THE HAUNTING OF HILL HOUSE
¿Qué? ¿Creyeron que no había visto esta serie? ¿Creyeron que no iba a ser lo primero que reseñara, que no fue esta serie la que me convenció de comenzar este libro? Pues bien, si usted no sintió ni una pizca de sorpresa ante esto, es que me conoce más de lo que me gustaría.
Y es que como dicen los españoles, yo FLIPÉ con esta serie, que es uno de los más recientes y reconocidos estrenos de Netflix. Ya desde el momento en que vi el tráiler supuse que me iba a gustar y no me equivoqué. No voy a decir que es la mejor serie que he visto en mi vida o que es la mejor historia de fantasmas del mundo, pero sí puedo decir que pasó a formar parte de mi top five a este respecto. Pero la verdad es que, a pesar de ser una historia en toda regla, no fue solo esto lo que me hizo sentir que estaba viendo un producto audiovisual bien hecho.
Pero mejor vamos paso a paso:
**de más está decir que esta reseña tendrá spoilers, así que si usted no la ha visto, mejor siga de largo**
LA HISTORIA
la trama se divide en dos tiempos, el pasado (que ronda los años 80) y la actualidad. En la primera vemos a la familia Crain, quienes acaban de llegar a una enorme casa señorial que los padres, Olivia y Hugh Crain, planean remodelar para luego vender a un muy buen precio. Se nos dice que a eso se dedican precisamente, como dúo complementario donde ella se dedica al diseño y él a la construcción. El matrimonio carga con cinco hijo de edades que van desde los trece o catorce años, hasta los seis: Steve, Shirley, Theo y Luke y Nell, los mellizos. Parecen ser una familia feliz en todos los aspectos posibles: matrimonio feliz, hijos sanos, inteligentes y guapos y un propósito para el cual todos los miembros contribuyen a su manera, es decir, reunir el dinero para construir por fin su propia casa, la que ellos llaman "Forever House" (no lo traduzco porque así suena más bonito).
El problema de los Crain es que se han ido a vivir a Hill House, un mansión hermosa pero que desde el principio muestra algunas características, por lo demás, extrañas y hasta preocupantes. Por ejemplo están los Dursley, el matrimonio encargado del mantenimiento de la casa y que llevan tanto tiempo trabajando allí que incluso conocieron a los antiguos propietarios (para qué lo voy a negar, varias veces pensé que ellos también eran fantasmas xD). Los Dursley, a pesar de ser muy competentes en su trabajo, se niegan a visitar el lugar durante la noche, mucho menos a quedarse a dormir. Nada más se acerca el ocaso, toman sus cosas y se van a la casa que habitan en el bosque. A su pequeña hija no le permiten acercarse a Hill House y cada tanto dejan caer comentarios que desde un inicio te ponen bajo alerta. Luego están esos perros que solo escuchan los niños y, sobre todo, el cuarto rojo, esa puerta en el piso ubicado sobre la biblioteca que ninguna llave puede abrir.
Los sucesos paranormales no se hacen esperar y pronto vemos a algunos miembros de la familia sufriendo momentos que rayan en el terror. Los más afectados son los mellizos y miembros menores de la familia Crain: Luke y Nell (que son tan tiernos, por dios... esa costumbre de los guionista de hacer sufrir a niños chubis). Nell es visitada constantemente por la mujer del cuello roto, un fantasma al más puro estilo Samara que tiene el cuello torcido. La visita en la habitación que comparte con su hermano o en cualquier lugar que la niña use para dormir e incluso la persigue a través de los años, luego de haber dejado Hill House. Pero si esto es terrible, la parte que le toca Luke es, para mí, terror puro. Creo que exceptuando un par de escenas que son más screamers que otra cosa, las escenas de Luke son las que más me hicieron sufrir de toda la serie. Gracias a este par de desgraciados hermanitos nos vamos dando cuenta que efectivamente pasa algo en Hill House, algo que tiene toda la pinta de ser un problema de fantasmas.
Los sucesos vividos por ellos (los que por supuesto generan un sentimiento de incredulidad en el resto de la familia, son seguidos por eventos más dramáticos, como la "desaparición" de Nell durante una tormenta y el final del periodo de permanencia de la familia Crain en Hill House, que incluye muertes y todo. Lo que no sabemos desde el principio y que se va deslizando por la trama de manera lenta y perniciosa, es que otro miembro de la familia también está siendo afectado por la atmósfera de la casa.
Como dije al principio, la historia está dividida en dos épocas, las que se van solapando, sin que ninguna sea más importante que la otra. En la actualidad ocurren cosas que se relacionan con el tiempo que los Crain vivieron en Hill House y luego se nos muestran, por medio de recuerdos, cuáles fueron esos hechos. Quizás la mayor diferencia entre la actualidad y el pasado es que este la familia Crain era compacta y unida (por lo menos hasta el desmadre final) y en el presente se haya dispersa, no solo por la distancia geográfica que implica el que los distintos hermanos vivan en diferentes estados, sino también por rencillas y malos entendidos. Tal vez por esta razón es más fácil hablar de la trama de la actualidad no por medio de una historia central, como acabo de hacerlo sobre el pasado, sino a través de sus personajes, quienes al mismo tiempo dotan a la serie de una estructura que me pareció muy interesante. Así que proceso a explicar cómo funciona.
LA ESTRUCTURA
Si bien los hechos pasados de The Haunting of Hill House son la base de todo lo que ocurre, es gracias a los presentes que esta se ordena de cara al espectador. Como ya dije, en la actualidad los hermanos Crain se hallan en su mayoría separados y es debido a la desgracia que vuelven a reunirse. Como el que sean nada menos que cinco hermanos y, por tanto, cinco perspectivas diferentes de todo lo sucedido, los guionistas decidieron dedicar un capítulo de los primeros cinco a cada uno de ellos y por orden de nacimiento. Luego hay un sexto y séptimo capítulo en donde todas las perspectivas se funden porque logran reunirse físicamente en un mismo lugar, para después pasar a las perspectivas de su padre, en un capítulo, y de su madre en otro. Al final, un último episodio que los reúne (en un sentido más completo que el anterior) y el desenlace de la historia de los Crain.
A mi juicio esta estructura fue lo que más me llamó la atención, porque lo sentí como una serie de cuerdas que se van trenzando hasta dejar una sola. Por separado funcionan, pero es cuando logran comprender cómo se complementan que la historia tiene una profundidad de varias capas. Hay escenas que son presentadas en un capítulo y que solo entiendes en el siguiente o dos capítulos después. Se nota la buena estructura y el trabajo de tomar una historia y dividirla en piezas que tienen que encajar bien entre ellas.
Y es aquí donde cada personaje, cada miembro de la familia Crain, se vuelve importante a su manera. No hay uno que destaque por sobre los demás, aunque claro que te pueden gustar más unos que otros. Pero lograr que en una serie que tiene siete protagonista ninguno parezca menos importante es un gran logro.
Con ellos, los personajes, iré uno por uno.
LOS PERSONAJES
Steven Crain o "el que no cree"
Steve, el mayor de los hermanos Crain, es un joven tranquilo, listo y responsable, que no solo es amable con el resto de su familia, sino que parece ser un gran apoyo para sus padres. Al ser ya un adolescente, estos le hacen un poco más partícipes de la situación familiar que al resto de sus hermanos, sin que por ello Steve sea el que más sabe al respecto. Podríamos decir que Steve es aquel que menos percibe la actividad paranormal de su casa y durante gran parte de la serie (entiéndase en las escenas que lo muestran en su juventud) se mantiene ajeno a lo que de verdad le ocurre a su familia.
Ya de adulto, en cambio, Steve se transforma en un escritor de novelas paranormales, yendo incluso a investigar casos al respecto. Ha escrito sobre los grandes historias de fantasmas de su país, pero es cuando su carrera tambalea que decide novelizar lo ocurrido a su familia, caso que se volvió famoso gracias a la prensa amarillista de la época. Para hacerlo se vale en gran parte de los testimonios de sus hermanos, porque, como ya se dijo, él nunca vivió una experiencia paranormal en Hill House. Debido al tratamiento poco, digamos, delicado que da al asunto en su libro, se gana el rencor de Shirley, quien sabe que lo hace solo por dinero, y de Theo, que le recrimina haberse ahorrado la parte más horrible de lo sucedido. A pesar de esta fricción, Steven no deja de ser el hermano mayor, sobre todo para Luke y Nell, que son los que tienen más problemas de la familia. Aún cuando tiene sus propios problemas, se esfuerza por ser indulgente con ellos, pero al mismo tiempo es muy escéptico sobre todas esas historias de fantasmas que sus hermanos menores supuestamente vivieron. Para él todo no es más que el fruto de una tendencia familiar a las enfermedades psiquiátricas. Así es como él explica lo vivido por su familia y, en especial, la muerte de su madre.
