Si Sexto Sentido fue esencial para mí a la hora de establecer ciertos parámetros para los médiums que pensaba crear, esta película de Almodóvar fue sin duda esencial para determinar rasgos de mis fantasmas. Junto con la anterior, me parecen de las mejores cosas a hechas sobre el tema a nivel audiovisual. 

Estrenada en el año 2001, Los Otros cuenta la historia de Grace (Nicole Kidman), una mujer que vive junto a sus dos hijos en una apartada mansión y que espera el regreso después del término de la Segunda Guerra Mundial. Desde el principio, gracias a la estética de la película, notamos el ambiente oscuro y penumbroso del escenario, lleno de niebla (típico de Inglaterra y aún más en una isla pequeña ubicada en el Canal de la Mancha) y de interiores oscurecidos por pesadas cortinas. La familia Stewart parece llevar una vida opaca, pero dentro de todo, tranquila. Las cosas cambian cuando llegan tres personas que han decidido atender el anuncio de Grace en busca de sirvientes. Se trata de una mujer y un hombre mayor, junto con una joven muda. 

Gracias a la intrusión de estos tres extraños, nos vamos enterando delas manías y estrictas reglas que tiene la dueña de casa, todas en pos de un objetivo muy concreto: mantener a sus hijos a salvo. Al parecer los niños padecen de una extraña enfermedad que les impide recibir la luz del sol, lo que explica el ambiente opresivo y oscuro que reina dentro de la casa. Grace es terminante en sus condiciones y bastante poco flexible, incluso en la relación con sus hijos. 

Pero la llegada de los nuevos sirvientes es solo el inicio de los problemas. Pronto comienzan a ocurrir una seguidilla de hechos extraños, que afectan en especial a los niños. Poco a poco se va haciendo evidente lo que pasa: en la casa hay fantasmas o al menos los hijos de Grace así lo afirman. Pero los sucesos paranormales no se quedan ahí; la misma Grace va viendo y sintiendo cosas que además de aterradoras van poniendo a los niños en peligro: la desaparición de las cortinas que los protegen de la temida luz solar y esa anciana que parece haber tomado el cuerpo de su hija durante unos segundos. Lo peor de todo es que los tres sirvientes recién llegados parecen saber mucho más que ella y le hablan con palabras enigmáticas. Grace ya no confía en ellos y tampoco confía ya en sí misma, ni en sus hijos.

Otro giro trascendental es cuando por fin llega el esposo que viene de la guerra, evento que la protagonista está esperando con ansias. Podemos entender por qué: se encuentra en medio de un momento de caos, la guerra ha terminado y aunque eso es bueno, nadie sabe qué puede pasar o quién puede llegar a su casa. Es una mujer sola con dos hijos pequeños y enfermos. El retorno de su esposo no es bueno únicamente porque supone recuperar a alguien amado, sino que además significa seguridad, compañía y esperanza. Pero el hombre llega y tanto su aspecto como su ánimo es extraño. Dentro de todo, Grace y nosotros comprendemos lo que pasa: Charles Stewart viene de la guerra y está traumado. Pero sus palabras son tan enigmáticas como las de los empleados y, sorpresivamente, se va, dejando de nuevo sola a Grace y a los niños. Esta intenta seguirlo, pero la bruma que rodea su casa le impide seguir avanzando. 

En la casa, la tensión va en aumento hasta que se precipita el final, en el cual nos enteramos de quién son en verdad los otros.

Más allá del final, que es quizás tan sorprendente como el de Sexto Sentido, lo mejor de esta película es la manera lenta pero persistente en que se va exponiendo el misterio. Si no fuera por el ambiente propio de una película de suspenso paranormal, no sabríamos muy bien dónde nos estamos metiendo. Hay una casa oscura y niños con la pinta perfecta para ser atacados por el Hombre del Saco, pero al principio no sabemos si son ellos el problema, si lo único extraño la enfermedad que padecen, si el peligro reside en su madre o, por el contrario, en los extraños que acaban de llegar. Poco a poco la familia Stewart se va perfilando como víctima, pero no tenemos claro de qué. Al final, nos damos cuenta que el gran antagonista de la película es la verdad que ellos no pueden recordar y que los sirvientes solo desean hacerles entender. 

Gracias a Los Otros creé el concepto de Imitador (fantasma que no sabe que está muerto) y también perfilé el de Intruso (fantasma que sí sabe que está muerto), pero también fue una buena inspiración para aspectos como el Limbo, el bucle en el que se mueven los Imitadores o el Descubrimiento, momento clave en que un Imitador sabe por fin que está muerto. Cuando estaba creando estas cosas para historias como FIGUEROA & ASOCIADO o AGENCIA PARANORMAL ALMAHUE, acudí a este film como a una enciclopedia. Es algo que suele ocurrir con temas como los fantasmas: la cultura popular contiene más información que los estudios "serios" hechos al respecto. Pero más allá de su utilidad, me parece una excelente película. La fotografía es maravillosa, Nicole Kidman lo hace genial en el rol protagónico y hacia el final, cuando junto a los personajes comprendemos la verdad, logra generarnos la empatía suficiente para que una pregunta asome a nuestra mente: ¿qué sentiríamos si estuviéramos muertos, pero no lo supiéramos?

Y ustedes, ¿la vieron? ¿Qué les pareció?

GRACIAS POR LEER :)