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Capítulo 14

—¿Qué espera? —Haciendo un ademan con la mano, indica que se apresure. Jungkook luce irritado. —Llega tarde, se supone que solo iría por sus cosas.

Jimin entra trastabillando, pasa de largo a ambos chicos procurando estar lo más alejado posible del par que lo mira de forma extraña. Esta vez mantiene la mirada clavada en la alfombra porque ya no le queda valentía para atreverse a mirarlos directamente. Por unos segundos, el ruido fue nulo, al menos hasta que los chasquidos de un beso pudoroso se colaron por sus oídos.

Mirando hacia el interior de la propiedad desea que pronto se detengan, o bien, vayan a otra parte; no solo lo hace sentir incómodo, sino también sucio. Sumergido en sus pensamientos no se percató del momento en el que Seokjin se despidió y la puerta fue cerrada silenciosamente.

—Como sea, debo de darle un par de instrucciones —anuncia sobresaltando al de cabellos rubios —. Antes de cualquier cosa; detesto que no me responda con palabras, si le pregunto algo, entonces debe de hablar, ¿Bien?

—Sí —Responde.

—No tengo paciencia, así que por favor, evíteme molestias. Primero; usted debe hacer únicamente lo que yo le pida, no debe tocar ni hacer nada que no le haya solicitado. —Sentándose en el sillón más cercano, cierra los ojos descansando totalmente su cuerpo en la ondulada forma. Está exhausto. —Segundo; tiene prohibido cruzar palabras con cualquier persona de mi círculo, le haré saber de quiénes se trata una vez que estemos en mejores circunstancias. Esto es solo para evitar que termine bajo un montículo de tierra en el jardín del hotel. —Jimin mordisquea sus labios en un gesto de nerviosismo.

—Está bien —Accede tenso. El menor abre los ojos para supervisar el físico del rubio; aún luce desagradablemente enfermizo, debe hacer algo con eso.

—Usted no es visualmente agradable. Si el resto lo ve, será evidente que no pertenece aquí, si lo descubren, ellos harán con usted lo que quieran. —Sonríe ampliamente mostrando sus dos bonitos incisivos centrales un poco más grandes que el resto de sus dientes. —No queremos que eso suceda, ¿Vedad?, así que estará en mi habitación, se pondrá las prendas que he dejado sobre la cama y no se moverá de ahí hasta que lo pida, ¿Entendido?

—Sí —responde bajito. El pelinegro se pone de pie haciéndole una seña con la cabeza para que lo sigua, Jimin permanece quieto, esperando a que se adelante para poder seguirlo a una distancia prudente.

Jungkook entra a su habitación, una enorme y extravagante con todo tipo de lujos. La cama en una esquina se encuentra con las sábanas revueltas, y sobre ellas, una cuadrada bolsa de papel negro.

—Vamos, vaya a verlo —incita expectante a la reacción del chico. Jimin camina desconfiado y a paso lento; toma la bolsa mirando dudoso al pelinegro que ensancha una sonrisa labial tras el muy palpable recelo—. Adelante, ábralo. — Con las manos temblorosas saca lo que parece ser ropa envuelta en papel blanco, desenvuelve nervioso dando miradas rápidas al menor. Cuando lo tiene entre sus manos, el retorcijón en su estómago incentiva una oleada de pánico que le recorre el cuerpo. Una carcajada resuena burlesca a sus espaldas.

Bragas de encaje color olivo junto a lo que simula ser una falda corta de material traslúcido, también hay lazos del mismo color con argollas plateadas que aparentemente no tienen ningún sentido. Levanta la vista desconcertado, topándose con la sonrisa socarrona del pelinegro.

—Pensé que le quedaría bien, puede pasar desapercibido como una chica sin senos, ya porta la voz y el aspecto, ¿No es usted muy afortunado? — Jimin aprieta los labios sintiéndose humillado e incómodo. Sinceramente no sabe cómo se siente con exactitud. —Dentro también hay anillos, un collar y maquillaje, póngaselo todo y cuando esté listo, me llama. —Sin agregar más, sale de su cuarto dejando al chico hirviendo en vergüenza y rabia.

Es consciente de su voz aguda, facciones afeminadas y el peso y figura un poco alejadas de la estética ideal. Acomplejado mira la lencería y luego su reflejo en el enorme espejo al lado de la cama. Siempre los mismos comentarios despectivos, en algún momento de su vida se había acostumbrado a ellos, pero de eso ya hace mucho, escucharlo ahora parece más hiriente, sobre todo porque su fragilidad mental estaba quebrantándose con demasiadas cosas sucediendo al mismo tiempo.

Comienza por sacarse el saco, desabotonar la blanca camisa y luego el resto de la ropa, a excepción de la interior, todo dejándolo descuidadamente sobre el colchón. Los zapatos y calcetas sobre el piso alfombrado.

Se siente asqueroso, no quiere ver su reflejo nuevamente, pero eso es exactamente lo que está haciendo, mientras más lo hace, encuentra nuevas imperfecciones deformar su imagen como si su reflejo estuviera en la agresividad de aguas turbulentas.

Sacándose la ropa interior, desliza por sus piernas las bragas negras junto con la falda traslúcida, tiene el rostro enrojeciendo de vergüenza. Oh Dios, está más avergonzado de su cuerpo que de la lencería que lleva puesta.

Toma las cintas, por minutos trató de encontrar la forma correcta en la que se deben usar, pero no obteniendo resultados, las deja a un lado para mejor sacar las otras cajas dentro de la bolsa; anillos plateados lisos y otros con una piedra negra pequeña, también un collar de cadena plateada y un zafiro verde colgando de esta.

¿Qué debía hacer?

Ponerse todo, estaba claro, pero no entendía los verdaderos motivos.

Sentirse mal era una minimización para todo lo que tenía dentro. Una completa mierda. Hace una semana no hubiera imaginado que se convertiría en la muñeca de ese enfermo, porque eso es en lo que se convertiría, ¿No?

Lo único que podía desear era solo ser un adorno y nada más que eso.

Reprimiendo el remolino de sentimientos, comienza por sacar el maquillaje del interior de la bolsa. Mientras más rápido se acostumbrara a todo, sería menos... estaría menor atormentado. Toma el labial, quita la tapa poniendo sobre sus gruesos labios el negro color mate, después de unos minutos, mira su rostro en el pequeño espejo que contiene el estuche del rubor. Es el maquillaje más vistoso que ha tenido, él sí usaba maquillaje, algo muy suave como una BB cream y sombra para remarcar la línea de sus pestañas, pero no más, por lo tanto le parece extraño. No le ha quedado bien, puso colorete de más en las mejillas y también manchó con rímel sus, ya de por sí, marcadas ojeras.

De todas maneras, ¿Qué importaba si se veía mal?, ¿Cuál era el maldito problema?, No es como si tuviera que impresionar al resto, oh no, él no quiere impresionar a nadie, no tiene qué hacerlo si no quiere.

Después de media hora, la puerta se abre y Jimin, por reflejo, cubre su cuerpo con la camisa que había dejado en la cama. Ve desconfiado al hombre recargado en el marco de la perta. Jungkook sin mayor interés, observa detenidamente al mayor, le es imposible reprimir una mueca de asco cuando repara en el cuerpo del rubio; es repugnante, ni siquiera vistiéndole con esas prendas lograba verse menos patético.

En otro tipo de cuerpos, el conjunto se vería alucinante; en los tonificados, delgados y largos, como el de Seokjin.

¿Qué puede hacer?, Nada, mantenerlo oculto en la habitación no era una opción, no para esa noche.

—¿Qué espera? Póngase el arnés. —Brama. Sus ojos se estrechan en diversión al ser testigo de la evidente falta de conocimiento, por parte de Jimin. Lo nota en la falda mal puesta, en el maquillaje descuidado, pero sobre todo, en las manos temblorosas que sostienen y estiran las cintas del arnés.

Jungkook cierra los ojos, suspirando cansado. Yendo hacia el rubio, arrebata los lazos de sus manos y luego despoja la camisa que aún cubre parte del cuerpo. No le toma mucho terminar de ponerle el arnés en el torso y ajustarlo al pecho y cintura. Tampoco correr la falda dejando la abertura del lado de la pierna, ni tampoco en quitar el exceso de colorete rosado de sus mejillas. No ha ocurrido un gran cambio, pero le parece que se ve menos desagradable.

Jimin está tenso, tiene pánico.

—Parece que... la etiqueta de prostituta le queda grande —sonríe notando que Jimin restriega las palmas de sus manos en sus gruesos muslos, ansioso, claramente —, es una lástima que haya desperdiciado estas prendas en usted cuando se supone que serían un obsequio para alguien más. —Menciona decepcionado. —Da igual, guarde sus cosas y quédese aquí hasta que vengan todos. No toque nada. —Sale del lugar cerrando la puerta detrás de sí. El de rostro maquillado suspira pesadamente decidiendo no tomarle importancia a las palabras de menor, no quiere hacerlo, sin embargo escucha cada una de ellas en la voz de sus pensamientos. Es frustrante, se siente tan fatigado que ni siquiera tiene ánimos suficientes para pensar en el por qué de todo lo que estaba sucediendo, y es que no había otra opción más que obedecer y evitar más problemas.

