Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17.

Ryan Scott

La observo con detenimiento. Analizo su figura por enésima vez esta noche mientras ella sonríe levemente sin mirarme. Coloco mi mano sobre su pierna, pues con la otra voy conduciendo y ella gira la cabeza hacia mí considerablemente. Nuestras miradas se encuentran y muerdo mi labio inferior ante su timidez.

—¿Quieres que te lleve a tu casa o prefieres ir a otro lugar? —pregunto sonriendo.

Ella sin quitar la mirada de mí, se encoge de hombros y vuelvo a morderme el labio inconscientemente.

—Llévame a donde quieras —indica con una sonrisa.

Asiento ante su respuesta y decido llevarla a mi humilde hogar. Conduzco hasta allí fijando la vista en la carretera, aunque en ciertas ocasiones me distraigo, pues Layla acaricia mi brazo con sus uñas delicadamente.

Estaciono en el garaje y el rostro de la bella dama que me acompaña, cambia drásticamente y observa todo lo que ve a su alrededor.

—¿Vives aquí? —cuestiona asombrada.

—Podría decirse que sí —añado riendo.

Bajamos del coche y nos adentramos en el jardín. Le extiendo la mano y comienzo a mostrarle la casa exteriormente.

—Quiero meterme en el jacuzzi —dice mirándome con picardía.

—Hazlo, preciosa. Estás en tu casa.

—No he traído ropa de baño.

—En ropa interior también sirve —musito y ella se sonroja.

Me acerco peligrosamente a ella y acaricio su mejilla con la yema de mis dedos. Su piel es suave y delicada, como ella.

—¿Qué te parece si nos tomamos una copa mientras disfrutamos de la noche en el jacuzzi? —pregunto a centímetros de sus labios.

—Acepto —susurra atrapando mi labio inferior entre sus dientes.

Mis manos vuelan hasta su cadera y la aprieto contra mí, fundiendo así nuestros labios. Sus manos se colocan en mi cuello y sonrío sobre sus rosados labios.

—Voy a por las copas y unas toallas —añado separándome.

Ella sonríe y entro en la cocina. La observo desvestirse por la ventana, quedándose en ropa interior y muerdo mi labio.

Acabas de perder a una gran mujer, Jesús Oviedo.

Sirvo la bebida en las copas llenándolas y cojo dos toallas del estante del baño. Antes de salir, decido desvestirme y quedarme en bóxers.

—Aquí tienes, preciosa.

Extiendo la copa hacia ella y sonríe con una dulzura inexplicable. Le da un sorbo y la coloca en la orilla del jacuzzi. Asciende las pequeñas escaleras y se introduce en él, haciendo que no desvíe la mirada de su cuerpo ni un sólo segundo.

—¿No entras? —cuestiona relajándose.

Sonrío y entro sentándome frente a ella. Nuestras piernas se rozan bajo el burbujeo del agua mientras bebemos. Decido dar el paso y me acerco sutilmente, deslizando mi mano por su pierna hasta llegar a su sexo, cubierto por un fino tanga húmedo.

Ella relame sus labios y decido actuar rápido. Deslizo el tanga por sus piernas hasta deshacerme de él y noto cómo las abre para mí. Introduzco los dedos en su intimidad y tapo su boca con la mano que me queda libre.

—Shh, pequeña.

Muerde el lóbulo de mi oreja provocándome y decido apresurar mis movimientos. Sus manos viajan hasta mi bóxer y se deshace de él lo más rápido posible. Me coloco un preservativo y la observo con detenimiento.

—Ábrete para mí —murmuro y ella acata mi orden.

Coloca sus manos en mis hombros y de un sólo movimiento, la penetro con rudeza. Clava sus uñas en mi espalda al sentirme totalmente dentro de ella e intensifico mis movimientos. Apresuro cada embestida mientras ella gime sobre mis labios y rodea mi cintura con sus piernas. La callo con besos, besos pasionales que nos envuelven a ambos en un climax de deseo y lujuria.

La embisto una, dos y hasta tres veces más, mientras sus dulces gemidos bañan mis oídos de una melodía que nunca me cansaría de escuchar.

—R...Ryan —murmura excitada.

Acallo sus palabras con besos y sutiles mordidas en el cuello. Ella exige más. Lo veo en sus ojos claros como el océano. Y así lo hago. La hago mía una y otra vez mientras sus labios bailan con los míos, y nuestros cuerpos se entregan al juego de la pasión, hasta que ambos llegamos al climax.

La abrazo con fuerza y ella apoya su cabeza en mi torso desnudo pero bien definido. Deposito un suave beso en su mejilla y ella sonríe.

—¿Puedo ducharme? —pregunta tímida.

—Claro —le indico poniéndome en pie.

Extiendo mi mano y ella la agarra. Cojo una toalla y la coloco sobre sus hombros, acto que agradece sin más. Me enrollo otra en la cintura y la acompaño hasta el baño principal. Una vez allí, besa mis labios dulcemente.

—Prepararé algo de cenar —sentencio antes de que cierre la puerta tras de sí.

¿A qué creéis que se refería Ryan? ¿Conocerá a Jesús? ¿Qué te ha parecido este encuentro sexual entre Layla y Ryan?😋😈

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro