Kagome se encontraba disfrutando de la calidez que la manta le proporcionaba a su cuerpo, pero de un momento a otro frunció un poco el ceño al sentir un sutil toque en su rostro, acción que con algo de pesar la saco un poco de su adorado sueño.

- ¿Aun seguirá durmiendo Kagome-san? - Susurró cierto pelinegro sin dejar de acariciar la mejilla de su pareja - El sol ya salió -

- Cinco minutos más - Murmuró somnolienta al mismo tiempo que tapaba su cabeza con la manta.

Ante ese gesto Giyuu no pudo evitar dibujar una sonrisa divertida, así que como el buen novio que era la dejaría descansar un poco más, después de todo ella era la que más lo necesitaba.

Después de vestirse salió de la habitación con mucho sigilo para dirigirse a la cocina a preparar algo de desayunar, no sin antes enviar con Kuro un mensaje a los Rengoku para avisarles que irían a recoger a las menores al mediodía.

- ¿Me preguntó que le gustara a Kagome-san? - Murmuró para sí mismo en cuanto inspeccionaba la gaveta - Creo que con eso podre prepara algo decente -

Tomioka se puso manos a la obra, se movía de un lado para otro con tal soltura en la cocina, era como si realmente viviera ahí, estuvo tan concentrado en su labor que el tiempo pasó en un parpadeo.

Tan abstraído estaba en su labor que no era consciente de la espectadora de cabellera azabache, la cual se había despertado en cuanto el delicioso aroma de la comida llego a su habitación, haciendo que se levantara para ir a investigar.

- Buenos días Giyuu - Rio un poco al ver como el ojiazul la miraba con sorpresa - Me alegra saber que te sientas con la confianza de moverte en mi cocina -

- Buenos días Kagome-san - Respondió un poco más repuesto - ¿Cuánto tiempo lleva ahí de pie? - Preguntó mientras se limpiaba las manos con una toalla y se acercaba a ella.

- Aproximadamente una media hora - Contestó mientras lo abrazaba, siendo gratamente correspondida - Estabas por poner el té -

- Espero no le moleste mi atrevimiento por haber utilizado su cocina sin tan siquiera preguntarle -

- No te preocupes por ello Giyuu, a decir verdad, es un muy lindo gesto de tú parte - Lo besó suavemente en los labios tras decir eso - Ya que debería haber sido yo quien preparada el desayuno y evitarte a ti la molestia de hacerlo -

- Para mí no es ninguna molestia Kagome-san, es un gusto para mi poderla atender de vez en cuando - Como respuesta recibió otro beso de la ojidorada - Por cierto ¿Cómo se encuentra? - Cuestionó algo preocupado, cosa que enterneció a la mayor.

- Creo ya habíamos zanjado el asunto anoche - Expresó de manera juguetona mientras dirigía sus manos a la oscura cabellera de este y jugar con ellos - Solo tengo una pequeña molestia en mi parte baja, nada de qué preocuparse - Vio como el chico la miraba dudando un poco de sus palabras - Amor, deja de estar de paranoico y mejor comamos antes de que el desayuno se enfrié -

Tras darle un último beso al menor, la Taisho se dirigió a la mesa para degustar la sopa de miso, el arroz frito y el té rojo que su amada pareja había preparado, mientras que este solo la miraba negando con la cabeza y con una gran sonrisa en su rostro.

**************************

Ha transcurrido aproximadamente un mes desde que la azabache y el pelinegro habían tenido su primer momento de intimidad, de la cual ocurrieron un par más gracias a una que otra misión en conjunto. En si todo transcurría de lo más natural y tranquilamente posible, bueno, hasta ese preciso momento.

En esa mañana Tomioka fue emboscado junto a su amigo no por uno, ni dos, sino por cuatro personas, grupo conformado por dos Pilares y dos ExPilares, siendo nada menos que Kyojuro, Obanai, Shinjuro y para sorpresa de los chicos, Urokodaki.

- Lo que sea que tengan que hablar con Giyuu, no tiene nada que ver conmigo - "Para esos amigos, para que quiero enemigos" Pensó con molestia el ojiazul al ver al pelidurazno intentar huir de esto - Creo que lo mejor es que me retire - Estaba por levantarse del tatami cuando un bokken lo regreso a su lugar.

- De eso nada, amigo - Expresó el rubio menor aun ejerciendo presión en el bokken - Tal vez el asunto de Tomioka no te involucre completamente, pero...-

- También tenemos un asunto importante de que hablar contigo Tsuyoi - Acompletó el heterocromático - Y tu más que nadie debería hacerse una idea del tema que queremos tratar -

- Empecemos por ti Tomioka - Habló Shinjuro esta vez - ¿Realmente quieres a Kagome o solo la vez como alguien para pasar el rato? - Preguntó con seriedad, poniendo no solo al chico en cuestión algo nervioso, sino también a Tsuyoi.

- Por supuesto que la quiero - Respondió sin ni siquiera dudar, logrando hacer a un lado su anterior nerviosismo - Permítame corregir lo último, por supuesto que la amo - Sin importarle el arma que el rubio mayor tenia, se levantó con una muy segura mirada - Y de ninguna manera me atrevería tan siquiera mirar a Kagome-san como algo pasajero -

El silencio se hizo presente por un breve momento, tiempo en el cual el ojiazul le lanzaba a sus "invitados" una mirada desafiante, mientras el ojilavanda solo se mantenía al margen de todo eso como buen espectador.

- Te has vuelto todo un hombre Giyuu - Habló Urokodaki por primera vez - No te veía tan determinado y seguro de tus palabras desde aquella vez que les impuse a cortar la roca - El del haori rojo no pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa tras recordar eso - Realmente lograste cumplir mis expectativas -

- Urokodaki-san - Nombró al que años atrás fuera su maestro en un suave susurro.

- Puedo estar tranquilo al ver que tus sentimientos por Kagome son genuinos - El ExPilar del Agua dibujó una minúscula sonrisa bajo su máscara, siendo notado solamente por los dos rubios - Ella por fin encontró el complemento que le hacía falta en su vida, así que procúrala mucho -

- De acuerdo - La voz del ExPilar de la Llama atrajo la atención de Giyuu - Si Urokodaki piensa eso, no me queda de otra que confiar en su palabra, quien mejor que él para dar su aprobación, después de todo, es quien mejor los conoce -

Tomioka se sintió un poco más tranquilo al escuchar como los mayores aceptaban y aprobaban su relación con la Pilar de dorado mirar y ese sentimiento creció un poco al ver como sus compañeros también le daban el visto bueno.

- Tu turno Tsuyoi - Expresó Iguro mientras mirada a la mencionada persona - ¿Cuáles son tus intenciones con Sumiko? - Esa pregunta llamó el interés de los mayores, ya que ellos desconocían ese tema.

- N...no sé de qué hablas Iguro - Tartamudeó un poco al sentir el bokken de Obanai en su garganta - Po...podrías por favor alejar esa cosa de mi -

- Solo si respondes a mi pregunta Tsuyoi - Vio como el pelidurazno soltaba un resignado suspiro - Así que habla -

- Esta bien, tú ganas - Se sintió aliviado al ya no sentir la madera en su cuello - Sumiko me atrae - Comenzó a hablar con la frente en alto - Y no solo físicamente, sino también por su forma de ser, no sabría darte una fecha exacta de como inicio todo esto, pero te juro por mi vida que mis intenciones con ella son honestas -

- Realmente espero que sea así Tsuyoi - Shinjuro volvió a tomar la palabra - Aunque desconocía de esto, es grato ver que te tomas esto con mucha seriedad - Vio al ojilavanda asentir como agradecimiento - Solo recuerda que Sumiko es MUY joven para ciertas cosas - Enfatizó la palabra "muy" refiriéndose a su diferencia de edad.

- Por supuesto que lo tengo muy presente Rengoku-san - Respondió con firmeza para después colocar su mano derecha en el pecho, más específicamente, a la altura de su corazón - Le aseguro por mi honor de hombre que no la obligare a nada de lo que ella aún no se encuentre preparada -

- Eso es lo que espero Tsuyoi - Expresó Kyojuro y Obanai al unisonido con una sonrisa que distaba mucho de ser amistosa.

- No tengo el gusto de conocer a tal jovencita, pero si es alguien que Kagome ha criado como una hija me imagino que es una muy linda señorita - Comentó el de la máscara tengu, obteniendo un asentamiento del resto de su grupo.

- Linda no, más bien, hermosa - Pensó Sabito con ensoñación, siendo ajeno a las cejas levantadas de los demás por su repentina expresión.

Shinjuro carraspeó un poco para regresar al pelidurazno a la realidad, y así tener la atención de los dos Pilares del Agua.

- Muy bien chicos - Comenzó a hablar en cuanto los residentes de la Finca lo miraban - Aprovechen este voto de confianza que les estamos otorgando - Sonrió de forma amenazadora, causándole escalofríos a Tomioka y Tsuyoi - Ustedes sabrán si la pierden -

- Solo recuerda esto mis estimados compañeros - Habló Kyojuro nuevamente - Si les llegan a romper el corazón...-

- Nosotros les romperemos los huesos ¿Queda claro? - Acompletó Obanai de forma amenazadora, con su bokken en mano y a Kaburamaru en su cuello siseando.

- Más claro que la mismísima agua - Corearon Sabito y Giyuu con algo de nerviosismo ante aquella advertencia.

Aunque a pesar de aquella situación en la que se han involucrado, tanto el pelinegro y el ojilavanda no dudarían en pasarlo una y otra vez, ya que si al final de ello se encontraban con las chicas que ellos más querían, se daban por satisfechos.

**************************

- ¡¿Esto no puede estar pasando como un demonio?! - Exclamó una voz "femenina" con bastante enojo - Esto es una completa mier... - No pudo continuar con su maldición debido a un golpe en su cabeza - ¿Por qué carajos lo hiciste? Eso dolió, maldita sea -

- ¿Y todavía lo preguntas? Verdaderamente eres un cabeza hueca - Respondió una voz "masculina" e ignorando la afiliada mirada que le daba la primera persona - Modera más tú vocabulario idiota o, aunque te encuentres en mi cuerpo, no dudare en golpearte...eh Shinazugawa -

- Eres una pesada Taisho, no entiendo como Tomioka te soporta...- Guardó silencio de inmediato al sentir la gélida mirada de la Pilar - ¿Así de escalofriante me veo? Ahora entiendo un poco por qué los estúpidos novatos huían de mi -

Kagome trató de serenarse por completo, a pesar de lo que le dijo a Sanemi no es como si realmente estuviera deseosa de mallugar ella misma su cuerpo; soltó un suspiro resignado, de todas las personas con las que posiblemente pudiera cambiar cuerpo, justamente tenía que ser con el cazador más gruñón de todos.

La ahora peliblanca miró detenidamente por un momento las ásperas manos del cuerpo al que fue condenada, por más que buscaba alguna explicación para la extraña afición del Shinazugawa de provocarse heridas, solo para negar levemente con la cabeza al no tener la mínima idea.

- ¡¿Se pude saber que estás haciendo maldito pervertido?! - Exclamó con indignación al levantar la mirada a su cuerpo.

- Solo estoy tratando de equilibrar un poco el peso Taisho - Respondió el mencionado con simpleza mientras levantaba con las manos el busto del cuerpo en el que se alojaba - No entiendo cómo es que puedes caminar como si nada con semejante peso - Tras decir eso dibujó una sonrisa maliciosa - Ahora sé que el estúpido de Tomioka no tendrá que preocuparse por estar bien alimentado -

Lo único que ganó Sanemi ante ese comentario fue una sandalia zori estampándose de lleno en el rostro, acción que provocó que también callera de espaldas tras tropezarse con una raíz.

- Kanae, ayúdame a comprender el como un cabeza hueca como ese logró llamar tu atención - Rogó mientras veía a dicha persona levantarse del suelo - Tanto como para que quisieras tener una hija con él - Soltó un suspiro cansado para después dirigirse hacia el Pilar del Viento - Tal parece que la plática que tenía pendiente llegó más pronto de lo que pensé, pero es algo que también Shinobu tiene derecho a saber - Colocó una mano sobre el hombro del ahora azabache, llamando así su atención - Vayamos de inmediato a la Finca Mariposa, con suerte y Shinobu pueda resolver este problemita -

- Pues si no hay de otra, vayamos - Aceptó encogiendo un poco los hombros - Tal vez ella encuentre algo, cosa que tú no pudiste hacer - El tono burlón en que lo dijo molesto a la peliblanca.

- Querido Shinazugawa, no tientes tu suerte, ya comprobaste que el hecho de que estés en mi cuerpo no te librara de la paliza que te puedo dar -

Con esa última advertencia, Kagome comenzó a caminar sin siquiera esperar a Sanemi, el cual miraba con algo de incredulidad a la Pilar.

- No veo a Taisho siendo capaz de maltratar su propio cuerpo - Pensó con confianza - ¿O si es capaz? - Dudó después al recordar el zapatazo de hace un momento - Mejor no arriesgarse -

Sin más, el azabache comenzó a seguir a la otra Pilar hacia dicha Finca, y aunque no lo admitiera, muy en el fondo deseaba que la ojimorada pudiera arreglar ese problemita, no sabía cuánto más podría soportar el peso extra en la parte delantera del femenino cuerpo.

**************************

Kagome esperaba pacientemente a que la Pilar de puntas moradas dejara de reírse a todo pulmón, la cual en cuanto escuchó solamente el intercambio de cuerpo comenzó a torcerse de la risa, aunque la Taisho no pudo evitar que una sonrisa se dibujara en el rostro, ya que a pesar de que Kocho se estaba riendo a expensas de ella no quitaba el hecho de lo bien que se sentía al presenciar aquello.

- Como un demonio Kocho, para ya de una maldita vez - Exclamó con molestia Shinazugawa - No somos tus malditos bufones -

Shinobu tardó un par de minutos en detener su ataque de risa y después adquirir una actitud tranquila y seria.

- Bien, me decían que el intercambio de cuerpos fue provocado por una técnica de sangre ¿Estoy en lo correcto? - Ambos afectados asintieron en respuesta - La pregunta es ¿Cómo ocurrieron los hechos? -

- Los detalles son lo de menos Kocho, solo se dio y ya - Respondió Sanemi de manera tosca, haciendo que la mencionada alzara una ceja.

- Esto se dio por culpa del estúpido de Shinazugawa - Habló esta vez la mayor, llamando la atención de la ojimorada.

- ¡¡Cierra el maldito pico Taisho!! - Trató el ahora azabache de frenarla, pero en lugar de eso se ganó una furibunda mirada por parte de la usuaria de la Respiración del Agua, logrando regresarlo a su asiento como niño regañado - Reafirmo lo dicho, sí que mi aspecto provoca demasiado miedo, o mejor dicho, terror -

- Quien debería cerrarla eres tú cabeza de chorlito, de no ser gracias a tu gran bocota no habríamos terminado en este embrollo -

- Kagome-san, pienso que mejor usted me lo explique, parece ser que Shinazugawa-san se niega a hablar -

- Con mucho gusto Shinobu -

Y así la Taisho comenzó con el relato; tanto ella como el de cicatrices habían sido enviados hace dos días a un pequeño poblado al sureste, esto con el fin de investigar la misteriosa desaparición de gente, más específicamente hombres, cuando llegaron ahí el cielo ya se encontraba oscuro, por lo que no les costó mucho trabajo encontrar al demonio responsable.

Le menciono que la criatura no era muy alta, pero sí muy escurridiza, complicándoles un poco el trabajo; estaban por concluir con la misión si no fuera por la gran bocota de Sanemi, el cual se mofó de ella al decirle que las del género femenino eran débil y que por eso tenían que quedarse en casa. Eso molesto en demasía a la demonio, por lo que antes de que le cortaran la cabeza le lanzó la técnica al Shinazugawa, recordando sus últimas palabras antes de desintegrarse por completo.

"- En el cuerpo de una mujer te haz de encontrar, y por única vez en tu vida comprobaras de primera mano que un día a día no es fácil de llevar -"

- ¿Y cómo es que termino envuelta en todo esto Kagome-san? - Preguntó Shinobu ante ese pequeño detalle.

- Que esa maldita demonio necesitaba un cuerpo femenino para llevar a cabo su técnica, y desafortunadamente yo era la única que se encontraba con ese idiota -

- Oh, ahora lo estoy entendiendo - Murmuró la dueña de la Finca para sí misma, encontrando la posible solución a ese problema - Eso arroja que la técnica tendrá que desvanecerse en veinticuatro horas, por lo que se encontraran haci hasta el día de mañana -

- Por un demonio Kocho ¿Es que no tienes algo para terminar con esta maldita ridiculez? - Exigió el Pilar del Viento mientras la sujetaba de la solapa de su haori.

- Ara, Ara Shinazugawa-san, es mejor que se controle - Expresó la mencionada chica con serenidad, aunque la vena en su frente indicaba otra cosa - No quiera sacar ventaja de estar en el cuerpo de Kagome-san - Eso lo dijo como referencia que no se atrevería a lastimar el cuerpo de la que ve como su hermana.

- Por mí no hay problema Shinobu - El tono malicioso de Kagome provocó que un escalofrío recorriera a Sanemi - Tienes mi completo permiso de hacerle lo que quieras -

- Oyó Shinazugawa-san, siga con sus berrinches y no voy a tentarme el corazón - La sonrisa maliciosa en la más baja hizo que este la soltara de inmediato - Eso pensé - Ese tono burlón molesto al ahora azabache, pero se mantuvo quieto - Lo siento Kagome-san, pero tendrá que aguantar estar veinticuatro horas en el cuerpo de Shinazugawa-san -

- No te disculpes Shinobu, a decir verdad, me he encontrado en peores situaciones - Kagome sonrió de lado al escuchar al susodicho quejarse - Así que no tendré de otra más que esperar que ese lapso de tiempo pase -

- Kagome-san -

- Dime Shinobu -

- Creo conveniente que se queden en mi Finca hasta que los efectos desaparezcan por completo, ya sabe, para evitar algún malentendido -

La Taisho se quedó pensando un momento, analizando los pro y contras de no aceptar la propuesta de la ojimorada.

- ¿Qué opinas Shinazugawa? ¿Nos quedamos? - Preguntó al otro involucrado para saber su opinión.

- De eso nada, yo me voy a ir a mi Finca - Estaba por emprender marcha cuando una menuda mano lo detuvo - ¿Ahora qué quieres Kocho? -

- Analícelo bien Shinazugawa-san, lo mejor es quedarse aquí - Lo vio bufar y encaminarse a la puerta del consultorio - Nada más yo sé que usted cambio cuerpo con Kagome-san, aunque solo fueron las mentes, ya que sus voces siguen siendo las mismas - Sonrió de lado al ver como este se detenía en el umbral de la puerta dándoles aun la espalda - No vaya ser que en una de esas se encuentra a Tomioka-san y lo bese pensando que es su novia -

La expresión que el ahora azabache mostró al girarse hacia ellas causo un estallido de risas, y no era para menos, pues este tenía el rostro contraído por el terror con el solo hecho que el escenario que Kocho acaba de describir se haga realidad.

- Pensándolo bien, creo que no suena mala idea el quedarme en tu Finca - De un momento a otro cambio su expresión a una de molestia al ver la sonrisa burlona de la de puntas moradas - Que quede claro que lo hago hasta que la maldita técnica desaparezca, nada más -

- Sí, claro - Pensó la ahora peliblanco con gracia - Tú lo que quieres es no perder tu hombría -

- ¿Alguien más sabe de su regreso? -

- En absoluto Shinobu - Respondió Kagome - Sumiko piensa que regresó hasta mañana, así que por esa parte no habrá problema -

- ¿Y usted Shinazugawa-san? -

- Yo no tengo que estar avisando a cualquiera cuando regreso - La ojimorada frunció un poco el ceño - Por lo que al igual que Taisho, tampoco hay inconveniente -

- De acuerdo, entonces les acondicionare un cuarto a cada quien - Vio a ambos mayores algo indecisos ante eso - No se preocupen, me asegurare que estén uno al lado del otro por si la técnica se desvanece antes -

Tras decir eso, Shinobu salió por un momento de la habitación para pedirle de favor a una de las niñas que preparara los cuartos, dejando solos a los otros dos.

- ¿Qué tanto es lo que estas mirando Taisho? - Preguntó el Pilar al sentirse observado por la mencionada chica.

- Nada, solo observaba lo bien que se mira mi cuerpo desde otra perspectiva -

-Ahora me resulta que hasta vanidosa me saliste - Vio a la Taisho sonreír de lado - Esas banalidades le quedan mejor al estúpido de Uzui -

- Si me lo propongo puedo ser mejor que el tonto extravagante - Colocó una mano en el mentón sin dejar de mirar a su compañero - Así que puedo ser vanidosa todo lo que quiera, después de todo soy una mujer - Trató de hacer una mirada seductora, pero el rostro del cuerpo en el que estaba lo hacia ver, por así decirlo, gracioso - Aunque eso conlleve a que un cabeza hueca haya usurpado mi cuerpo -

- Si yo soy un cabeza hueca, entonces Tomioka debe estar mal de la cabeza - "¿Y Giyuu que tiene que ver en esto?" Pensó confundida la Pilar - Ya que alguien en su sano juicio no quisiera tenerte como pareja -

Fue lo único que Sanemi pudo decir antes de que todo su entorno se volviera oscuro, estaba por impactarse en el suelo cuando Kagome logró atraparlo y justamente en ese momento iba ingresando la Pilar del Insecto, la cual miraba con cierta curiosidad la escena frente a ella.

- ¿Puedo preguntar qué paso aquí Kagome-san? -

- Me sacó de quicio -

- Dígame algo que no sepa Kagome-san - Expresó en tono juguetón haciendo reír levemente a la mayor.

- En resumidas palabras él me busco y me encontró - Sonrió de la misma forma que la de puntas moradas - Haci que lo mande a dormir activando ciertos puntos de presión -

- ¿Y porque no lo dejo caer Kagome-san? Después de todo se lo buscó -

- A pesar de que el estúpido Shinazugawa merece azotar como animal, no quita el hecho de que aun este en mi cuerpo - Soltó una pequeña risa - Prioridades mi querida Shinobu, prioridades - La mencionada chica asintió en respuesta - En cuanto regrese a su cuerpo entonces que se caiga de las maneras más dolorosas posibles -

- Que cruel es Kagome-san -

- ¿Cruel, yo? Por favor, en eso no hay quien le gane al torpe de Shinazugawa -

- ¿Y qué opina de Iguro-san? - Preguntó al recordar a dos cazadores que atendido después de que estos fueran a entrenar con dicho Pilar.

- ¿Obanai? - La vio asentir - Puede llegar a tener su carácter, pero cuando se lo propone puede ser alguien empático -

- Solo Kagome-san es capaz de encontrar el lado lindo en las personas - Miró un momento al Shinazugawa inconsciente en el cuerpo de la mayor - Bueno, a casi todos -

- ¿Sucede algo Shinobu? - Preguntó en cuanto escuchó a la menor soltar una pequeña risa.

- Esto me recuerda la vez que usted lo noqueo en su presentación con el resto de los Pilares -

- ¿Y tú como sabes eso? Que recuerde aun no eras un Pilar y si no estoy mal, en ese tiempo estabas de misión -

- Nee-san me lo contó - Sonrió con algo de nostalgia - Ella siempre me contaba cosas que llegasen a ocurrir cuando yo no estaba cerca -

La ahora peliblanca no pudo evitar mirar a la de puntas moradas con un semblante comprensivo, así que coloco una mano en la cabeza de la chica a modo de consuelo, ya que es lo único que podía permitirse en el cuerpo en el que ahora se encuentra.

- Kagome-san...-

- Sé que ya hemos hablado de ello, pero nuevamente pido disculpas por no haber podido salvar a Kanae - Sintió a la ojimorada negar levemente con la cabeza - Estoy consciente que más de uno le afecto su partida, pero en especial Shinazugawa y tú - "Y usted también" Pensó Shinobu - Lo único que nos queda es recordarla como la persona dulce y compresiva que era -

Sin que la Taisho se lo esperada, la más baja la abrazó con bastante fuerza, ingeniándoselas para hacerlo aun con Sanemi en sus brazos, como pudo se lo regreso, aunque sea con su brazo libre.

- Con esto reafirmó por qué nee-san no dudo en anteponer su vida por usted - Soltó un pequeño sollozo - No me cansaré en pedirle perdón por las crueles palabras que le dije aquel día - Un sollozo más fuerte se escuchó tras decir eso.

- Eso ya es agua pasada Shinobu - La consoló palmeando con suavidad su cabeza - Ahora solo queda seguir al frente ¿De acuerdo? - La sintió asentir - Y cuando todo vuelva a la normalidad les diré a ti y a Shinazugawa la verdad sobre mi pequeña Nezuko -

- Bueno, creo que es tiempo de llevar al bello durmiente a su habitación ¿No cree Kagome-san? - Expresó Kocho tras romper el abrazo.

- Totalmente de acuerdo -

Sin más, Kagome se acomodó bien al Pilar para después seguir a la ojimorada e ir a su cuarto para dejarlo descansar, y por qué no, ella también necesitaba un descanso, ya que lo que tenía que decirle a Sanemi y Shinobu era algo, por así decirlo, muy delicado.

**************************

Hola mis estimados y queridos lectores, les traigo ante ustedes el capítulo 33, espero que les sea de su agrado 😊.

Les envio un muy fuerte y caluroso abrazo 🥰.

Sin más que decir es deseo una muy maravillosa y excelente mañana 🌄/tarde ☀️/ noche 🌙.