡Okaa-san! ¿Qué tienes? -

El grito de la ojirubí llamo nuevamente la atención del trio, por lo que tuvieron que reaccionar al ver a Kagome toser con brusquedad, por lo que cualquier aclaración tendría que esperar.

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Sumiko y Shinobu esperaban pacientemente que Tamayo terminara de evaluar a la azabache ¿Por qué ella y no la de puntas moradas? Fácil, esto debido a que la demonio era quien sabía del verdadero estado de salud de la cazadora gracias a las cartas de Yushiro.

Mientras tanto Giyuu como Sabito tuvieron que esperar afuera, esto por mero protocolo, o eso fue lo que la dueña de la Finca les había dicho en cuanto les cerró la puerta en la cara, aunque muy en el fondo ellos sabían que la de baja estatura solo lo hacía para fastidiarlos.

- Bien Kagome-san, necesito que inhales profundamente - Solicitó cierta demonio mientras trataba de percibir alguna anomalía en su paciente - Ahora exhala - El proceso se repitió unas seis veces más, dejando completamente satisfecha a la médico - Parece ser que todo está en orden - En la habitación se escucharon los suspiros de alivio de las otras dos chicas - La técnica de demonio de sangre de Sumiko-chan realmente funcionó muy bien -

- Es bueno escuchar eso Tamayo-san - Su alegre semblante cambió al ver a Tamayo con los brazos cruzados y con el ceño levemente fruncido - Oh, Oh, creo que ahora estoy en serios problemas - Pensó algo nerviosa sin dejar de mirar a la mayor - ¿Sucede algo Tamayo-san? -

- Me podrías decir que es lo que haces aquí, en la última carta te dije explícitamente en qué fecha podrías regresar -

- Bueno, vera...- La Pilar trataba de buscar las palabras correctas, pero el escrutinio de la médico más el de su hija y la de ojos morados no se lo permitían.

- La verdad no se ni para que pregunto, sé de sobra lo inquieta que puedes llegar a ser - La demonio acercó una silla a un lado de la ojidorada para sentarse - Lo que me intriga es lo que te motivo a hacerlo -

- Está bien, se lo voy a responder, lo hice en cuanto me enteré de la emboscada que los cazadores de menor rango sufrieron hace dos noches -

- ¡¿Cómo te enteraste de eso?! Si al único que se lo comunique fue a...-

- Yushiro - Sonrió de lado al ver el asombrado rostro de la médico - No se preocupe, no le hice nada que le causara daño, después de todo lo necesitaba en perfectas condiciones - Soltó un pequeño suspiro - Digamos que Yushiro tiene un pésimo habito de dejar las cosas en cualquier lugar, así que yo solo leí la carta que le había enviado por mera curiosidad -

- Sí claro, mera curiosidad - Fue el mutuo pensamiento de las tres.

- Y obviamente fue Ranga quien te trajo ¿No? - Preguntó la Hanyou recibiendo un asentamiento de parte de su madre - Fue así como llegaste en el preciso momento en que la Segunda Luna Superior planeaba raptarme -

- No voy a cansarme de decirte la imprudencia que hiciste Kagome-san, realmente es un milagro que hayas logrado enfrentarte a la Segunda Superior y derrotarla -

- Eso es gracias a la marca, de no haberse manifestado el final hubiera sido otro - En eso el semblante de la Taisho se oscureció un poco, intrigando a las féminas - Pero no fue al único que el maldito de Muzan mandó -

- ¿A qué se refiere Kagome-san? -

- Veras Shinobu, no conforme de mandar a Douma, Kibutsuji envió también a la Primera Superior - Frunció el ceño al recordarlo - Ese maldito bastardo ahora va tras Sumiko - Su semblante se acentuó más al mirar a la Hanyou - La pelea con el estúpido rubio me dejo completamente exhausta, por lo que, aunque quisiera ni siquiera podía hacerle frente - Dirigió su atención hacia donde se encontraba su maltratada vestimenta - Cielo ¿Me podrías traer mi kimono, por favor? - Sin siquiera chistar, la peliburdea hizo lo que su mamá le había solicitado.

- Nos dio tremendo susto en cuanto encontramos lo que creíamos era usted - Expresó la de puntas moradas mientras esperaban que la Hinoe regresara con ellas - No sabe lo mal que estábamos todos - Guardó silencio en cuanto Sumiko regreso.

- Aquí tienes Okaa-san -

- Gracias cariño - Agradeció la ojidorada mientras comenzaba a rebuscar entre sus ropas - Lo que ustedes vieron fue una de las réplicas de mi Doceava Postura -

- Espera un momento Okaa-san, tenía entendido que aquellas replicas se convertían en agua en el preciso momento en el que adversario las ataca ¿Por qué esta no? -

- Por esto - Respondió mostrando unos talismanes - La tinta con la que fueron escritas contienen la sangre de Tamayo-san - Le dio uno de los papelitos a una curiosa Shinobu, quien levantó la mirada al escuchar el jadeo de la ojirubí.

- Ahora lo entiendo - Exclamó la Hanyou mientras tomaba el otro talismán - Como no me di cuenta de ello -

- ¿De qué hablas Sumiko-chan? -

- Te lo explicaré yo Shinobu - La voz de la ojidorada captó la atención de la de puntas moradas - Lo que pasa es que aproveche el arte ilusionaría de la sangre de Tamayo-san - La de baja estatura seguía sin entender - Con eso y un conjuro de creación pude hacer que una de las réplicas se viera como un humano en todo el sentido de la palabra -

- ¿Eso se puede hacer? - Preguntó Kocho con asombro.

- Así es Shinobu-san - Respondió la peliburdea en lugar de su madre - Son encantamientos de alto nivel, por lo que quien las realiza debe de contar con un excelente manejo del reiki - En eso dirigió una orgullosa mirada a la azabache - Algo que solo mi madre es capaz de hacer -

- Pero si es algo complicado de hacer ¿Qué la ínsito hacerlo Kagome-san? -

- Por alguna extraña razón y desde antes de volverme cazadora, Muzan ha tenido cierto temor a las sacerdotisas - Miró por un momento a Sumiko para después volver su atención en la ojimorada - Para ser más exactos, personas con poderes espirituales -

- ¿Por qué dice eso Kagome-san? ¿Qué la llevó llegar a esa conclusión? - Esta vez preguntó Tamayo, incorporándose de esta manera a la plática.

- El asesinato de mis padres - Las tres féminas llevaron su mano a la boca para ahogar un jadeo de asombro - Mi madre era también una sacerdotisa, las cosas que ahora se son gracias a los conocimientos de ella y de sus antecesoras - Soltó un pequeño suspiro nostálgico - Sé que Kibutsuji es un maldito demonio rastrero, pero me cuesta creer que enviara a una Luna Menguante a eliminar a alguien que ni siquiera conocía, así que analice la situación a profundidad, llegando a esa conclusión, él le teme a mis poderes espirituales -

- Aun sigo sin entender por qué realizo ese encantamiento, Kagome-san - Shinobu vio como la ojidorada dibujaba una tenue sonrisa.

- ¿Porque más seria mi querida Shinobu? - Sonrió con satisfacción ante la intrigada mirada de la otra Pilar - Para hacerlo bajar la guardia -

- Kagome-san, aun no debe levantarse - Exclamó la médico con preocupación al ver las intenciones de la Taisho.

- Lamento llevarle la contra Tamayo-san, pero tengo que ir a hablar con el Patrón y el resto de los Pilares - Con el apoyo de su hija pudo ponerse de pie.

- ¿Cuál es la urgencia de hacerlo Kagome-san? -

- Kibutsuji no es alguien tonto, al enterarse de mi "muerte" no dudara en ningún momento en atacarnos - Respondió en un tono serio - Y quererse encargar el mismo de Sumiko - Miró de reojo a la menor - Cabe la posibilidad de que incluso venga esta misma noche, así que entre más rápido ideemos alguna estrategia contra él y la Primera Superior sería de gran ayuda - Le dio una rápida mirada a las tres.

- Okaa-san... - Susurró la Hanyou ante la férrea determinación de su madre.

- Así que más que nunca aprovechemos al máximo esta pequeña ventaja para erradicar de una vez por todas la ola de sufrimiento que aquel bastardo a causado en todos estas décadas -

Shinobu estuvo de acuerdo con Kagome, pero las otras dos no tanto, esto porque sabían de lo que la azabache seria capaz de hacer con tal de desaparecer a Kibutsuji Muzan, eso era algo que tanto a Sumiko y Tamayo les preocupaba en demasía.

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Hola, espero que estén bien, les traigo el capítulo 44, espero que les agrade.

Ante esto solo me queda decir que nos acercamos a l recta final de la historia, agradezco mucho que se den el tiempo de leer la historia de esta humilde escritora.

Bueno, sin nada más que decir les envió un muy fuerte abrazo.

Les deseo una maravilloso y linda mañana 🌄/ tarde ☀️/ noche 🌙.

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