Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30 (sin editar)

Nos dirigimos hacia la pensión. Yo más dubitativo que seguro de lo que estoy haciendo.

A él se lo ve encantado y de vez en cuando me palmea la espalda.

-¡Estoy tan feliz, Jeremías!

Lo miro y solo sonrío.

Llegamos al modesto lugar donde se hospeda.

-Está un poco desordenado. No pensé terminar con vos aquí -explica.

Comienza a ordenar un poco sus cosas.

-No te preocupes por mí, Joaquín. ¿Tenés algo fuerte?

-¿Algo fuerte?

-Sí, algo para tomar.

-Sí, tengo algo.

Estoy un poco nervioso. Comienzo a refregarme las manos, él me observa y sonríe.

-¿Por qué la sonrisa?

-Porque no puedo ocultar mi felicidad, Jeremías.

-Joaquín, no nos vemos hace más de diez años. No entiendo como podés...

-¿Seguir queriéndote?

No, no iba a decir eso.

-Sos muy importante para mí. Cuando todo estaba negro, cuando no encontraba el rumbo. Me acordaba de vos y de los buenos tiempos. Tu madre me separó de mi familia de muy chico. Y no me quejo, Raúl es un patán agradezco no haber crecido cerca de él.

-¿Hablas de tu padre?

-Sí. A eso no se lo puede llamar padre. No quiero hablar de él.

-Disculpame no te quise incomodar.

-No lo hiciste. Creo que tengo algo para nosotros. Al abuelo le gustaba hacer este tipo de regalos.

Va hacia su valija y saca una petaca.

La observo y es muy similar a la que le regaló a Lucas.

Me la entrega.

-¿Es whisky?

-Probá.

Abro la petaca y la huelo. Tiene un olor bastante fuerte.

Mojo mis labios y tomo un sorbo.

Comienzo a carraspear. Es muy fuerte y quema mi garganta.

Se la paso.

-¿Y qué era?

-Licor creo. No sé. Pero es muy fuerte.

-Tenemos que tomar de a poco. Sino mañana no nos vamos a acordar ni el apellido.

Y es lo que deseo no recordar nada de lo que haré en las próximas horas.

Su habitación carece de muebles así que nos sentamos en la cama. Mientras en él me sigue contando de su pasado, de su vida en La Pampa y de su trabajo como secretario de un prestigioso abogado.

-Al abuelo le encantaba que hable de mi trabajo. Él me quería hacer sentir importante. Él pagó mis estudios, Jeremías. Le debo mucho a él.

Se me queda mirando y se acerca de a poco a mí.

-No me quiero aprovechar de vos -dice acariciando mi rostro-. Estás borracho y molesto. No me gustaría que estés conmigo para olvidarte de él.

-Entonces no lo nombres, ya soy grande y tomo mis propias desiciones -susurro humectándome los labios.

Se acerca un poco más y corre mis mechones que me tapan la cara. Corto la distancia acercándome a su boca.

El apoya sus labios a los míos y comenzamos a besarnos. Saca su lengua y se encuentra con la mía un poco más tímida. Hurga en mi interior buscando, buscando más.

Me acuesto en la cama y él me sigue acostándose a un lado.

Con una mano comienza a desprender mi camisa y yo me aferro a su nuca.

-¿En serio lo querés hacer? -pregunta separándose de mí.

-Sí, en serio.

-¡Oh, Jeremías! ¡Cómo me alegra escuchar esto!

Se incorpora y comienza desvestirse. Yo lo sigo con un poco menos de ánimos.

¡Sácalo de tu mente, Jeremías!

A esta altura él ya habrá lavado los pies de los pecadores, dado la hostia a niños en su comunión, o untado óleo en el pecho de los bautizados.

O por lo menos eso es lo que quería. Eso es "Encomendarse a Dios"

Me concentro en donde estoy y voy a él con más ímpetu. Comienzo a desvestirlo con más rapidez.
Es lo que quiere, es lo que estuvo buscando todos estos años, bueno hoy es su día de suerte. Lo va a tener. Me va a tener. Aunque no esté entero, aunque sea una copia barata de lo que era.

Lo tomo con fuerza de la nuca y lo traigo a mí con violencia.

-¿Lo querés? -indago mordiendo su labio inferior.

-Sí, -susurra agitado.

Saco mi ropa con rapidez.

Me quedo desnudo frente a él se inclina a mí y comienza a besarme el torso, desciende hasta llegar a mi ombligo y se centra en mi miembro. Se lo lleva a la boca y comienza a succionarlo.

Mi erección comienza a asomarse y él sigue chupándomela.

Cierro los ojos con fuerza e intento sin éxito borrar su imagen de mi mente.

Llevo mis manos a mi cabeza intentando encontrar placer en lo que me hace.

Lo separo de mí y él me mira idiotizado y perdido.

Es probable que así lucia cuando estaba con Lucas.

Lo traigo a mi boca y siento mi propio sabor.

-Date vuelta -ordeno. Él lo hace de inmediato.

Comienzo a masturbarme para poder lubricarme.

Él está expectante y ansioso y yo me estoy comportando como un hijo de puta. Cómo lo que soy. Digno hijo de Gregoria.

Llevo mis dedos a su boca.

-Chupá -lo obligo. Joaquín responde y agarra mi mano y succiona cada unos de mis dedos.

Los saco de su boca y comienzo a jugar con su cuerpo.
Entierro un dedo en su carne y hago pequeños círculos.

"¿Te gusta esto? A mí también me gusta, Jeremías"

Lo escucho gemir debajo de mi cuerpo.

Ingreso un dedo más y él se aferra del cubrecama.

Me posiciono y juego en su orificio.

-Por favor -susurra.

Sonrío satisfecho.

De a poco me voy enterrando en él.

Joaquín gime debajo de mí, demasiado perdido, demasiado ruidoso.

De a poco comienzo a moverme aferrándome de sus caderas.

No quiero cerrar los ojos, ya que su cuerpo moreno aparece distrayéndome.

-¡Vamos! -pido, apretando los dientes.

El grita desaforado debajo de mí y esta postura no me reconozco. No sé quién soy. No lo sé.

Estoy perdido.

Lo embisto una vez más y busco su miembro y comienzo a masturbarlo.

Sigue gozando ante mi contacto.

Es lo que quería, es lo que siempre quiso.

Aquí estoy.

Intenta sin éxito tocarme, suelto su miembro y lo agarro de las manos para que no pueda tocarme. No quiero que lo haga. Las llevo arriba de su cabeza, mientras sigo embistiendolo.

Lo hago firmeza, movimientos bruscos y secos.

Siento mi glande inflamarse y culmino en su interior.

Me desplomo arriba de él depositando todo mi peso en su cuerpo.

Recupero el aliento y voy a mi ropa saco un cigarro y lo prendo.

Me quedo desnudo al pie de la cama fumando, mientras él me observa silencioso, misterioso o debe ser mi impresión.

-¿Qué? -pregunto.

-No pensé que iba a ser así.

-¿No te gustó?

-Sí, pero... -se calla unos segundos, quizá confundido-. Lo imaginé de otra manera.

-Joaquín, ya no tengo cuatro años, ya no soy un nene inocente. Además tu problema fue idealizarme todos estos años. Soy de carne y hueso, hombre. Un pibe como cualquier otro.

-Lo sé, pero...

-Te pido disculpas si no fue como esperabas.

Creo que fuí muy brusco y demasiado indiferente.

-¿Podemos hacerlo a mi manera? -indaga esperanzado.

-Está bien.

Joaquín duerme a mi lado y yo ni siquiera pude pegar un ojo.

Me paro y voy vueltas en esta pequeña habitación.

Tiene un portafolio con papeles. No debería mirar que tiene ahí dentro. Pero es probable que tenga algo que ver con lo que dijo el abuelo.

No hay mucha luz.

Saco unas carpetas y me centro en una. La abro y creo que son escrituras.

"Título de propiedad"

Las hojas están llenas de sellos y firmas y la verdad no veo mucho. Llevo la hoja a la poca luz que ingresa de la ventana.

Hay un nombre que resalta de las demás letras: Azucena D. Echeverri.

¿Azucena D. Echeverri?

¿Quién es?

Sigo pasando las hojas no veo con exactitud.

Agarro otra carpeta.

Título de Propiedad: Jeremías Sandoval de Robles.

¿Qué?

¿El abuelo me dejó sus tierras? ¿Cómo es eso posible?

¿Y la abuela?

¿Quién es Azucena Echeverri?

¡La amante del abuelo!

¿Por eso él me pedía que lo perdonara? Porque dejó su finca o no sé qué a su amante.

Tengo que leer esas cartas, es probable que tengan más información.

¿Qué va a pasar con la abuela?
Estaba tan mal cuando me fui de Mendoza. ¿Por qué él hizo algo así?

-¿Jeremías, qué haces con esto?

Pego un salto.

-¿Qué significa estos papeles, Joaquín? ¿Quién es Azucena Echeverri?

Él viene a mí y me saca los papeles de las manos.

No responde a mis preguntas.

-No tenés derecho de revisar mis cosas, Jeremías -suena indignado.

-¿Qué significa mi nombre en estos papeles?

-Tu abuelo te cede todas sus tierras. Soy el dueño de la finca, Jeremías. Eso significa.

-No lo entiendo. ¿Y mis hermanos? ¿Mi padre? ¿Quién es Azucena Echeverri?

-Jeremías, eso no lo sé. Él dijo que vos te ibas a encargar de contactarla.

-¿Yo? ¿Y en qué momento me lo ibas a decir?

-Tu padre tenía que hablar con vos. Gregoria va a poner el grito en el cielo cuando sepa que sos el dueño de todo. Debe ser por eso que Ernesto no te dijo nada.

Llego a la finca y ya amaneció. Voy directo a mi cuarto.

-¿Estas son horas de llegar? ¿Dónde anduvo?

-Por ahí.

-¿Qué es esa contestación? ¿Usted se olvida de con quién está hablando?

Camino unos pasos, ya no quiero escuchar más sus reclamos.

Me toma del brazo.

Suspiro hondo bastante fastidiado de toda esta mierda.

-No. Sé muy bien con quién estoy hablando. Usted parece que se olvida con quién habla. Tengo que la sensación que me trata como si fuese un trapo de piso, pero le recuerdo que soy su hijo. Ahora le pido por favor que me suelte así voy a mi cuarto a descansar -hago una pausa-. No sé porque me controla tanto Lucas ya se fue. ¿No era eso lo que tanto deseaba?

-¿Y vos qué sabes de él? -Aprieta aún más mi brazo.

-Nada. No sé nada de él. ¿Es lo que quería verdad? ¡Nieguemelo!

Ella me mira pasmada por mis palabras y es que yo también lo estoy. Me suelta de mala y me deja avanzar.

**********

¡Feliz año nuevo!

Espero que estén pasando una hermosa noche. Los quiero 💕


























Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro