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CAPÍTULO 30

- Por todos los cielos ¿Puedes comportarte? - Reprochó una femenina voz - Necesito curar tus heridas -

- Ya te dije que estoy bien, son solo simples rasguños - Respondió una voz masculina de manera desinteresada.

- La verdad no entiendo cómo las tres te soportan -

- Porque soy un amor con ellas -

La situación se encontraba de esta manera, después de que Kagome purificara a las Lunas Demoníacas se dirigió hacia donde se encontraba Tsuyoi y Uzui para poder atender las heridas que el segundo tenía.

Pero como era de esperarse, el ojivino se negaba rotundamente a eso, por lo que ambos Pilares se encontraban discutiendo desde hace unos diez minutos.

- ¿Quién crees que gane Sabito? - Cuestionó Tomioka mientras él y Hinatsuru llegaban hacia donde se encontraba los demás.

- Es más que obvio que Uzui, quieras o no es mucho más alto que Taisho-san - Respondió el pelidurazno en cuanto se reunía con los recién llegados - Es más que obvio -

- Eso es un buen punto, pero consideremos que Uzui se encuentra lastimado y aparentemente Taisho-san no -

- Si claro, ponte del lado de ella ya que es tu novia - Expresó Sabito con un tono pícaro, sonrió al ver como su amigo se sonrojaba - ¿Verdad que estoy en lo cierto? -

- Son puras alucinaciones tuyas - Respondió el pelinegro algo avergonzado, causando que su compañero soltara una risa - Quieres por favor no...-

El reclamo de Giyuu quedó incompleto, esto debido a que escucho un golpe seco; tanto él como los otros dos dirigieron su atención hacia donde se encontraban el albino y la azabache, lo que vieron dejaron a todos, o mejor dicho, a los dos varones, sorprendidos.

Tengen se encontraba completamente tirado en el suelo, al principio los dos pensaron que se había desmayado, pero al notar la molesta mirada que le dirigía a la ojidorada la descartaron por completo.

- ¡¿Por qué carajos hiciste eso?! - Reprochó Uzui sin dejar de mirar a la cazadora - Sabes que lo detesto muchísimo -

- ¿Acaso me dejaste opción? Agradece que no te dormí, ya que estuve muy tentada a hacerlo - Soltó un suspiro cansado mientras con mucho cuidado se arrodillaba a un lado del más alto - Así que cállate mientras curó los cortes y purificó el veneno que hay en tu cuerpo - Notó como el albino la miraba confundido - ¿Por qué crees que te dije que tuvieras cuidado con el de las guadañas? En el filo de estas contenía veneno -

- Bueno, hubiera agradecido mucho que me lo dijeras, tal vez y así hubiera tomado mis precauciones -

- Claro, y yo soy la Deidad del Agua ¿No? - Respondió de manera irónica - Por favor Tengen, ni siquiera tú te la crees - Dibujó una sonrisa de lado al ver el asombro en el rostro del Pilar - ¿Qué? ¿Acaso realmete crees que soy una Deidad? -

- ¿Me acabas de llamar por mi nombre? -

- Es así como te llamas ¿No? - Contestó de manera obvia - ¿Porque te sorprende eso? -

- No sé, tal vez sea el hecho que desde que regresaste solo me llamabas por mi apellido, aunque puede que sean solo alucinaciones mías -

- Tan dramático como siempre Tengen - Dibujó una ligera sonrisa mientras cubría con una ligera luz rosa al albino - Tuve mis razones para hacerlo -

- Ya extrañaba esta sensación - Soltó con satisfacción en cuanto una agradable calidez envolvía su cuerpo - Aunque Kocho es buen médico no se compara contigo -

- Halagarme no te salvara del asunto que tú y yo tenemos pendiente, eh - Eso puso un poco nervioso al ojivino al escuchar con su agudo oído el ritmo cardiaco de la chica, el cual se encontraba ligeramente acelerado al decir esas palabras.

Hinatsuru, Giyuu y Sabito solo escuchaban la conversación sin comprender nada del tema, por lo que se mantuvieron callados mientras la Pilar seguía atendiendo a Uzui.

El proceso no tardó mucho en terminarse, por lo que en menos de quince minutos el Pilar del Sonido se encontraba en excelentes condiciones.

- ¿Ves que no costaba nada? - Preguntó al ver al más alto ponerse de pie después de que le devolviera la movilidad a su cuerpo - Me hubieras ahorrado ese desgaste -

- Como si no disfrutaras paralizarme - Respondió con una pequeña sonrisa - Por cierto, ese atuendo que tienes se te ve demasiado bien, deberías de conservarlo - Tragó en seco al recibir una gélida mirada de la ojidorada - Yo solo te brindaba mi humilde opinión, así que no me mires de esa forma -

- Pues trata de mantener tus futuras opiniones solo para ti - Soltó un suspiro cansado - De acuerdo, volvamos al Distrito para ver si alguien de ahí necesita atención médica - Tras decir eso comenzó a caminar hacia donde se encontraba la otra chica junto a los dos cazadores - Giyuu y Tsuyoi - Rió internamente al ver como estos adquirían una posición firme - También tengo una plática pendiente con ustedes - Palmeó el hombro de cada uno en cuanto dijo esas palabras - Por el momento lo dejare pasar ¿De acuerdo? - Los vio asentir - Excelente, regresemos entonces -

- Taisho-san, no vaya a ser dura con ellos, si hay alguien a quien tenga que llamar la atención es a mí - La cazadora sonrió con algo de ternura - Yo fui quien se negó a quedarse en el refugio -

- Como dije, eso lo veremos después ¿Sí? -

Con esas últimas palabras Kagome emprendió camino hacia el lugar en donde había dejado a su hija, mientras tanto el resto comenzó a seguirla momentos después.

Pero al cabo de unos minutos los tres varones miraron a la Kunoichi con extrañeza ¿La razón? Esta tenía el ceño levemente fruncido.

- ¿Sucede algo Hinatsuru? - El esposo de esta se extrañó un poco más al no recibir respuesta - ¿Hinatsuru? - Volvió a llamarla mientras le tocaba el hombro, cosa que logró al fin obtener la atención de la joven.

- ¿Sucede algo Tengen-sama? -

- Eso debería preguntártelo a ti ¿Hay algo que te preocupe? - La vio negar - ¿Segura? - Recibió como respuesta un asentamiento, cosa que no lo convención por completo - Bueno, cualquier cosa puedes decírmelo con confianza ¿Si? -

- Se lo agradezco mucho Tengen-sama -

Sin más, Hinatsuru aceleró el paso para alcanzar a la azabache y empezar a platicar con ella de manera normal, gracias a eso el Pilar del Sonido dejó de lado la anterior actitud de su esposa.

Mientras tanto ambas féminas continuaban con su conversación, la Kunoichi no podía evitar ver de vez en cuando el costado izquierdo de la mayor, justamente donde se encontraba rasgado su uniforme, haciendo que su preocupación volviera al notar una casi imperceptible mancha de sangre.

Pero ese negativo sentimiento se iba desvaneciendo al ver a la ojidorada en perfectas condiciones, por lo que terminó olvidando por completo su preocupación.

**************************

- Muchas gracias por su ofrecimiento Shiro-san, pero no puedo aceptarlo -

- ¿Por qué no? La paga será muy buena, serás la encargada de la seguridad de mi establecimiento, no una concubina cualquiera -

Sumiko no pudo hacer más que volverse a negar ante eso mientras dibujaba una sonrisa nerviosa; desde que recupero casi por completo sus fuerzas el señor con el que su madre la dejo no paraba de insistir con eso a pesar de sus constantes negativas.

- Por favor acepta, quien mejor que tú para poner a los buscapleitos en su lugar - Volvió a suplicar el hombre.

La peliburdea no sabía que más hacer, no quería ser grosera con él, pero a cómo iban las cosas tal parecía que no tenia de otra que recurrir a eso.

- Señor, creo que este sitio no es lugar para alguien tan joven como ella -

Pero Sumiko no tuvo que hacer nada, porque en ese preciso miro a su madre entrar al inmueble con una pequeña sonrisa en sus labios. Sin contener la emoción, la ojirubí corrió en dirección a la mayor para saltar sobre ella.

Por suerte la Taisho pudo atrapar a la menor y acomodarla en sus brazos, escena que enterneció en demasía a la chica que cazadora mayor había ayudado.

- ¡Okaa-san! ¡Regresaste! - Esa exclamación de júbilo hizo que Kagome la abrazara con un poco más de fuerza - ¡Que alegría! - Ambas féminas hubiera seguido con eso de no ser por la intervención de Shiro.

- Es bueno ver que se encuentra bien señorita, sí usted está aquí, eso quiere decir...-

- Que el demonio que aterrorizaba este lugar ha sido eliminado Shiro-san - Acompletó la Pilar sin dejar de cargar a la Kanoe - Así que ya pueden rehacer sus vidas de manera tranquila -

Ambas personas estaban por agradecerle por ello, pero un fuerte alboroto a las afueras del lugar se los impidió, por lo que sin más fueron a averiguar lo que pasaba. Kagome no pudo evitar apretar el puente de su nariz por la escena que se formaba justo frente a ella.

- ¡Por un demonio Giyuu, suéltame! - Exclamó irritado el pelidurazno mientras trataba de librarse del agarre de su amigo - ¡Que me sueltes! ¡Le voy a dar su merecido a ese idiota extravagante! -

- Sabito contrólate por favor, esa no es forma de arreglar las cosas -

- ¡Por supuesto que es la forma! ¡Trajo a Sumiko a este horrible lugar, carajo! -

- Kamado vino por voluntad propia, nadie la obligo - Trató de defenderse el albino, haciendo que el ojilavanda se calmara un poco - Por lo menos fue de gran ayuda, el ser una chica facilito mucho la infiltración - Aunque ese simple comentario mando todo al diablo.

- ¡Yo te mato! Me oíste ¡Te mato! - Gritó con el enojo aumentado y poniendo más empeñó para soltarse de su compañero.

- ¡Por todos los cielos Sabito, contrólate! - Trató el pelinegro de hacerlo entrar en razón, pero tal parecía que era completamente inútil.

- Suéltalo Tomioka, quiero ver que Tsuyoi intente cumplir sus amenazas - Expresó el ojivino con sorna, cosa que enfureció más a Sabito.

- Tengen-sama no provoque a Tsuyoi-san, por favor no armen una escena - Esta vez fue Hinatsuru la que intentó detener todo eso, pero obtuvo el mismo resultado que el Pilar ojiazul.

Para mala suerte de Giyuu el pelidurazno logró zafarse de su agarre en el preciso momento en que este le daba un golpe en su costado izquierdo e inmediatamente se abalanzaba sobre el cazador albino con claras intenciones de golpearlo, el cual también iba a su encuentro.

Ambos Pilares estaban por lanzar sus primeros golpes cuando de un momento a otro fueron lanzaron bruscamente a suelo, acción que hizo que un poco de polvo se levantara.

Giyuu miraba perplejo la escena que ocurrió en fracción de segundos delante de él, mientras la Kunoichi solo negaba levemente con la cabeza.

- Pueden dejar de actuar como unos niños por un momento - La molesta voz de la Taisho provocó que un escalofrío recorriera la columna de los dos Pilares sometidos - Los voy a soltar, así que a la mínima agresión no seré muy suave con ustedes ¿Queda claro? -

- Señora, si señora - Corearon los varones al unisonido.

