❌•|Capitulo 1|•❌
Quizás eran mediados de la mañana cuando Haruno Ren se levantó de su cama en busca de su madre. Sus hermosos cabellos albinos hacían una hermosa combinación con sus ojos verdes, Heredados de su madre.
Y hablando de madre, Era a quien iba a buscar enojadsmente.
-¿Ah?, ¿Todavía sigues durmiendo?
Reprocho aquella suave voz, Cansada de la situación que nuevamente le atosigaba. Sus ojos tan bonitos y brillantes se ven adorables, Aún más con ese puchero tan delicado que derretía a quien fuera.
-¡Levantate!, ¡Llegaremos tarde, Okāsan!
Sus pequeñas manos se apresuran a estirar las prendas de su progenitora, Aquella que le da la espalda y finge estar dormida para molestar a su pequeño.
Y es cuando El pequeño Albino está al borde del llanto que aquella Bonita mujer decide voltearse, Observando las facciones del menor, sintiéndose orgullosa de este.
-Okāsan fue hechizada mientras dormía, ¡Pero Ren-Kun pudo salvar a Okāsan para que despertara!
El pequeño Albino sonrió alegre ante aquello y se tiró a los brazos de su madre siendo correspondido rápidamente.
En el desayuno el pequeño Ren se sentía motivado, Aquello quizás agotaba a su madre, a Aquella mujer de cabellos rosados y ojos tan brillante como los suyos.
-¡Ne,Ne!, ¡Okāsan!, ¿Hoy si soy un buen niño me comprarás un muñeco de Endeavor?
La joven dama asintió suavemente, Aunque aquello luego le traería problemas con cierta persona.
-Vamos, Vamos. Termina de comer y vayamos a ver a La Abuela.
El pequeño Albino asintió feliz, Aunque luego pareció sentirse curioso.
-Okāsan, Siempre que salimos me siento observado, ¿Porque?
La Haruno solo sonrió, Suavemente.
-Ya te dije que es porque Papá te cuida desde el cielo, Bebé.
Luego de dejar a su pequeña Bendicion con su madre Sakura aprovechó para ir a hacer las compras de esa semana, No todos los días tenía la suerte de aquello así que mínimamente tendría que darse ese gusto.
Aunque claro, Al parecer no podría hacerlo al ver llegar a ese sujeto a su lado.
-Dile a tu Perro que me deje espacio, Parece pulga siguiéndome por todos lados.
Fue lo que aquella Bonita mujer soltó mientras no dejaba de agarrar productos del supermercado, al azar. El hombre que fingía hacer lo mismo solo desviaba la mirada, Agarrando cosas que ni el mismo sabía para que eran.
- Tu eres la que insiste en salir con esa cosa para todos lados, Mínimo tengo que poner a alguien si yo no puedo vigilar que haces.
Sakura pareció suspirar pausadamente antes de observar al sujeto a su lado, Con una sonrisa de lado.
-¿Acaso te preocupa que pueda darle un padre que si se haga cargo de él?
Los ojos azules de aquel encapuchado se vislubraron ferozmente.
Quizás Sakura tendría que aprender a contenerce nuevamente.
Continuará
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