CAPÍTULO 20
- Con que ella fue, ahora comprendo el cómo Rengoku se enteró -
- A decir verdad Kanroji se lo dijo ayer en la tarde, debería de darle mucho mérito a Kyojuro -
- ¿Y eso porque Taisho-san? -
- Porque aunque no lo creas puede ser demasiado impulsivo, hasta me atrevería a decir que igual al bruto de Shinazugawa -
- Creo que puedo creérselo -
Ambos Pilares rieron ante ese comentario; después del pequeño incidente estos se habían dirigido a la Finca de la ojidorada para poder continuar con el entrenamiento de la undécima postura, así que en el camino la fémina aprovechó para explicarle al chico lo ocurrido con el Pilar rubio.
El trayecto estuvo muy tranquilo, tanto que se prestó para una plática trivial; todo hubiera estado bien de no ser por una pequeña discusión que se estaba dando en la entrada de su casa entre sus hijas y una persona que Kagome pensó que no vería por un buen rato después de una misión en conjunto que tuvieron hace una semana.
- Ya le dije que ella no se encuentra en este momento, así que venga más tarde -
- Mira niña, no me mientas, así que dile que el gran Uzui Tengen está aquí - Fue la respuesta que obtuvo la peliburdea de parte del albino.
- Nee-chan ya le dijo que Okaa-san no se encuentra -
Y es así como Uzui Tengen, Pilar del Sonido comenzó a discutir con dos niñas, logrando que de esta manera tanto como la ojidorada y el pelinegro los miraran de manera extraña, más que nada al Pilar.
- ¡Es suficiente! - Exclamó el ojivino callando a las menores - Deja de ponerme excusas pequeña demonio, así que trae a Taisho en este momento ¿O si no...? -
- ¿O si no qué Tengen? - Esa voz logró que el Pilar se estremeciera ligeramente - Vamos, espero con ansias tu contestación -
Silencio total, el ambiente se había tornado tenso entre la Pilar del Agua y del Sonido, mientras el pelinegro junto con las menores esperaban alguna reacción.
- Ta...Taisho, así que las mocosas no mentían - Se arrepintió de lo último al sentir la gélida mirada de la azabache - Es...Estabas fuera - Frunció levemente al ver al ojiazul junto a la chica - Y muy bien acompañada por lo visto -
- ¿Por qué deberían de hacerlo? - Preguntó ignorando por completo el último comentario - Después de todo las estoy educando para que no lo hagan - Mostró una fingida sonrisa - Ahora dime que es lo que necesitas -
- Pues es más que obvio linda, invitarte a comer por supuesto - El apodo hizo que Giyuu se molestara un poco - Ya sabes, como en los viejos tiempos -
- Estoy muy ocupada, tengo asuntos que hacer - "Y que asuntos" Pensó Tengen con sarcasmo - Y aunque no lo estuviera mi respuesta seria no -
- Oh vamos, al extraño de Tomioka le haces platica como si se conocieran de toda la vida y a mi apenas me diriges la palabra, por no contar que en ningún momento has aceptado una cita en todos estos años - Expresó con algo de fastidio y mirando mal al susodicho chico.
- Tal vez sea porque somos usuarios de la misma respiración - Eso desanimó un poco a Giyuu - O tal vez sea porque no es un idiota, ególatra y cabeza hueca como cierta persona - Bien, eso último hizo que el ánimo del ojiazul subiera mucho - Si eso es todo, puedes hacerme el favor de retirarte, mis niñas, Giyuu y yo tenemos que realizar nuestras actividades del día -
Al ver que la azabache no iba a cambiar de opinión Uzui optó por retirarse de ahí, no sin antes mirar con suma irritación al pelinegro, el cual lo ignoro por completo.
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Ya habían pasado un par de horas después de que el Pilar de ojos vino se fuera, tiempo en que los dos usuarios de la Respiración de Agua llevaban entrenando.
- Bien Giyuu, la postura está bien, solo necesito que relajes un poco más tu cuerpo - Contuvo una risa al ver como al ojiazul le costaba hacer lo pedido - Haber, déjame ayudarte -
Con intenciones de ayudar Kagome se acercó a Tomioka, pero de lo que no era consiente es que su apoyo daría el efecto contrario; en cuanto sitio a la ojidorada muy cerca de él se puso más tenso, acción que confundió un poco más a la chica.
