Diana Cavendish Pov

Estoy en mi cuarto pensando que decirle a mi madre sobre la academia de caballeros, no le contare directamente mi sueño, solo si puede firmar para yo poder entrar. Ella esta en su habitación ahora mismo o eso creo, primero ensayare mi entrada, debo ser muy cautelosa y respetable a la hora de dirigirme a su presencia, ella no me escuchara hablar porque esta lloviendo afuera, la lluvia es fuerte.

— Hola madre, ¿puedo pasar? — niego con la cabeza— necesito algo más formal— aclaro mi garganta— Buenas noches madre, ¿Puedo pasar si usted me lo permite? — ¿¡Que tonterías estoy diciendo!?

— Diana— toca la puerta— ¿Sigues despierta?

Mi madre ha venido por si sola a mi cuarto, eso es sospechoso y da miedo a la vez, tal vez ya descubrió lo que hago, imposible, me he asegurado de que eso no pase hasta yo decírselo. Respira Diana, solo esconde tus cosas para que no te descubra hasta que se lo digas y actúa natural.

— Escondo mi maleta debajo de la cama— si madre.

— Abre la puerta y entra a mi habitación— ¿Qué haces despierta aun?, mañana tienes clases.

— Lo sé— agacho mi cabeza.

— Eso no responde a mi pregunta— me mira desafiante.

— Solo pienso algunas cosas— me siento en la cama.

— ¿Dónde está tu maleta? — comienza a mirar a su alrededor.

— Suspiro y me agacho para sacar mi maleta y después enseñársela—

— ¿Porque la tienes escondida? — pregunta confundida.

Me he metido en un gran problema, ¿Ahora que le invento?.

— Me gusta mantenerla segura— digo aun con mi cabeza agachada.

— Toma la maleta— quiero hablar contigo antes de revisar tus notas.

— Alzo mi cabeza y la miro—

— Se sienta en la silla— Diana, dame tu cuaderno.

— ¿Qué cuaderno madre? — pregunto confundida.

— El que tienes debajo de tu colchón— extiende su mano.

¿Cómo?, ¿Cuándo ella se dio de cuenta de esto?, ¿Me regañara si ve lo que hay dentro?, mi madre nunca me ha golpeado, pero ¿Sera capaz de hacerlo por esconder algo de ella?

— No lo repetiré dos veces— Dice aun con la mano extendida.

¿Debería dárselo?, es mi cuaderno, son mis secretos, ¿Puede mi madre respetar eso?, no lo creo, me está pidiendo lo más personal que tengo.

— Suspiro— Madr–

— ¡Dámelo! — alza la voz.

— La miro sorprendida y asustada— esta bien— saco mi cuaderno debajo de mi colchón y se lo entrego.

— Lo agarra y lo abre— explícame ¿Qué es esto?

— Pongo mi mano en mi cuello— son cosas que veo en mis sueños, las dibujo para que no se me olviden.

— ¿Porque no quieres olvidar? — pasa una página del cuaderno.

— Siento que es importante lo que veo— digo nerviosa.

— Suspira— ¿Qué es lo que quieres lograr con esto, Diana?

— Poder recordar mi pasado, saber de dónde vengo y porque estoy en este lugar— sonrió débilmente— no estoy diciendo que me siento mal estando contigo, solo digo qu–

— Lo entiendo, pero es mejor que olvides todo lo que empiezas a recordar— Pone mi cuaderno en mi escritorio.

— ¿Sabes como llegue al orfanato? — al darme cuenta de mi pregunta tapo mi boca con mis dos manos rápidamente— lo siento, no debí...

— Si, lo sé— contesta sin interés, pero segura— Diana, quiero que te hagas cargo de este lugar cuando tengas los dieciocho años— me mira de reojo— ¿Podrás hacerlo?

— Me muerdo el labio inferior—

— Tienes otros planes, ¿cierto? — entrelaza sus dedos.

— Si— agacho mi cabeza— quiero pedirte, que firmes...— me levanto y me acerco a mi maleta sacando la hoja que me dio la señorita Merides— esto— se lo entrego y ella lo agarra.

Pasaron los segundos y mi madre sigue leyendo la hoja con mucho detenimiento, estoy muy nerviosa, no sé cuál será su contestación, cuando me grito me sentí muy asustada, nunca antes ella me ha gritado, esta es la primera vez, con todo lo que me dijo sobre olvidar lo que recuerdo, me da la sospecha que sabe de donde vengo y lo sucedido con mi madre, pero ¿porque me cuesta recordar?.

— Diana— me mira con lágrimas en sus ojos.

— ¿Estás bien madre? — pongo mi mano en su hombro.

— Largo de aquí— se pone su mano en la boca.

— La miro confundida—

— ¡Vete! — tira la hoja al suelo.

Me aparto asustada sin emitir ningún ruido, la miro llorando, ¿acaso esa noticia es tan mala?. Recogí la hoja del suelo con cuidado y la metí en mi cuaderno de secretos, agarre algunas prendas de ropa y las guarde en mi maleta. Duele que la persona que me crió desde que tuve en este lugar y me felicitaba por todo lo que hacia bien en mi escuela, me este separando bruscamente de su lado por un sueño mío.

Al terminar de meter todo lo posible en mi maleta que es pequeña, agarre mi cuaderno y lo guarde dentro de mi camisa para que no se moje. Suspire y mire a mi madre unos segundos, paro de llorar, pero no despega la mirada del suelo.

— Ya me voy— dije poniéndome la maleta en mi hombro— lo siento si hice m–

— Hiciste mal todo Diana— me voltea a ver con enojo— nunca debí aceptarte... — se tapa la boca con sus manos y comienza a derramar lagrimas de sus ojos nuevamente.

— Gracias por todo— sonrió con fuerza.

Me siento muy mal, he decepcionado a la persona más importante para mí, ella me cuido, me alimento, me dio una cama, pago una escuela, me consintió en lo que pudo y le pago de esta manera. Abro la puerta de mi ex habitación y salgo. Me duele mucho dejarla sola, la quiero y siempre lo haré, ella no tiene la culpa de mis decisiones, agradezco lo que ha hecho por mi estos pocos años que estuve a su lado. Camino por los pasillos llegando a la salida principal del orfanato, antes de comenzar a caminar debajo de la lluvia para la casa de Amanda, miro el cielo. Es muy hermoso verlo desde este lugar, siento que cuando de un paso fuera del orfanato, mi vida dará un giro extraordinario, pero no abandonare a mi madre por completo, vendré a visitarla unos años mas adelante. Suspiro calmando un poco mi tristeza, no soy de llorar, desde que tengo memoria no lo he hecho, debo ser fuerte, si derramo una lagrima me sentiré débil, no soy frágil.

Camine a la salida del lugar, abrí la cerca y mire hacia atrás antes de irme, siempre serás mi madre Finnelan, no importa si no eres de mi sangre, no importa que no me cuentes el cómo llegue en tus manos, lo descubriré por mi cuenta pase lo que pase, recordare.

Atsuko Kagari Pov

¿Quién esta tocando la puerta a esta hora de la noche?, estoy en mi cama descansando como le dije a mis amigas, nadie excepto ellas y las sirvientas pueden caminar por los pasillos que conducen a mi habitación. Me levanto con cuidado de no hacer ruido y camino lentamente a la puerta.

— Abro la puerta— ¿Si?

— Princesa Atsuko— sonríe.

— Principe Felix— digo sorprendida.

— Lamento si la interrumpo, pero quiero darle este detalle de mi parte— me entrega una cajita pequeña.

— Gracias— la tomo y hago una sonrisa fingida.

— Si desea puedo animarla un poco, la estuve viendo en la fiesta y no se veía muy feliz.

— No se preocupe príncipe Felix gracias por sus lindas intenciones, tengo que descansar, buenas noches— cierro la puerta en su rostro y suspiro.

Este regalo... camino y lo pongo en mi mesa de noche, lo abriré mañana, no es tan importante ahora mismo, aprecio lo que me ha dado, pero no quiero ponerme feliz, es extraño, me acostumbrare a estar con estos ánimos al pasar el tiempo.

— Princesa Atsuko, puedo hablar con usted un momento— dice Felix detrás de la puerta.

¿Ahora que quiere?, ¿no le basta con interrumpir mi malestar?, quiero poder expresar todo lo que no digo a mi misma, porque soy mi única confidente, Lotte está muy ocupada como para escucharme y Sucy no le interesa como me encuentro, aparte de Hannah y Barbara que tampoco les intereso tanto.

— Camino nuevamente a la puerta y la abro—

— Sonríe nervioso— quiero decirte, que eres hermosa y que te ves muy bien en pijama— se sonroja— eres una de las princesas mas bonitas que he conocido y me gustaría— paso su mano detrás de su cuello— pasar más tiempo contigo.

— Lo miro enojada— no puedo, tengo muchas cosas que hacer y no tengo tiempo libre para conversar con príncipes ni amigos— suspiro— no quiero ser mala contigo por mi mal estar, ¿Podrías retirarte?

— Se arrodilla—

— Lo miro confundida— ¿Qué haces?

— Quiero salir contigo, mañana— levanta la mirada.

— Te dije que no puedo— cruzo mis brazos— por favor no insistas más— pongo mi mano derecha en mi cabeza.

— ¿podrás salir más adelante? — se levanta y me mira fijamente.

— No lo sé— me abrazo a mi misma— ten una bonita noche.

Cierro la puerta nuevamente pero esta vez, suave. Presiento que este chico va a hacer una molestia en mi futuro y tal vez mis padres quieran comprometerme con él, ¡seria lo peor!, no es malo, tampoco lo conozco muy bien, pero con lo que está haciendo ah-

— Princesa Atsuko— llama otra vez.

— ¡No me molestes! — grito cansada— llamare a uno de mis caballeros si vuelves a llamarme en estas circunstancias.

Cerré mi puerta con seguro y me tire a la cama, ahogue un grito de enojo y frustración en mi almohada, ¡que molesto es ese chico!.

— ¿Pero saldrás conmigo mañana? — dijo tímido

— ¡Que pesado eres enserio! ¡déjame en paz ahora! — inhalo y exhalo tratando de calmarme.

— Por favor, eres la primera chica que me gusta, tus palabras lastiman.

Me levanto ¡otra vez! De la cama y abro la puerta, salgo molesta caminando por el pasillo de mi habitación, estoy siendo seguida por Felix, no puedo salir por mi hogar en pijama mientras hay una fiesta en mi castillo, debo pensar en cómo atraer la atención de un caballero.

— ¿Aceptaras salir conmigo? — me mira curioso.

— Puedes llamar a uno de los caballeros, necesito pedirle que haga algo por mi— sonrió fingidamente.

— Si eso hace que aceptes, está bien— se dirige al primer caballero que encuentra.

Si salgo corriendo a mi habitación me volverá a buscar, lo mas adecuado es decirle a mi caballero que lo lleve con su padre o madre, me tiene harta con sus insistencias de salir, pero si estoy equivocada y tal vez pueda salir con el un momento para despejar mi mente cómo se debe, la pregunta que siempre hago para mi misma es, ¿me dejaran salir?, mi contestación siempre ha sido, no puedo hasta mis 10 años, seguir lo que me dijo mi madre y obedecer a mi padre con sus exigencias. 

— Agacho mi cabeza y el caballero llego junto a Felix— Caballero, quiero que no deje a nadie pasar por este pasillo, excepto mis amigas— lo miro directamente. 

— Si mi princesa— hace una reverencia.

— Suspiro y miro a Felix— Gracias por el regalo— me doy la vuelta y camino a mi habitación.

— Princesa— trata de seguirme pero el caballero le impide el paso.

— Lo siento príncipe Felix, no puede pasar.

–––––––––

Fin del cap. 7