En un principio, sentí que Steven era de los personajes más débiles de la serie y, aunque no me caía mal, sí me molestaba esa actitud petulante que tenía. Sin embargo, con el correr de los capítulos, me fue gustando mucho más. No diría que es mi favorito, pero logré entenderlo. Después de todo, no es fácil ser el excluido, aunque serlo te ahorre muchas experiencias dignas de pesadilla. Porque finalmente eso es Steven cuando hablamos de lo paranormal en Hill House, un excluido. Es el normal, el que no ve hasta que es demasiado tarde. O más bien, el que no sabe que ve hasta que es demasiado tarde.
Shirley o "la que no quiere creer"
La segunda de los Crain me provocó desde un principio algo similar al rechazo, porque su actitud cuando es una adulta me parece muy rígida e incluso fría. Incluso su actitud corporal lo transmite (punto para la actriz), porque Shirley parece estar siempre con los hombros tensos y un rictus en la boca. Es cuando vemos las escenas del pasado que entendemos por qué sintió esa necesidad de ser la mujer fuerte de la familia, la que es capaz de sacrificarse por los demás, sin que por ello no lo saque en cara y se haga la mártir. Y también entendemos por qué la muerte es tan importante para ella, hasta el punto de convertirla en el pan de cada día de su trabajo.
Tal como me pasó con Steven, la sentí como la menos interesante de los hermanos Crain (acá la palma se la llevan los menores), pero luego entendí que Shirley es aquel personaje que en una historia de fantasmas se resiste a creer. No lo hace de la misma manera que su hermano, quien al no haber sido un testigo ocular de lo sucedido y depender solo de las palabras de otros opta por la lógica y descarta lo extraño como una invención o como locura. No, Shirley ve cosas, tal vez en menor medida que Luke y Nell, pero las ve. O al menos está más cerca de la acción que Steven.
Shirley es como un rama seca para mí. Se mantiene intacta mientras nadie haga el esfuerzo de romperla. Y cuando eso ocurre, se resiste hasta el último minuto para resistir.
Theo o "la que sabe"
Debo decirlo, Theo es mi personaje favorito de la serie. Quizás no sea tanto por el personaje en sí, sino porque su capítulo, el tercero, me parece uno de los mejores. Y es que Theo tiene un interés en sí mismo, porque no solo es una niña o mujer más en medio de una casa embrujada. Ella tiene una capacidad extraña, que arrastra consigo desde antes de Hill House y que sigue cargando después.
Podríamos decir que es una especie de médium o psíquica, que depende del tacto de su piel para percibir cosas. Es genial cómo en la serie nunca se verbaliza lo que es, ni tampoco se teoriza al respecto. Su talento es algo que Theo asume de forma instintiva y como forma de vida. Claro que no sale indemne de él, ya que con solo tocar algo o a alguien puede saber lo que ese algo o alguien contiene en su interior. Imagínense lo que eso puede significar. Con ese mismo instinto, Theo sabe que hay cosas no del todo normales ocurren en Hill House, que hay puertas tras las cuales se ocultan cosas, que los muebles guardan parte de la memoria de sus antiguos ocupantes y que sus hermanos menores han visto cosas. Solo con tocarlos sabe que todo lo que dicen Luke y Nell es real.
Ya de adulta, se esfuerza por ser la mujer distante, dueña de su vida, pero en los momentos de crisis es tan vulnerable como Shirley. Ella no saca los problemas de sí con furia o resentimiento, sino con alcohol y diversión. Carga con su don tal como Steven carga con su exclusión, Shirley con su orgullo, Luke con su drogadicción y Nell con su depresión. Lo usa en la medida de lo posible, pero sigue siendo una carga que a veces se vuelve muy pesada. Y el horror... el horror que se esconde en un simple contacto en ocasiones se vuelve demasiado para Theo, que no es más que otra excluida entre sus hermanos.
Luke y Nell o "los que padecen"
Primero pensé en ponerlos por separados, pero algo me lo impidió. Cosas de mellizos, supongo. Y es que Nell y Luke representan lo mismo para mí, es decir, aquellos pobres almas desdichadas que son el foco de casi todas las experiencias paranormales ocurridas en Hill House. Tal vez sea por la edad que tienen cuando su familia se traslada a la mansión (entre cinco y siete años) o quizás porque son más sensibles y vulnerables que los demás, no lo sé. El punto es que todo o casi todo les pasa a ellos. Cada uno a su manera es perseguido por un fantasma en particular, incluso más allá de Hill House. Nell tiene a la mujer del cuello rojo y Luke al hombre del sombrero. Ninguno de los dos puede tener una vida normal llegada la adultez, aunque lo intentan. Los recuerdos, las pesadillas, las parálisis del sueño... todo lo que no logran superar sobre su infancia, decanta en drogadicción para Luke, lo que lo transforma en un lastre para su familia, y en depresión para Nell, que la hacen ver como la joven vulnerable e impedida de llevar un vida normal y cuyo suicidio solo viene a ratificar. Aún así, a pesar de todo esto, siento que son ellos los que de verdad unen a la familia Crain, aunque sea a punta de desgracias. De hecho, la pena de Nell bebe precisamente de la necesidad que tiene de ver a todos de nuevo reunidos en el lugar que los marcó, es decir, Hill House.
Luke y Nell son, sin duda, el par de personajes con que el espectador más conecta a través de la serie. Son los vértices inferiores de un triángulo completado por su mamá en la cima. Los tres son las mayores víctimas de Hill House y, por eso, nunca pueden conectarse completamente con el resto de la familia. Siempre sentí que el resto de los hermanos Crain veían a Nell y Luke como algo frágil y problemático y, aunque es fácil ponerse en el lugar de estos últimos y recriminarles a Steve, Shirley y Theo su actitud, al mismo tiempo es muy comprensible la manera en que los tres reacciones ante el problema de los menores. Desde afuera puede parecer la actitud incorrecta y lo es, pero tener que convivir siempre con la carga que supone un adicto (a nivel psicológico y económico), además de con una persona inestable emocionalmente, es algo que agota a cualquiera.
Los mellizos son el arma más grande que posee Hill House (después de Olivia) para socavar a la familia cuando esta se ha escapado de sus garras. Son la manera que tiene la casa de hacerlos volver.
Y lo logra, claro.
Hugh Crain o "el que no puede evitar creer"
Hugh, el padre de la familia, es ese personaje que la serie te entrega para que desconfías de él, algo que no pasa con los sus hijos y que, al estar muerta, solo sucede a medias con su esposa. Durante los primeros capítulo casi aparece exclusivamente en las escenas que muestran el pasado, para tomar más participación en la actualidad a partir del sexto capítulo.
En todas las escenas que muestran a la familia Crain en Hill House, Hugh me pareció ese padre abnegado pero ignorante de muchas cosas que le suceden a sus seres queridos. Es muy similar a Steven, pero la historia lo trata a él con un poco más de dureza o al menos lo hace desde antes. Si entre los planes de hugh estaba el resistirse a creer que algo ocurría en Hill House, los acontecimientos lo obligan a dejar de lado su escepticismo y rendirse a la evidencia. Es él quien padece la supuesta locura de su esposa desde mucho antes que sus hijos la perciban del todo. Es él quien tiene que sacar a los niños de la casa luego de la tragedia y también él quien debe mantener el secreto de Hill House.
Poco a poco uno se va dando cuenta que Hugh carga con un gran peso sobre los hombros y se admira de su fortaleza. Al final le cede parte de ese peso a su hijo Steven, pero durante años, hugh estuvo solo. Quizás más solo que ninguno.
Olivia Crain o "la que sufre"
Si hubiera que elegir un personaje misterioso en esta serie, esa sería Olivia, la madre de los niños Crain y la primera víctima de Hill House. Su muerte es el gran misterio que arrastra la casa, porque no es hasta los capítulos finales que no entendemos del todo lo que ocurrió. Hay muchas cosas que ni los hermanos Crain ni nosotros sabemos y por esta razón Olivia se transforma en algo tan enigmático como la casa en sí.
Antes de que todo se pusiera feo, Olivia era un mujer completamente entregada a su familia y a su trabajo como diseñadora y arquitecta. Es la mente detrás de cada proyecto llevado a cabo en conjunto con su esposo y es amada por todos quienes la rodean. Pero, su caso es muy similar al de Jack Torrance en la noche El Resplandor. Uno podría achacar cada cosa que le ocurre a la casa y a los fantasmas que la habitan, pero eso sería una media mentira o al menos una perspectiva superficial del asunto. Porque lo cierto es que si los hermanos Crain tienen un sensibilidad especial que combina perfecto con las características de Hill House, es debido a Olivia, no a Hugh. En un par de escenas ella misma reconoce que su familia tiene dones que los hacen más sensibles a cosas paranormales, por eso no se sorprende ante la capacidad de tocar y sentir más allá de lo normal que tiene Theo o entiende mucho mejor que su esposo lo vivido por Nell y Luke. A ella también la persiguen los fantasmas y es a ella a quien utiliza la casa como arma para hacer lo que se propone.
Quizás debido a que solo vemos a Olivia en las escenas del pasado, siento que en ella se funden las dos épocas, aquella en que sus hijos son unos niños y esa en que ya han crecido y se han transformado en adultos. Hill House juega con su mente para hacerla creer que los niños están en peligro, y gracias a esto Olivia es capaz de ver o saber lo que realmente pasará con ellos en unos años. Ella es como el vórtice donde todo converge y donde la casa encuentra el alimento necesario para sus propósitos.
LO PARANORMAL
En una época donde el terror se confunde muchas veces con la sorpresa y el impacto, se agradece mucho cuando una serie de ese género no utiliza a mansalva dicho recurso. Cuando construyen escenas terroríficas que no duran un segundo y te hacen gritar, sino que se extienden por varios minutos y te hacen sentir terror de verdad. Y es que Hill House, la casa, es un lugar lleno de horrores en cada esquina y rincón. Un lugar donde los vivos son los visitantes y donde los muertos llevan años esperando. ¿Esperando qué? Es una pregunta que no puedo responder del todo.
Si algo me queda claro, sin embargo, es que es la misma Hill House la gran antagonista de esta serie. En ocasiones algunos de sus espectros tomará ese lugar, pero en el fondo siempre es la casa. Enorme, bella y misteriosa, Hill House se yergue tanto de día como de noche en una especie de intermedio entre el mundo de los vivos y de los muertos. No se sabe por qué exactamente ocurre esto. En ningún momento se nos cuenta de una maldición ni nada por el estilo y aunque en otra situación esto me habría decepcionado, acá lo veo como un buen enganche para futuras temporadas, en las que sería difícil incluir a los Crain. Hay muchas cosas que aún podemos aprender sobre Hill House y eso me pone muy ansiosa, la verdad.
Quizás la gran tarea de toda película, serie o libro sobre fantasmas de la actualidad es darle un toque nuevo a un género que tiene mucha historia detrás. Sobre fantasmas y la muerte se ha escrito desde los griegos hacia adelante, pasando por las leyendas y cuentos de hadas, Shakespeare, la época victoriana y el siglo XX. Siempre va aparecer una nueva historia de fantasmas, pero cómo se nos presente el problema es lo esencial. Por eso, creo que Haunting of Hill House merece un buen puesto en cualquier ranking de este tipo de historias. Puede que a algunos les parezca un detalle, pero para alguien que no solo consume este género, sino que escribe sobre él, la manera en que los guionista introdujeron a los fantasmas brilla con luz propia. Por sí solo no es un rasgo que haga de esta una buena serie, ya que sus personajes y el siempre buen cliché de una familia en una casa abandonada le juega mucho a favor. Sin embargo, es el hecho de que la presencia de los fantasmas no dependa únicamente de un personaje los vea y se sienta aterrorizado por ellos es lo que la vuelve una buena historia paranormal.
En Haunting of Hill House los fantasmas siempre están ahí. Siempre. Si ustedes ya la vieron con atención o se han empapado de lo que se dice sobre ella en redes sociales ya saben de lo que hablo. Creo que la primera vez que lo noté fue en el capítulo de Luke, el cuarto capítulo de la serie. En una escena en que el niño baja las escaleras despavorido porque acaba de ver a un fantasm reflejado en un artilugio de metal, me di cuenta que abajo, en el umbral de una de las habitaciones adyacentes al recibidor, había algo extraño. Recuerdo que detuve el vídeo y lo retrocedí para salir de dudas. Y ahí estaba: la silueta de un hombre. No solo eso, sino que eran dos siluetas. Eso activó mis antenas y a partir de ese momento revisaba casi fotograma por fotograma los momentos en los que, según yo, podía haber un detalle similar. No diré que los descubrí todos, pero sí varios. Ahí estaban los fantasmas, no solo cuando Luke, Nell u Olivia... o cualquier otro pobre desgraciado los viera. Porque cuando un fantasma, espectro o espíritu solo es visto por uno o más personajes, incluso para el espectador todo puede reducirse a una ilusión o a la locura. Pero, ¿qué pasa cuando están ahí, escondidos en los rincones, y los personajes desconocen su presencia? ¿Cuando son la parte tan tenue de una escena que se confunden con una pared, se esconden tras un mueble o se diluyen en el reflejo débil de un vidrio? Es ahí cuando nos damos cuenta que ni siquiera en el mundo cerrado de esa ficción es posible la negación. Aunque nos duela, ellos existen.
Y si es así en una serie, ¿no lo será también en la realidad? ¿Será que a veces, cuando no miramos, hay algo o alguien que sí nos observa a nosotros?
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