13: No quiero besos de mierda. Quiero besos de verdad.
NICO
–Tierra llamando a Nico – dice Gavi pasándome su mano por delante de mi cara.
Levanto la mirada.
–¿Qué decías? – digo, intentando recordar de que me hablaba el sevillano.
–¿En que andas pensando tanto? ¿Llevas dos días así, estás bien? – pregunta, esta vez algo más preocupado que antes.
–Besé a Dionne el día de la cena de Ronald – confieso.
–¿Qué? ¿Como? ¿Cuando? ¿Donde? – pregunta, rápidamente y emocionado.
–¿Por qué estás tan emocionado? – digo, mirándolo raro.
–Porque llevabas arrastrándote como un alma en pena echando de menos a Dionne, y arrepintiéndote de no haberle dado el numero... todo eso. Es un paso hacia delante muy importante amigo.
–Bueno...fue un beso normal.
–¿Normal? ¿Así es como vas a describir el primer beso con la chica por la cual babeas?
Le doy una colleja suave.
–Es verdad, no me lo niegues.
–El que es verdad? – dice Ferran, acercándose a nosotros.
–La ha besado por fin y lo define como "normal" – dice el moreno haciendo comitas con sus dedos.
–Eso está super bien tío. ¿Cuándo fue?
–En su casa.
–A qué has estado en su casa – dice Gavi, asimilándolo –, ¿y no me lo dices?
–Fui a dejarla a su casa después de la cena. Subí a ayudarla con unas cosas y pasó.
–¿Te propuso de subir ella? – pregunta Ferran, pícaro.
–No exactamente. Fue...mutuo.
–Vamos, que están pillados los dos – dice Gavi mirando a Ferran.
–No sabemos la versión de Dionne... – dice Ferran.
Ambos comienzan a hablar como si yo no existiese.
–Sigo aquí.
–Lo sabemos. Pero esto son cosas de mayores – justifica Ferran. Me limito a rodar los ojos e ir a por agua.
–Ey hola Nico – dice Pedri, con una sonrisa –, ¿Qué les pasa a esos dos? – pregunta, mirando al sevillano y al valenciano hablar.
–Les cuento algo y ya hacen teorías conspiranoicas.
–Siempre hacen lo mismo. No te preocupes. ¿Quieres un granizado? – pregunta, y yo asiento.
–¿Hay?
–Sí. Aunque Ansu y Busi se hayan bebido la mitad, todavía quedan – dice, y yo rio. Ambos dejamos las botellas de agua y vamos a por los granizados, los cuales tienen los colores del club, azul y rojo.
–Besé a Dionne.
El canario me mira, sorprendido.
–Cuidado que se te cae el vaso – digo, y el asiente poniéndole atención a su vaso.
–¿Y eso?
–Estábamos en su piso, yo vi un vinilo que me gustó y ella insistió en quedármelo, una cosa llegó a la otra y la besé.
–¿Se apartó? – pregunta, y niego con la cabeza –, bueno, no la has cagado entonces, ¿no?
–No sé. Hace dos días que no la veo. Y solo nos hemos mandado un par de mensajes.
–Debe estar en shock por lo que pasó.
–Supongo.
–Hablando de la griega... – dice, señalando con la cabeza a la entrada, donde esta Xavi, Oscar Hernández, el segundo entrenador y hermano del míster, y Dionne con una chica.
–¿Quién es la otra chica? – pregunta Pedri.
–Ni idea.
Xavi nos hace un gesto para que nos acerquemos.
–Buenos días chicos, bueno hoy tendremos unas espectadoras muy especiales, mi hija Dionne – la miro y la pillo mirándome, solo le sonrío – y su amiga Daniela.
Todos las saludamos y me acerco a ella antes de que se vaya hacia las gradas.
–¿Hablamos luego? – preguntamos ambos a la vez.
Reímos y asentimos.
–Vale – dice con una sonrisa. Se acerca y me planta un beso en los labios inesperado.
Me quedo quieto, petrificado tras su beso.
–NICO VEN – grita el míster, y voy hacia él. Todos los del equipo me miran picaros.
Paso todo el entreno con una sonrisa, y de vez en cuando mirando hacia donde ella esta. Cada vez que miro, la veo o mirándome, cuando pasa eso me sonríe, o hablando con su amiga.
DIONNE
–Le has besado delante de todos. Tu padre incluido. ¿Eres consciente? – dice Dani nada más nos sentamos a las gradas.
–¿La he liado? – digo, sintiéndome mal.
–No. Es más, es como si acabases de declarar tu amor delante de todos. Pero bueno, todos lo sabíamos. Nada nuevo.
Miramos el entreno mientras vamos hablando.
–Tendré que limpiarte la baba, por que chica, madre mia.
Rio por lo bajo.
–Luego me lo presentas, ¿no? A todo el equipo.
–¿Alguno que haya llamado tu atención amiga? – digo, pícara.
–Bueno...Ansu es guapo. Y esta bueno, hay que admitirlo.
–Uy que se nos pilla la señorita – digo, aplaudiendo y vitoreando, haciendo que me gane miradas del equipo técnico, de mi tío principalmente. Solo le sonrío, y el niega con la cabeza.
"Eres de lo que no hay" dice, moviendo sus labios.
"Lo sé" contesto. Le mando un beso y el hace como que lo caza. Siempre ha sido mi favorito de la familia, y no lo negaré.
NICO
Cuando el entreno termina, no veo a Dionne en las gradas.
–Te espera abajo – dice Xavi, detrás mío.
Asiento.
–Estáis ya bien por lo que veo, ¿no? – pregunta, rodeándome con su brazo los hombros.
–Sí.
–Hoy no ha sido muy difícil convencerla de que viniese. Supuse que tendrías algo que ver, y no me equivoqué.
–¿Le molesta que haya besado a su hija hoy en el entreno? – pregunto, algo preocupado.
–En absoluto. Me alegro de que sea feliz – dice, con una sonrisa –. Pero, te quiero al 200% listo para los partidos, ¿vale? Que mi hija no sea una distracción, ¿de acuerdo? – dice, esta vez más firme, y yo me limito a asentir y a bajar las escaleras para entrar al vestuario.
Al bajar, veo a Dionne con Daniela hablando.
La pelirroja se da cuenta de que las estoy mirando, y le da un golpe en el codo, haciendo que la pelinegra que me vuelve loco me mire. Ella sonríe y yo me acerco a ellas. Le doy un beso en la mejilla a Dionne cuando llego a su lado.
–Nico ella es Daniela, mi mejor amiga – dice, presentándome a la pelirroja. Es casi de la misma altura de Dio, con el pelo pelirrojo, los ojos verdes y pecas por toda la cara. Ella me regala una sonrisa, y se acerca para darme dos besos, que correspondo.
–Encantado de conocerte Daniela.
–Lo mismo digo Nico – dice, y mira pícara a su amiga –. Voy al baño, nos vemos luego.
Ambos asentimos y ella se va, aunque yo creo que la excusa era para dejarnos solos.
Tomo la cintura de Dionne y la acerco a mí.
–Hola – digo, y le beso en los labios.
–Así me gusta más – dice, y vuelve a besarme.
Nos besamos, y ella rodea mi cuello con sus brazos, mientras que yo sigo con las manos en su cintura.
–¿Tengo que ir a ducharme y cambiarme, además se viene charla de Xavi sobre el partido de mañana, quieres que nos veamos luego? – pregunto, separándome de sus labios.
–Luego voy a comer con Dani, pero te veo mañana en el partido.
Me da un pico y se despide, pero tomo su brazo y la acerco, quedando a pocos centímetros de distancia de mí.
–A mi no me des esa mierda de beso – digo, besándola como dios manda.
Entro al vestuario y noto las miradas de todos, por no decir que aplauden como locos.
–Ese Nico – dice Eric, y yo ruedo los ojos. Cojo las cosas y voy hacia la ducha. No tardo ni cinco minutos, me cambio y vuelvo a donde están todos.
–¿Qué tal con Dio? – pregunta Jordi, casi en un murmuro apenas audible, mientras me mira con curiosidad.
–Bien. Hemos hablado.
–¿Hablado solo?
–Y besado – digo, con una sonrisa.
–Así me gusta chaval, que sonrías – dice, revolviéndome el pelo.
___
–¿Qué tal la charla con el suegro? – pregunta Gavi mientras estamos en el coche –. Os he visto hablar antes de bajar.
–Bien. Esta feliz de lo de Dionne y eso. Aunque solo nos hayamos besado varias veces, pero bueno.
–Le gustas mucho, y a ti te gusta mucho. Podrías...
–No sé. Me esperaré a hacerlo después del partido de mañana, después de eso, ya lo pensaré. Ahora quiero estar centrado en el futbol.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro