Libertad
Cuando Thomas se percató de la ausencia de Mary, estalló en cólera y mandó a un centenar de guardias a buscarla por toda Inglaterra.
-No puede haber ido muy lejos - dijo rojo de furia -no dejéis escapar a esa hija de Satanás.
Pronto corrió la voz por toda Inglaterra de que había una bruja suelta por las calles. El pánico se extendió tan rápido como las llamas de un incendio forestal. Las personas se resistían a salir de sus casas por miedo a que la bruja les hechizase y en cuanto veían algo sospechoso informaban de inmediato.
Las denuncias de supuestos practicantes de magia negra era el pan de cada día. La desconfianza e inseguridad se podía palpar en el ambiente.
Quien era ayer mi vecina, hoy podía tratarse de una bruja. El número de condenados se acrecentaba, de los cuales el ochenta por ciento eran mujeres.
Pero os estaréis preguntando ¿Qué fue de Mary?
Nos remontaremos a unas horas después de su cautiverio. Cuando logró escapar de ese calabozo gracias a su hermano Elric y al valiente Jan.
Seguro que queréis saber cómo escapó:
La única forma de huir no era otra que por la entrada. Así que tuvieron que valerse de ingenio y audacia. Subieron una empinada escalera de caracol. Tras llegar a la cima con medio pulmón fuera, dieron con un arco de piedra custodiado por un guardia.
Afortunadamente éste no les vió, pero a Mary se le fueron todas las esperanzas y se le encogió el corazón, <<¿Cómo se supone que vamos a salir de aquí sin que nos vea?>> pensó.
Jan, el cual advirtió su preocupación, se adelantó unos pasos hasta llegar al hombre. Cómo llevaba un uniforme de soldado, el guardia le tomó por uno de los suyos.
Así que Jan le entretuvo e hizo que mirase hacia otro lado. Entonces, hizo un gesto para indicar a Mary y a Elric que se marchasen.
Aprovechando esta oportunidad los hermanos pudieron salir de los calabozos sin ser vistos.
Ahora la dificultad era salir del edificio sin llamar la atención. Lo más sensato era salir por la ventana, pero la planta estaba demasiado alta para sobrevivir a una caída así.
Por fortuna para Mary, Elric conocía una salida poco concurrida. En la puerta se toparon con otro guardia y éste hubiera alertado al resto, si no fuera por la tenacidad de Elric. Éste se lanzó contra el soldado antes de que pudiese pronunciar palabra. Agarró su cuello y lo giró bruscamente, se escuchó un fuerte crujido: ¡Crac! y después solo el silencio.
Mary tenía la voz entrecortada: - ¿no estará muerto, verdad?
Elric le acarició la frente y le susurro: -No había otra escapatoria. Tenemos que marcharnos antes de que noten su ausencia ¡Vamos! -le cogió de la mano y tiró de ella.
Salieron al exterior, aún siendo de noche. Mary no podía creerlo: estaba viendo la luz de la luna, sintiendo la brisa en su piel, el césped tocando sus pies descalzos. Unas lágrimas de alegría recorrieron sus mejillas.
La muchacha temblaba de arriba a abajo por la excitación, estaba llena de mugre, y vestida de harapos. Llamaba bastante la atención. Elric, estaba preparado para este contratiempo. Su caballo estaba colocado muy cerca y estaba dispuesto de nuevas ropas y víveres para un largo viaje.
-Vamos, sube -dijo mientras subía y le tendía su mano para ayudarla.
-Pero ¿A dónde iremos? -preguntó un poco confundida.
-Al noreste de Inglaterra, allí nos espera un barco, pero no tenemos mucho tiempo.
-¿Qué pasa con Jan? -Deberíamos esperarlo.
-No él no viene ¿es que quieres quedarte presa? ¡Vamos! -ella le obedeció y tomó su mano.
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