Ella se la pasaba todo el tiempo llorando, eso cabreaba a su padre.

Una niña de 10 años debería de ser virgen, pero en su caso no era así.

Al crecer se volvió la presa de su enfermo padre y de las asquerosas ideas que pasaban por su mente.

Recordarlo solo le provocaba asco y nadie hacia nada para detenerlo, ni siquiera la mujer que le dió la vida, si lo hacía las consecuencias serían para ella y eso Toru no lo deseaba. Prefiria que todo fuera en su contra antes de que tocarán de nuevo a su madre. Ya no perdería a nadie más.

Su hermano siempre daba cara por ella, o al menos eso lo hacía, antes de que muriera a manos de el. Sin duda su muerte no pasaría desapercibida, le haría pagar por ello, le haría pagar por todo lo que hacía en ella y lo que le obligaba a hacer.

Para ella, las cosas mejorarán

O eso creía