- ¿Te sientes bien Giyuu? -
- Por...Por supuesto que si Taisho-san, no se preocupe - Este pudo notar lo no muy convencida que estaba la azabache - ¿Habrá problema si tomamos un pequeño descanso? -
Ante tal petición la ojidorada no le vio inconveniente alguno, por lo que asintió en respuesta al mismo tiempo que se alejaba del chico, quien gracias a eso pudo al fin relajarse. Ambos optaron por ir a tomar asiento al porche, pero una muy imperativa Nezuko aparecía montada sobre el familiar de la Pilar y detrás de ellos corría Sumiko, quien parecía tratar de detener a ese par.
- ¿Podrías disculparme un momento Giyuu? Parece ser que Sumiko necesita un poco de ayuda -
- No hay problema Taisho-san, vaya sin inconveniente -
Con una sonrisa de agradecimiento Kagome empezó a dirigirse hacia donde se encontraban sus hijas mientras el ojiazul se dirigía al porche a esperarla.
- ¿Y cuándo te le vas a declarar? - Esa pregunta provocó que el Pilar se asustara un poco - Te estas demorando en hacerlo -
Un poco más repuesto, Tomioka miro a su lado izquierdo encontrándose con Kuro, quien fue el que hizo esa interrogante mientras miraba a su compañera y amiga.
- ¿Qué te hace pensar que me gusta Taisho-san? - Respondió a la defensiva - ¿Qué es tan gracioso? - Preguntó con molestia al escuchar al cuervo reír con fuerza.
- Por favor, eso ni tú te la crees, cualquier persona con dos dedos de frente se daría cuenta de ello - Sonrió al ver al pelinegro fruncir el ceño - Bueno, cualquier menos Kagome -
Esas palabras dejaron asombrado al ojiazul, él estaba seguro de no hacer notar aquello, pero tal parece que no había sido muy bueno en eso, porque hasta un cuervo se daba cuenta de los sentimientos que tenía por la azabache.
- No tengo idea de cómo hacerlo - Respondió admitiendo al fin su sentir - Además me sentiría fatal si lo hago y no sea correspondido -
- Tal parece que Kansaburo no mentía, él es un poco inseguro - Observó al ojiazul detenidamente, este parecía querer mucho a su amiga, por lo que decidió ayudarlo - El que no arriesga no gana, quien quite y tal vez ella te corresponda - Rio internamente al ver el gesto del chico - Y por lo que pude notar Kagome no le es muy indiferente que digamos -
Mientras Kuro se hundía en sus pensamientos, Giyuu tenía una lucha interna; una parte de si estaba de acuerdo en seguir el consejo del cuervo y con suerte tal vez la ojidorada realmente le corresponda, pero la otra le decía que era una pésima idea y que por ello la chica no quisiera volver a tratarlo.
Tomioka hubiera continuado con su pelea de no ser porque la azabache se acercaba a él con una traviesa Nezuko en sus brazos y a Sumiko siguiéndola a unos pasos atrás de ella.
- Pero Okaa-san, yo aún quería seguir jugando con Ranga -
- Lo siento mucho cielo, pero será en otra ocasión - La mayor sonrió al ver el puchero que había formado la ojivioleta - Mira, si te portas bien el resto del día te preparare tus dulces favoritos -
- ¿De verdad lo harías Okaa-san? -
- Por supuesto que sí, entonces ¿Tenemos un trato? - Sonrió con triunfo al ver a la menor asentir muy efusivamente - De tal palo, tal astilla; no cabe duda que es digna hija de Shinazugawa Sanemi, ambos enamorados de los ohagis - Pensó con gracia para después mirar a la peliburdea - Sumiko, cielo ¿Podrías por favor darle un baño a Nezuko? -
- Claro Okaa-san, no hay problema - Respondió para después recibir a su hermanita en sus brazos e ir a hacer lo pedido, claro no sin antes despedirse cordialmente del Pilar.
- Muchas gracias por esperarme Giyuu -
- No tiene por qué Taisho-san, comprendo que también tiene la responsabilidad de criar a dos niñas - Se sonrojó cuando la Taisho le sonrió - ¿Le parece bien continuar Taisho-san? -
- Por supuesto Giyuu, pero con una condición - Lo vio asentir - Quiero que dejes la formalidad y me llames por mi nombre de pila - La reacción del chico le pareció un poco graciosa y más cuando este solo podía emitir pequeños balbuceos - Tranquilo, puedes hacerlo cuando realmente te sientas listo ¿De acuerdo? Vamos, continuemos con el entrenamiento -
Sin esperar respuesta Kagome se dio la vuelta para dirigirse nuevamente al centro del patio, mientras Tomioka solo la miraba aun detonando algo de asombro.
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- ¡Eres un mal amigo! ¡No te creí capaz de ocultármelo! -
- Vamos Sabito, no es para tanto -
- ¡¿Qué no exagere?!Estuviste entrenando con Taisho-san la undécima postura a escondidas mías por dos meses ¡Dos meses! Esto es el colmo - Exclamó con demasiada molestia - De no haber sido por Sumiko ni por enterado, por todos los cielos -
Giyuu no pudo hacer más que suspirar mientras su amigo seguía con su drama ante la mirada de todos los comensales; Tsuyoi lo había ido a sacar de un puesto de comido hace aproximadamente diez minutos solo para reclamarle la osadía de no invitarlo a entrenar la postura que había visto realizar a la cazadora de ojos rubí.
- ¡No porque te guste te da el derecho de acaparar toda su atención! -
Eso último fue una señal clara para el pelinegro para salir de ese lugar; sin más jaló a su compañero con bastante fuerza del brazo para retirarse del lugar, no sin antes dejar pagado el platillo que desafortunadamente no llegó a probar.
Tomioka no se detuvo por ningún motivo hasta que ambos llegaron a su Finca, en donde por fin pudo respirar con tranquilidad. Ya repuesto miró a su amigo, quien a pesar de la carrera tenía muy enmarcado el ceño.
- ¿Se puede saber que ganas con hacer tu escenita? - Preguntó mirando con molestia al pelidurazno - Parecías una novia celosa, carajo -
En lugar de escuchar una contestación mordaz, el ojiazul escuchó reír a todo pulmón a ojilavanda, cosa que lo dejo muy intrigado.
- No creí que fueras tan ingenuo al caer en mi mentira - Expresó con algo de dificultad mientras aun soltaba una que otra risa - Esto si no tiene precio -
- Sabito, o me explicas de que rayos hablas o te lanzo al estanque - Se enojó un poco más cuando su amigo lo ignoro - Bien, tú lo estas pidiendo a gritos -
- Ya hombre, ya me calmo - Habló con premura al ver a Giyuu acercarse a él - No cabe duda que no tienes ni una pizca de humor -
- Sabito -
- De acuerdo, de acuerdo, no te sulfures - Sonrió de lado al escuchar a su amigo bufar - Necesitaba hablar contigo en privado y pues lo único que se me ocurrió para poder hacerlo fue armar un escándalo -
El pelinegro no daba crédito a lo que oía, tanto maldito alboroto solo para platicar, su amigo realmente se había pasado de la raya.
- Con tan solo pedírmelo hubiera bastado Sabito, sabes bien que no me negaría en hacerlo -
- Sí, lo sé -
- ¿Entonces? -
- Es que quise verme por un momento como el idiota de Uzui - En este punto la ceja izquierda de Tomioka comenzó a temblar - De forma extravagante -
Lo que siguió después de aquellas palabras ocurrió de manera muy rápida; con el límite de su paciencia agotada, Giyuu tomó a Tsuyoi del cuello de su uniforme, para acto seguido este saliera disparado hacia el estanque.
Por lo visto, el cazador de haori rojo no se quedó con las ganas de arrojar por los aires a su compañero.
Después de eso, el ojiazul espero a que el pelidurazno se cambiara por ropa seca para que no se enfermara de un resfriado mientras él lo esperaba en la cocina con un par de vasos, uno con té de limón y el otro con agua natural.
- ¿Era necesario que me aventaras al agua, Giyuu? -
- Por supuesto que sí - Respondió el mencionado de manera serena mientras veía entrar al ojilavanda con el torso descubierto y secándose el cabello con una toalla - ¿Qué sentido tiene que te hayas cambiado si vas a tener descubierto la mitad del cuerpo? -
- ¿Qué tiene de malo? Lo importante es que ya estoy seco, gracias - Agradeció cuando su amigo le acercó la taza de té en cuanto se sentó - De acuerdo, vayamos con algo de suma importancia -
- ¿Y eso es...? - Preguntó Tomioka al ya no tener idea de lo que cruzaba por la mente de Sabito.
- ¿Ya te le has declarado a Taisho-san? - Mal momento escogió Sabito para preguntar eso, ya que el pelinegro estaba dando un sorbo a su taza y termino bañándolo en cuanto escupió el agua - ¡Qué asco! ¿No tienes otro pasatiempo que estar mojándome? -
- ¿Y tú no puedes dejar de hacer preguntas imprudentes? - Respondió después de tranquilizar un poco su tos - Tal parece que ya es una costumbre tuya el hacerlo -
- De acuerdo, tienes tu punto - Respondió el ojilavanda mientras se secaba el rostro - ¿Y bien? -
- ¿Bien qué? -
- ¿Ya te le declaraste? - El silencio reino por algunos minutos, eso hasta que el ojiazul volvió hablar.
- Aún no - Eso desilusionó un poco a Tsuyoi - Cada vez que creo encontrar el momento, siempre ocurre algún inconveniente -
Giyuu soltó un suspiro desanimado al recordar los tres fallidos intentos; en los cuales en uno de ellos termino siendo amenazado por un par de bokken, ambos cortesía del Pilar de la Llama y el de la Serpiente respectivamente.
- Vaya, a ti sí que te sigue la mala suerte amigo - Sabito sintió algo de pena por su amigo - Pero vamos hombre, el que persevera alcanza - Lo alentó mientras le palmeaba la espalda con suavidad.
- Muchas gracias por tus palabras Sabito - Agradeció el chico - Entonces ¿No estas molesto por no decirte lo del entrenamiento? -
- Al principio si lo estaba, pero comprendí que tuviste tus motivos para no hacerlo - Se colocó de pie al mismo tiempo que le daba una última palmada a su compañero - Así que haré de cuenta que no sé nada de ello y aprovecha ese tiempo con Taisho-san - Sonrió tras decir eso - Ya después hare que sin peros tú me enseñes la undécima postura -
Sin ni siquiera esperar respuesta de parte de Tomioka, el pelidurazno se retiró a sus aposentos mientras era seguido por la vista del Pilar de haori rojo, el cual momentos después dibujo una pequeña sonrisa a la vez que murmuraba un "Gracias estimado amigo".
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- Realmente lo sentimos aneki, no volverá a ocurrir - Fueron las palabras que se escucharon al unisonido por parte de Iguro y Rengoku.
- Eso espero chicos, no me hagan empezar a desconfiar de ustedes -
La situación estaba así; la Taisho se había enterado por Kuro que "sus hermanos" habían amenazado al Pilar de ojos azules de que no se acercara a ella, por lo que de inmediato los mandó a traer a su Finca para hablar muy seriamente con ellos, sabía que solo lo hacían por su bienestar, pero tampoco era una quinceañera que apenas empezaba a conocer el mundo, es más, ni siquiera a esa edad era ingenua.
- Aneki, solicito permiso para hablar -
- Vamos Obanai, no eres mi subordinado, así que puedes hacerlo sin mi consentimiento - Rió tras decir eso, logrando que el incómodo ambiente se desvaneciera un poco.
- Bueno, solo espero que no te molestes con lo que te voy a preguntar - La mayor lo vio un poco confundida - De acuerdo, aquí voy ¿Tomioka...te...gus...? Rayos, en mi mente era más fácil decirlo -
- Lo que Obanai quiere decir es saber si te gusta Tomioka - Concluyó el rubio al ver a su amigo tener algo de dificultades.
Con un atisbo de asombro ambos varones miraban como la azabache adquiría un sonrojo que cubría completamente su fino rostro.
- Aneki...eso significa...-
- Que reamente te gusta - Acompletó Kyojuro la frase inicial de Obanai.
Esa frase provoco que la chica se pusiera nerviosa, sin saber que contestarles a los dos chicos frente a ella; lo que agradecía muncho es que estos no la estuvieran presionando para que respondiera, realmente eran unos amores ante sus ojos.
- Bueno...no sé por dónde empezar - Comenzó a hablar la azabache después de unos minutos de silencio - Hay algo en Giyuu que me llama completamente la atención, no sé si sea porque compartimos la misma respiración, su forma de ser o su aspecto -
- Es un hecho, a muestra hermana le gusta Tomioka - Fue el mismo pensamiento que cruzó por la mente de los dos Pilares.
- O tal vez sea la afición al daikon de salmón - Con pena se cubrió el rostro con ambas manos - Ay chicos espero que no piensen mal de mí -
Kagome pegó un pequeño brinco al sentir un par de palmadas en su espalda, descubrió su rostro solo para encontrarse con las comprensivas caras de Obanai y Kyojuro.
- ¿Por qué deberíamos juzgarte aneki? -
- Al fin de cuentas es tu vida, mereces vivirla como a ti más te guste -
- Kyojuro tiene razón aneki, no todo en la vida se trata de cazar demonios y criar niños - Sonrió al ver el asombro en el rostro de la ojiazul - Y aunque Tomioka no me agrada del todo estoy dispuesto a tratar de llevarme bien con él con tal de verte feliz -
- Pero chicos, está el detalle de la edad, aunque no es mucha la diferencia sigo siendo algo mayor para él -
- ¿Y eso realmente es un impedimento? - Respondió el rubio - Si realmente te interesa eso no debería de importarte -
- Además, parece que a Tomioka tampoco le importa, de lo contrario no se hubiera revelado - Fue le pensamiento del heterocromático mientras recordaba lo acontecido con el ojiazul.
- Pero no creas que le vamos a dejar las cosas muy fáciles - Habló Rengoku llamando la atención del pelinegro.
- Eso no es justo Kyojuro, prometieron que ya no harían nada en contra del él -
- Y no le haremos nada aneki - Habló esta vez Iguro - Solo queremos asegurarnos de que Tomioka es la persona correcta para ti -
- Vamos chicos, no es como que ya estemos saliendo, aún falta para llegar a ello -
- Sea como sea, tanto Kyojuro como yo queremos lo mejor para ti, ya que eres nuestra más preciada e invaluable joya - Finalizó el chico siendo apoyado por el chico de cabellera rubia.
Mientras tanto, la ojidorada no sabía lo que había hecho para tener personas que la quisieran muchísimo, personas que no la juzgaron por romper las reglas y que tampoco la juzgaron por sentirse atraída por alguien de casi la misma edad que ellos.
Con las emociones al mil, la Pilar se lanzó sobre los desprevenidos varones, cayendo los tres al tatami, después de salir de su aturdimiento Rengoku e Iguro sintieron como la mayor los abrazaba con mucha fuerza.
- Realmente no sé cómo agradecerles por todo su apoyo, son sin lugar a dudas los mejores - Agradecía la chica sin soltar a sus hermanos.
Kyojuro y Obanai se miraron por un momento para momentos después dibujar una pequeña sonrisa; estaban por responderle a la chica cuando de la nada un nuevo peso se añadía a ellos.
- ¡Okaa-san, yo también quiero jugar con tío Iguro y tío Rengoku! -
- ¡Nezuko, bájate ahora mismo! ¡Ellos no están jugando! - El regaño de la ojirubí se dejó escuchar por todo el lugar, para después cargar a su hermanita - No es bueno interrumpir a los mayores -
- Pero nee-chan, ellos estaban jugando -
Ya de pie, los tres Pilares miraron con algo de gracia la discusión de las menores, tal parece que de mejor manera no podían haber terminado ese día.
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El silencio reinaba por un momento en la Finca de la Pilar de ojos dorados, eso hasta que se escuchó una voz femenina en el patio trasero.
- Respiración de Agua, Doceava Postura, Espejismo en el Oasis: Dos Ilusiones -
Tras esas palabras dos copias exactas de Kagome se hacían presentes frente a ella, las cuales se encontraban listas para arremeter contra su invocadora.
- No cabe duda que Kagome es grandiosa, ha podido crear tres posturas en menos de cuatro años - Fue el orgulloso pensamiento de Kuro al ver a su compañera y amiga entrenar - Las cuales son de mucha utilidad cuando la situación lo amerita -
La Taisho entrenaba con sus copias debido a que Sumiko había ido de misión con su grupo de amigos y además tanto Tsuyoi y Tomioka por raras circunstancias del destino también se les había asignado una misión, dejándola sola y aunque tenía la opción de pedírselo a sus hermanos opto por no hacerlo, no quería molestarlos.
La azabache quiso aprovechar esa ocasión para entrenar y practicar la doceava y treceava postura; quería perfeccionarlas para enseñárselos a los otros dos Pilares y a su hija.
- Respiración de Agua, Primera Postura ¡Tajo de la Superficie! -
La técnica dio de lleno en la original ojidorada, las copias pensaban aprovechar el pequeño lapso de distracción, pero se detuvieron al ver a la Pilar ilesa bajo una barrera espiritual.
- Mi turno; Respiración de Agua, Cuarta Postura ¡Golpe de Marea! -
Con ese rápido y certero movimiento la Pilar dio por terminada la sesión al destruir a sus réplicas.
- Buen trabajo Kagome, no has perdido tu toque en batallas - Alabó Kuro mientras cómo podía le acercaba una toalla a la chica.
-Muchas gracias Kuro - Agradeció para después secarse el sudor - Aunque aún me falta perfeccionar al cien por ciento la Treceava Postura -
- ¿Aun tiene fallas? - La vio asentir - Al menos para mí no tiene ninguna cosa que mejorar -
- Pues, aunque no lo creas tiene que mejorarse -
- Cambiando de tema ¿Le vas a decir que sí a Tomioka-san? - Rio un poco al ver a su amiga sonrojarse - ¿Eso debería tomarlo como una afirmación? -
- Pues...tu deberías saber mi respuesta Kuro -
- Mejor elección no podrías haber hecho, es muchísimo mejor que el idiota extravagante -
Kagome no podía estar más de acuerdo con su compañero, por no decir que Tomioka se ganó su admiración al declarársele enfrente de Rengoku e Iguro; lástima que no le diera tiempo en darle su respuesta gracias a que los dos mencionados lo empezaron a interrogar como a un criminal, presionándolo a tal grado que huyó de ahí.
- Por lo visto tanto como Obanai-san como Kyojuro-san ya le dieron el visto bueno, así que no tendrá ningún problema con ellos, más que nada con el segundo -
- Eso que ni que Kuro - Estaba por reanudar su entrenamiento cuando un fuerte dolor en el pecho la aquejó, tal era la magnitud que hizo que terminara de rodillas en el suelo y tuviera dificultades para respirar.
- ¡Por todos los cielos Kagome! ¡Resiste por favor! - Con preocupación el cuervo trato de socorrer a la chica, pero al ver que no había cambio alguno su preocupación aumento aún más - Y justamente hoy que necesitamos de ese pulgoso no se encuentra -
El cuervo estaba por emprender vuelo hacia la Finca Mariposa en busca de ayuda, pero las delicadas manos de la ojidorada lo detuvieron.
- Espera Kuro, ya estoy bien - La mencionada ave no se veía del todo convencida - En verdad, ya me encuentro mejor - Volvió a hablar algo de dificultad.
- Que tremendo susto me acabas de dar mujer - La escucho disculparse - ¿Qué fue lo que te ocurrió? -
- Una pequeña dolencia, nada del otro mundo -
- ¡¿Cómo que nada del otro mundo?! Si te hizo hincarte Kagome - Exclamó con demasiada molestia, pero se calmó un poco al sentir la caricia de la azabache - ¿Segura que ya te encuentras mejor? -
- Sí Kuro, creo que debió de ser a causa del exceso de entrenamiento, así que para que estés más tranquilo me iré a descansar un rato, después iremos a casa de Ruka-san por Ranga y Nezuko -
Sin más la Pilar se levantó del suelo parar ir a su cuarto mientras era vigilada por un preocupado Kuro.
- No sé qué fue exactamente lo que ocurrió, ni mucho menos por qué el rostro de Kyojuro se hizo presente antes del dolor - Fue el pensamiento de la Taisho mientras se dirigía a sus aposentos - Sea lo que sea debo de evitar que algo malo le ocurra a él, solo espero que estar equivocada y que absolutamente nada suceda -
Con esos pensamientos rondando en su cabeza Kagome se acostó en su futónpara minutos después caer en los brazos de Morfeo.
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Hola queridos lectores, les traigo ante ustedes el capítulo 20, espero que sea de su agrado 😊.
Realmente agradezco que sigan esta historia, espero poder cumplir con sus espectactivas 😉.
Les mando un fuerte y caluros abrazo 😘.
Les deseo una maravillosa y excelente mañana 🌄/ tarde ☀/ noche 🌙.
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