Ellos vivieron...

Respecto a la obra:

Meses atrás me hallaba en mi periodo vacacional, recuerdo que tomaba cursos para mantenerme activo en lugar de pasar el día encerrado en mi cuarto. Afortunadamente, la Madre Tierra me ofreció un día como a mí me gustaban en ese entonces. Hubo un aguacero espantoso que transformó la calle en un río, de hecho, recuerdo ver las ramas de los árboles corriendo pkr allí y asemejándose a los barcos vikingos.

  Inesperadamente, me puse muy feliz de que ocurriera un hecho realmente polémico como ese. Pues donde vivo actualmente, existen varios accidentados en los días de lluvia. La buena noticia fue que de no haber sido así; esta obra no existiría. Reconozco que antes de ello nunca fui un fiel lector o escritor, era un chico simple (en ese entonces de la edad de Bosco). Y adivinen qué... La inspiración no es cuestión de la mano divina de un Todopoderoso. Tuve que descubrir con el paso del tiempo (y en ocasiones he de redescubrirlo) que es el conjunto de acciones y deseos pasados, y de nuestras experiencias propias. Similar a un enlace.

  Llevaba días chateando con mis amigos por redes sociales como Messenger o WhatsApp y recuerdo haberles comentado que, hasta ese momento, yo no había consumido contenido juvenil que me hiciera sentir cien porciento identificado (aclaro de una vez que tampoco era alguien que leyera mucho). Y la razón era que todo lo que sugerían para mí tenía estilos de redacción donde los personajes no hablaban como yo, tampoco vivían de una manera similar a la mía y pensaban de tales maneras que parecían ser mis polos opuestos.

  No era una señal. Solo era cuestión de tiempo antes de que me volviera loco por pensar cosas como esa. Y una vez acepté lo que necesitaba hacer, emprendí un truculento viaje que me llevaría escribir al respecto de un adolescente asocial y su indeciso gato persa.

  Yo ya tenía alguna vaga recopilación de escritos un tanto banales, repletos de unas definiciones muy precisas y de rareza científica. Porque soy nerd de vez en cuando, en mis ratos libres. En fin, cuentos que hice como "El origen del pangolín", "Dientes" o las obras de teatro que formaba con mis juguetes, no eran nada comparado a esto, ya que en el tiempo en el que escribí la obra requirió de un gran esfuerzo.

  De regreso al aguacero espantoso, recuerdo ver por la ventana y divisar al gato de unos vecinos trepando de regreso a su casa. Eso fue una coincidencia relacionada con observar los mini-barcos vikingos. Pero llegó en el momento perfecto: cuando me planteaba cómo capturar no solo la atención de mis amigos con una obra corta, sino que era preciso algo que atrapara primero todo mi interés. Minutos después, el borrador del capítulo: "El canasto de mimbre" fue llevado a cabo, y la lluvia seguía allí...

  El resto es una historia, actualmente publicada en Wattpad.

  Los problemas por los que pasé en la creación del borrador eran que yo trataba de hacerlo para que todo el mundo lo amara. Al percatarme de mi error, corregí varias cosas y escribí de lo que yo no sabía y necesitaba leer. Entonces le llevé a un niño de sistemas estrictos  (como yo) un desvalance emocional y un gatito persa de un mes. Lo curioso fue que en ese entonces no soportaba para nada a los gatos, y quien me conozca actualmente creerá que bromeo. También sumé su desencaje escolar (lo cual nunca pasa de moda en una historia como esta); a la vez, una crisis existencial representada por voces silbantes y acosadoras. En fin, esta fue la receta para crear un Bosco.

  Realmente no sé lo que vaya a significar ésta novela para el mundo, si es que alguna vez llega a manos de otros jóvenes como yo que necesitan otra especie de letras diferente a la de los demás. Comprendo que no será la historia mejor contada o aquella que merece andar en boca de todos, y quizá nadie hablará de ella. Y eso está bien. A su vez, podría ser que nadie se sienta tan involucrado como yo en la novela, porque me desvelé por noches enteras. Entonces puedo entender que nadie la amará del mismo modo quee yo lo haré.

  Si comparto esto, es solo en caso de que exista una persona que (igual a mí) sepa lo que es tener un Bosque de Secuoyas Mentales creciendo en tu cabeza. Y espero, no que vaya a salvarte porque eso dependerá de ti, en cambio, que sea un apoyo y te recuerde: «No eres un caso perdido».

  Me siento en gratitud con todos los que se dieron el tiempo de acompañarme en ésta odisea. Especialmente con personas como mis mejores amigos, ellos sabrán quiénes son; y escritores fantásticos como TavioS2  y AndyAAE, cuyas motivaciones me sirvieron en todo momento.

  Espero que en caso de que se enreden con las ramas de un Bosque de Secuoyas Mentales, no olviden que la única manera de salir es escalando entre las ramas. Y no se olviden jamás de contemplar el cielo nocturno.

Dariann Dépayser

Ciudad de México, 25 de Mayo del 2020.