Cap. 51
Atsuko Kagari Pov
Mire por donde Diana se retiro, luego examine las expresiones de confusión de Hannah y Barbara, por ultimo me levante mirando a los padre de Amanda.
—Suspiro—serán llevados nuevamente a sus hogares, los carruajes estarán esperándolos en la entrada del castillo—le doy la espalda.
—Quiero ver donde esta ente-
—No tienes permitido hacerlo—interrumpo—cometiste actos de violencia contra uno de mis caballeros delante de mi presencia, pero, te informare que ella esta en uno de los mejores cementerios de mi reino—lo miro encima de mi hombro izquierdo— se lo ha ganado, gracias a que arriesgo su vida en esa guerra, muriendo con honor.
Estar en el cementerio del reino es importante y tiene mucho significado, las personas que son enterradas en ese lugar, son admiradas y respetadas por los ciudadanos del pueblo, incluyendo a los reyes y princesas y príncipes. Voltee a ver a Hannah y Barbara despidiéndome de ellas y deseándole lo mejor para su reino y futuros planes, agradeciendo su visita y anhelandoles un buen viaje de regreso.
Comencé a caminar en dirección a la entrada trasera del castillo, en busca del paradero de Diana, pregunte a unos caballeros que están haciendo su trabajo, si la han visto, ellos contestaron que la vieron caminando hacia mi habitación, agradecí y acelere mis pasos queriendo llegar rápido a mis aposentos; ¿Porque esta en mi habitación? Es extraño y tengo un poco de miedo, primera vez que hace esto y estoy preocupada.
Admito que sentí algo de escalofríos cuando controlo al señor Zaid, nunca había visto ese tipo de magia y sus color violeta que tenían una mirada de superioridad, trasmitiendo poder y fuerza. Pensé en preguntar cuales son esos hechizos que esta aprendiendo, pero al verla irse con un semblante serio esquive ese pensamiento; no es el momento para ese tipo de preguntas.
Llegue a mi habitación y abrí sin tocar la puerta, observe mi cama y luego la ventana, donde la vi con su cabeza apoya en el marco, ella volteo a verme y sonrió de lado, avance cerrando la puerta de atrás, la mire con preocupación y me senté a su lado con mis manos en las piernas, ella esta dándome la espalda.
—Lamento entrar de esta manera a su habitación princesa, pero...—hace una pausa—este lugar me relaja.
—No te preocupes ¿Como estas? —acaricio su espalda.
—Mas o menos, aun siento que es mi culpa—dice en un tono de cansancio.
— ¿Quieres hablar de eso? —pregunto quitando mi mano.
—Voltea a verme con lagrimas en sus ojos y una sonrisa dibujada en sus labios—ta-tal vez.
La contemple sorprendida y rápidamente me acerque, limpiando esas lagrimas de dolor que escapan sin contenerse por sus hermosos ojos, la abrace y ella se aferro a mi cuerpo de inmediato, comenzando a lamentarse en mi hombro, acaricie su cabeza y espalda, dándole consentimiento y tratando de calmar su llanto; me duele verla de esta manera, ojala pudiera hacer algo para ayudarla, pero, cuando alguien pierde a un ser querido, lo mejor es dejar que el tiempo se encargue de disminuir ese dolor, sin embargo, estaré a su lado en cada momento que me necesite.
Después de calmarse un poco, la lleve a la cama, donde recosté su cuerpo junto al mio, ella entrelazo sus piernas con las mías, escondiendo su rostro en mi pecho y cruzando su brazo izquierdo en mi cintura. Hundí mis dedos por su sedoso cabello dando besos pequeños en cada mechón que agarro con delicadeza; si es posible, deseo que descanse, cuando se levante le buscare un ungüento para ese golpe morado que tiene en su mejilla.
—Tengo miedo—dice rompiendo el silencio.
— ¿Porque?
—No pude protegerla—arruga mi vestido—cometí un error y no quiero...que te suceda lo mismo, no soportaría pe-perderte a ti también.
—No lo harás—me deslizo en la cama hacia abajo, quedando frente a su rostro—Diana—miro sus ojos cristalizados e hinchados—tranquila—acaricio su mejilla con mi dedo pulgar.
—Cierra sus ojos—no estoy segura, yo-
—Mi rey...no te desanimes, fuiste capaz de salvar a muchas personas, arriesgaste tu propia vida por la seguridad de los demás, incluyendo la mía—tomo su rostro con mis dos manos haciendo que abra sus parpados—eres fuerte y lograras hacer muchas cosas mas, pero, para cumplirse, tienes que confiar y creer en tu corazón.
Sonreí depositando un beso cerca de su ojo derecho, luego hice lo mismo con el otro y sucesivamente fui llenando su rostro de muchos besos, causando que una risa pequeña se escapara de sus labios, abrazo mi cuerpo y me dio una vuelta con cuidado, quedando arriba de ella.
—Gracias—dice bajando sus brazos hasta mi cintura.
—Beso la comisura de sus labios— ¿Quieres descansar?
—Contigo lo haré.
—No tengo sueño—pellizco su mejilla derecha.
—Arruga su nariz—entonces no lo haré.
—Si lo harás—sonrió divertida.
Su cuerpo se movió posicionándose arriba del mio, me miro juguetona y yo confusa, para después hacerme cosquillas con sus dedos, provocando que empezara a reír sin control y lagrimas pequeñas se escaparan de mis ojos. Ella paro y copio lo que hice anteriormente, llenando de besos mi rostro.
—Diana~—la alejo sonriente y sonrojada—no es justo.
—Levanta una ceja— ¿Porque?
—Yo quiero estar arriba—abrazo su cuello.
—Sonríe—después—se acerca a mis labios y los besa.
La seguí cerrando mis ojos y jugando con su cabello, nos separamos dándonos cortos besos, luego volvimos a unir nuestros labios, pero este se volvió mas profundo y deseoso, baje mis manos hasta sus hombros, dando leves caricias con mis dedos pulgares, ella se separo un poco pasando su lengua por mi labio inferior, abrí mi ojos lentamente con un calor invadiendo mis mejillas, después los cerré besándola nuevamente pero con mas desesperación, Diana siguió mi ritmo apresurado apegando su cuerpo al mio, aproveche para enrollar mis piernas en su cadera aprisionándola.
Abrí mi boca dándole paso a su lengua que pide permiso para entrar, mi respiración se comenzó a agitar y un calor en mi parte baja se hizo presente, sentí un cosquilleo en mi abdomen y deseo de sentirla mas cerca, pero, como siempre...nos interrumpieron y esta vez, fue una de las empleadas del castillo. Suspire frustrada y enojada por estas interrupciones, baje mis piernas y avise que en un momento saldré, rápidamente moví a Diana cambiando de posiciones, quede sentada en su regazo y plante un beso fugaz en sus labios, para después salir de la cama y arreglar mi cabello.
Hannah England Pov
Cuando la princesa se retiro, llegaron unos caballeros escoltando a los progenitores de Amanda, mire a Barbara unos segundos y me levante de la silla, le avise sobre un asunto que atenderé antes de ir a mi reino, ella me observo dudosa pero luego de explicarle mis intenciones, lo entendió y menciono que esperaría en el carruaje.
Tuve miedo que Akko se pusiera en mi contra por esa noticia, pero, cuando lo acepto, sentí un alivio recorrer mi cuerpo e hizo que calmara mis pensamientos. Ahora que tienen a una bruja con magia poderosa, los hace verse mas fuerte y prepotentes, las cosas que ellos poseen son de altos prestigios y es comprensible, no tengo envidia o celos, me conformo con la pocas mercancía y armas que consigue mi reino.
En ese momento que presencie lo sucedido, antes que llegáramos gracias al hechizo de Diana que creo una neblina, pude notar ciertas cosas, como la voluntad de los caballeros de Bernicia y la fuerza que tiene cada uno, porque fueron muy pocos que lucharon y con esos lograron vencer a una gran cantidad. Pero, ver la muerte de Amanda claramente me dolió, mi corazón se sintió oprimido y unas ganas de llorar incontrolables querían relucir en mi rostro, sin embargo, me contuve ahogándolo en un grito de miedo y dolor.
El caballero el cual consiguió sacarme de mis casillas muchas veces, no se encuentra a mi lado, aunque antes la odiaba por sus atrevimientos, con el pasar del tiempo pude acostumbrarme a su presencia, agarrándole cariño por sus bromas tontas con Diana, y en el instante que canto en la llegada del rey, mi corazón latió rápidamente y mis mejillas se sonrojaron, la mire atentamente apreciando cada palabra que salia de sus labios, deseando...poder besarlos algún día.
Cautivo mi corazón y aclare mis sentimientos, estaba dispuesta a luchar por este amor, como lo hizo la princesa Akko con Diana, pero, la vida no quiso que cumpliera esa ilusión que tuve, arrebatándola de mi lado y dejarla bajo tierra, sin poder respirar, hablar o sonreír nuevamente. Admito que la trate muy mal con anterioridad, pero, nunca había convivido con una persona tan extrovertida y eso creo nuevas emociones que desconocía de mi.
Desde su ida me arrepiento por rechazar sus sentimientos, esas palabras frías y duras, no se las merecía, pero es tarde, no puedo traerla de vuelta y solo me queda darle un ultimo adiós. Es la primera vez que voy al cementerio real de Bernicia, a ninguno de esos caballeros aparte de ella conozco, pienso que de esta manera podre dejarla ir, que mi corazón deje de amarla y así...descansar y mas adelante darle la oportunidad a otra persona, aunque no creo poder enamorarme de ese hombre y posiblemente quede cautivada por otra mujer de buen corazón.
Quede frente a la lapita echa de piedra con su nombre escrito, me arrodille y observe las bellas rosas que se encuentran aun lado. Con mis dedos deslice el mármol echo a mano y un nudo en mi garganta amenazo en romperse.
—Suspiro—sabes...nunca creí que esto te sucediera a ti. Siendo un gran caballero que podía con todo a su paso, le ganaste a los míos y demostraste ser fuerte, leal y compasiva—hago una pausa—tengo recuerdos memorables a tu lado que aprecio con todo mi corazón y ruego...volver a verte algún día para decirte todo lo que en vida no pude—acerco mis manos a mi pecho—parece absurdo que luego de haberte visto tan bien en algunos momentos, te hayas ido tan rápido, me cuesta entenderlo, pero lo único que me consuela es saber que estás en un lugar mucho mejor, donde no sufres y descansas de todo lo que pasaste—muerdo mis labios tratando de contener mi lagrimas—cu-cuanto quisiera que...en vez de ese tonto príncipe, fueras tu quien te casaras conmigo y compartieras tu vida a mi lado—agacho mi cabeza—no sé si esta tristeza y arrepentimiento desaparecerán, creo...que en realidad eso nunca ocurrirá pues me harás mucha falta Amanda. Te voy a recordar toda la vida y te pido...que donde quieras que estés, nunca te olvides de mi, porque aunque no te lo dije en vida, espero te pueda llegar mi declaración sincera y mis sentimientos que estuvieron ocultos...—le doy un beso a la lapida—te amo y lo seguiré haciendo.
Me separe y mire su nombre, en mi mente lo leí detalladamente y las lagrimas que contuve inundaron mis ojos por completo, comenzando a salir sin control, abrace mi cuerpo y mordí mis labios con fuerza, conteniendo mis sonidos de sollozos. Duele ver a la persona que amas en esas condiciones, pensando que no la volverás a ver con vida nuevamente, arde y golpea fuertemente mi corazón como martillos continuos que clavan una estaca hasta profundizarla completamente.
Sentí la presencia de alguien en mi espalda, no voltee a ver para saber de quien se trata, solo agradecí que esa persona me abrazara y consolara en este preciso momento donde demuestro un gran pesar, cerré mis ojos y correspondí el abrazo...sin contenerme grite de dolor ahogando mi llanto en el hombro de esa persona.
. . .
No tome el tiempo de cuanto estuve llorando, pero, fue suficiente para calmar un poco mi dolor, levante mi mirada topandome con unos ojos color verde azulado, reconocí de inmediato los rasgos de mi hermana, ella me sonrió quitando unos mechones de mi cabello que cayeron en mi rostro.
—Volvamos a casa—dijo en un tono suave y con un semblante sereno.
Esas palabras me dieron tranquilidad y seguridad, levantándome con su ayuda y empezando a caminar a la salida del cementerio real. Mire hacia atrás y levante mi mano en forma de despedida, para después, cerrar mis ojos, anhelando estar con ella algún día; esperare ese momento.
-----------------
Fin del Cap. 51
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro