Capítulo 23.
Layla Adams
Me quedo en silencio ante su inesperada pregunta mientras sus manos acarician mi cintura con delicadeza. Suspiro profundamente y sus labios rozan ligeramente mi cuello.
âDime, ¿qué ocurrió? âdice interesado.
âMe zafé de él. No tenÃa muy buenas intenciones desde un principio âexplico.
â¿Y cómo conseguiste escapar de él?
âMe ayudaron. Ahora bien, ¿a qué se deben tantas preguntas? âcuestiono girando sobre mis talones para mirarle.
âSimple curiosidad âañade desviando la mirada.
Agarro su mentón con mi mano derecha obligándole a clavar su oscura y caramelizada mirada en la mÃa.
â¿Qué te han contado? âpregunto sin rodeos.
Su rostro se congela y abre los ojos como platos ante la situación. Frunzo el ceño con decisión y él suspira atrapado.
âDime qué te han dicho, Oviedo.
â¿Es cierto que te zafaste de Scott con la ayuda de su sobrino? âcontesta a regañadientes.
Asiento con la cabeza y él aprieta los puños frustrado. Suavizo mi mirada y logro que su tensión descienda.
â¿Pasaste la noche con él?
âFrena, Oviedo âmusito firme.
âRespóndeme, Layla.
âSÃ, pero no es lo que piensas. Me preparó una habitación y dormimos separados. Pero qué demonios, no tengo porqué darte más explicaciones. Da gracias que me salvó de una posible violación a manos del capullo de nuestro superior âmascullo directa.
âNo pienso tolerar que te toque.
â¿Y perder tu puesto de trabajo? No digas tonterÃas, Oviedo.
âPor ti lo perderÃa absolutamente todo, Layla. Hasta la razón si es necesario âmurmura aproximándose ligeramente a mis labios.
Suspiro levemente mientras sus manos viajan hasta mi cuello y se colocan en él con suavidad. Da ligeras caricias con la yema de sus dedos pero eso no evita que siga acercándose a mà cada vez más. Nuestros labios se rozan fugazmente y el deseo junto con la impaciencia se apoderan de la situación.
Muerdo mi labio inferior y me lanzo a sus labios con efusividad. Sus manos se aferran a mi largo cabello rubio mientras que las mÃas se posan sobre su torso. Busco el contacto de su piel bajo su camisa y la palpo con mis dedos sin dejar un sólo rincón por recorrer. Me deshago de la tela que le cubre y la lanzo a quién sabe donde.
Desciendo por su cuello depositando húmedos besos y rudas mordidas en él para provocar lo que mi sexo grita. Me sujeta de la cintura y me eleva del suelo hasta sentarme sobre la encimera. Introduce su mano por mi fino short de pijama y busca palparme con sus dedos sin ningún tipo de recelo. Aparta el tanga con suavidad pero se detiene. Besa mis labios con ferocidad y cuando menos me lo espero, me penetra duramente con dos de sus gruesos dedos. Se deshace de mi pantalón y pronuncia lo siguiente:
âÃbrete bien, muñeca âsentencia con la voz ronca.
Al hacerlo, se apoya con un codo en la encimera y nos besamos bañándonos con nuestras lenguas mientras palpa mi feminidad con sus dedos.
Llevo mi mano hasta su pantalón y lo desabrocho como puedo. Bajo ligeramente su bóxer y masturbo su miembro dando suaves movimientos de arriba a abajo y viceversa. Palpamos nuestras intimidades al compás mientras el calor se apodera de ellas y de nuestros cuerpos semidesnudos al completo.
Detiene sus movimientos, desciende con suavidad el fino tanga que cubre mi sexo y se deshace de él. Se coloca entre mis piernas y de una dura embestida, se introduce por completo dentro de mÃ. Gimo ante tal exaltación y me coloco aún más al borde para facilitar la penetración. Dentro y fuera, a un ritmo que acelera conforme mis gemidos aumentan.
âJ...Jesús âmusito extasiada, mordiendo mi labio inferior.
âTe ves tan hermosa gimiendo mi nombre âmurmura acercándose a mi oÃdo.
Tiemblo ante su ágil seducción y prosigue embistiéndome sin cesar. Se aferra a mis piernas y rodeo su cintura con ellas, consiguiendo que la penetración sea más firme, ruda y placentera. Gruñe en mi cuello y me separa las piernas acelerando el movimiento de sus caderas. Dentro y fuera. Dentro y fuera. Pero todo concluye cuando siento una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo y gemimos al compás teniendo un elevado orgasmo que baña de placer nuestros oÃdos.
¿Son correctos los celos de Jesús?ð
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro