CAPÍTULO 23
Sumiko corría todo lo que sus piernas daban, en cuanto recupero la vista se dirigió inmediatamente en donde se encontraba su madre; en cuanto llego miro con completo horror el cuerpo de esta en medio de un gran charco de sangre y con una inusual sonrisa dibujada en su pálido rostro.
El rostro de la peliburdea se llenó levemente de esperanza al escuchar el apenas audible respirar de la mayor, sin ni siquiera importarle manchar sus piernas del carmín liquido se hincó frente a ella para tratar de auxiliarla un poco.
A la chica se le cerró la garganta al ver la enorme herida en el abdomen de su madre, pero tuvo que reprimir cualquier indicio de querer llorar, tenía que curarla como a de lugar; colocó ambas manos sobre la herida para segundos después poco a poco liberada su reiki, pero detuvo el proceso al llegarle un aroma que inmediatamente pudo reconocer.
- ¡¿Qué carajos paso en este lugar?! – Exclamó una gruesa voz masculina.
- ¡Tío Rengoku! -
- ¡Por todos los cielos, Aneki! – Gritó con suma preocupación el recién llegado – Pero ¿Qué fue lo que te sucedió? -
Al igual que la ojirubí, Kyojuro se hincó en el otro lado de la ojidorada para después acariciar con delicadeza el frio rostro de la chica, miró a Sumiko con los ojos cristalinos, suplicándole como es que su amada hermana terminó de esa forma.
- Le prometo que le explicare todo más tarde Tío Rengoku -
- ¡Sumiko por favor! ¡Necesito saberlo ahora mismo! – Exigió con la voz quebrada y sin dejar de mirar a la Pilar.
- Por favor, la prioridad ahora es ella, déjeme que trate de curarla – Suplicó la menor con desesperación.
Kyojuro no quería dejar las cosas así, pero tenía que darle la razón a la peliburdea, la prioridad máxima era su hermana, para satisfacción de Sumiko vio como el rubio asentia de manera renuente.
La Mizunoto reanudo su labor mientras era observada por el Pilar, el cual estaba un poco sorprendido de que ella tuviera la misma habilidad de su hermana.
- Si no fuera porque se toda su historia, realmente creería que ella es la hija de Kagome-nee-san – Fue el pensamiento que cruzó por la mente del rubio al ver la tenue luz rojiza que emanaba de las manos de la ojirubí.
Para inquietud de Kyojuro el proceso de curación de su hermana lo sintió eterno, en cada par de minutos este revisaba el pulso de la Taisho para asegurarse de que aún estaba con vida.
Unos diez minutos después la joven comenzó a marearse, pero trato de sacar fuerza para continuar con la curación.
- Maldición, me estoy quedando sin energías – Un nuevo mareo volvió a aquejarla – Vamos Sumiko, trata de por lo menos cerrar por completo la lesión en su abdomen, trata de por lo menos cerrar por completo la lesión en su abdomen -
Parecía ser que el mantra de la chica había surtido efecto, Sumiko logró restaurar con éxito esa parte del daño que el cuerpo de su madre tenía, para ella fue algo complicado, ya que, aunque también contara con poderes espirituales no se comparaban ni por asomo a los que poseía la azabache.
Ya al borde de su límite, poco a poco el resplandor en sus manos iba desapareciendo, sonrió levemente al ver su trabajo para después perder el conocimiento; por suerte Rengoku pudo reaccionar rápido y evitar que esta se impactara con brusquedad en el suelo.
- Buen trabajo mi niña, ahora déjame el resto a mí – Agradeció con una leve sonrisa mientras acunaba a la menor.
Estaba por llamar a Ranga cuando un fuerte aleteo llamó por completo su atención, se giró para mirar a un cuervo Kagusagai encima del tren, intuyendo que se trataba del compañero de la peliburdea, ya que Kuro se encontraba en su casa.
- *¿Matsuemon? – El ave asintió – Por favor avísale a la Sede sobre la condición de la Primera Pilar del Agua, la llevare a ella y a Sumiko a la Finca Mariposa – Vio asentir al cuervo una última vez para enseguida este emprendiera vuelo – Bien Ranga, pongámonos en marcha -
Kyojuro tuvo una pequeña complicación en el momento de acodarse a las dos chicas, pero logró resolverlo.
Colocó a la peliburdea en su espalda, necesito ayudarse del haori de la menor para asegurarla a su espalda y no cayera en el transcurso del viaje, mientras a su hermana la llevaba fuertemente sujetada entre sus brazos.
Sin tiempo que perder se montó sobre el albino lobo para que este enseguida emprendiera marcha hacia la residencia de la Pilar del Insecto.
- Por favor aneki, resiste hasta que lleguemos con Kocho – Rogó mentalmente el Pilar mientras miraba el pálido rostro de la ojidorada – Por lo que más quiera, no te des por vencida -
**************************
- ¡¿Cómo puede ser eso posible?! ¡Ella no tendría que haber estado en ese lugar! – Exclamó con furia un chico de cabellera negra y ojos bicolor a la vez que golpeaba con fuerza un poste de madera.
- Iguro-san, trate de calmarse por favor – Trató de tranquilizarlo la Pilar del Amor, aunque fue en vano, ya que el pelinegro seguía haciendo rabietas.
Ambos Pilares se encontraban caminando cuando el cuervo del heterocromático les informaba lo ocurrido con la hermana del Pilar; en sí Mitsuri esperaba ver esa reacción en el chico, después de todo se trataba de un ser muy querido para él.
- Lo siento Kanroji, pero tendré que dejarte, realmente necesito saber cómo se encuentra Kagome-nee-san -
- No te preocupes Iguro-san, es más, iré contigo, yo también quiero saber cómo esta Taisho-san -
Con una pequeña sonrisa de agradecimiento, Obanai emprendió marcha junto a Mitsuri al único lugar en donde se atendían a los cazadores heridos: La Finca Mariposa.
Esa misma noticia se estaba dando en otro lugar, más específicamente en la Finca del Pilar del Sonido, por suerte o por desgracia sus tres esposas estaban acompañándolo en ese mismo instante, ya que se estaban preparando para una misión de infiltración.
- Se supone que esa misión le correspondía a Rengoku ¿Qué carajos hacia ahí Taisho? -
- Tengen-sama ¿Cree que Taisho-san estará bien? – Esa pregunta saco de sus pensamientos al ojivino para mirar a la más joven de sus esposas.
- No lo se Suma, no nos dieron más información sobre ese asunto -
- Rayos, odio cuando no nos brindan más detalles – Exclamó una tercera voz mientras lanzaba un puñetazo al aire.
- Te entendemos muy bien Makio, pero hacer rabiatas no ayudara en absoluto – Expresó una cuarta voz, logrando que la mencionada se tranquilizara un poco - ¿Irá a verla Tengen-sama? -
- Aunque quisiera no puedo dejar esta misión de lado Hinatsuru, llevamos planeándola desde hace meses – Se rascó con brusquedad la nuca – Taisho es fuerte, confió plenamente en que saldrá de esto, en cuanto las haya dejado en sus respectivos lugares iré a verla -
Las tres chicas se notaban algo inconformes, querían demasiado a la Pilar de ojos dorados y partir mientras ella estaba mal se les hacía injusto, pero también sabían que su esposo tenía razón, así que como las profesionales que son tenían que continuar con su trabajo.
Mientras tanto, en otro lugar el Pilar de la Niebla y el Pilar de la Roca habían recibido la noticia sobre la azabache, por azares del destino estos se encontraban juntos en cuanto el cuervo del mayor llegó con ellos.
- Pobre Taisho, rezare con mucho fervor para que pueda luchar por su vida – Habló para si mismo el Pilar a la vez que cascadas de lágrimas brotaban de sus ojos.
- ¿Por qué me siento así? Esta sensación no me agrada para nada – Pensó el más joven mientras tenía su mano a la altura del pecho debido a un pequeño dolor, y además, que gotas salinas salían de sus ojos de forma inconsciente.
- Esa imprudente y estúpida de Taisho ¿Es que acaso no valora su maldita vida? – Expresó con enojo el Pilar del Viento – Ya no está sola, carajo – Mencionó haciendo referencia de las dos menores – Por favor, no te rindas -
Shinazugawa golpeaba con fuerza el tatami mientras miraba con impotencia a su cuervo; él quería realmente ir a ver la condición de la ojidorada, pero lastimosamente no podía por dos razones, la primera es que estaba en medio de una misión y no podía abandonarla, y lo segundo es que el lugar en el que se encontraba estaba a una semana de distancia.
- Otra vez no por favor, no la quiero perder a ella también – Rogaba con desesperación la Pilar del Insecto al momento de enterarse de lo ocurrido con la Pilar del Agua – Por favor Kagome-san, no me dejes por lo que más quieras – Sin que ella lo notara apretó su haori mientras lagrimas brotaban de sus morados orbes – Nee-san por favor ayúdala por lo que más quieras -
Con algo de dificultad logró tranquilizarse y esperar a que Rengoku llegara con la Taisho, tenía que estar lo más concentrada posible para poder atenderla.
Solo faltaba informar a dos Pilares sobre la situación, más específicamente a los otros Pilares del Agua, quienes por alguna extraña razón sus cuervos no se habían contactado con ellos.
**************************
- Bien Tsuyoi-sama, a pesar de la longitud de la herida no es algo grave – Expresó una chica de coletas y ojos azules – No requerida de puntos, así que solo le hare una curación y la vendare -
- Muchas gracias Kanzaki – Sabito miro como la menor se retiraba del cuarto por vendas, cuando de repente sintió un fuerte golpe en su cabeza - ¡¿Qué carajos te pasa Giyuu?! Eso me dolió -
- Te lo merece por confiado – Respondió el ojiazul – Sino hubieras estado jugando con ese demonio no tendríamos que estar aquí -
- No seas un exagerado, ya oíste a Kanzaki, no es nada grave -
Giyuu solo soltó un suspiro cansado, no comprendía como su amigo fuera muy desinteresado con lo que le paso y lo que podría pasarle en las próximas misiones.
- Al paso que vas terminaras igual que Shinazugawa -
- ¿Cómo según tú? -
- Lanzándote a lo bestia a las peleas -
- ¡Oye! No me compares con ese...-
El pelidurazno detuvo su reclamo en cuanto tanto él como el pelinegro oyeron gran algarabía que se escuchaba fuera de la habitación.
- ¡Kocho! ¡Necesito tu ayuda! -
- ¿Ese no es Rengoku? – Fue el mismo pensamiento de los Pilares al reconocer al dueño de la voz, quien parecía correr por los pasillos de la Finca.
- ¡Oh Santo Cielo! ¿Qué es lo que le ocurrió? – Giyuu y Sabito se miraron algo confundidos al escuchar la preocupada voz de la ojimorada – Su ropa está completamente manchada de sangre -
- No lo sé Kocho, en cuanto llegué la encontré en esa condición – La voz de Kyojuro demostraba frustración – Solo Sumiko sabe exactamente lo que sucedió – Eso intrigó en demasía al ojilavanda – Pero sea lo que sea que haya ocurrido debió de ser de gran magnitud -
Tomioka y Tsuyoi se miraron un momento para después asentir, estando de acuerdos en averiguar qué es lo que estaba ocurriendo, aunque no era su naturaleza curiosear la sola mención de la peliburdea los incitó a hacerlo.
Nunca se hubieran imaginado con lo que se toparían al salir de la habitación, dejándolos completamente helados.
Vieron como el Pilar de la Llama casi corría por el lugar siendo seguido muy de cerca por la Pilar del Insecto; este tenía entre sus brazos a la Pilar de ojos dorados mientras en su espalda cargaba a la ojirubí, ambas inconscientes y con grandes manchas de sangre, cosa que alarmó muchísimo a ambos chicos.
El primero en reaccionar fue Sabito, quien de inmediato emprendió marcha hacia donde se habían dirigido los otros dos, Giyuu fue el último en reaccionar, por lo que comenzó a seguir a su amigo.
Por una extraña circunstancia el ojiazul perdió de vista al pelidurazno, frustrándose por no saber a dónde ir, eso hasta que oyó gritos venir de cierto punto, por lo que corrió a esa dirección, solo para encontrarse a su amigo siendo sujetado por el rubio.
- Maldita sea Rengoku, déjame entrar -
- Ya te dije que no, Kocho necesita estar lo más concentrada posible para atenderlas -
- Rengoku, suéltame de una maldita vez o... - Exclamó Sabito furibundo al mismo tiempo que se preparaba para soltarle un golpe al chico.
- Cálmate Sabito – Intervino el ojiazul, evitando que su amigo realizada su cometido - ¿Qué es lo que sucedió Rengoku? – Cuestionó mirando a Kyojuro mientras este soltaba al chico.
- No sé lo que ocurrió con exactitud, solo encontré a mi hermana en muy mal estado – Respondió con un deje de frustración – Sumiko le brindo las primeras atenciones, pero solo pudo tratar la lesión en su abdomen -
- ¿Cómo que Sumiko la auxilió? ¿De qué forma? – Cuestionó un más sereno Sabito a la vez que se colocaba al lado de su amigo.
- Debería ser yo y no ella maldita sea – Ignoró la pregunta del ojilavanda – Debía de ser yo – Volvió a repetir al mismo tiempo que golpeaba la pared sobresaltando un poco a los otros.
Rengoku siguió autocastigándose siendo observado por Tomioka y Tsuyoi, el primero trató de hablar nuevamente con el rubio, pero fue en vano debido a que este se había cerrado en su mundo, por lo que ambos chicos no tuvieron de otra más que esperar a la dueña de la Finca y que ésta les informara sobre la salud de la chica.
Después de media hora la puerta frente a ellos se abrió para dejarse ver a la ojimorada salir de la habitación, pero el semblante de esta no le dio buena espina a ninguno de los chicos.
- ¿Cómo se encuentran Sumiko y Kagome-nee-san? – Kyojuro fue el primero en hablar en cuanto la chica se dirigía a su dirección – Por favor Kocho, dime algo -
- Sumiko está bien, solo esta extremadamente agotada -
- Pero la sangre en sus piernas... -
- No era de ella Tsuyoi-san – Inconscientemente este soltó un suspiro de alivio.
- ¿Y Kagome-nee-san? -
- Gracias a Sumiko-chan ella no tiene ningún órgano dañado, solo cuatro costillas fracturadas -
El ojiazul estaba por suspirar también de alivio, pero se contuvo al ver el serio semblante del Pilar de la Llama.
- ¿Qué tan delicada esta la salud de mi hermana? – Preguntó muy serio el rubio y haciendo que la preocupación se acentuará más en el rostro de Kocho - Por un carajo Kocho ¿Cómo está la condición de ella? -
- No voy a mentirle Rengoku-san, ella se encuentra en un estado crítico -
Giyuu y Sabito quedaron incrédulos ante lo dicho por la de puntas moradas, ya que había dicho anteriormente que no tenía ninguna herida de gravedad, eso hasta que ambos recordaron las palabras de Rengoku.
"– Sumiko le brindo las primeras atenciones, pero solo pudo tratar la lesión en su abdomen –"
- Desgraciadamente ha perdido demasiada sangre, a decir verdad, es un milagro que aún se encuentre con vida – Agachó la mirada al mismo tiempo que apretaba sus puños – He tratado de realizarle de emergencia una transfusión de sangre, pero...pero... -
- ¡¿Pero qué Koch?! – Exclamó esta vez un desesperado ojiazul.
- Ella la está rechazando -
Un silencio sepulcral se había formado en el pasillo, esa noticia desmoronó por completo a Kyojuro y Giyuu, esa situación realmente era demasiado difícil de asimilar.
- ¿A qué crees que se deba eso Kocho? – Sabito fue quien rompió tan tenso silencio.
- No lo sé con exactitud Tsuyoi-san – Guardó silencio por un momento – La única hipótesis que tengo es que sea por el linaje de miko que corre por sus venas -
El pelidurazno quedó aún más confundido, esto debido a que tanto él como su amigo desconocían aun sobre las otras cualidades de Kagome; estaba por volver a preguntar cuando un gran estruendo se oyó en la habitación, poniendo en alerta los cuatro Pilares.
Todos corrieron a esa dirección, pero con algo de sorpresa se toparon con una preocupante escena; en la camilla en la que se suponía que debía estar la azabache se encontraba completamente vacía, inmediatamente voltearon hacia la izquierda solo para ver que la peliburdea tampoco se encontraba en ese lugar.
No solo eso, frente a ellos se encontraba la pared completamente destruida, estaba por dirigirse al exterior hasta que escucharon un fuerte golpeteo en una de las esquinas, por lo que dirigieron su atención hacia esa dirección, encontrándose con nada menos con la persona que estaba ayudando a Shinobu con la Taisho.
- ¡Por todos los cielos, Kanao! – Exclamó Shinobu corriendo hacia la menor, la cual golpeaba una fina barrera de tonalidad rojiza – ¿Qué fue lo que pasó? -
- Todo sucedió muy rápido Shinobu-san, Sumiko despertó un par de minutos después de que usted saliera – Comenzó a explicar la ojivioleta – Ella repentinamente reacciono de manera violenta, estaba por aplicarle un sedante, pero cuando menos me lo espere me encerró una barrera espiritual – Apenada agachó la mirada – Lo siento mucho, no pude detenerla -
- No tienes por qué Kanao, en esa situación ni siquiera yo hubiera podido hacer algo – La consoló la Pilar – Lo que todos necesitamos saber qué es lo que ocurrió después -
- Al parecer, de una manera extraña mandó traer al familiar de Kagome-san, en cuanto este se encontraba del otro lado Sumiko rompió la pared, cargó a Kagome-san y se montó en él, en cuanto ustedes entraron ellos se fueron con rumbo desconocido -
Eso era algo que los Pilares nunca se imaginaron, aunque sabían que la ojirubí era incapaz de hacerle algo a la ojidorada, les intrigaba mucho lo que estaba cruzando por la cabeza de ella.
- ¿Ella dijo algo Tsuyuri? -
- Ahora que lo dice, sí Tomioka-san, ella dijo algo de que solamente ella tal vez podría ayudarla -
- Gracias por la información Kanao – Agradeció la Pilar – Lamento no poder sacarte de ahí – Se disculpó a la vez que colocaba su mano en la barrera.
- No creo que eso sea problema Kocho – La mencionada miro al rubio algo confundida – Mira – Señaló nuevamente la barrera – Ya se está desvaneciendo -
Tal cual como lo había dicho Kyojuro dicha barrera desapareció para alivio de las dos féminas y los tres chicos.
- Bien Kocho, debemos de informar de esto a Oyakata-sama – Expresó el ojilavanda, llamando la atención de la mencionada – El resto hay que tratar de localizarlas lo antes posible -
- Sabito, ni siquiera sabemos hacia donde se dirigen -
- Estoy de acuerdo con Tomioka, no tenemos ninguna pista sobre eso – Segundó Rengoku al pelinegro.
- No creo que sea muy difícil encontrar a dos chicas montando a un enorme lobo albino -
- Tienes razón Tsuyoi, entonces pongámonos en movimiento -
Tras esas palabras dichas por el rubio todos los que se encontraban en esa habitación se pusieron en marcha. Sí solo supieran cuán difícil puede ser el localizar a las desaparecidas cazadoras.
**************************
- Resiste un poco más Okaa-san, ya casi llegamos – Rogó Sumiko mientras miraba el pálido rostro de su madre – Ranga, sé que te estoy exigiendo demasiado, pero por favor acelera un poco más -
La peliburdea estaba impaciente por llegar a su destino, aunque se sentía mal por el familiar de su mamá, ya que llevaba un par de horas corriendo sin descanso, además de que este aún no se reponía por completo de su carrera con su tío.
Sabía que posiblemente se metería en graves problemas por lo que estaba haciendo, pero no se arrepentiría de nada, si eso salvaba a la mujer que tenía en su regazo lo volvería hacer.
- Ya casi llegamos – Pensó esperanzada en cuanto vio la entrada de una conocida ciudad, de manera ágil Ranga corría por las calles de ese lugar sin llamar la atención – Es una suerte que aun tuviera un talismán de ocultación -
Con aire esperanzado llegó al fin a su destino, se bajó de un salto del lomo del lobo para correr al interior de la residencia, esperando encontrar a su posible salvadora.
- ¡Yushiro-san, Tamayo-san! ¡Por favor necesito su ayuda! – Comenzó a gritar la ojirubí en cuanto llegaba al nivel bajo del inmueble - ¡Tamayo-san, Yushiro-san! -
- Pero que carajos son esos gritos – Exclamó Yushiro con algo de molestia, el cual había reconocida la voz – No sé por qué la urgen...cia – Se quedó inmóvil al ver mejor a la menor.
- ¡Por todos los cielos! ¿Qué le ocurrió a Kagome-san? -
- Quedo gravemente herida después de luchar con la Tercera Luna Superior – Eso sorprendió a los dos demonios – Pude tratar su lesión más crítica, pero ya había perdido demasiada sangre – Siguió su explicación mientras seguía a la dueña de la casa – Trataron de realizarle transfusiones de sangre, pero desafortunadamente el cuerpo de mi madre las rechazaba -
- Sabía que eso sucedería, solo puede aceptar sangre de personas con similares poderes espirituales – Pensaba Tamayo mientras abría el cuarto donde atendería a la ojidorada – Por favor, colócala en la camilla, Sumiko-chan -
Inmediatamente la Hanyou hizo lo que la amable médico le había solicitado, se alejó un par de pasos de la camilla para que permitiera a la demonio realizar su trabajo.
- ¿Alguna otra complicación que tenga? – Preguntó Tamayo mientras comenzaba a realizar una exploración rápida a la azabache.
- No estoy segura, pero mientras la estaba curando pude detectar un daño en las costillas, posiblemente las tenga fracturadas -
- De acuerdo, lo urgente es solo la reposición de sangre – Se preocupó mucho en cuando sintió el casi imperceptible pulso de la ojidorada – Sumiko-chan ¿Haz intentado usar el Water Make Blood en Kagome-san? – Como única respuesta obtuvo el confundido rostro de la menor – Tal parece que no le enseñó ese conjuro – Pensó con algo de pena - Yushiro, cuida por favor a Kagome-san, iré a preparar ese medicamento – En cuanto vio al peliverde asentir salió disparada del lugar – Realmente espero que aun estemos a tiempo -
Con esos últimos pensamientos la demonio apresuro más su paso al pequeño laboratorio que tenía en la residencia.
**************************
- ¿Cuánto tiempo estará así Tamayo-san? -
- Seria difícil darte un dato acertado Sumiko-chan – Respondió la mayor mientras veía el acompasado respirar de la Taisho – Lo importante es que el medicamento está haciendo su trabajo – Acompletó mientras ambas se dirigían a la plata alta de la casa, dejando a la azabache al cuidado del peliverde.
En efecto, la medicina fue administrada justo a tiempo, por lo que el cuerpo de la azabache comenzó a producir de manera efusiva la sangre que ella había perdido.
- ¿Y tú como te encuentras Sumiko-chan? Desde que llegaste te noto algo decaída -
- Es solo cansancio Tamayo-san, nada grave -
- Cierto, aun no estas acostumbrada a trabajar con tu reiki en los tratamientos de las heridas – Respondió la mayor al recordar la plática que había tenido con la menor hace una hora – Déjame ver si tengo algo para contrarrestar eso -
La peliburdea observó como la demonio entraba nuevamente a la casa, mientras tanto Tamayo se dirigió a una pequeña habitación y buscar algo en un pequeño buro, en cuanto encontró lo que buscaba regreso con la Hanyou.
- Creo que esto puede ayudarte Sumiko-chan – Mencionó mientras le entregaba un pequeño recipiente con un líquido de tonalidad rosácea – Ese era el suero que tu madre usaba cada vez que terminaba rendida en una misión – Comenzó a explicar la muda pregunta de la ojirubí – En ese entonces aun no era Pilar, por lo que venía aquí para poder descansar – Sonrió ante ese recuerdo – Era muy irónico que una cazadora viniera a refugiarse a un lugar en donde vivían dos demonios – Por unos segundos imaginó una sonrisa en el rostro de la entonces adolescente – En una de esas tantas visitas le sugerí la idea de crear algún medicamento para que sus energías se renovaran de manera inmediata -
- Y así fue como crearon este suero – Vio asentir a la mayor – Sabia que ella era buena con las hierbas medicinales, pero nunca imagine que también tuviera talento para elaborar este tipo de medicamentos – Frunció un poco el ceño, intrigando un poco a Tamayo – Pero si esto es muy efectivo ¿Por qué no lo implementó en la Organización? -
- Simple, Kagome-san aun no tenía la reputación que ahora tiene, por lo que no aceptarían algo creado con la ayuda de un demonio – Alzó su mirada al nocturno cielo – Así que quiso evitar ponerme en serios problemas – Bajo su rostro para ver a la Mizunoto y dibujar una pequeña sonrisa – Tú y yo sabemos que es lo que ella menos desea -
En eso Sumiko no podía estar más de acuerdo, estaba por tomar el rosáceo liquido cuando tuvo que verse obligada a lanzarse sobre Tamayo, evitando así que una extraña temari lograra lastimarla.
- Muy buenos reflejos niñita, eso confirma que eres una cazadora -
Al escuchar esa femenina voz Sumiko se colocó de pie al mismo tiempo que ayudaba a la mayor, trató de buscarla por los alrededores, pero no logró encontrarla, por lo que eso solo significaba una cosa...
- ¡¿Atacó desde afuera de la ilusión?! – Fue el mutuo pensamiento de Tamayo y Sumiko.
- Déjate de niñerías, necesitamos terminar este trabajo lo antes posible – Se escuchó una nueva vos provenir a espaldas de la primera – Así que toma las cosas enserio Susamaru -
- Ya lo sé Yahaba, eres un aguafiestas – Sonrió de manera perturbadora –Eliminare a cualquiera que se cruce en mi objetivo –
**************************
Holis, holis mis queridos lectores, les traigo ante ustedes el capitulo 23 ☺️.
Como era de esperarse nusetros estimados Pilares estan muy preocupados por la azabache.
Lo bueno es que ya se e cue tra fuera de peligro, aunque no sale de una para entrar a otra 😅.
Esperemos que todo salga bien para ella.
Les agradezco mucho que sigan esta historia, es un lindo incentivo para continuar escribiendo 🥰.
Les mando un fuerte abrazo.
Tengan un maravillosa y linda mañana 🌄/ tarde ☀️/ noche 🌙.
*[Debido a que en el anime dicho cuervo no tiene un nombre en si, le coloque ese basandome en una fuente de youtube, desconozco si es oficial o no, mi intención es solo poder tener alguna forma de llamarlo sin mencionar tanto su especie]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro