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EL REINO DE DUNOT
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Narradora Pov
Un mes antes del renacimiento de Amanda
Alice...
Alice estaba cansada, jadeando contra su dorso que le ayudó a quitar el sudor que caía por su frente. Ella miraba al caballero Sebas, con una expresión de fatiga y dolor; sus muñecas y manos dolían debido a los intensos choques de sus espadas de entrenamiento.
Sebas tenía una sonrisa de confianza en su rostro, esperando a que volvería a acercarse, sin embargo, las lágrimas de la pequeña evitaron que un nuevo encuentro empezara.
—Descansa, princesa —ofreció, pero Alice negó eufóricamente con la cabeza, volviendo a agarrar la espada de madera con la firmeza de sus dos pequeñas manos.
Cerca de cumplir sus seis años, Alice practicaba lo que, por obligación, debía.
El manejo de una espada se escuchaba atractivo al comienzo, pero a medida que comenzó a experimentar lo que implicaba, sus ánimos se redujeron.
—¡Ah!
El caballero Sebas y Luane hacían que pareciera fácil.
—Mantén tus pies en posición y nunca pierdas la postura.
Alice obedeció, pero un paso en falso provocó que cayera de nuevo; su vestimenta de entrenamiento se encontraba completamente sucio, demostrando los incontables errores cometidos.
Sebas le extendió la mano, la cual Alice aceptó con una expresión cansada, para después ser interrumpidos por la presencia de un hada.
La princesa se percató enseguida y volteó a verla en busca de una mirada molesta, sin embargo, dos aplausos y una sonrisa fueron suficiente para hacerla sonreír.
—Lo estás haciendo bien.
Alice observó a Sebas en busca del permiso que le fue concedido.
Dejando la espada a su cargo, corrió hacia el hada que curó sus raspones y sació su sed; mientras su rodilla era curada, Alice bebía de la burbuja de agua obsequiada.
—¿Qué haces aquí? ¿Sucedió algo en el reino de las hadas?
—Es imposible que algo malo ocurra en mi mundo. La razón por la que estoy aquí, es para asegurarme de que estés cumpliendo con tu aprendizaje. Es importante que una bruja adquiera y practique los conocimientos necesarios. La experiencia es lo que cuenta, por favor, no olvides eso.
—Estoy entrenando. Mi mamá dice que es necesario también.
El hada suspiró.
—Tomando en cuenta el mundo en el que vives, no me queda otro remedio que aceptarlo.
Alice hizo una mueca en sus labios, no cómoda con esas palabras, pero hizo otra pregunta diferente.
—¿Ser amable es malo?
—Hay una diferencia entre amabilidad y estupidez. Por favor, tampoco lo olvides. Pero si lo que quieres es ser más fuerte e inteligente que tu madre, entonces no dejes de estudiar. ¿Cargas tu cuaderno?
Alice asintió.
—Bien.
—¿Mañana practicaremos?
—No faltaría a ninguna de tus clases. Pronto entenderás el lenguaje de las brujas y aprenderás a leer los libros por tu cuenta.
Antes de desaparecer, el hada chasqueó sus dedos e hizo aparecer un reloj mágico de bolsillo. Alice comprobó igualmente la hora y se despidió de Sebas, sorprendiéndose de que el tiempo pasara lo suficientemente rápido como para no percatarse.
Pero, antes de ir a su siguiente lección que trataban acerca de la historia de reinos lejanos y la ubicación de cada uno. En pocas palabras: Geografía. Tomaría un aperitivo.
Caminando por el pasillo, se topó con las sirvientas y algunos pocos caballeros deambulando, recibiendo un saludo cordial al pasar a su lado. Al llegar, se ocultó detrás de la pared visualizando y examinando con detalles a sus tres más grandes obstáculos, ignorando a todas las demás.
«Señorita Felecia, Madelyn y... ¡¿Señora Stacy?! ¡No...!»
La señora Stacy siempre la encontraba y regañaba, pero, esta vez, sería diferente. Ella contaba con un hechizo, una magia que le ayudaría a distraerla lo suficiente como para hacerse dueña de esos pastelitos.
Alice las miró, levantó sus manos y se mordió la lengua, lista para empezar. No obstante, las palabras llevadas a cabo en el lugar captaron su curiosidad.
—¿La bruja se encargará también?
—No lo sé. Lo que pasó en las tierras de Karat, fue devastador... y tan... inhumano.
—Algunos dicen que los caballeros no tuvieron que mover un dedo. La bruja los acabó a todos.
—¿A todos? Estamos hablando de una cantidad de más de siete mil hombres. Eso es ridículo.
—Considéralo, las débiles fueron los que murieron y la reina se encontraba para verlos caer.
—¿Crees que la reina tenga algún plan contra Dunot? Se especula que otra guerra se acerca pronto.
—¿Dunot? ¿El quinto reino más fuerte?
—Pero- No tiene sentido, el rey Alcides y Kaarle fueron buenos aliados.
—Es verdad, el rey estuvo aquí más de una vez.
—Muchos de los reyes que están atacando ahora, estuvieron aquí. Escuché un rumor de que la vida de la reina fue amenazada por el rey de Servia, Thomas Weing, hijo de Alvar Weing el antiguo rey de Servia.
—¿Qué? ¿Ahora el reino de Servia?
—¿Por qué amenazarían a la reina?
—Parece que Bernicia está creando más enemigos que amigos.
—No puede ser...
—Es imposible...
—¿Crees que sea bueno seguir viviendo aquí?
—No lo sé...
«¿Una guerra...? ¿El reino de Servia? ¿Thomas amenazó a mamá?»
Lo más importante: ¿Bernicia se encontraba en guerra?
No había escuchado hablar a sus madres de eso, ni siquiera el hada se lo había mencionado.
¿Por qué su hogar estaba en guerra? ¿Por qué sus madres no se lo habían dicho? Ella era la princesa, próxima heredera al trono. Alice pensaba que debía estar informada al igual que todos los demás, sin embargo, cuando estuvo a punto de pensar con más profundidad y posiblemente reclamarle a sus madres, no esperaba que la reina Isabella se encontrara a su lado.
—¿A quién intentamos robar?
—¡Ah-!
Rápidamente, sus pequeñas manos viajaron a sus labios, evitando llamar demasiado la atención. Y sus ojitos rojos se posaron en los curiosos orbes celestres.
La reina Isabella reaccionó levantando una ceja curiosa con una sonrisa juguetona en sus labios.
Ella se puso de pie, ofreciéndole sus brazos a la niña.
Alice dudó al comienzo, observando de reojo a las demás sirvientas, pero, acunada ahora contra el cuerpo de su abuela, ella aprovechó para apoyar su cabeza en su hombro, sintiéndose lo suficientemente cómoda como para que el cansancio anterior se presentara.
—¿Un duro entrenamiento, princesa?
Alice asintió, soltando una leve y tierna queja que acarició el corazón de la antigua monarca.
—Pensé que tenías hambre.
—También...
—¿Te parece acompañarme para el té?
Sin necesitar pensarlo, la princesa aceptó.
***
10 meses antes del renacimiento de Amanda
En otro lugar lejano, donde las personas gozaban de una tranquilidad y armonía apreciada, un estoico rey se encontraba caminando por los pasillos a pasos continuos y resonantes, acercándose cada vez más a su objetivo principal.
Alcanzando por poco su destino, una voz lo llamó, deteniéndose y girando a ver al responsable.
—¿Qué necesitas?
—Perdóneme por la interrupción, pero deseo comunicar que hemos conseguido las tierras que pidió. Espero su siguiente orden.
Los puños firmes de Kaarle se apretaron.
—Conoces tus pasos. ¿Por qué me pides que te los repitas?
—El banco de Embled ha enviado una nueva carta, y lamento informar que los recursos planeados no podrán ser adquiridos.
—Contacta a los demás y pide una junta personal.
—Enseguida, padre.
—Retírate.
Él obedeció y Kaarle entró a la habitación, ayudado por dos caballeros que dieron el paso con respeto y cortesía; los consejeros ya encontrados, le dieron igualmente la bienvenida de la manera correcta.
—Su majestad.
Kaarle despidió a sus dos guardias que cerraron la salida y él tomó asiento en la única silla de anfitrión.
—Iremos directo al grano. ¿Qué tienen para mí?
—El reino de Karat ha caído bajo las manos de Bernicia. Uno de nuestros informadores cuenta que la bruja y la reina estuvieron involucradas.
—La victoria fue totalmente abrumante y desgarradora. No cabe duda que la fuerza de la bruja es algo que no podemos dejar pasar.
—En el proceso, uno de los mejores caballeros de Karat cayó bajo las manos de la reina de Bernicia. Por lo que sabemos, esta utilizó... magia.
—¿Magia? —reiteró Kaarle, levantando a una ceja en su dirección.
El consejero asintió.
—Aunque, por el momento es solo un rumor, no estaría de más tener en cuenta este detalle.
«La reina usó magia...», pensó.
No era una locura, ni tampoco algo tan sorprendente. Era normal considerando que la persona que tenía como rey, tenía dicha habilidad.
«Pero...»
Si ese 'rumor' llegara a hacer verdad, significaba que existía la posibilidad de hacerse con ese poder.
—¿Algo más?
—Recibiremos informes del reino de la Baja Borgoña dentro de poco.
—Y el reino de Servia ha aceptado la reunión personal.
—Asimismo, deseo decirle, mi rey, que hemos tenido avistamientos de las falsas brujas en el reino, ¿Desea hacer algo al respecto?
—Den un comunicado. Que ninguno de mis caballeros acceda a esos brebajes.
El consejero asintió.
—Como deseé.
—Su majestad. ¿Podemos conocer el motivo de hacerle frente a uno de los reinos más influyentes e impenetrable y existentes que ha mantenido su lugar durante considerables siglos?
—El rey Alcides condenó a su reino y a su gente al dar el consentimiento de que una bruja tomara su lugar. —Él suspiró—. No soy el responsable de comenzar esta lucha y, para su mala suerte, no soy el único disgustado por esta decisión.
—La magia es un recurso totalmente valioso y la reina de las pociones ha tenido una muestra bastante cercana de esto.
—¿Qué clases de cercanía?
—La reina Sucy Manbavaran, es uno de los aliados más importantes de Bernicia. Con sus brebajes, llamados 'pociones', y la magia, ha logrado una cantidad de resultados positivos en la medicina.
«Ya veo...»
—Cambiemos un poco los planes. Invadan el castillo de la Baja Borgoña y tráiganme lo que hace. Lo aseguraré con mis propios ojos.
Ellos accedieron.
—Mi señor, continuando con el tema anterior. Bernicia es conocido como uno de los reinos más grandes y fuertes escrito en la historia; después de que el rey Ryohei Kagari, lo posicionara en ese lugar. Sin dejar a un lado la alianza de 20 años que mantuvimos y conservamos.
—Bernicia puede tener un reconocimiento por cada rincón del mundo que conocemos y estoy seguro de que muchos conocen de pies a cabeza su historia, pero eso no lo hace un reino impenetrable. Les recuerdo que la invasión causada por el reino de Georgia en la Baja Borgoñá, causó con sus aliados un daño de reputación.
Kaarle los miró a cada uno.
—Aunque fue el reino de Calaria quien estuvo a punto de derrocarlo de su lugar hace más de 500 años —continuó—. Si no fuera por el fallo provocado en su estrategia, Bernicia no existiría en este momento. Era un rey inteligente, y gracias a él nosotros tenemos las cuerdas correctas y necesarias. Repasaremos su historia y aprenderemos de sus fallas. No olviden que, para derrotar a un reino como Bernicia, es necesario hacerlo desde adentro.
"Los reinos grandes no se destruyen con fuerza", era uno de sus lemas.
—¿Después de mis palabras continúan inseguros de mi decisión?
—No, mi señor.
—Confiamos en su voluntad.
—Nuestro compromiso es con Dunot, y estaremos para servirle en cualquier momento.
«Mm». Kaarle cambió de posición, reposando sus antebrazos en el respaldar de la silla.
—El banco Embled ha rechazado mi petición.
Ante este dato, los consejeros se asombraron.
¿El banco Embled rechazando la propuesta de un reino como Dunot? No era algo que se esperara después de que el mismo reino favoreció a muchas de sus causas.
Kaarle levantó su mano.
—No es un problema —aseguró—, mi hijo se encargará de ponerse en contacto con otros fuera de nuestro continente.
—¿Qué hay de la coronación del príncipe, mi señor? ¿Aún cree que es demasiado joven como para gobernar el reino?
—Mi hijo todavía no está preparado para la responsabilidad, pero esta hazaña lo ayudará a entender y ver los errores de un principiante. La reina Atsuko es solo una princesa sin experiencia en el mundo de las batallas, y será ella el motivo por el cual su reino mismo caerá.
Kaarle apoyó sus codos en la mesa y juntó sus manos.
—No olviden que Karat era un reino poco listo y capaz. Y que sus malas acciones lo llevaron a esa vergüenza de resultado. He estado con Bernicia durante 20 años y puedo asegurarles la victoria de esta guerra. La reina Atsuko buscará distintas formas de acabar con los enemigos que creó, y una de esas será formando diversas alianzas con los reinos más cercanos y disponibles.
Los hombres en la sala, se quedaron callados y atentos.
—Si lo consigue, no solo estaremos en una desventaja hostil, sino que también habríamos perdido esta guerra. —Él suspiró retomando su posición anterior—. No desperdiciaré mis hombres en decisiones en vanas. Atacaremos a la Baja Borgoña y crearemos la distracción necesaria para anticiparnos a este suceso. ¿Han recibido alguna respuesta del reino de Mazozar?
—Por lo comunicado por la reina, el rey se encuentra a disposición de recibirlo.
—Con el mayor respeto, su majestad, ¿Piensa usted que el rey de Servia aceptará su propuesta?
—Su padre es un hombre altanero consumido por su propio ego. Y les aseguro la posibilidad de que, su hijo, el rey Thomas heredó parte de él.
«Y por lo informado, fue el primero en oponerse al compromiso y proponer un encuentro sin sentido. Además, su sola actitud ante la situación asegura mis suposiciones».
Los consejeros asintieron.
—Antes de concluir y pasar a lo próximo, envíen un aviso al caballero real Sebas para que mantenga su posición. No quiero fallas y tampoco distracciones. Estaré dando el aviso cuando sea el momento.
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Cap. 43 (El reino de Dunot)
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