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LA REUNIÓN PARTE 2

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Narradora Pov

—El regreso de mi hermana, Amanda.

Las expresiones de las personas presentes eran un dilema en ese momento. La más impactada por la noticia era la reina de la Alta Borgoña que no podía creer lo que había escuchado. Ella giró a ver a Akko con una expresión incrédula en busca de una respuesta a lo dicho por el rey de Bernicia. Akko asintió afirmando sus palabras y su cabeza descendió lentamente tratando de asimilarlo.

Pasaron unos minutos. Nadie en el salón se atrevía a decir algo. Akko y Diana esperaban pacientemente sus preguntas, pero al no recibir ninguna decidieron hablar.

—Será dentro de diez lunas.

Todos miraron a verla con sorpresa.

—Sir. Amanda, volverá con nosotros en diez lunas —aseguró la reina.

Thomas: ¿Cómo... será eso posible?

—Gracias a la experiencia que ganaré en ese tiempo se me otorgará la oportunidad de realizar un hechizo que hará probable lo dicho.

Sucy: ¿Tú...?

Barbara: Eso es una locura —interrumpió. Diana enseguida le prestó atención—. Traer a Amanda de regreso después de más de seis años. No creo que su cuerpo se conserve hasta ahora.

—No es necesario. Su cuerpo se reconstruirá gracias a mi magia y tomará un físico mayor.

Lotte: ¿Mayor?

—Tendrá la edad de Diana —aclaró Akko.

Thomas: ¿Y qué se supone que haga ella aquí?

—Ayudará con la guerra y apoyará a Bernicia, así mismo a sus aliados. Las personas de este mundo conocerán al fin el poder de mi magia con la traída de mi hermana —dijo levantando un poco la voz—. Confió en que los reino se calmen.

Sucy: No lo harán —habló con neutralidad. Ella estaba enojada—. Quedarás débil, Cavendish. Y lo descubrirán. Tu hermana sería una mitad bruja y viviría con ayuda de tu magia, pero no puedes permanecer de esa manera para siempre.

Diana sonrió ligeramente.

—Me sorprende como llegas a captar con rapidez lo que digo, rey Sucy.

Sucy: Primero, no me gusta que me llamen rey. Reina está bien. Segundo, debo agradecer a los pocos conocimientos que me has otorgado. He llegado a hacer mis propias teorías de algunas cosas y no he fallado, ¿o sí, Cavendish?

Diana se rio y junto sus manos sobre la mesa.

—No te equivocas. Para que mi hermana conserve la vitalidad anterior, es necesario que posea la mitad de mi magia y no puedo vivir con un porcentaje de esa magnitud. Moriré si sobrepasa los doce años. ¿Me permite saber cómo llegó a esa conclusión?

Sucy: El hada habló acerca de una poción. Una poción que te ayudará a fortalecerte en un tiempo limitado cuando te encuentres en un estado parecido al de este momento. Entonces, si tomamos en cuenta que la magia es tu principal vitalidad y en este momento te hayas débil por utilizarla de manera dividida, significa que no puedes vivir sin ella, aunque quisieras.

—En verdad me sorprendes. ¿No te opones?

Sucy: ¿Oponerme? ¿Acaso es una broma? —Ella sonrió de lado mostrando una parte de sus blanquecinos dientes—. Quiero ver hasta dónde puede llegar lo que posees de nacimiento. Deseo ver el potencial de la magia para conocer los peligros que causaría o tendría en mis planes.

El rey asintió gustosamente de su contestación.

—Espero alcances el nivel en el que me encuentro.

Sucy: Dalo por hecho si el hada no intenta matarme.

Lotte: Aun no entiendo por qué quiere quitarte la vida.

Sucy: Cavendish probablemente tenga esa respuesta.

—No hablaré de ese tema —aseguró—. Entonces. —Volteó a ver a los demás—. ¿No están en contra?

Thomas: Aunque lo estuviéramos lo harías de todos modos.

—Eso es correcto. He accedido a avisarles lo que ocurrirá dentro de diez lunas por ser aliados de Bernicia, y por ser... personas cercanas a ella. Menos usted, rey Thomas.

Thomas: Casi no hablamos cuando estuvo con vida. Lo entiendo. Estoy aquí para la estrategia que se usará en las guerras que se aproximan. —Suspiró profundamente—. Déjame decirte lo que opino acerca de lo que harás. Traer a Sir. Amanda de regreso a esta vida es como una segunda oportunidad para que acabe con lo empezado, sin embargo, muchas cosas han cambiado y tendrá que acoplarse con el tiempo.

—¿No se opone?

Thomas: Sí. Lo hago. Lamento decirlo, pero encontrarse en un estado debilitado cerca de la guerra contra Dunot, no es una opción recomendable. ¿Acaso su hermana aprenderá a usar magia? ¿O intentará no causar un desastre utilizándola?

—Amanda no tendrá magia —aseguró—. No lo suficiente como para provocar una gran destrucción. Su magia estará limitada porque no tiene su vital anterior. Lo que quiero decir con una explicación más sencilla: su vida pasada se perdió y la magia requiere de dos para sobrevivir. En mi caso las poseo, pero mi hermana...

Sucy: Morirá si permanece con ella mucho tiempo.

Barbara: No estoy comprendiendo. ¿Las dos correrían riesgo de morir? ¿Por qué hacer un hechizo tan peligroso?

Diana abrió sus labios para contestar, sin embargo, para sorpresa de todos Hannah la interrumpió.

—Porque hay otra manera de que permanezca con vida sin necesidad de tener una mitad de la magia de Diana.

Ella se había recompuesto y su postura se encontraba de nuevo firme, pero sus ojos parecían cristalinos; no obstante, nadie más lo notó, excepto Akko.

Sucy: Nombre del libro, Cavendish —pidió.

—Vita, reditus, ratio.

Sucy: ¿Significado?

—Vida, regreso, motivo.

Sucy: Motivo...

Diana suspiró.

—Lo que piensas es correcto. Después de que viva con mi magia, vivirá por una razón.

Lotte: ¿Y cuál sería?

—No lo sé, pero espero que nunca la descubra.

Barbara: ¿Qué pasaría si...?

—Reditus... —murmuró audiblemente—. Volvería a donde los muertos se encuentran.

—Se le dará la vida con la magia, y luego tendrá un motivo por el cual seguir viviendo —resumió Akko.

Thomas: ¿Y cómo pasará a eso?

—El libro no trae dicha explicación.

Thomas: ¿Qué?

—Lamentablemente hay que descubrirlo. El hechizo que se necesita parece ser una combinación de otros dos, sin embargo desconozco cuales son. En esa parte tendría que ser creativa.

Barbara: Es un riesgo grande.

—Tendré tiempo suficiente para hacer el hechizo —dijo—. Confió en mi persona. Y mi reina confía en mí —aseguró girando a verla con una sonrisa. Akko le devolvió el gesto—. Lo lograré sin muchas dificultades. Soy la única bruja que posee un mayor poder. Y no hay nadie en este mundo que pueda detenerme —les recordó con orgullo—. Mi propósito siempre será mi familia y Bernicia. Y deseo que mi hermana me acompañe en las nuevas ocurrencias que se aproximan.

Nuevamente el salón quedó en silencio. Los presentes pensaban detenidamente en sus palabras llegando a una conclusión que les tomó unos veinte minutos. A mitad de ese tiempo Diana había volteado a ver a su reina regalándole un guiño que la hizo reír ligeramente, pero que luego se reprochó, ya que estaban tocando un tema serio.

Diana en verdad causaba un efecto fuerte en ella.

Lotte: Necesito... tiempo para asimilarlo mejor.

Hannah: Estoy de acuerdo. La noticia de traer, no a cualquiera persona, de la muerte ha sido impactante.

La reina asintió.

—El motivo de esta reunión es que estuvieran consciente de lo que sucederá. El rey Thomas no estaba equivocado en las oposiciones. Mi rey hará lo que ha dicho y les aseguro, de esta manera, que tiene mi total apoyo y consentimiento.

Los reyes asintieron en comprensión y agradecimiento.

Thomas: Requiero hablar de los reinos enemigos y la ventaja que nos ha proporcionado la reina Sucy.

Diana levantó la poción.

—¿Seguros no tendrán tantas preguntas con la siguiente noticia?

Barbara: Si no se trata de un renacimiento... De mi parte lo dudo.

Hannah: ¿Es tan... conmovedora?

—Yo... —Diana miró a Akko unos segundos, y luego regresó su mirada a ellos—. No lo creo.

Hannah: Entonces podemos pasar con lo que la reina Sucy ha traído.

Diana asintió levemente. La poción era de una tonalidad naranja con verde que se movía sutilmente dentro de la botella de vidrio. Le parecía un poco asqueroso, pero a la vez le creaba curiosidad y sorpresa. Estaba realmente asombrada de que, una simple humana, creara lo que se combinaba perfectamente con su magia.

Ella recordó la historia sin detalles que había contado el hada a los que se encontraban presentes en esa ocasión. Días después leyó, en uno de los libros entregados, la razón por la cual, el hada, tenía a la reina Sucy en una lista negra.

Diana cerró sus ojos y respiró profundo antes de iniciar el hechizo. Si la poción daba resultado el efecto que mostraría sería casi nulo, no obstante, causaría uno grande en ella. Estaba débil y no podía hacer hechizo de gran magnitud, pero era necesario en ese momento.

Lentamente sus parpados se abrieron y sus manos cosquillearon. Un leve soplido hizo cambiar de color la poción y un hilo transparente apareció. Diana dejó la botella de vidrio en el centro de la mesa y alzó sus manos para acumular un poco de su magia que iría directamente a la poción.

Su ceño se frunció al sentir el agotamiento y sus manos temblaron ligeramente. Akko y los demás lo notaron, pero siguieron contemplando con detenimiento. El entrecejo de la reina de Bernicia se arrugó al observar un hilo de sangre descender por la nariz y labios de su rey.

Sucy: Falta poco... —susurró para ella misma dibujando a la vez de manera lenta una gran sonrisa.

La mano derecha de Diana se deslizó con cuidado encima de la mesa ocasionando que el objeto se moviera, y que los demás alejaran sus cuerpos por instinto. De manera lenta un árbol pequeño empezó a aparecer en la poción causando que se quebrara, y que comenzaran a extender sus raíces dentro del cuerpo de la mesa de madera, siendo estos intangibles.

Un chico árbol con frutos amarillentos creció en el centro de la mesa. Y cuando éste dejó de florecer el rey de Bernicia se apoyó en ésta para no caer mientras intentaba apaciguar su respiración agitada y el líquido de su sangre.

Akko extendió su mano llegando a tocar la de Diana. Ella la giró a ver y asintió para despreocuparla. Lentamente el rey empezó a recomponerse quitando la sangre de su boca y nariz con la manga de su camisa.

Los músculos de su cuerpo se habían rasgado un poco y le dolía intensamente, sin embargo, intentó soportarlo para no demostrarlo.

—¡¡¡Ja, ja, ja, ja!!!

Todos miraron a ver a Sucy.

Sucy: ¡Funcionó! —exclamó y se apresuró a tomar uno de los frutos para examinarlo—. ¡Mi obra maestra! —Seguidamente lo dejó caer en el vaso de agua causando que el líquido transparente se tornara del color de la fruta—. ¡Contemplen nuestra ventaja!

Diana observó con cansancio y dolor como una nube amarillenta aparecía formando un cuadro poco grande que entregó de manera casi inmediata la vista del castillo de Bernicia por fuera.

Hannah: ¿Eso es...?

Sucy: La poción combinada con la magia da como resultado que tengamos ojos por todos lados.

Barbara: ¿Eso no sería peligroso?

Sucy: El hechizo lo puede hacer desaparecer Cavendish cuando sea necesario. EL objetivo de la poción es que podamos comunicarnos a larga distancia sin necesidad de utilizar cartas, sin embargo, por el momento no es posible escuchar ni transmitir algún mensaje. Sólo ver —explicó—. Bernicia tendrá el control de éste.

Lotte: ¿Sólo nuestros reinos?

Sucy: Bernicia no tiene alianza con otros reinos que no seamos nosotros. Y es necesario otorgarle un mayor poder al reino más fuerte, pero más adelante nosotros igualmente podremos tener una visión igual a esta.

Thomas: ¿Sólo muestra el castillo?

Sucy tocó el vaso mostrando cada lugar fuera del castillo, e incluyendo el pueblo.

Sucy: Si Bernicia se extiende es necesario ampliar más la magia para que puedan tener vistas de esas nuevas tierras. Por ejemplo: Las tierras del norte. —Ella siguió tocando el vaso de vidrio—. No aparece —concluyó para luego tomar asiento y dejar a la vista el salón de cocina. Las sirvientas se encontraban trabajando con normalidad.

Akko abrió sus labios sin quitar su mirada de lo que se presentaba ante sus ojos.

—Me parece... sorprendente. ¿Cómo has podido lograr algo como esto?

Sucy: Me tomó un par de años y casi un brazo, pero no cargo ningún arrepentimiento.

Lotte: En conclusión. Bernicia tendrá la ventaja de ver nuestros reinos si llegan a encontrarse en peligro antes que llegue una correspondencia. Sin embargo, para esto es necesario que Diana visite nuestros reinos para implantar uno de esos árboles.

Sucy: Sí, cuatro ojos. También puede hacerlo con el reino de Karat.

—El reino de Karat posee una planta que sembré con mi magia.

Sucy bajó la cabeza para analizar rápidamente lo escuchado.

Sucy: ¿Qué tipo de planta?

—Negative passiones. Emociones negativas —dijo y recostó su espalda en la silla tratando de desaparecer el enorme malestar. Sus dientes se apretaron con fuerza y su respiración era un poco errática—. Si las personas comienzan a sentir incitaciones negativas hacia mi persona, la planta se tornará de un color purpura mandando una señal de inmediato a mi reina.

Sucy: Creo que puedo conectarla, pero no será posible en el estado que te encuentras.

—Lo... intentaré después.

Una pequeña persona que ingresó a la cocina captó la atención de las reinas y reyes. Akko levantó una ceja y cruzó sus brazos para contemplar con mayor atención lo que intentaba hacer su hija.

Alice se deslizó con cuidado e intentó no ser vista por el personal del castillo. Ella llegó a una bandeja donde habían muchos dulces elaborados perfectamente por la mejor repostera de Bernicia.

Diana quería reírse, pero, lastimosamente su cuerpo se encontraba con tan poca energía que no deseaba gastar las que les quedaban.

La niña tomó uno de los panecillos con mermelada y lo contempló con emoción. Sin embargo, su ceño se arrugó y su cabeza se movió hacia todos los lados en busca de lo que sentía.

Alguien la estaba mirando y no sabía de donde provenía. Con miedo y tristeza dejó el panecillo en la bandeja y decidió retirarse, sin embargo una de las sirvientas la detuvo.

Sus labios se movieron y su expresión era de ternura. Los que observaban estaban seguros que había dicho: "Princesa".

La señora se agachó para estar a su altura y le entregó un pedazo de pastel que se hallaba a su costado. Sus labios seguían moviéndose, pero nadie podía entender lo que decía.

Alice la miró contenta y agradecida. Y la sirvienta acarició su cabeza antes de seguir con su trabajo.

Sucy: Akko —llamó y la mencionada la miró—. Para que puedas cambiar de reino y no de terrenos, tienes que darle dos toques seguidos al vaso. Suena ridículo si me lo preguntas, pero no encontré otro método. La nube que empieza a desaparecer en este instante mostrará lo que deseas ver.

Thomas: ¿Puede llegar a ver hasta los cuartos de los otros castillos?

Sucy rodó los ojos.

Sucy: Algunos, pero no los personales. La privacidad se mantendrá. Y la magia de Cavendish no llega hasta ese punto, o eso me gustaría saber.

Diana levantó una ceja cuando recibió una mirada acusadora de la reina Sucy.

Sucy: Bueno. Cuando acabemos con uno de los reinos podrías plantar esa planta negativa. Y para los reinos aliados el árbol.

—Me gusta la idea.

—Gracias por otórganos esta ventaja, Sucy. Has hecho un buen trabajo —dijo Akko.

Sucy: Lo sé, pero esto es sólo el comienzo. Estaré trabajando en otras pociones así que recomiendo hablar de los otros temas lo más rápido posible. Requiero pensar en privado.

—¿Te quedarás hasta la celebración? —preguntó Diana.

Sucy: Sí, pero me iré enseguida al día siguiente.

El rey asintió.

—Iré contigo. —Sucy la miró con el ceño fruncido—. Hay rumores de falsas brujas en su reino y deseo investigar por mi cuenta a esas personas.

Sucy: Las falsas brujas... —repitió acordándose haber escuchado algo parecido—. ¿Son las que hacen "pociones" que enferman a las personas?

—Sí.

La reina suspiró con pesadez.

Sucy: Bien. Sólo no me retrases.

—No tengo intenciones de hacerlo. Me sería favorable que me otorgara una de las habitaciones del castillo.

Sucy: Sabes que no puedo negarte la estadía. Mis padres te adoran, la reina que se encarga de hacer todas las tareas está ilusionada con tu magia y mi reino tiene una alianza con Bernicia. Así que... no tengo otro remedio que aceptarte.

Diana se rio ligeramente, pero lo contuvo cuando empezó a toser. «Necesito descansar...»

—Mi rey se encargará de detener a esas falsas brujas y permanecerá en las tierras de la Baja Borgoña unos meses. Encontrar el paradero de esas personas requieren un poco más de tiempo debido a que su magia no ayudará en ese momento.

Hannah: Tengo una recomendación para ustedes —dijo dirigiéndose a los dos reyes de Bernicia—. Y después deseo hablar a solas contigo, Akko.

La mencionada asintió accediendo a su última petición.

—¿De qué se trata? —preguntó la reina.

Hannah: He escuchado que un reino está en venta. Específicamente, el reino de Hurarid, ya que no es el único.

«¿No es el único?», se repitió Diana y, nuevamente empezó a toser. Akko extendió su brazo y tomó su mano.

—¿Deseas que considere en llegar a un acuerdo de compra? —le preguntó.

Hannah: Negativo. Recomiendo que hagan una alianza con el reino de Red sea, y luego conquisten Hurarid.

Todos se sorprendieron al instante. «¿Qué...?», pensó Diana.

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Fin del Cap. 25.2 (La reunión parte 2)

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