diesisiete
{un mes más tarde}
Narra Gala.
Ya ha pasado un mes desde que acabo todo. En este mes, no es que hayan pasado grandes cosas pero si que han pasado cositas como que Marco y yo lo estamos intentando. Aún no tenemos una relación oficial, es decir, no somos novios. Somos algo que todavía no está definido.
Si os preguntais si volví a el trabajo así es, he vuelto al Real Madrid para seguir realizando mi trabajo, que también está compaginado con el trabajo de diseñar la ropa deportiva de Adidas.
La Navidad está muy cerca y eso significa: vacaciones, estar con la familia, cenas familiares, regalos y ¡oh mi cumpleaños!, pero aún queda varias semanas y varios partidos por delante para que eso ocurra.
Hoy tengo una reunión importante en las oficinas de Adidas, y me estoy preparando para ello. Después de darme una ducha con música como siempre, llega el momento de vestirse y ahí empieza mi dilema. Hasta que como si supiera que la necesito, Sara me hace una videollamada y la cojo enseguida. Me ayuda a elegir la ropa y me cambio rápidamente, le doy las gracias y cuelgo no sin antes prometer que si todo sale bien en la reunión lo celebraremos.
Antes de irme me paso la plancha por el pelo para dejarlo todavia más liso si es que se puede.
@galarodriguez
Una vez ya lista y después de haber cogido todas las cosas necesarias para la reunión, que no es otra cosa que un bolso con varios papeles, y un estuche, salgo de casa y me monto en el coche para dirigirme a la oficina.
Justo cuando termino de aparcar el coche mi móvil se enciende ya que ha llegado un mensaje, lo miro antes de entrar y mi cara se ilumina al ver que la persona que me ha escrito no es otra que Marco.
Marco ✨
sé que todo va a salir bien pero
te digo de nuevo que buena suerte🤞🏼
Gracias Marquito ❤️
Nos vemos luego, te quiero ✨
Te quiero mucho más 🥺❤️
Y como si fuese lo que necesitaba un chute de energía viene a mí, ahora si, Gala a por todas, me digo antes de entrar.
Llego a la planta donde se celebra la reunión. Antes de tocar la puerta y entrar respiro ondo y llamó, detrás de la puerta se escucha un pasa que suena muy firme. Al entrar lo que me encuentro es a Sonia rodeada de varios hombres que visten en trajes de chaquetas y que podría decir que son más mayores que Sonia y yo. Aunque Sonia tiene cuarenta años, pero estos señores estoy segura de que son mayores que ella ya que a alguno que otro se le aprecian algunas pequeñas arrugas en la cara y el pelo canoso.
- buenas Gala siéntate aquí si no te importa. - me dice Sonia señalando una silla que esta justo a su lado.
- buenos días - saludo a todos, ante todo hay que ser educada.
Empiezan a hablar de varias cosas a las que por supuesto que les presto atención pero no mucha hasta que llega un momento que si que escucho muy atentamente.
- y bien Gala, te preguntaras que haces aquí. - Me dice un señor trajeado, de pelo canoso y barba.
- si - contesto tímidamente.
- Hemos estado hablando entre todos y hemos decidido que como tú eres la chica que está haciendo los diseños de la sección de deporte, ¿Qué tal si apareces en las portadas de Adidas promocionado tú la ropa?
- ¿Yo? - me limitó a preguntar.
- si, eres una chica guapa y joven y hemos pensado que podría gustar mucho. Además, saldrás en la fachada del edificio, y en todas las tiendas Adidas.
- Gala, es muy buena idea así ya saben quien es la diseñadora de la ropa y tú exito va a seguir aumentado. - me dice Sonia.
- si, esto, creo que está bien. - Digo.
- bien, aquí tienes el contrato. - Me dice el señor de antes, entregandome un papel y un boli para firmar.
Firmo y todos muestran una agradable sonrisa al igual que yo. Nos pasamos conversando unos minutos para terminar de arreglar todo y ya puedo irme.
- me alegro mucho por ti, Gala. - me dice Sonia mientras bajamos por el ascensor.
- muchas gracias por esto, Sonia.
- todo es gracias a ti. - me contesta con una sonrisa.
Siempre voy a estar agradecida con ella porque me cuida como si fuese su hija.
Me despido de ella y voy hacia mi coche, pero antes de llegar un coche hace tocar la bocina haciendo que yo pegue un pequeño salto porque no me lo esperaba. Me giro para ver a la persona y me encuentro a Marco con la ventanilla del coche bajada y riéndose a carcajadas, maldito.
- que tacto tienes hijo mío para hacer las cosas. - digo acercándome a la ventanilla.
- si tú te hubieras visto. - contesta todavía riéndose y yo pongo los ojos en blanco.
- ¿Qué haces por aquí? - pregunto.
- ¿No me vas a saludar.? - pregunta y antes de que pueda hacer nada, ya está besandome pero ojo que no me quejo.
- sabes, no se responde a una pregunta con otra pregunta. - le contesto haciéndolo reír.
- pues he venido a verte y a decirte que, ¿qué tal te parece si comemos en mi casa? - pregunta mientras hace un puchero, sabe como convencerme.
- deja de ponerme caras que no puedo negarme a nada. - le digo.
- es lo que tiene el efecto Marco. - dice sonriendo travieso.
- perdona que no sabía que hablaba con el señor don ego.
- ¿qué me dices? - vuelve a preguntar.
- vale bien, iremos a comer en tu casa.
- bien sabía que no dirías que no.
- anda cállate si no quieres que te diga lo contrario.
- Me callo, me callo. - dice haciendo una cremallera con sus manos. - Y ahora móntate en tu coche y sígueme hasta mi casa.
- si señorito mandon.
Me doy la vuelta y abro mi coche, arrancó y emprendemos el camino hacia la casa de Marco.
Nada más llegar a la casa y que Marco abra la puerta, Rome se acerca a mi y yo abro mis manos de inmediato para acariciarlo.
- voy haciendo la comida. - me avisa Marco yendo para la cocina.
- me vayas a matar.
- tranquila que no lo haría así. - dice y me guiña un ojo.
Y yo no se ni que pensar. El rojo se apodera de mis mejillas y él antes de desaparecer para entrar en la cocina se ríe.
Mientras Marco hace la comida y como no me deja ayudar, me siento a un lado del sofá con Rome sentado entre mis piernas y me pongo a ver las redes sociales un rato, hasta que Marco me llama a la media hora haciéndome saber de qué la comida está lista.
- Gala.
- voy.
Nos sentamos en la mesa del comedor y cuando veo lo que ha preparado quiero morir de felicidad. Ha preparado unos platos típicos de nuestra tierra: el frito mallorquín, que consiste en verduras de la huerta e hígado de cerdo o cordero y además de eso lleva hígado, patatas, pimientos rojos, cebolletas, hinojo, guisantes y habas. Y también como si fuera poco, ha preparado esqueixada de bacalao que es una ensalada fresca con bacalao y unas verduras típicas de la huerta mallorquina, como son el tomate maduro, pimiento verde, alubias y aceitunas.
Pasamos la comida hablando de mi reunión y en todo momento se muestra orgulloso de mi.
- Gala te lo mereces mucho. - dice con una sonrisa.
- me da un poco de vergüenza. - admito y es que es verdad.
- ¿y eso?
- pues a ver, no sé, salir en todos lados no es algo que pase desapercibido y bueno sabes que a mi no me gusta ser el centro de atención.
- pues por una vez lo vas a ser y además vas a ver que todo va a salir de perlas.
- ojalá dios te escuche. - digo y se ríe haciendo que también yo lo haga.
- tengo que decirte algo importante. - me dice ¿nervioso?
- te escucho. - digo y lo veo arrascarse la nuca lo que me confirma que efectivamente está nervioso.
- emm, esto yo ¿quieres ser mi novia? - me pregunta mirándome fijamente.
Esto es real porque si no lo es que me pellizquen, porque no me lo creo, quizás es solo un sueño.
- ¿Gala?
- puedes volver a repetirlo. - le digo y me mira confuso.
- eh si, ¿quieres ser mi novia?
Vale no es sueño. No estoy soñando sino que esta pasando de verdad.
- claro que si, Marco. - digo y juntamos nuestros labios.
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