Diana Cavendish Pov

Hace cuatro años atrás pase la primera prueba en la academia Luna nova con mi amiga Amanda, sinceramente fue mas fácil de lo que pensamos, al parecer esos caballeros eran de bajo rango, ahora he completado mi entrenamiento en la baja borgoña, volveré a mi país este día de hoy, podre ver de nuevo a la madre de Amanda y tal vez visite el orfanato, espero mi madre me deje entrar, quiero darle algo de dinero que he ganado en estos años. Después de terminar mis trabajos y responsabilidades en la baja borgoña nos mandaron a otro país para concluir por fin nuestro entrenamiento, tengo dieciocho años y estoy lista para trabajar como un caballero real. Amanda ha planeado darle la mitad de lo que gano a su madre, quiere volver a casa pronto y ver a la señora que le dio la vida, no ha tenido mucha comunicación con ella últimamente.

Por mi parte las pesadillas que me dan por las noches desaparecieron, deje de pensar en mi pasado y comencé a concentrarme en mi futuro, el cuaderno donde dibujaba todo lo que veía en esos sueños lo tengo guardado en mi maleta y siempre lo llevo conmigo, aunque no lo he leído en tres años y solamemte escribo lo que recuerdo en pequeños pedazos y dibujo muy poco, aun asi sigue siendo importante en mi vida, solamente que no he dejado mis pensamientos fluir como se deben respecto a ese tema. 

Al pasar el tiempo quedo en el olvido la niña que vi en ese incendio, mis esperanza de encontrarla son nulas, hay millones de personas por todo el mundo, es muy imposible volver a verla. hay muchas mujeres con ojos rubíes, cabello castaño, piel blanca y unos labios hermosos, pero ninguna de ellas hace latir mi corazón como en ese momento en que la vi. 

Variedades de chicas de mi edad y otras menores de edad se han acercado a mi y a mi amiga para coquetearnos, al parecer atraemos mujeres y hombres, porque no solo las chicas se acercan también los chicos, incluyendo los que entrenaron con nosotras, Amanda le encanta juegarle bromas a ellas, como acercandoce a sus rostros haciendo que se sonrojen o lamiendo con la punta de su lengua los labios de las desconocidas. Cuando se trata de mi, no hago ese tipo de cosas, tan solo las rechazo con amabilidad, así los caballeros deben permanecer, firmes ante esas situaciones, pero no esta prohibido tener una pareja, por ahora no deseo una, estoy bien sola. 

Camino a pasos lentos a la estación del tren, tengo que tomar el primero que llegue junto a Amanda si queremos llegar temprano al Reino Unido de Gran Bretaña, mis compañeros de la academia tomaran el mismo tren, es tiempo de volver y visitar a nuestros familiares.

— Diana— se apoya en mi hombro— ¿Aun no llega?

— Faltan dos minutos.

— Me muero de hambre— quita su codo de mi hombro.

— Podremos comer cuando lleguemos, no te apures— cruzo mis brazos.

— Esperare pacientemente, quiero comer la comida de mi mama— sonríe.

— Lo harás en unas horas— le devuelvo la sonrisa.

A lo largo de nuestros entrenamientos pasamos muchas dificultades y dolores de cuerpo, aparte de eso, tengo marcas de cortadas en el abdomen, unos de mis compañeros que me tocaba practicar me hirió un par de veces, si no fuera porque mi mente comenzó a recordar palabras de mi verdadera madre, me desconcentro en el momento, pero he podido controlar eso un poco. No quiero que cuando este en una guerra mi mente comience a enseñarme mi pasado en pedazos, podría morir.

El tren llego por fin, entramos a las cabinas y nos sentamos en uno de los puestos libres. Aun estoy decidiendo si darle una porción de mi dinero a mi madre, no quiero que sea rechazado en mi rostro, porque ese dinero lo gane a base de mi esfuerzo, pero ella lo necesita para comprarle comida o ropa a los niños del orfanato, ¿Mi madre me seguirá queriendo?, espera ¿En verdad me quiso? o tan solo ¿Fui un juguete que quería manipular?.

Aun así, agradezco que me haya cuidado y dado cariño cuando hacia algo que le gustara y ponía mi esfuerzo en ello. Siento que le debo la vida, pero aun no he averiguado el como llegue a ese orfanato, como no deje mis pensamientos fluir, no lo sabre por ahora, algún día podre tener tiempo para eso.

Los rumores de mujeres que entrenan para ser caballeros se han esparcido en todos los reinos, ya que somos las únicas, a mi me reconocen por una de las mejores en mi academia Diana O'neill, me encantaría mucho si me llamaran por mi verdadero apellido, pero no puedo decirlo y aun no se la razón.

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Llegamos a nuestro destino después de unas cinco largas horas de viaje, agarramos las maletas y caminamos por el pueblo. Son las nueve de la mañana y posiblemente seremos enviadas ante la reina Marien y la princesa Lotte, si es así, estaremos a sus ordenes. 

— ¿No quieres comprar un dulce?— dice Amanda caminando a mi lado.

— Tienes que aguantar, ya casi llegamos— digo mirando al frente ignorando las personas al rededor. 

— ¿Eres Amanda?— dice una desconocida jalando el brazo a Amanda.

— ¿Usted es Diana?— dijo otra desconocida tomándome de las manos.

— Tenemos prisa chicas— sonríe incomoda Amanda.

Es la primera vez que veo un rechazo por parte de Amanda, enserio quiere llegar a su casa lo mas rápido posible. Suelto las manos de la señorita despidiéndome amablemente y comenzando a caminar nuevamente junto a mi amiga.

— Nos estamos volviendo muy populares— dije creando un tema de conversación.

— Eso es bueno en cierta parte— voltea a verme— podremos conseguir parejas rápidamente.

— No estoy interesada, en cualquier momento puedo morir.

— ¿Y eso que?, ¿Vas a morir virgen?— ríe— probablemente la dejes viuda pero con dinero para que se mantenga un par de años hasta que consiga a otra pareja.

— Eso no me anima a tener pareja si sabre que se ira con otra persona cuando muera.

— Así es la vida, nacimos para morir— agarra mi manos— hasta tu y yo podemos llegar a hacer novias— sonríe con burla.

— La miro con asco— preferiría morir virgen— quito mis manos.

— ¿No soy tan atractiva? ¿Oh por ser mas bonita que yo no me vas a aceptar?— pone sus manos en mi cuello.

— Deja de jugar— la aparto y rió— nunca nos vamos a gustar, somos hermanas, ¿Lo olvidaste?

— Pero no de sangre, aunque nos queremos como de una, apartando un poco eso— mete sus manos en sus bolsillos— eres mi mejor amiga y mi acompañante para las batallas que vendrán, nos apoyaremos mutuamente— me mira a los ojos— nunca nos separemos— alza su mano derecha en forma de puño— ¿promesa?.

— Choco su puño con mi mano cerrada— prometido.

— Sonríe— sabes tengo que admitir que eres muy guapa— pone sus brazos en la cabeza.

— Lo mismo digo pero no seria tu pareja.

— Tu mama debió ser muy linda, dio a luz una bella dama.

— Gracias Amanda— sonrió.

Llegamos a la casa por el camino hecho de piedra, que para aclarar es nuevo este pequeño camino, pero entendible ya que la casa de Amanda esta algo metida entre los arboles y alejada del pueblo. Tocamos la puerta emocionadas, han pasado muchos años desde que nos fuimos de este lugar, tengo muy buenos recuerdos en esta vivienda, me alegra haber conocido a Amanda ese día en la escuela. La puerta se abrió lentamente dejando ver a una señora delgada, pero conservada para su edad. 

— ¿Mama?— sonríe Amanda con mucha alegría.

— ¿Amanda?— se tapa la boca por la sorpresa— has regresado— comienza a llorar de felicidad y dirige su vista hacia mi— mis niñas— extiende sus brazos.

Dejamos las maletas aun lado de la puerta y la abrazamos con fuerza, extrañe esta calidez. Fui la primera en separarme y dejar que madre y hija compartan a solas, agarre mi maleta y espere pacientemente a que terminaran para poder pasar a la casa y acomodarme un poco hasta ser llamada por los mensajeros.

— Te extrañe mucho, estas mas flaca mama, ¿Que te paso?— arquea una ceja.

— Sobre eso...— la mira con nostalgia— tengo que contarte lo que ha pasado en estos años, pero primero pasen y pónganse cómodas.

— Agarra su maleta y se la pone en el hombro— ¿Cocinaste? muero de hambre, estoy ansiosa por probar tu comida nuevamente.

Entramos a la pequeña vivienda dejando nuestras maletas en las antiguas habitaciones que están como las dejamos. Al terminar me senté en la mesa, esperando pacientemente la comida, también tengo hambre, no he comido desde que estuve esperando el tren. Amanda se sento aun lado de mi y la madre al frente de nosotras.

— ¿Has sabido de tu padre?— pregunta la madre.

— No— niega la cabeza Amanda— ¿El no ha venido aquí?

— Desde hace tres años no viene y ha dejado de mandar dinero por el correo, me preocupa de que le haya pasado algo malo.

— Si fuera así ya le hubieran avisado— digo poniendo mi mano en mi mentón.

— Mama, si el dejo de mandarte dinero, ¿Como has podido mantenerte?.

— Conseguí un trabajo de medio tiempo, he vivido con lo poco que me gano, pero estoy bien— sonríe.

— Le da un golpe a la mesa— ¿Porque no me dijiste antes?, te pude haber ayudado.

— Soy una mujer adulta Amanda puedo vivir sin un hombre que me mantenga.

— Pero— se muerde el labio.

Sigo analizando la situación, el padre de mi amiga no ha muerto, dejo a su esposa con bajos recursos, al parecer no le ha importado si muere de hambre o como menos que antes, pero ¿Porque lo hizo?.

— Vamos al pueblo mama— se levanta de la silla— iremos a comprar comida y ropa nueva, mi esfuerzo no ha sido en vano y de ahora en adelante yo le enviare dinero a usted, no quiero que se esfuerce, soy tu hija y estoy viva— pone su dedo pulgar en su pecho orgullosamente.

Que buena persona es Amanda, también ayudare a la familia que me dio un hogar cuando mas lo necesite, sera un pago por lo que me ofrecieron y tambien me comprare un par de mudas de ropa nueva.

Atsuko Kagari Pov

Tan solo un año mas, solo uno mas y podre salir del castillo, pero si lo llego a hacer el príncipe Felix se enterara y me perseguirá nuevamente, no quiero volverlo a ver después de tantos años sin sentir su presencia y es mejor así, estoy mas tranquila pero a la vez muy cansada, mis responsabilidades descendieron un poco, tengo mas tiempo libre pero ahora no se en que gastarlo, cuando era niña tenia mas imaginación al pensar en que jugar, todo es diferente y muchas cosas han cambiado en estos años.

Lotte ha estado mas tiempo conmigo cuando puede, ya que ahora es ella la que esta ocupada con sus responsabilidades, al parecer encontraron el culpable de la destrucción de su reino hace muchos años atrás, han fortalecido su ejercito y seguridad, por mi parte todo sigue igual en el palacio, solamente que algunos cuadros fueron puestos con la imagen del rey y la reina junto conmigo pero ahora mas grande. Las miradas de mis padres hacia mi ya no son de amor familiar, ahora siento que me ven como un objecto valioso, no como su hija, la cual criaron y destruyeron sus expectativas sobre ellos. Porque yo los veo como un rey y una reina consumidos por el poder, ya que somos el reino mas fuerte de todos, pero ellos están sobre explotados con la riqueza que poseen.

 — Atsuko— llama mi padre.

— ¿Si mi rey?— lo miro con molestia.

— No has ni comenzado a comer, aliméntate bien que lo necesitas.

— Lo que diga mi rey— agarro la cuchara para la sopa.

El comedor se siente muy deprimente, como una familia que antes era feliz y después se convirtió en una familia tan egocéntrica, no soy como ellos y no lo seré. Tengo que admitir que he estado visitando de vez en cuando al chico que vi en los pasillos del castillo, esta en la prisión del palacio, el es lo mas cercano al pueblo y me cuenta de lo maravilloso que es, pero presiento que se esta haciendo ilusiones falsas, no lo puedo ayudar, aunque sea la princesa, no tengo la autorización para sacarlo de esas rejas. El se llama Kelvin y es muy lindo y tierno, se ha convertido en mi amigo estos últimos tres años, es una buena persona y aun no se la verdadera razón del porque esta en ese lugar, Kelvin no me lo ha querido decir y mis padres tampoco.

— Akko, tengo que hablar contigo en unos minutos, te veré en tu habitación— dice mi madre.

— Si mi reina— me levanto de mi asiento— gracias por la comida.

— No has comido nada— reclama mi padre.

— No tengo hambre— me retiro.

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Me bañe y me puse mi pijama, estoy en el escritorio de mi habitación, escribo algo nuevo en mi diario, ni muchas cosas tengo para contar, todo lo que he escrito es lo que hago en el dia y no es nada nuevo, la misma rutina de siempre.

Termine de escribir lo poco de mi conocimiento y escondí mi cuaderno debajo de la cama. Mi madre puede ser muy ojeada cuando se trata de mis cosas personales, sigo sin entender porque trata de saber de mi, digo no es malo, pero ¿Porque no me lo pregunta?, ¿Que estara tramando?.

Escuche unos toques en la puerta y no demoro ni un segundo en ser abierta, la presencia de mi madre apareció ante mis ojos, no le mostré ninguna sonrisa y tan solo la mire estando parada con mis brazos cruzados.

— Suspira— ¿Quieres salir a conocer el pueblo?, mañana hay una celebración donde habrá mucha comida y personas bailando.

— Podría ir, si mi padre no me pusiera al príncipe Felix en la cara cada vez que me das la salida al pueblo— agacho mi cabeza pensando bien en mis palabras— no quiero sonar grosera, pero saben perfectamente que lo quiero fuera de mi vista y el rey no me apoya en mis decisiones.

— El no es un mal chico, no se han visto durante años y pregunta por ti cada vez que puede.

— Camino a la cama y me siento— si piensan en que creare una amistad con ese tal ''príncipe''— hago comillas con mis dedos— sera mejor que se olvidaran de esa idea.

— Vuelve a suspirar y se acerca a donde estoy, para después sentarse a mi lado— ¿Recuerdas el primer latir de tu corazón?

— No— la miro.

— ¿Has sentido tu corazón latir con alguna persona del castillo?— dice con un tono suave.

— No— vuelvo a negar.

— ¿La estas esperando?— me voltea a ver.

— ¿A quien?— arqueo una ceja.

— Ya veo... te has quedado sin esperanzas— se levanta de mi cama— mañana me acompañaras al Reino de la Baja Borgoña, tengo que hablar unos asuntos pendientes con la reina Manbavaran, podrás divertirte con tu vieja amiga haciendo esas posiciones raras— sonríe— es tiempo de que salgas del castillo cariño, lamento no haberte prestado atención antes, pero nos estamos preparando para una posible guerra en un par de años.

— ¿Abra una guerra?— la miro sorprendida.

— Hay muchas posibilidades de una pero también hay probabilidades de que no pase nada y estemos en paz por otros largos años— se acerca a mi frente y deposita un beso— dulces sueños cariño.

— Descansa re- mama...— toco mi frente inconscientemente.

Es la primera vez en mucho tiempo que mi madre se ha comportado gentilmente conmigo, ¿Abra pasado algo para que me tratara de esa manera?, no importa, lo bueno de este día es que mañana saldré por fin del palacio y me iré a visitar a Sucy después de tanto tiempo sin verla, bueno, exactamente 10 días, ya que las fiestas de todos los trece de cada mes aun siguen haciéndola, pero ahora es una fiesta cada cinco meses, lo cambiaron en la ultima fiesta que hicieron. 

¡Que emoción! 

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Fin del cap. 10