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CAPÍTULO 18

- Creo que con esto es más que suficiente, logré eliminar el veneno que aun tenías en el cuerpo - Expreso Kagome después de alejar sus manos del rubio - Solo necesitaras reposar un par de días y estarás como nuevo -

- Usted no deja de sorprenderme, tiene una muy útil y grandiosa habilidad Kagome-san -

- Monitsu, deja de hacer tanto escándalo, estoy tratando de dormir - Habló el de la máscara de jabalí con la voz ronca - ¿Y tu quien rayos eres? - Pregunto al percatarse de la presencia de la ojidorada.

- Estúpido animal, ten más respeto, que no estás hablando con cualquier persona -

- Te dije que te callaras Monitsu -

Y así es como una discusión verbal daba inicio entre esos dos chicos; la escena le parecía a la azabache algo peculiar, intercambiaba miradas entre el chico que le pidió matrimonio y el recién despertado, mientras veía como Sumiko trataba de calmarlos con intentos inútiles.

- Parece ser que mi niña consiguió buenos amigos, aunque honestamente no puedo dejar de pensar que son algo raros - Pensó con gracia - Chicos, chicos, tranquilos, estamos en la enfermería, no solo ustedes se encuentran aquí -

Zenitsu se disculpó de inmediato mientras el otro chico solo había guardado silencio, cosa que dejo un poco extrañado a los dos más jóvenes.

- Quiero imaginar que tú eres Inosuke ¿Verdad? - Cuestiono la azabache mientras se acercaba al mencionado chico - Soy Taisho Kagome y formo parte de los Pilares -

El silencio volvió a hacerse presente, tanto los dos Mizunotos como la Pilar llegaron a pensar que tal vez el de la máscara de jabalí ya se había dormido, con esa creencia la mayor estaba por acercarse más a la camilla y curarlo tal cual lo había hecho con Zenitsu, pero antes de llegar completamente a su lado ocurrió algo que nadie esperaba.

- Kabu, no me dejas ver - Se quejó Nezuko debido a que la serpiente le había cubierto los ojos - ¿Qué sucede? -

- ¡INOSUKE, ESTUPIDO JABALÍ! ¡¿QUE CREES QUE ESTAS HACIENDO!? - Exclamó con furia mientras se abalanzaba al mencionado chico para tirarlo al suelo.

- No puedo creer que también haya hecho eso con mamá - Sumiko estaba más que apenada con su madre por el comportamiento del Hashibira.

- ¡QUÍTATE DE ENCIMA MONITSU! ¡SOLO QUERÍA SABER SI ERA HEMBRA O MACHO! -

- ¡¿NO CABE DUDA QUE ERES UN ESTÚPIDO!? ¡CON SOLO PREGUNTÁRSELO HUBIERA BASTADO! ¡NO ERA NECESARIO QUE LE TOCARAS EL PECHO! -

- ¿Y qué tiene de malo? Hice lo mismo con Kumiko -

- ¡¿Qué fue lo que dijo?! - Ese simple comentario saco a la Pilar de su leve aturdimiento para momentos después oscurecer su mirada.

- O...Okaa-san ¿Te encuentras bien? - Preguntó la ojirubí con preocupación al momento de sentir el repentino cambio en ella - ¿Okaa-san? -

El aura que emanaba del cuerpo de la azabache provocó una variedad de reacciones entre los que se encontraban en esa habitación, excepto Nezuko, ya que como pudo Kaburamaru logró sacarla de ahí siguiendo su instinto de supervivencia.

Lo que sucedió después era algo que por primera vez en la vida el pelinegro de puntas azules recordaría, pues este no se salvó de la tremenda paliza que la ojidorada le dio, claro, después de antes haberlo curado (No quiso aprovecharse de su condición) mientras Zenitsu miraba con algo de burla la escena a la vez que un "Se lo tenía merecido" salía de sus labios, y Sumiko, bueno, con algo de dificultad trataba de tranquilizar a su mamá para que no matara al tonto pero pobre chico.

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- ¿Por qué tardaran tanto? ¿Les habrá pasado algo? No lo creo -

- ¿Tanta fue tu emoción al ver a nuestra hermana que ya hablas solo Obanai? - Vio con gracia como el mencionado se volteaba a mirarlo con sorpresa.

- ¿Qué haces aquí Kyojuro? -

- Buenas tardes, a mí también me da gusto el verte - Hablo en tono bromista, obteniendo como respuesta el ceño fruncido del heterocromático - Ya, ya, solo pasaba por aquí, a decir verdad eso te debería de preguntar a ti ya que hace tiempo que no te aparecías por estos rumbos -

- Eso es cosa que no te interesa - Respondió algo seco, pero se extrañó al no recibir contestación del rubio, le prestó más atención solo para percatarse que este lo estaba mirando fijamente - ¿Qué tanto es lo que miras? -

- ¿Por qué Kaburamaru no está contigo? - Pregunto al ver algo sospecho a su amigo.

- Por ahí a de andar, sabes que le gusta escaparse de vez en cuando -

Rengoku estrecho levemente los ojos al no creer del todo esa respuesta, estaba por preguntarle de nuevo cuando notó que este se ponía blanco, alzo una ceja ante tal expresión, por lo que se giró para averiguar qué era lo que había logrado ponerlo así.

Con sorpresa vio como la mujer que consideraba como su hermana mayor se dirigía hacia donde estaban ellos, pero no venía sola, la chica a la que estaban por enjuiciar el día anterior le hacía compañía junto con una pequeña pelinegra, la cual tenía enredada en su cuello la serpiente albina de su amigo.

- Así que era eso, eh - Hablo Kyojuro en un susurro mientras se giraba para mirar nuevamente al pelinegro - Eso es muy cruel de tu parte Obanai, no eres el único que quiere convivir nuevamente con ella - Tras decir eso dibujo una sonrisa que distaba mucho de ser amable.

- ¡Kyojuro! Que agradable sorpresa, Obanai no me había mencionado que estarías aquí - La voz de la ojidorada hizo que su enojo se esfumara casi por completo.

- Era una sorpresa aneki, todo fue idea de Obanai - Sonrió con suficiencia al ver la expresión frustrada del mencionado - Veo que trajiste a las niñas contigo -

- No tenía con quien dejarlas y Obanai no tuvo ningún problema en que ellas vinieran; tú no tienes problema ¿Verdad Kyojuro? - Pregunto la azabache con algo de preocupación debido a ese pequeño detalle.

- Descuida aneki, para mí no hay ningún inconveniente - Se sintió bien al ver sonreír a la mayor - Ellas son ahora tu familia, así que también las hace parte de la mía -

- También puedes contar conmigo para ello aneki - Se integró Iguro a la plática - Y lamento ponerme algo rudo ayer -

- No tienes por qué Obanai, como Pilar entiendo la posición en la que se encontraban - Respondió mientras le daba una suave caricia en la cabeza al pelinegro - Y agradezco muchísimo que me apoyes en esto - En eso, Kagome sintió un pequeño tirón en su hakama - ¿Qué pasa cielo? ¿Quieres que te cargue? - Preguntó al ver como Nezuko tenía las manos extendidas y asentia muy efusivamente - De acuerdo cariño, ven acá -

- Okaa-san ¿Ellos son tus hermanos? -

- Bueno cariño, como te lo explico, pues la verdad es que...-

- Si lo somos pequeña - Respondieron ambos chicos a unisonido e interrumpiendo a la azabache al mismo tiempo que Obanai tomaba a la ojivioleta en sus brazos.

- Wow, eso es genial - La emoción en la infantil voz provoco que los mayores sonrieran - Oíste nee-chan, tenemos tíos -

- ¡¿Enserio Okaa-san?! - Esta vez fue Sumiko quien pregunto con emoción.

Kagome estaba por explicarle mejor las cosas a las niñas, pero en cuanto abrió la boca para hablar la cerró de inmediato, ya que tanto Kyojuro como Obanai le hacían un gesto para que no hablara, además el espléndido brillo de alegría y jubilo de sus hijas al saber que tienen más familiares era algo que no quiso apagar.

- Sí Sumiko, ellos son mis hermanos menores y por ende sus tíos ¿Verdad chicos? -

- ¡Así es aneki! - Afirmo el pelinegro.

- No lo podría haber dicho mejor - Lo segundó el rubio - Así que pueden contar con nosotros cuando lo necesiten niñas -

La escena que se formó después logró que más de uno se diera el tiempo para mirarla, pues la ternura con la que Nezuko besaba la mejilla de Iguro y la manera efusiva en que Sumiko abrazaba a Rengoku era algo que a cualquiera le alegraría el día.

Mientras todo eso sucedía, a la distancia se podía apreciar a una persona observar la algarabía de los tres Pilares y las menores, apretó con frustración sus nudillos hasta tornarlos blancos y maldiciendo a los varones por la fortuna de acercarse sin ningún inconveniente a la chica de cabellera azabache y dorado mirar.

Sin más dicha persona se retiró de ahí antes de que alguno notara su presencia, de lo que no es consiente es que la Pilar sí la había percibido, pero prefirió fingir para no incomodarla.

- ¡Vayamos a comer! - La emocionada voz de Kyojuro provoco una sonrisa en la Taisho - ¡Obanai invita! -

- Dirás los dos invitamos, ya que no querrás que aneki pague ¿O sí? Al fin de cuentas ambos planeamos esto -

- El muy listo me la regreso - Pensó con algo de molestia al ver la gran sonrisa que el heterocromático tenía - Por supuesto que te ayudare con la cuenta, faltaba más -

Dando por finalizada la conversación el grupo se dispuso a entrar al pequeño pero acogedor puesto de comida y disfrutar de esta ansiada convivencia que los varones tanto habían esperado.

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Sumiko y Nezuko jugaban a las carreras mientras detrás de ellas los vigilaban su madre y el Pilar de la Serpiente; después de terminar de comer Kagome pensó prudente regresar a su Finca para descansar del muy movido día que las tres tuvieron.

Por supuesto que Iguro se ofreció a acompañarlas a su destino, por mucho que la ojidorada trataba de rechazar el ofrecimiento al final cedió; Obanai tendría que agradecerle a Kaburamaru mas tarde, ya que gracias a él y al hecho de que la pequeña pelinegra le tomó mucho cariño pudo salirse con la suya.

- Gracias por la invitación Obanai, realmente disfrute estar en compañía de conocidos -

- No tienes por qué agradecer aneki, es bueno rememorar viejos tiempos -

- Eso si no te lo niego, lástima que Kyojuro tuviera que retirarse de prisa por una misión de última hora - Soltó un pequeño suspiro - Pero que se le va a hacer -

- Tu mejor que nadie conoce la responsabilidad que un Pilar tiene aneki - Trató el heterocromático animar a la mayor, aunque en el fondo estaba feliz de que al fin pudiera estar a solas con ella - Aunque debo admitir que me sorprende que a pesar de cuidar a dos niñas pudieras llevar a cabo tu trabajo, no cabe duda que eres increíble -

- No es para tanto Obanai, solo era cuestión de organizarme, además Sumiko me ayudaba antes de que ella se volviera cazadora - Mostró una pequeña sonrisa al ver a la peliburdea - Por cierto, hay algo que he querido preguntarte - Vio al chico asentir - ¿Por qué te cortaste el cabello? Me gustaba más cuando lo tenías largo, pero eso no quiere decir que te veas mal con ese corte, para mi te vez atractivo - Con una sonrisa alboroto el cabello del chico como si de un niño se tratase, provocando un sonrojo en el heterocromático.

- ¡Aneki, no hagas eso! - Exclamo avergonzado el pelinegro mientras trataba de alejar la mano de la azabache, pero debido a la diferencia de estaturas le era un poco complicado lograrlo - ¡Aneki! -

- De acuerdo, de acuerdo, ya te dejo - Aun con una sonrisa Kagome alejo sus manos del pelinegro - Pero en serio dime porque lo hiciste -

- Empezó a ser un impedimento durante las batallas y no podía permitirme eso en el momento en que me volví Pilar - Soltó un suspiro resignado al ver a la mayor con una ceja alzada - Y porque de esa manera tu ausencia se me hacía un poco más llevadera - La chica dibujo una pequeña sonrisa triste al escuchar eso - Ya que me recordaba las veces que lo cepillabas con gentileza -

Con un rápido movimiento la Taisho atrajo al Pilar hacia ella para abrazarlo con algo de fuerza, mientras el chico aún no se recuperaba de esa repentina acción.

- Realmente lamento haberme ido de esa manera - Eso logró que Iguro prestara atención a su entorno - La culpa de esa noche me domino por completo, no considere el efecto que mi huida causaría en las personas que más quiero - Apretó un poco más el abrazo siendo al fin correspondida - Lo único que deseaba era alejarme, no quería que mi debilidad me volviera jugar en mi contra y terminara por perder a alguien más - Obanai levanto su vista para toparse a la ojidorada derramar inconscientemente un par de lágrimas - Pero prometo que lo compensare -

Lo único que el heterocromático hizo fue limpiar aquellas perlas salinas a la vez que él abrazaba con firmeza a la azabache, no sabía que decir por lo que lo único que se le ocurrió fue abrazarla mientras ella pedía disculpas una y otra vez.

- ¿Okaa-san no se molestará si no la esperamos Nee-chan? - Pregunto Nezuko de manera inocente mientras caminaba hacia la Finca de la mano con su hermana.

- Claro que no Nezuko, además creo que necesitaba estar un tiempo a solas con el tío Iguro - Respondió la ojirubí con una sonrisa, ya que debido a su desarrollado olfato había percibido el tumulto de emociones que su madre emana, por lo que opto seguir su camino para que ella pudiera liberarlos sin restricciones - A pesar de todo ella es un ser humano, necesita de vez en cuando aligerar la carga que ella lleva en sus hombros -

- Nee-chan ¿Qué te parece otra carrera a casa? - Esa pregunta hizo sonreír a la peliburdea - Pero esta vez que Kabu también participe - Expresó la menor al mismo tiempo que colocaba al albino reptil en el suelo.

- Me parece bien, a la cuenta de tres corremos ¿De acuerdo? - La ojivioleta asintió - Bien, a la una, a las dos y las...- Ni siquiera llegó a tres al ver que su hermanita y Kaburamaru empezaron a correr - Hey ustedes dos eso es trampa - Exclamo con fingida molestia mientras ella empezaba a correr - Van a ver pequeños bribones -

- Eso si nos alcanzas - Respondió risueña la menor si ni siquiera dejar de correr.

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Habían trascurrido tres días desde que el Pilar de la Serpiente había invitado a la Taisho y sus hijas a comer, esta había decidido ir a visitar a la familia Rengoku, después de todo ellos la acogieron como familia al momento que se volvió Pilar y eso era lo menos que podía hacer.

Orbes violetas y rojos se miraban fijamente, ninguna de las dueñas quería siquiera parpadear, ambas sentían que si lo hacían perderían la competencia que solo ellas se habían declarado, pero en cuando la de mirar violeta sonrió la derrota de la ojiroja fue inminente, ya que el gesto de la pequeña hizo que pestañeara al verla de manera tierna.

- ¡Pero que cosita más linda! - Exclamo la ojiroja con entusiasmo para inmediatamente tomarla en brazos haciendo reír a la menor en el proceso - No cabe duda que en verdad eres la cosita más linda - Finalizo esta mientras frotaba con delicadeza su mejilla en la de la ojivioleta.

La persona no era nada menos que Rengoku Ruka, la cual estaba cargando a una muy alegre Nezuko, todo esto siendo observado por la madre de la menor, su hermana y el resto de la familia Rengoku.

- No pensé ver a Ruka-san de esa manera - Expreso la azabache algo sorprendida.

- Es lo más normal Kagome - La mencionada prestó atención al ExPilar de la Llama - Ella muy en el fondo deseaba tener una niña y aunque las circunstancias no se lo permitieron no por eso hizo menos a Kyojuro o a Senjuro - Sonrió al ver a su mujer pellizcar un poco las mejillas de la menor - Así que la presencia de ¿Cómo se llama la pequeña? - Pregunto con algo de pena al olvidar dicho nombre.

- Nezuko, se llama Nezuko Shinjuro-san - Río con gracia ante la distracción del mayor.

- Como te iba diciendo, la presencia de la pequeña Nezuko hace que ese deseo vuelva a aflorar en ella -

- Wow, eso es algo que nunca me paso por la mente, ahora entiendo porque Okaa-san se quedaba mirando pequeñas prendas femeninas cuando vamos por las compras de la semana - Expresó Senjuro con algo de asombro.

- Creo que me siento un poco dejado de lado, Okaa-san ni siquiera nos ha mirado por estar muy enfocada en la niña - Mencionó el actual Pilar de la Llama con un pequeño puchero.

Kagome no pudo evitar soltar una pequeña risa tras el comentario de Kyojuro, era algo un poco gracioso verlo hacer esas actitudes infantiles solo por una niña, la cual era completamente ajena a eso.

- Vamos Kyojuro, no te pongas así, no olvides que estoy de vuelta para darte toda mi atención - Habló la ojidorada con dulzura mientras alborotaba los cabellos del mencionado chico, el cual no puedo evitar que un ligero sonrojo apareciera en sus mejillas.

- No es justo, yo también quiero que Kagome-nee-chan me acaricie - Y tras decir eso Senjuro se acercó a la Pilar para tomar su mano y colocarla sobre su cabeza.

- Estos chicos no cambian nada - ­­Shinjuro fue sacado de sus pensamientos al sentir un tirón en la ropa - ¿Qué sucede niña? - Pregunto a la ojirubí, la cual fue la responsable de dicho movimiento.

- ¿Ellos siempre han sido así con ella? - Cuestionó al ver como las dos copias de la persona con la que estaba hablando se roban la atención de su madre haciéndola fruncir levemente el ceño.

- Así es, desde que Kagome apareció en esta casa siempre se han comportado así - Dibujo una pequeña sonrisa al ver a la peliburdea fruncir más el ceño - ¿Qué te parece si vamos por una taza de té? Eso va a ir para largo - Menciono refiriéndose a su esposa e hijos.

- Me parece bien Rengoku-san - Acepto amablemente mientras ambos se retiraban a la cocina.

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- Hubieras visto la cara de Shinjuro en cuanto Kyojuro le dijo que tenías dos hijas, era todo un poema - Ruka soltó una pequeña risa tras decir eso a la vez que arrullaba a una dormida Nezuko.

- Otou-san estuvo a nada de ir a la Finca de Uzui-san con katana en mano, ya que creía que él era el padre de Nezuko - Agrego Senjuro.

- Por suerte Kyojuro pudo detenerlo, de lo contrario ya habría tres viudas - Volvió a hablar Ruka.

- Oigan, prometieron que eso solo quedaría entre nosotros - Se quejó Shinjuro mientras su familia aún se reía de aquello.

Kagome se unió a la risa al imaginarse al mayor de los Rengoku a ir a defender su honra, aunque también una cálida sensación recorrió su cuerpo, ya que a pesar de todo tiene maravillosas personas que la rodean y con las que puede contar con su apoyo.

La azabache y Sumiko estaban disfrutando de ese agradable ambiente con los Rengoku, todos sentados en el porche y tomando un relajante té de azahar, pero tuvo que ser interrumpido cuando Kuro llego graznado llamando la atención de todos.

- ¿Sucede algo Kuro? - Pregunto la ojidorada en el momento en que su compañero se posó en sus piernas, pero lo que le llamo la atención es lo alterado que este estaba.

- Necesitas regresar de inmediato a tu Finca, Ranga está a punto de comerse a alguien -

- ¡¿Cómo que comerse a alguien?! -

- Así como lo escuchas Kagome, ve de inmediato, eres la única capaz de controlar a ese idiota -

Kagome inmediatamente puso al cuervo en el tatami mientras se colocaba de pie y miraba al matrimonio Rengoku con algo de pena.

- Lamento mucho el pedirles esto, pero ¿Podría encargarles un rato a Sumiko y Nezuko mientras averiguo que es lo que sucede? -

- No te preocupes Kagome, ve sin pendiente, con gusto las cuidaremos - Respondió la pelinegra de ojos rojizos con una sonrisa - Ellas estarán en buenas manos -

- Anda vete, no vaya a ser que quien quiera que sea se convierta en comida para perros - La apremió el mayor de los Rengoku.

- ¿Quieres que te acompañe aneki? -

- Agradezco mucho tu ofrecimiento Kyojuro, pero creo que conmigo basta -

- ¿Segura? - Preguntó el mencionado chico, para después verla asentir - De acuerdo, pero cualquier cosa me lo comunicas con Kuro y ahí estaré -

- Gracias Kyojuro, lo tomare en cuenta - Y con esas últimas palabras la azabache desapareció para dirigirse a su residencia.

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- No sé porque te tuve que seguir, tendría que haberle hecho caso a mi conciencia - Expreso cierto pelinegro de ojos azules a la vez que fulminaba a su amigo - Y no terminar en esta precaria situación -

- Y yo que iba a saber que este lugar estaba resguardado por ese enorme animal - Respondió de manera defensiva el pelidurazno - Ni que fuera adivino -

- ¡¿CÓMO QUE NO SABÍAS IDIOTA?! ¡¿SI LO VIMOS DURANTE EL JUICIO DE KAMADO SUMIKO?!-

- Ya no me regañes, lo siento ¿Sí? -

- Tu disculpa no nos ayudara en este momento - Respondió el ojiazul aun molesto - Menos mal que ese animal no pueda subirse a los arboles -

La situación estaba de la siguiente forma; Giyuu y Sabito habían decidido visitar a la Pilar de ojos dorados y pedirle el grandísimo favor de ayudarlos a entrenar. Vaya decepción se llevaron al llegar y no recibir respuesta después de llamarla por al menos diez minutos.

El Pilar pelinegro le recomendó a su amigo en regresar otro día, estaba por darse la vuelta para retirarse de ahí cuando vio a su compañero entrar sin permiso a la residencia, por lo que lo siguió para evitar que este cometiera alguna tontería.

Con lo que ambos varones no contaban es que precisamente en ese lugar se encontraba Ranga descansando y quien al oír a gente desconocida inmediatamente fue hacia ellos para sacarlos de ahí, por lo que cuando ambos Pilares lo vieron no dudaron en correr para ponerse salvo, acción que los colocaron en su posición actual, con ellos arriba de un árbol y el albino lobo gruñéndoles desde abajo.

- ¡Ranga! ¡Aléjate de ese árbol ahora mismo! -

Gracias a esa orden el ojiazul y el ojilavanda vieron como el can detenía sus gruñidos al mismo tiempo que se alejada de dicho lugar y en cuanto vieron a la dueña de la Finca soltaron un suspiro de alivio.

- ¡Tsuyoi, Tomioka! ¿Se encuentran bien? - Kagome sonrió al verlos asentir - Que bueno, pueden bajar, la situación ya está controlada -

Sin más ambos varones le hicieron caso a la azabache, por lo que con mucho cuidado hicieron lo que la fémina les había indicado e ir hacia donde ella se encontraba.

- Antes que nada pido una disculpa - Hizo una leve reverencia ante la asombrada mirada de los chicos - Ranga tiene la indicación de que no dejara entrar a nadie, pero olvide decirle de ustedes, así que siento mucho lo ocurrido con él -

- No tiene por qué disculparse Taisho-san - Respondió con algo de pena el chico pelinegro - En cierta forma la culpa fue de Sabito en el haber entrado sin siquiera ser invitado -

- Oye, no me achaques todo el problema, recuerda que tú también entras sin permiso - Exclamó el pelidurazno de manera defensiva.

- Lo hice para evitar que causaras algún problema -

Sin más ambos chicos comenzaron a pelear de forma verbal y olvidando por un momento a Kagome; la Pilar al principio veía esa discusión con algo de asombro, pero fue cuestión de segundos que una pequeña sonrisa se dibujara en sus labios, intervino en el preciso momento en que ambos estaban a nada de llegar a los golpes, lo cual para evitarlo se colocó en medio de ellos.

- Tranquilos, dejémoslo así, hay que agradecer que no llego a mayores - Soltó una risita al verlos sonrojarse de la pena - Así que ¿A que debo su agradable visita? -

- Bu...Bueno, lo que pasa es que...- La chica alzo una ceja ante el tartamudeo del ojilavanda - Verá, nosotros venimos...-

- Lo que mi compañero quiere decir es saber que, claro si está dentro de sus posibilidades, si no es tanta molestia y que sí realmente quisiera...- Giyuu no pudo terminar debido a que unos orbes dorados estaban mirándolo fijamente haciendo que se pusiera nervioso.

- Poder entrenar con usted - Culmino Sabito por su amigo.

- Esto es algo que no me lo esperaba - Pensó la azabache con algo de asombro - Lo siento mucho chicos - Los ánimos de ambos cazadores bajaron un poco ante esa frase - Pero no creo poder en este momento entrenar con ustedes -

- Oh, no hay problema Taisho-san, lo comprendemos - Respondió Tsuyoi con desanimo.

- Sabito tiene razón Taisho-san, si no se puede pues ni modo - Hablo esta vez Tomioka con el mismo sentir de su amigo.

- Oigan chicos, creo que no me he dado a entender - Eso llamó completamente la atención de los varones - Lo que quise decir es que en este momento no puedo hacerlo debido a que necesito conseguir ropa más adecuada para ese tipo de actividades - Sonrió al ver el rostro de asombro de los chicos frente a ella.

- Eso quiere decir que...- El primero en hablar fue Tsuyoi, para ser seguido por Tomioka.

- Usted realmente...-

- Entrenare con ustedes - Acompletó la azabache - Creo que entre más gente seamos mejor - La sonrisa que les brindo a los Pilares provoco que estos se sonrojaran nuevamente - Además entre los únicos usuarios de la Respiración de Agua debemos apoyarnos ¿No lo creen? -

Giyuu y Sabito no cabían de la emoción, a pesar de tremendo susto que les dio el tal Ranga lograron salirse con la suya.

- ¡Muchas gracias Taisho-san! No sabe lo muy agradecidos que estamos con que nos tome en cuenta -

-Realmente le agradecemos poder aprender de tan excelente cazadora - Halago el pelidurazno haciendo reír a la azabache.

- Esta dicho entonces - Expreso la Pilar mientras colocaba sus manos en cada hombro de los chicos - Los estaré esperando la siguiente semana, solo les pido un favor - Los vio asentir - Avísenme con anticipación su visita con alguno de sus cuervos, ya saben, para evitar que se repita lo de hoy -

Ambos Pilares con los rostros sonrojados de la pena asintieron, paramomentos después retirarse de ahí ahora con los ánimos por los cielos.

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Hola de nuevo mis estimados lectores, espero que esten realmente bien.

Les traigo ante ustedes el capítulo 18, espero lo hayan diafrutado 😊.

Les agradezco mucho que sigan mi historia, eso es algo que aprecio muchísimo 💖.

Bueno, sin más les envío un fuerte abrazo.

Que tengan una muy bonita y excelente mañana 🌄/ tarde ☀/ boche 🌙.

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