- A pesar de años de conocerla, Taisho-san nunca deja de sorprenderme en cuanto a calmar a Tengen-sama se trata - Pensó con gracia la Kunoichi sin dejar de ver a los tres Pilares.

- Okaa-san - La vos de Sumiko atrajo la atención de todos - ¿Crees que ya podemos irnos? Es que no me siento muy... -

Ni siquiera la chica tuvo tiempo de terminar de hablar cuando un muy preocupado ojilavanda fue hacia donde se encontraba ella y comenzaba a buscar alguna herida o algo similar, causando en la azabache un deje de satisfacción, más que nada debido a que su pequeña ya no se encontraría sola.

- ¿Se puede saber que le haces a mi sobrina maldito degenerado? -

Sin que nadie se lo esperada Tsuyoi fue alejado de la menor de manera brusca, dejando perplejos tanto a la peliburdea como al pelidurazno, la primera por ser apresada en un fuerte abrazo y el último por el repentino movimiento.

- Obanai ¿Qué haces aquí? - Fue lo que preguntó la Pilar tratando de calmar el ambiente.

- Esa pregunta es la que me hacía yo minutos atrás, aneki - Respondió mirando por un segundo a la Kanoe que tenía en sus brazos - Pero me hago una idea de la razón - Después dirigió una afilada mirada al ojivino - ¡¿Es que estas mal de la cabeza?! -

- ¡¿Tú también Iguro?! - Exclamó Uzui con fastidio - Kamado se encuentra perfectamente bien ¿Es que estás ciego o qué? No sé por qué arman tanto alboroto, por todos los cielos -

- Tengen-sama, creo que debería de guardar silencio - Trató Hinatsuru de callarlo en cuanto sintió como el aura de tres de los cinco Pilares presentes comenzaba a tornarse oscura - Por favor no siga hablando Tengen-sama -

- Parece ser que olvidan que Kamado es una demonio - "Mitad demonio, idiota" Pensó la Taisho molesta - Así que nada grave puede sucederle -

Tal parece que el Pilar del Sonido debería de hacerle más caso a su esposa Hinatsuru, de lo contrario no se encontraría en esa penosa y triste situación. Este se encontraba huyendo de Tsuyoi y Obanai ¿Por qué? Bueno, estos lo perseguían con katana en mano con muy claras intenciones de querer lastimarlo.

La ojidorada estaba por unírseles cuando un muy fuerte dolor de pecho la aquejaba de manera repentina, pero logró reponerse a los pocos segundos, creyendo que todo volvía a la normalidad estaba por hablar cuando todo su entorno se volvía completamente oscuro.

- Tal parece que mi respiración no fue suficiente para frenar por más tiempo el veneno de Gyuutaro - Fue lo último que pudo pensar la cazadora antes de sumergirse totalmente a la inconciencia.

El cuerpo de la azabache hubiera caído con dureza al suelo de no ser gracias a su pareja, el cual corrió hacia ella para atraparla en sus brazos en cuanto vio como se desvanecía.

- ¡Okaa-san! - Exclamó preocupada la peliburdea mientras también corría hacia donde se encontraba su madre - ¡Por favor, responde Okaa-san! -

Ese alboroto fue suficiente para que Obanai, Sabito y Tengen parara por completo, en cuanto vieron lo que sucedía inmediatamente corrieron hacia donde se encontraba Giyuu con la chica en sus brazos.

- Tomioka ¿Qué demonios le paso a mi hermana? - Exigió el heterocromático en cuanto llegó al lado del otro pelinegro.

- No tengo ni la menor idea Iguro, nada más de repente se desplomó - Respondió igual de preocupado al ver como la respiración de su pareja comenzaba a ser irregular - ¡¿Taisho-san?! -

- Tomioka-san, por favor acuéstela en el suelo, tratare de auxiliar a mi madre -

Dudoso el ojiazul hizo lo que la menor le había pedido, en cuanto la ojidorada tocaba el piso Sumiko comenzó a liberar su reiki.

- ¿Por qué te detienes Sumiko? - Cuestionó el Pilar de la Serpiente al ver como su sobrina detenía el proceso - ¿Sumiko? -

- No...no pue...do ayu...dar a mi ma...dre - Susurró sintiendo la garganta seca - Ella es...ta envenenada -

- ¿Y cuál es el problema Kamado? - Preguntó confundido el albino - Puedes hacer lo mismo que Taisho ¿No? - La nula respuesta de la ojirubí comenzó a preocupar a todos los presentes - Puedes ¿Verdad? -

- La purificación de veneno no es mi fuerte Uzui-san - Eso realmente no le gustaba para nada a los cazadores - Lo siento mucho - Se disculpa más que nada con su mamá - Debí de practicar un poco más -

Un tenso silencio rodeó el lugar después de dichas palabras, silencio que solo era roto por el irregular respirar de la Taisho.

- ¡¿Pero qué carajos haces Uzui?! - Exclamó Tomioka en cuanto el mencionado Pilar tomaba en brazos a Kagome, estaba por dirigirse al más alto cuando el heterocromático lo detuvo.

- ¿Vas a llevarla con Kocho? -

- Así es Iguro, no podemos perder el tiempo - Respondió el ojivino mientras acomodaba a la joven en sus brazos - Tal parece que ahora es la única que puede ayudarnos - El ojiazul estaba por rebatirle nuevamente, pero ni siquiera le dio esa oportunidad cuando desapareció de la vista de todos.

- ¡¿En serio Uzui se largó?! - Soltó Tomioka con incredulidad para después mirar molesto al otro pelinegro - ¿Por qué lo dejaste ir? -

- Es porque estamos peleando contra reloj, Tomioka - Contestó aun preocupado - Y Uzui era nuestra mejor opción - La confusión en el rostro del cazador de haori rojo comenzó a exasperarlo - Vamos Tomioka, trabaja un poco tu pequeño cerebrito - Comenzó a masajearse el puente de su nariz - La razón por la que deje que Uzui se fuera con mi hermana es...-

- Porque en la escala de velocidad entre los Pilares, él es el más rápido de los once cazadores que están dentro de ese grupo - Acompletó Sumiko dejando al resto algo sorprendido - ¿Qué sucede? - Preguntó con nerviosismo al sentir todas las miradas en ella.

- ¿Cómo es que sabes todo eso Sumiko-chan? - Cuestionó la Kunoichi la pregunta que rondaba por la cabeza del resto.

- Mi madre me lo dijo - Respondió con una ligera sonrisa - Ella creía conveniente que tuviera conocimiento de cada una de las habilidades de los Pilares, para que de esta forma pudiera ver la forma de apoyarlos en las misiones que me llegaran a tocar con cada uno -

- Aneki, nunca dejas de sorprenderme -

- ¿Creen que Tengen-sama llegue a tiempo a la Finca Mariposa? - La pregunta de Hinatsuru sacó al heterocromático de sus pensamientos - Taisho-san se veía realmente mal -

- Usted mejor que nadie conoce a su esposo, Hinatsuru-san - Habló esta vez el pelidurazno tratando de subirle los ánimos a la chica - No por nada es el Pilar más rápido de todos -

- Pero Taisho-san...-

- Nada de peros Hinatsuru, mi hermana ha pasado por peores situaciones, así que esto no debería ser ningún problema para ella - Agregó Obanai para calmar a la chica, aunque también lo decía para a si mismo calmarse.

En eso, el ojiazul vio como el semblante de la menor decaía un poco, por lo que con mucho sigilo tomó su mano para llevarla a un lugar retirado de los demás, esto con la intención de que ella se sintiera en confianza de hablar.

- ¿Estas preocupada por tu madre vedad? - La vio asentir un poco - No te preocupes, como dijo Iguro ella estará bien, ya lo veras -

- Lo sé, pero...- La peliburdea apretó la tela del haori que la cubría - Eso solo que... me siento mal - "¿Mal? ¿Por qué?" Pensó Giyuu un poco confundido - No pude ayudar a Okaa-san cuando lo requería - El sentimiento de inutilidad comenzó a recorrerla, siendo notada por el mayor - De haberlo hecho no estaríamos a la espera de lo que pueda ocurrir - Agachó la mirada mientras algunas gotas salinas escapaban de sus ojos.

El pelinegro no era muy bueno tratando de animar a la gente, y mucho menos tratándose de alguien más joven que él, pero el ver a la Kamado así hizo que por un momento recordara su trágica infancia.

Sumiko levanto de golpe su cabeza en cuanto sintió una leve caricia en su cabello, mirando con los ojos abiertos al descubrir que era el mismo Tomioka quien lo hacía.

- No deberías sentirte así Sumiko, tenías toda la intención de ayudar a tu mamá, no es como si no quisieras hacerlo - Expresó de manera suave sin dejar de acariciar a la Kanoe - Todos los que te conocemos sabemos lo mucho que la quieres, al igual que ella a ti - Se agachó un poco para estar a la altura de la chica - Ambas son capaces de hacer cualquier cosa con tal de que estén bien - Dibujó una pequeña sonrisa - Ella no pensara nada malo de ti, al contrario, tu madre sabrá que hiciste todo lo que estaba en tus manos -

- ¿Us...usted cree Tomioka-san? -

- No lo creó, estoy completamente seguro de ello - Esta vez fue él en abrir los ojos por el repentino abrazo que la ojirubí le daba, pero en cuanto se repuso de la sorpresa rápidamente le correspondió.

- Gracias Tomioka-san, muchas gracias - Expresó con un hilo de voz sin dejar de abrazar al mayor - Pienso que Okaa-san tiene mucha suerte de tener a una persona como usted a su lado -

- El agradecido soy yo por tener a tan increíble mujer junto a mí -

Ellos permanecieron así sin ser conscientes de los cuatro pares de ojos que los miraban con mucha atención.

- Vaya, por lo menos Tomioka sabe en qué momentos alguien requiere de apoyo - Pensó Iguro sin dejar de ver a su sobrina y al novio de su hermana - Creo que puedo estar más tranquilo al saber que ellas estarán en muy buenas manos -

- Bien, eso es algo nuevo, no creí que Giyuu pudiera tener tacto con los jóvenes - Pensó el ojilavanda con algo de gracia para después fruncir levemente el ceño - Aunque envidio que él pueda abrazar a Sumiko sin que el idiota de Iguro no le diga algo -

- ¡Que lindos se ven! Taisho-san tiene a un hombre maravilloso a su lado - Fue el tierno pensamiento que cruzaba por la mente de la Kunoichi - Como quisiera que Suma y Makio vieran esto -

Era una suerte que el albino de ojos vinos no estuviera ahí, de lo contrario hubiera arruinado la escena como es su bendita costumbre.

**************************

Shinobu terminaba de dar una última revisión a la paciente que se encontraba recostada en la camilla, la cual se encontraba sumida en un profundo sueño.

- Todo está en orden Kanao, la dejo a tu cuidado, no dudes en ir a verme por si se presenta algo ¿Sí? -

- Por supuesto Shinobu-san, lo tendré muy en cuenta -

Tras recibir esa respuesta la ojimorada asintió satisfecha, le dio una última mirada a la paciente antes de salir de la habitación.

- ¿Cómo se encuentra Taisho? -

Esa fue la pregunta que recibió la Pilar en cuanto se encontraba completamente fuera de la habitación, por lo que dirigió su vista al Pilar del Sonido, el cual estaba de pie recargado sobre la pared.

- Se encuentra estable Uzui-san - Escuchó al ojivino soltar un suspiro de alivio - De haber tardado un par de horas más Kagome-san tal vez no la hubiera contado - Frunció levemente el ceño y miró al hombre frente a ella - Ahora puede explicarme que hacia Kagome-san en ese lugar -

- Los detalles son lo de menos Kocho, lo importante es que Taisho está bien - Respondió de manera rápida para tratar de evadir la pregunta - Si le digo que ella fue a buscar a su hija, capaz que termine envenenándome - Un escalofrío le recorrió la columna tras pensar eso, sabia de buena fuente que ella apreciaba mucho a la hija de la azabache.

- Esta bien Uzui-san, si no quiere decirme no hay problema - El más alto soltó un suspiro de alivio - De cualquier forma le preguntare a la misma Kagome-san cuando despierte - El escalofrío volvió aparecer en el albino en cuanto notó la sonrisa algo maliciosa de la de puntas moradas.

Mientras esos dos siguieron con su conversación, Kanao no podía dejar de mirar a la dormida mujer.

- Kagome-san ¿Por qué siempre que puedo verla la encuentro en estas condiciones? - Cuestionó a la nada mientras arropaba mejor a la azabache - Espero que cuando mejore, podamos tener una misión juntas - Dibujó una tenue sonrisa - Hay muchas cosas que quiero platicar con usted - Se acercó una silla para colocarla a un lado de la cama y después tomar la mano de la mayor - Aunque agradezco mucho que Kanae-san y Shinobu-san me acogieran como un miembro más, no se iguala a la calidez que siento cada vez que estoy a su lado - Soltó un pequeño suspiro - Sabe, siento algo de celos de Sumiko y Nezuko, ellas pueden estar a su lado todo el tiempo - Por un momento miró por la ventana de la habitación para nuevamente mirar a la ojidorada - Sé que no es bueno tener esa clase de sentimientos, le juro que estoy trabajando en ello, ya que ellas no tienen absolutamente ninguna culpa - Sintió como sus ojos comenzaban a sentirse pesados al mismo tiempo que cabeceaba un poco - Recupérese pronto Kagome-san -

Kanao no pudo más con el sueño, por lo que recostó la mitad de su cuerpo en la cama de la Taisho y segundos después encontrarse en los brazos de Morfeo.

Un par de horas después, Aoi entraba a la habitación con mucho sigilo, estaba por tocar el hombro de la Tsuguko con claras intenciones de despertarla cuando una delicada mano la detuvo, por lo que dirigió su mirada a dicha persona.

- Creo conveniente que dejemos así a Kanao - Le susurró a la de coletas mientras miraba a su aprendiz - Que se retire a su habitación cuando despierte -

- Pero Shinobu-san...-

- Dejémosla que disfrute su tiempo con Kagome-san - Respondió esta vez mirando a la Pilar - Después de todo, es a ella como la ve de una manera materna - Una sincera sonrisa se dibujó en su rostro - Aunque no la culpo, después de todo Kagome-san siempre ha sido una persona dulce, incluso con las personas que se portaron de una mala manera con ella - Eso cruzó por su mente al recordar el incidente de hace casi cinco años - Kagome-san es una muy buena persona - Con suavidad colocó sobre la ojivioleta una manta que la de coletas no había notado - Hay que dejarlas descansar ¿Sí? -

Con un asentamiento de cabeza, la dueña de la Finca vio salir a laojiazul y luego seguirla momentos después, no sin antes observar por última veza ambas cazadoras con una suave mirada.

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Lo siento, lo siento, lo siento, realmente quería publicar este capítulo la semana pasada, pero por cuestiones de bloqueo mental no puede avanzar con él 😭😭.

Espero que su espera haya válido su valiosa espera 😌.

De corazón espero que sea de su total agrado ☺️.

Sin más les envió un fuerte y caluroso abrazo 😘.

Les deseo que tengan una maravillosa y excelente mañana 🌄/ tarde ☀️/ noche 🌙.

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