Las horas pasaron, y en una de ellas, Jimin quedó dormido; la fatiga emocional y física terminaron por cobrarle factura en el momento menos indicado. Ni siquiera con el bullicio de trabajadores entrando a la propiedad para arreglar el espacio, fue suficientemente fuerte como para despertarlo.

Las personas de servicio especializado adornaban con precisión cada uno de los elementos que tenían a disposición, tenían menos de media hora para terminar con todo de la mejor manera y estaban alterados. 

Bocadillos, botellas de alcohol, copas de todos los tamaños y algunas drogas se encontraban en la extensión de la mesa de cristal en el salón principal. Esta vez habían traído dos muebles igualmente de cristal que dejaban apreciar cajas de preservativos, juguetes sexuales, cuerdas, veladoras, vibradores, lubricantes de todo tipo, entre otros objetos.

A medida que el tiempo se consumía para dar la gran iniciación, más objetos llegaban a la propiedad, más sustancias ilícitas y también grandes cantidades de flores de todo tipo.

Los invitados, en sus respectivas habitaciones, se encontraban ansiosos escogiendo trajes extravagantes para la reunión de esa noche; esperaban a que el reloj marcara la una de la mañana para poder asistir a la habitación del joven Jeon, el menor de edad que les estaba ofreciendo las mejores fiestas.

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Despierta sobresaltado después del movimiento brusco en su brazo, ve desorientado a su alrededor hasta que topa con la mirada curiosa del pelinegro.

—No pasa nada —encoge sus hombros restándole importancia a la desvergüenza. Jimin aún en trance, mira confundido al rostro sereno del menor —, solo vengo a comunicarle que están todos por llegar, le he preparado un lugar a mi lado para que pueda disfrutar del espectáculo, ¡le encantará! —anima ilusionado por mostrarle su vida a alguien ajeno. —Por cierto, Hyung, no me gusta que duerman en mi cama, por favor, no vuelva a hacerlo.

¿Es posible que se trate de la misma persona? Este Jungkook y el Jungkook de horas atrás parecían distintos, se sentían diferentes; uno frívolo y el otro infantil y cándido. Aunque claro, Jungkook no es consciente de su rareza, ha crecido de esa forma; aprendiendo del resto, copiando las personalidades de las personas que más le llamaban la atención y las que más debía imitar. Mezcló todas ellas con su propio espíritu inocente y candoroso. Era todos ellos, y a veces, solo él.

Jungkook rebusca en el interior de la bolsa cuadrada bajo la desconfiada mirada del mayor. Saca el labial negro quitando la tapa, toma el rostro de Jimin mientras limpia con su pulgar las esquinas de su boca manchada de negro. Teniendo fijación por la prominencia de los belfos, le es imposible no apretarlos aún si sus yemas se manchan de negro, pero no pasa nada, porque entonces vuelve a rellenar los espacios que han perdido color y nuevamente repite el procedimiento todas las veces que sean necesarias hasta que le sea familiar la sensación de los labios ajenos en sus dedos.

Es raro. Jimin no encuentra otra palabra para describir a la persona que tiene enfrente. Es raro también porque no se siente en peligro, ni amenazado, es como encontrarse con la sensación de esa mañana en el despacho, antes de que el pelirosa interrumpiera. Le cuesta entender por qué de repente parece ser una persona diferente, ¿Es que el chico tiene trastorno de identidad disociativo?, ¿Alter ego?, No puede descifrar qué sucede, sin embargo le hará caso a su intuición que le advierte portarse bien en cuanto sintiera un cambio en el más alto. 

Y si su intuición acertaba, tendría la oportunidad de cambiar... de cambiar alguna situación, su situación. 

🌱

Aquí la actualización después de mil años muerta, perdoneeen, he estado muy distraída ¿Alguien que me bese y me traiga al mundo?, besos porque << no a la violencia >>

¿Les gustó? A mí me dan ganas de agarrarme a piñas al pequeño JK :(

Muchas gracias por leer, votar y comentar, les quiero muchoo. Por favor, comenten si les gustaaaaa, es que-, está muy vacío y no sé SDLKAKN ;__; <3

Al ratón vaquero subo el capítulo 15, haré dos días de promoción (quizá tres) y luego vemos qué días quieren actualización, díganme si quieren un día sí, un día no, ó, un día sí, dos días no. Bueh, igual si no me dicen voy a echar un volado.

Sueñen bonito, solecitos.

🍁Dravi_SY 

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